Sonic y Knuckles estaban a punto de llegar a Harvest, que era el planeta designado para consolidar su juicio. Iban custodiados por un ejército de alienigenas además de que Sonic estaba dentro de uno.

Cuando aterrizaron, el alienigena baboso escupió a Sonic, y de inmediato pensó en correr a toda velocidad para huir. Pero hubo un problema, Sonic estaba inmovilizado gracias a una sustancia que toco estando dentro del alienigena.

Así que a él junto con Knuckles los atraparon con un látigo eléctrico y los arrastraron al juzgado. Era similar a un templo, pero en tamaños colosales.

¿Se les hace un lugar familiar? Pues tienen razón, es el templo del profeta del pesar. Lugar donde igualmente había sido juzgado Eggman y sus robots.

Pasaron por un enorme Puente de holograma, pero que podías pasar sin caerte. Por último llegaron al tribunal, en el que se se el encontraron con muchos alienigenas a sus alrededores sentados viéndolos de manera incomoda.

Sonic recuperó su cuerpo de ser inmovilizado, y al instante, corrió con todas sus fuerzas para escapar del lugar. Pero fue inútil porque estaba encadenado de las manos y del cuello. Así que sí intentaba correr, el mismo se estaría ahorcando (algo similar a las correas de los perros).

Sonic: ¡Ustedes son unos desgraciados!

Inquisidor: ¡Cállate! Nosotros no somos los desgraciados, pero ellos si lo son. (Señala a esta criatura) .

Sonic: (traga saliva) Ejem... ¿Porque se llaman desgraciados?

Inquisidor: Porque son rápidos y nunca tienen piedad con su víctima. Lo primero que devoran son sus tripas, luego lo ojos, luego los pulmones... Y por último... El corazón. Por esa razón son usados como castigo o penitencia.

Sonic: (empieza a temblar de miedo).

Knuckles: (susurrándole a Sonic) Sonic, ¿Cómo conocen nuestro idioma?

Sonic: (tarda un momento en responder) N...No lo sé Knuckles...

Cuando llegaron al tribunal todos les empezaron a aventar cosas, basura alienigena por su puesto, todo era un desorden hasta que el juez interrumpió.

????? ??? ?????: ¡Silencio! (Todos se callan). Por medio del artículo 291 de la constitución de razas unidas. Abrimos jurado ante los presuntos criminales "Sonic The Hedgehog" y cualquier amigo suyo que este de su lado y oponga resistencia. Por favor, lleve a esa bestia y al tipo rojo a la silla de la eterna penitencia.

Cuando todos escuchan al juez hablar, se callaron y se sentaron en unos extraños asientos y a Sonic y Knuckles los llevaron a las sillas de la eterna penitencia. Son unas sillas que tienen un mecanismo en su interior para que saquen unos filosos y perforadores pinchos.

Esta silla se activa por control remoto, si no están de acuerdo con lo que diga el juez, activará el interruptor y no quieren saber qué pasará después con la víctima.

Miren aquí el juez.

¿Se les hace familiar?... Pues si, es el profeta del pesar, y ya aprendió junto con casi todos los monarcas y jerarcas, el idioma español. ¿Cómo lo aprendió? Gracias a Eggman. De hecho, capturaron a Sonic por todas las cosas que les dijo Eggman.

Sonic: ¡Todos ustedes están locos! ¡Ni si quiera los conozco! ¿PORQUE DEMONIOS ME CAPTURARON?

Profeta del pesar: ¡Cállate hereje! La siguiente ves que me interrumpas activare la silla de la eterna penitencia.

Knuckles: (Susurrándole a Sonic) Vaya, para ser un largo nombre es mejor que los que Eggman les pone a sus robots.

Sonic: (Susurrándole a Knuckles) ¡Cállate! ¡Nos podrían matar!

Knuckles: (susurrándole a Sonic) Mira, la tortuga gigante está a punto de apretar un botón.

Sonic: ¿Qué? (Voltea a ver al profeta) NO, ESPERE NO LO HAGA POR FAVOR...

El profeta está a punto de apretar el botón que activaría la silla. Pero con esa interrupción volteo a ver a Sonic y le hizo una pregunta... Extraña quizás.

Profeta del pesar: Si no quiere que apriete este botón, ¿está dispuesto a pagar su sentencia, dando todo lo que usted tiene para el bien de las razas unidas?

Sonic: (suspira) Haré lo que sea... Libérenme por favor.

Knuckles: Disculpe, ejem... Señoría, ¿Podía saber porque estamos siendo capturados?

Inquisidor: ¿No es más que obvio? ¡Ustedes deberían morir!

Profeta del pesar: ¡Silencio!... Ustedes dos no tienen ningún derecho de poder defenderse. Pero, les diré a partir de los sagrados escritos, la numerosa lista de crímenes que ustedes hicieron durante su miserable vida. ¡Inquisidor!

Inquisidor: ¿Cuáles son sus ordenes su alteza?

Profeta del pesar: Tráigame las escrituras de las sentencias de estos dos mequetrefes.

Inquisidor: A la orden señor.

El inquisidor se fue por unos momentos para buscar esas escrituras. Cuando regresa, se las entrega al profeta y este las empieza a leer.

Profeta del pesar: "Sonic The Hedgehog" Usted es culpable de 172 crímenes entre los cuales, hay 2 homicidios... ¡A ustedes debería de sentenciarlos a la pena de muerte!... Sin embargo, tengo planes para ustedes.

En ese momento, unos ayudantes de la corte del profeta les inyectaron una sustancia con diminutos robots, que por dentro irían eliminando las defensas del organismo, si el profeta apretaba ese botón que los activaría.

Profeta del pesar: Lo que les acabamos de inyectar, es una sustancia que a mi señal los ira matándolos por dentro. Eso solo sucederá si se presentan rebeldes ante mis órdenes.

Sonic y Knuckles: (tragan saliva)

Profeta del pesar: Su sentencia es de una cadena perpetua de 360,000 días en prision. Golpea la mesa con el martillo jurídico.

Knuckles: Wow, esos son muchos días...

Sonic: La pregunta aquí es, ¿cuánto tiempo dura un día en este planeta?

Profeta: llévenselos a la carcel de la santa inquisición.

Knuckles: Te digo que esos nombres son mejores a los que Eggman les pone a sus robots.

Sonic: ¿En serio en eso estás pensando?

Inquisidor: A sus ordenes su alteza.

El inquisidor se acerca a Sonic y Knuckles y los libera de la silla de la eterna penitencia. El creyó que no había necesidad de volverlos a amarrar porque podían estar a un botón de morir.

Sin embargo, para Sonic fue fácil correr y huir del inquisidor y dirigirse con el profeta para golpearlo y quitarle ese interruptor de sus manos.

Sonic le dio un grandísimo golpe, pero el profeta tenía un escudo holograma que es invisible, que solo se ve al contacto con algo.

Sonic: ¡No puede ser! ¿¡Qué fue eso!?

El inquisidor rápidamente agarro a Sonic de la cabeza igual que a esta persona.

Y lo empezó a azotar en el suelo para debilitarlo. Lo malo es que no se detenía, y Knuckles tuvo mucho miedo como para defenderlo. Quien menos se imaginan hizo que parara de lastimar a Sonic.

Profeta del pesar: ¡Suficiente inquisidor! Lléveselos en este intente.

Inquisidor: Si, su alteza.

Sonic quedo con los ojos morados y tenía moretones por todas partes, incluso se le cayeron dos dientes.

Knuckles: ¿Estás bien Sonic?

Sonic: (no podía hablar bien porque todavía estaba mal de las palizas que le dieron) Knuckles, salchicha, morado, modales, kiosco.

Knuckles: ¿quién? ¿Qué?

Inquisidor: ¡Cállense o los azoto de nuevo!

Con esta última amenaza Sonic y Knuckles hicieron caso y se callaron. Y estaban a punto de llegar a la carcel, pero no tardaron ni 5 minutos en llegar. Pero fue suficiente tiempo para que Sonic recuperará conciencia.

Inquisidor: ¡Entren sabandijas!

Sonic: Wow, que acogedora.

Cuando entraron a la prision, vieron a toda clase de alienigenas, algunos eran demasiado agresivos y estaban golpeando los barrotes de las celdas con todas sus fuerzas. Otros se veían muy raros y parecía que no estaban vivos.

Inquisidor: ¡Aquí está su celda! ¡ENTREN!

Knuckles: Al menos estaremos juntos Sonic...

Sonic: Me alegra eso...

El inquisidor les cierra las rejas y les pone demasiados candados y activo una trampa de láser por si intentaban escapar.

Sonic: (mirando al inquisidor) ¿Así sin más? ¿Podría saber la razón de porque me encarcelaron?

El inquisidor no le responde y se va.

Knuckles: Bueno, descuida, esos 360,000 días pasaran rápido.

Sonic: Knuckles, seamos realistas, haciendo la equivalencia en años darían muchísimos años, además de que no sabemos cuánto dura un día en este planeta.

Knuckles: (triste) Tienes razón Sonic... (Empieza a golpear las rejas) ¿PORQUE ESTMOS EN ESTE LUGAR?

Sonic: Tranquilízate Knuckles, harás que los guardias se enojen. Mejor no gastes tus energías en esto... Es igual que cuando estábamos con Eggman... (Triste) Pero ahora... No está ni Amy ni Tails...

Knuckles: Oye Sonic... Este...

Sonic: ¿Si Knuckles?

Knuckles: Como ya no tengo nada que perder... Me gustaría pedirte... Ejem... disculpas... Emmmm, ya sabes, por las peleas y los sándwiches... Quizás no valían la pena, y ahora que estoy preso en este lugar ya no habrán esas cosas de antes... Me siento culpable... Y... (Suspira) lo siento mucho...

Sonic: No te preocupes Knuckles, de hecho, yo también me quería disculpar por... Haberme portado tan mal con un amigo como tú... Ahora ni si quiera sé dónde estamos... Y no sé si saldremos de esta. Pero si nos trabajamos juntos probablemente salgamos de aquí pronto.

Knuckles: Tienes razón Sonic...

Sonic: (le da la mano a Knuckles) ¿Amigos de nuevo?

Knuckles: Claro Sonic... (Se reconcilia con Sonic).

Entonces Sonic y Knuckles empiezan a planear una manera de cómo salir. Obviamente no iba a ser tan fácil, tardarían un poco de tiempo en planear y luego en ejecutar su plan. El lado. Je o de todo esto, es que se han reconciliado, y que han vuelto a ser amigos... Pero, ¿Por cuánto tiempo? ¿Qué sería de Tails? ¿Lo lograran?

Olvidemos esas preguntas por un momento y regresemos al reino champiñón, donde Mario, Peach y el maestro Kinopo acamparon esa noche a las afueras del reino, cerca de un bosque. Pero el maestro Kinopo no superaba lo que sucedió el día del supuesto beso entre Mario y Peach.

Maestro K.: (caminando en círculos) ¡No me puedo creer todavía que mi pequeñita haya besado esos bigotes!

Mario: (-_-) Mama mía...

Peach: (harta) Ya le dije como mil veces que fue lo que en realidad sucedió... ¡No fue un beso! Simplemente lo ayude... A... (Empieza a recordar ese momento y se sonroja).

Maestro K.: ¡Aun así no me lo puedo creer!

Peach: Maestro, ya supérelo. Además, Mario y yo solo somos muy buenos amigos... (Mario y Peach se voltean a ver con un poco de pena)

Maestro K.: ¿¡AMIGOS!? (Se desmaya).

Peach: (O.o) ¿Maestro se encuentra bien?

Mario: (-_-*)

Después de unas horas despertó el maestro Kinopo.

Maestro K.: (adormilado, mira a Mario y a Peach) ¿Qué pasó? ¿Qué hago aquí? (Recuerda que pasó). ¡Princesa! Creo que me debe una explicación.

Peach: (En su mente: Ahí vamos de nuevo...) Tengo una mejor idea maestro, no podemos quedarnos aquí, además, no hemos visto en días a alguno de los ciudadanos o a alguien familiar. ¿Qué le parece si vamos al reino champiñón a ver si hay alguien?

Maestro K.: Bueno princesa, la verdad sería un poco peligroso que fuera al reino, no sabemos si en cualquier momento nos podamos encontrar a un monstruo que quiera hacerte daño. ¡O que se vuelva a incendiar el reino!

Mario: (En su mente: Es demasiado paranoico...).

Peach: Por favor maestro Kinopo... No creo que el castillo se vuelva a incendiar de la nada. Además, si hay enemigos, contamos con la persona más valiente que conozco... Mario... (Lo mira y se sonroja) ¿No es así?

Mario: (sonríe sonrojado) Jeje..

Maestro K.: (Triste) Ejem... ¿Entonces yo no soy el más valiente que haya conocido?

Peach: (avergonzada) Ejem... No, Cómo cree maestro... ¡Ambos son igual de valientes para mí!

Maestro K.: (En su mente: Ni ella misma se lo cree) (Suspira) Bueno, pues acompáñanos, será mejor a que te quedes sola aquí... (En su mente: Creí que ella me consideraría...).

Peach: (triste) Si maestro...

Mario: Mama Mía...

Mario, Peach y el maestro Kinopo partieron en busca de alguien en el reino champiñón. Cuando llegaron, no vieron a nadie, y se sentían un poco extraños.

Peach: Que raro... No hay nadie.

Maestro K.: Me siento un poco raro, y mareado...

Peach: Yo no me siento así maestro, ¿Se encuentra bien?

Maestro K.: Es que para ustedes es fácil decirlo, ¡Ustedes están jóvenes! Y eso me alegra. Pero yo ya no... Esos días para mi se acabaron...

Peach: (triste) ¡No diga eso maestro!

Maestro K.: Esta bien princesa, mejor continuemos con la búsqueda.

El trío paso una hora buscando en el reino sin resultado alguno. Incluso llegaron a creer que, quizás, ninguno había logrado sobrevivir al incendio. Estaban a punto de irse hasta que Mario vio a un Toad amarillo y a un sujeto de gorra verde explorando el interior de una casa.

Mario: (señala al Toad amarillo) ¡I got it!

Peach: ¡Miren! Ahí hay alguien.

Maestro K.: Kof Kof, ¡la búsqueda dio resultados! Kof Kof...

Peach: (preocupada) Maestro...

Maestro K.: Kof Kof, Estoy bien... Kof Kof.

Christian escucha cuando el maestro Kinopo tose y desde la ventana de la casa, voltea a verlos.

Christian: ¿Mario? ¿Maestro Kinopo? ¡¿Y la princesa?!

Luigi: (triste) Christian... (Suspira) Creo que no hay nadie en esta casa... ¿Seguro que es aquí?

Christian: ¡Mira Luigi! ¡Mario está aquí!

Luigi: (feliz) ¿En serio? ¿¡Donde!?

Christian: (señala a Mario) ¡Ahí!

Luigi: (se asoma por la ventana) ¡Hey!

Mario: ¡Luigi!

Peach y Maestro K.: ¿Luigi?

En ese momento Luigi y Christian se salen de la casa y corren a saludar a Mario y compañía.

Christian: ¡Princesa! ¡Se encuentra bien!

Peach: Jejeje, si, ¡me alegra encontrar a alguien!

Luigi: ¡Mario!

Mario: ¡Luigi!

Maestro K.: Kof Kof, me alegra que nos hayamos encontrado Kof Kof, ¡pero vámonos de aquí! ¡Presiento que este lugar me está matando!

Christian: (triste) ¡NO PODEMOS IRNOS!

Maestro K.: ¿Porque? Kof Kof...

Chrisitian: ¡PORQUE TODAVÍA NO ENCUENTRO A MIS PADRES! Snif Snif... (Empieza a llorar) Lo siento maestro... No debí de ser así...

Maestro K.: No te preocupes hijo... Te entiendo.

Luigi: (triste) Pero Christian, hemos buscado en todas partes... Y no los hemos visto... A lo mejor siguen en el campamento y no los viste... ¿Qué te parece si vamos a buscarlos en el campamento?

Christian: Snif Snif... ¿Tú crees que estén ahí? Snif...

Luigi: ¡Si creo!... Creo, ¡vamos a buscarlos!

Christian: (deprimido) Snif Snif... Ok... Vámonos...

Maestro K.: ¿Y a dónde vamos? Si ya no haya nadie... ¡Kof Kof...!

Christian: Snif Snif... Al sur del reino champiñón están todos los sobrevivientes, están haciendo un campamento, Snif Snif.

Peach: Eso quiere decir que... (Voltea a ver a Mario) ¡No estamos solos!

Mario: ¡Wahoo!

Christian: Pero cuando lleguen encontrarán muchas sorpresas... Ustedes no se las imaginaran... Snif Snif.

Luigi: Tranquilo Christian, ¡ya veras como encontraremos a tus padres! ¡Te lo prometo!

Christian: Snif Snif ¿En serio? Snif Snif.

Luigi: ¡Si!

Christian: Gracias Luigi... Snif Snif... Me siento un poquito mejor.

Mario, Luigi, Peach, Christian y el maestro Kinopo caminaron rumbo al campamento, Christian seguía un poco triste porque no encontró a sus padres ni si quiera en su casa, pero Luigi le dio consuelo y lo animó un poco...

Mario y Peach no se hablaron... Más que con la mirada, la verdad Mario tenia un fuerte sentimiento por la princesa, y ella también por él... Tenían en la punta de la lengua sus sentimientos. Pero ambos entendieron que no es el momento indicado para los deliciosos pasteles de Peach, en otras palabras... No es un buen momento para el amor...

Al igual que los demás Toads, el maestro Kinopo se sentía extraño, y Christian también, pero no quería decirlo porque tenía un poco de vergüenza.

¡Pero algo extremadamente extraño estaba sucediendo con los Toads enfermos en el campamento! ¡Incluyendo al maestro Kinopo y a Christian! Algo que nadie se iba a imaginar...

Fin del capítulo 9.

¡Hola a todos! Aquí les traigo otro capítulo de nuestra aventura con nuestros héroes Mario Y Sonic. Me gustaría dejar algunas aclaraciones.

Lo que sucede, es que el reino champiñón se volvió un lugar radioactivo, quiere decir, que es dañino para todo aquel que permanezca por mucho tiempo en el. Pero para los Toads es un caso muy especial.

Si el reino champiñón es un lugar radioactivo, es gracias a los meteoritos que se incendiaron y que en su interior, liberaron radón, que es una sustancia radioactiva.

Recuerden que esos meteoritos que cayeron en el reino champiñón, eran la extraña materia que Eggman liberó para huir del agujero de gusano.

Bueno, eso ha sido todo por ahora. Me gustaría escuchar su opinión acerca de mi historia, eso me ayudaría a crecer como escritor y como persona. A todos les deseo, ¡un excelente día!