Error habia estado desde hace dos horas en el jardin, esperando a Ink. Sin embargo no lo habia encontrado.

Si tardaba un poco más, terminaria tocando la puerta de la casa de este.

¿Porqué no salía?

-Error.-

El llamado giró a ver. Era Ink. Recién salía de su casa.

-¡Ink! Que bueno verte. Pensé que hoy no saldrian.-

-Oh, no, no... No es nada como eso.-

-Genial, entonces, ¿Listo para ir con los demás otra vez?-

-Sobre eso... Yo... No creo que pueda quedarme tan tarde como antes...-

-¿Te castigaron?...-

-¡No, no! Solo... Tengo mis razones, lo siento.-

-No, no, no te disculpes, tranquilo.-

-Gracias por comprender.-

-¿Vamos?-

-Claro.-

Quizás Ink podría disfrutar un par de horas afuera. Puede reir, vivir.

Pero, puede que no lo haga totalmente. No cuando tenia tanto en mente. No cuando le preocupaban tantas cosas.

¿Qué debía hacer?...

Tenía miedo.

Quería reir.

Pero tenía tanto miedo.

Sin embargo, sentir la mano de Error tomando la suya...

Le hacia disminuir el dolor.