Capitulo 32: Brujeria (Parte 2)

Después de una larga caminata, nos encontramos con Mario, Daisy, y la bruja clava transformada en Augusto. Todos ya habían llegado al supuesto hotel lujoso del que Augusto les había hablado y prometido, pero no sólo a los tortolocos, sino también a todo el pueblo de Sarasaland.

Así es, en realidad ese hotel Super lujoso no era más que la choza de la bruja... Esto, debido a que la bruja no conoce ningún hotel lujoso, y de todas formas ni hubiese ido a uno. Digo, es obvio la bruja tiene otras intenciones...

Augusto* les abre la puerta a Mario y a Daisy y les pidió de forma amable que pasen.

Augusto*: ¡Pasen, pasen! ¡Sean bienvenidos!

Los tortolocos se sorprenden al ver el supuesto hotel lujoso, que en realidad de lujoso no tiene nada y de hotel tampoco.

Mario: (...)

Daisy: ¿Este es supuesto "hotel" lujoso del que tanto nos presumiste, e incluso hiciste que me dejara llevar aquí?

Augusto*: (Nervioso) Ejem, pues... Verá, creo que yo...

Daisy: ¡No lo puedo creer...! Yo creí... Me siento... Me siento...

Augusto*: (empieza a sudar de nervios) ¡No es lo que usted cree....! Este... ¡Yo...! Eh...

Daisy: ¡Me siento de maravilla! ¡Es mejor de lo que yo me imaginaba!

Augusto*: (traga saliva) ¡Fiu...!

Mario: Bueno, ¿qué esperan? Yo tengo antojo de espagueti.

Augusto*: ¡P...pasen! ¡Bienvenidos!

Mario y Daisy: ¡Gracias!

Ambos entran a la pequeña choza a toda velocidad, Augusto* ríe de forma malévola y discreta mientras cerraba la puerta de la choza con llave.

Una vez que todos estaban dentro de la choza, Mario y Daisy observan que hay un par de sofás para 2 personas.

Uno está ocupado por otro Toad muy parecido a Augusto, que se encontraba acostado dando la espalda al exterior, y que por lo tanto, no se le puede ver el rostro. Un detalle poco importante para los tortolocos, era que se encontraba amarrado de brazos y pies.

Mario: (toma asiento en el otro sofá) ¡Buenas tardes señor! ¿Usted también se viene a hospedar en este hotel?

Daisy: ¡Shhhhh! ¿No ves que está durmiendo? (toma asiento a lado de Mario).

Mario: Tienes razón... Si el pobre chico con trabajos y puede dormir, por eso tuvo que amarrarse con sogas.

Daisy: Si, por eso deberías de guardar... (Se sorprende y grita) ¡AHHH! ¡Mira eso! (Señala el caldero de la bruja).

Mario: ¡Shhhh! ¡Lo primero que me dices, y es lo primero que haces!

Daisy: (susurra) Oh, lo siento...

Mario: (Mira el caldero) No tiene nada de sorprendente, es un caldero, cualquier persona tiene un caldero hoy en día.

Daisy: Yo no tengo un caldero...

Mario: Oh... Buen punto, ¿pero para que quieres un caldero?

Daisy: ¡Para poder hacer mucha sopa! O, ¡quizás una tarta gigante!

Mario: No lo sé... ¿Quién comería toda esa sopa, o esa tarta gigante?...

Daisy: ¡Todo Sarasaland! Y nosotros claro.

Mario: Hum...

Daisy: ¡Porfis! Si ¡porfis! Si (le hace mirada tierna).

Mario: (suspira) Argh... Está bien... Pero solo por esa mirada terrorífica.

Daisy: ¡Si...! (En su mente: Espera, ¿qué?)

Lo que ellos no saben, es que, en primera, no todo mundo tiene un caldero... Y en segunda, el Toad que está acostado y amarrado de brazos y pies no es un Toad con trastornos de sueño, ¡sino el verdadero Augusto!

En eso pasa caminando Augusto* (la bruja) y pasa entre los 2 sofás. Daisy lo detiene para hacerle una pregunta.

Daisy: Disculpa, ¿está es la sala de recepción?

Augusto*: Emmm, creo que... ¿si?

Daisy: ¡A que bien!... Y ¿Quién la atiende?

Augusto*: Ah, pues... Ustedes no se preocupen, porque... Emm... Porque... (Le brilla el foco) ¡Ah, ya se! ¡Ustedes tienen pase VIP esta noche!

Mario: (emocionado) ¡¿Entonces puedo comer espagueti las veces que yo quiera?!

Daisy: ¡Tampoco seas abusivo!

Mario: (triste) Oh... Esta bien...

Augusto*: Vengan, acompáñenme, le presentaré su habitación. (En su mente: ¡No saben la que les espera! ¡Ja Ja Ja!).

Augusto* abre una puerta, donde únicamente se aprecia una habitación totalmente desordenada y apestosa, que en realidad, esa es la habitación de la bruja.

Augusto*: ¡Ugh...! Si quieren denme un momento para que arregle la habitación, jejejeje...

Mario: Si, por favor.

Daisy: ¡NO!

Mario: ¿¡Qué?!

Daisy: Así está perfecta...

Augusto*: (En su mente: ¡Fiu! De la que me salve... Y que rarita me salió la princesa) ¡Entonces bienvenidos!

Los tortolocos entran a la habitación, y la empiezan a observar con curiosidad.

Augusto*: Bueno, yo tengo que ir a hacer otras cosas, así que... ¡Disfruten su estancia!

Daisy: ¡Gracias!

Mario: ¿Gracias...?

Augusto*: ¡Ah, por cierto, antes de que se me olvide... Quisiera pedirles si son tan amables, de que me regalen un pequeño mechón de su cabello. Es que... Bueno, jeje. Soy un coleccionista de cabello.

Mario: (ríe discretamente).

Daisy: Claro, (se arranca un cabello) ¡Ouch!.. ¡Aquí tienes! (Le da el pelo).

Augusto*: (toma el pelo) ¡Gracias!

Mario: Esto me va a doler... Pero bueno, lo haré porque respeto a la gente rara. (Se arranca un cabello) ¡OUCH!... Toma... (Le da el pelo).

Augusto*: (toma el pelo) ¡Son ustedes muy amables!... Bueno, ahora los dejare solitos... Jijiji (sale corriendo de la habitación).

Una vez que Augusto* salió de la habitación, cerró la puerta con seguro.

¿Saben ustedes porque les pidió cabello?...
Haciendo memoria en capítulos anteriores, la bruja calva necesitaba un ingrediente fundamental para poder elaborar el hechizo que desencantaría a Mario y a Daisy. Ese ingrediente es el cabello de los actuales enamorados.

Es por eso que cuando salió de la habitación, inmediatamente empezó a preparar esta dichosa pócima.

Pero antes de que pudiese si quiera colocar el primer ingrediente en el caldero, Augusto* comenzó a sentir un extraño mareo, y dolor que se intensificaba poco a poco en todo su cuerpo. A tal grado, de que ni si quiera se sentía capaz de mover un músculo.

Segundos después, Augusto* cae al suelo.

En eso, comenzó a sentir un hormigueo en uno de sus brazos, y al observarlo con más detenimiento, se percató de que uno de sus brazos estaba transformándose a un brazo huesudo, largo y frágil, y el color de piel a uno más pálido. Todo esto acompañado de un dolor intenso.

Augusto*: ¿Q...qué rayos! ¡AHHH! ¡MI BRAZO!

Y así como inició su brazo, le siguió el otro brazo, después las piernas, el abdomen, y al final todo su cuerpo terminaría por transformarse en otro más horrible y deforme.

Al final de todo esto, Augusto* terminó sintiéndose muy débil por todo lo transcurrido, y tenía una respiración acelerada. Necesitaba recuperarse un poco.

Unos minutos después de lo acontecido, Augusto*, después de reposar en el suelo, recupera un poco de energía y lentamente se levanta.

Fue así entonces, que lo primero que hace, es mirarse a si mismo cautelosamente...

Fue en ese momento en el que Augusto* se dio cuenta de que ya no era Augusto, sino que regresó a ser la bruja calva que todos conocemos... Es decir, el efectos de la transformación ya había terminado.

Bruja calva: (voz débil) Que doloroso es el cambio... Como quisiera que esto de los hechizos no fuese tan tedioso y doloroso... Pero bueno, ni modo, el amor duele, ¿no es así?

La bruja saco dentro de su túnica un recipiente que contenía la otra mitad que le sobraba para transformarse en Augusto.


E inmediatamente la bebió. Sorbo por sorbo, trago por trago... Incluso olvidó por un momento el horrible sabor de esta poción solo para lograr su terco objetivo...

Bruja calva: ¡Glup, glup, glup! (Avienta la botella y ésta se rompe) ¡Ah...! ¡Es hora de la transformación Baby! (Eructa). Ups, ese si me salió apestoso, jeje... Pero bueno, no me importa estoy en mi c... (vuelve a eructar pero esta vez expulsando burbujas de color verde por la boca) ¡Ay, ay, ay mi panza...! (Se retuerce del dolor)... No me siento bien... Me duele mi... es... (Se tira al suelo).

La bruja sufría un intenso dolor de estómago, adjunto a la horrible sensación de cuerpo cortado. Lo cual era sinónimo de que la poción estaba surgiendo efecto.

Mientras tanto veamos que está haciendo Mario y Daisy...

*Introduce multimedia: Una buena charla*

Daisy: (brincando) ¡Wiiii! ¡Jaja!... ¡Yiha!

Mario: No, no, no... Esto no puede ser posible, no puedo hospedarme viendo todo este cuchitril, tengo que hacer algo...

Daisy: Ven conmigo, brinquemos en la cama juntos.

Mario: ¿Qué acaso no ves todos esos resortes y el relleno salidos?

Daisy: ¡No seas miedoso! ¿Apoco unos pequeños resortes y algodón son más valientes que tú?

Mario: ¿que acaso no te diste cuenta que una cucaracha esta brincando justo a lado de ti?

Daisy y la cucaracha se voltean a ver.

Daisy: ¡AH!

Cucaracha: (...)

La cucaracha se va.

Mario: No brincaré en esa cama.

Daisy: Anda. ¡Y después pedimos un espagueti!

Mario: ¡No!... ejem... Digo... ¿Dijiste espagueti?

Daisy deja de brincar un momento de la cama para poder concentrarse mejor en chantajear a Mario.

Daisy: Jeje, si Mario... Dije un espagueti, pero no cualquier espagueti... Sino un espagueti calientito, con crema. bañado de una deliciosa salsa de tomates frescos, acompañada de deliciosas albóndigas rellenas, y por su puesto que de las más finas especias y champiñones que te puede ofrecer este planeta... Mmm... ¿Se te antoja?

Imaginación de Mario

Mario: (babeando) ¡Wow! ¡Wow!... Ejem, digo, ¡No!, ¡Debo de ser fuerte! Debo resistir ante mis mayores debilidades, y no dejarme convencer por mis más grandes y efímeros deseos. Eso es lo que fortalece a una persona distinguida. Cuando una persona logra extinguir sus puntos débiles, ésta pose verdadera libertad... Lo que yo llamo, un verdadero cambio...

Daisy: Wow... Y rayos...

Mario: (encuentra una escoba y un recogedor) ¡Así que no perderé más tiempo, es hora de limpiar este cuchitril! Porque así como estas por fuera, estas por dentro... ¡Dale!

Daisy: ¡No! Espera...

Y en ese momento Mario comenzó a barrer y a limpiar todo ese caos de forma tan desesperada, que formó una nube de polvo dentro de la habitación.

Daisy: Kof, Kof, Kof... ¡Oye!

Polvo, pelusas y pelos, y hasta lo que no se imaginan, volaban por todas partes, hasta que hasta la última pizca de polvo fue a parar en una bolsa de basura.

Y todo esto, en cuestión de un par de minutos. Tanto así, que Mario logró cambiar totalmente la apariencia de la habitación... Ahora sí parecía un a habitación de hotel desde la perspectiva del fontanero rojo.

Mario: ¡Haiya!... Y listo... Este cuarto se ve mucho mejor.

Daisy: ¡Kof, Kof! ¡Oye que te sucede, la habitación estaba perfecta como est...!

Daisy mira a sus alrededores.

Daisy: Wow... ¿Apoco tenemos ventanas?

Mario: Según mis ojos... Si.

Daisy: ¿Cómo rayos le hiciste para limpiar tan rápido el cuarto?

Mario: Tengo experiencia de limpiar un cuarto compartido con mi hermano... Y no sabes lo terrible que es tener que compartir habitación con alguien...

Daisy: ¡¿Como puedes decir semejantes cosas!?

Mario: Porque un día encontré miel regada debajo de la cama de Luigi... Eso no sería tan malo, de no ser que ya llevaba semanas ahí... Por lo tanto, olía mal, habían muchas larvas, y el dulce se endureció y se pegosteó en el suelo... ¿Sabes lo difícil que fue limpiar esa miel? ¡Tarde todo el día en solo limpiar esa parte del suelo!

Daisy: ¡TE EQUIVOCAS! ¡Tener un compañero de habitación es lo máximo! Puedes hablar con el, jugar, reírte, hacer fiestas, o enterarte de los chismes más recientes... O... (Comienza a sentirse triste)... (Voz tenue) O cualquier cosa divertida...

Mario: ¿Todo bien...? ¿Porque esa carita?

Daisy: (triste) No es nada en realidad...

Mario: Te desanimaste, ¿qué pasó? ¿Dije algo malo?

Daisy: Te digo que no es nada...

Mario: No lo creo.

Daisy: ¡En serio!

Mario: Ya dime, por favor, nadie más nos puede escuchar. Puedes confiar en mí, no se lo diré a nadie.

Daisy: (suspiro profundo) Está bien...

(INICIO DE UN RECUERDO)

Quisiera hacerte una pregunta... ¿Sabes lo horrible que se siente la soledad?...

Nunca en mi vida he tenido una amiga o un amigo... Siempre he aguantado ese vacío dentro de mi... Quizás sea mi forma de ser, quizás sea mi forma hablar... No lo sé, pero siempre he estado desesperada de encontrar a alguien con quien pueda hablar... Alguien en quien yo pueda confiar cierto tipo de cosas... En fin... Hay algo mucho peor que esto.

Cuando estaba cerca de cumplir los 18 años, mis padres fueron a una reunión extremadamente importante a la cual yo no podía acudir, porque no era gobernante en aquella entonces.

Cuando le pregunté al ministro de que se trataba la reunión, no me quiso responder, pero mi insistencia hizo que me dijera solo unos cuantos detalles. Cuando los escuche, realmente me quedé muy impactada.

Y es que mis padres, fueron al reino de lava, donde se supone que se reunirían con todos los Reyes de todos los reinos, para hablar de un tema que no me quiso decir, porque era un secreto real.

Yo estaba acostumbrada a que mis padres fueran a reuniones y a eventos importantes y todo eso... Pero este caso en particular fue muy extraño. Ya que mis padres no me avisaron nada acerca de esa reunión, y empezaron a comportarse de una forma muy extraña conmigo, por ejemplo, me dejaban hacer actividades que a mí me gustan, pero que por lo general, no me lo permitían hacer.

Además de que me compraron una nueva y más brillante corona, aretes en forma de flor tal y como yo los quería desde que era una niña, y decoraron toda mi habitación con adornos de margaritas, ¡lo dejaron adorable!

Sin embargo, poco me duró la felicidad al darme cuenta que mis padres no regresaban de la reunión...

Esa noche era lluviosa. Yo esperaba en mi cuarto ansiosamente la llegada de mis padres. Daban las 9, las 10, las 11, las 12 de la noche y aún no regresaban. Cada vez me sentía más tensa... Pero pese a mi inquietud, pude lograr dormir esa noche.

Al día siguiente desperté, me bañe, y desayune creyendo que a lo mejor mis padres llegaron por la madrugada, y que quizás en ese momento estaban durmiendo aún, pero desafortunadamente esa esperanza era solo una mentira.

Mis padres no habían regresado aún, y mi preocupación creció poco a poco conforme pasaban las horas... Luego conforme pasaban los días... Sin ver ningún rastro de ellos.

Mi preocupación era muy elevada, estaba nerviosa y habían veces en las que no quería comer... No fue hasta un día que el ministro, quien se encontraba bastante triste, se me acercó para decirme una noticia que terminaría por derramar el vaso de agua... Mis padres estaban desaparecidos...

Yo en ese momento quede totalmente paralizada por escuchar esa noticia... Y estuve muy triste y pensativa durante todo un mes... Todavía no me podía creer esa noticia.

Durante todo ese mes, recibía ánimos, consuelos y hasta regalos por parte de todos los guardias y sacerdotes del castillo. Aunque yo no fui de ninguna manera cortés con alguno de ellos, al contrario, fui quizás malagradecida con ellos.

Sin embargo, el pueblo tenía que continuar su vida con o sin mis padres... Y Sarasaland necesitaba un gobernante. Fue entonces que, cuando cumplí 18 años, asumí el cargo de gobernante de Sarasaland. No como reina, sino aún como princesa.

Si bien es muy cierto que asumí ese cargo teniendo en conciencia la situación de mis padres, yo tomé ese cargo porque tengo fe en que algún día me reencontrare con ellos y se sentirán muy orgullosos de mí, pese a mi forma de ser... Ya ves que me gusta montar leones.

E igualmente, tengo fe en que algún día conoceré a mis futuros amigos, que serán valiosas amistades que durarán para siempre pese a las peores circunstancias...

Ese pensamiento es lo que hasta la actualidad ha llenado ese vacío que existía dentro de mi... Eso a lo que la gente llama, esperanza...

(FIN DEL RECUERDO)

Daisy: (suspira triste) Y en realidad... Quisiera tener una gran amiga...

Mario quedo sorprendido al escuchar toda la situación... Así que intentó animar la situación.

Mario: Oye... Realmente has sido una chica muy fuerte para resistir todo eso... Pero recuerda que cuentas conmigo... Y ya no estés triste, lo mejor que podemos hacer ahora es hacer lo que queramos, tan solo por esta noche...

Daisy no contesta, se hace un silencio en la habitación.

Mario: (suspira) de verdad lo siento...

Después de eso último que dijo Mario, empezó a gobernar un silencio seco en la habitación, pues ambos personajes estaban muy pensativos y muy intrigados por no saber ni querer hacer algo...

Dejemos por un momento a la pareja, y ahora vamos a dirigirnos con la bruja calva. Quien después de haberse recostado en el suelo después de un rato, se levanta, y se mira en un espejo roto. Para darse cuenta de que tiene otra vez la forma de Augusto.

Augusto*: ¡Excelente! Ahora podré continuar haciendo el hechizo del des-enamoramiento, ¡hehehe!

Inmediatamente Augusto* enciende la flama de su caldero y la llena de agua.

Augusto: Bien, ahora solo tengo que esperar unos minutos a que esto hierva, para poder hacer ya mi hechizo, y tener a mi nene en mis brazos, Jijiji. Ahora déjame buscar otra vez ese libro de hechizos prohibidos para recordar el orden de los ingredientes.

La bruja comienza a buscar ese libro. Se supone que debe de estar en la sección de libros prohibidos de su librero, pero no lo encuentra.

Augusto*: ¿Qué rayos? ¡Aquí hace falta el Tomo IV de la saga de libros de hechizos prohibidos! ¿Dónde rayos está?

Sigue sin encontrarlo.

Augusto*: No me digas que tengo que buscarlo... Soy malísima buscando... (Suspira) Argh... Realmente el amor duele...

Augusto*: ¡Maldita sea no encuentro ese maldito libro! ¿¡Y ahora que hago?! ¡Maldito libro! (Avienta un libro que siempre tuvo en su mano) ¡Estupido libro, por su culpa ya perdí mucho tiempo!

Y la bruja empezó a brincar del berrinche por durante unos segundos, hasta que reaccionó, y se detiene por un momento para analizar esta "situación".

Augusto*: (...) ¿Será que...? (Voltea a ver al libro que lanzó) ¿será que...? (Se acerca al libro y lo levanta) ¿será que...? (Mira la carátula y la lee) ¿Será... "Libro de hechizos prohibidos: Tomo IV"? (Se da una fuerte palmada en la cara) ¡¿Todo este tiempo estuviste en mi mano!? (Furiosa) ¡Maldición! ¡El amor SI atonta, Y BASTANTE! No debo dejarme llevar, ¡solo debo cumplir mi propósito!

Muy enojada la bruja, corre en dirección a su caldero, y empieza rápidamente a realizar un ritual paralelo a la elaboración del hechizo.

Augusto*: (voz tétrica y con eco) Por favor, satanás... Cumple mi petición, a cambio de mi lealtad eterna... Mi alma estará a tu disposición siempre que lo desee, amo y señor... Ahora con mi petición avalada, ¡Es hora de empezar esto de una vez por todaaaaaas!

A continuación, la bruja listará los ingredientes en orden para echarlos en la Caldera y después revolverlos.

Augusto*: (eco) Lágrimas de serpiente, agua mística, ojos de león, sejas de goomba, caparazon de tortuga, ahora revolvamos bien para poder agregar el ultimo ingrediente... ¡Muajajajaja!

15 minutos después de revolver todo lo anterior mencionado. Prepara su último ingrediente para concluir el ritual  simultáneamente también la poción.

Augusto*: (eco) ¡Y ahora, el ultimo e indispensable ingrediente! ¡EL cabello de los actuales enamorados!

En eso, saca los cabellos de Mario y Daisy de una pequeña bolsa, y los mete al caldero con mucha delicadeza, cuando ambos cabellos hacen contacto en la mezcla, sale una flama con forma de un corazón roto.

Augusto*: ¡Muajajajaja! Está lista.

En eso, inmediatamente fue a buscar un par de tazas y un cucharón para verter la poción. ¿Qué clase de tazas? Pues a decir verdad, tazas comunes donde se sirve el té...

Augusto*: (sirviendo) Aquí una... Y aquí la otra... Jajaja, creerán que es té, pero no sabrán después lo que les pasó, ¡JAJAJAJA!

La bruja calva toma ambas tazas con la mezcla y se dirige a la habitación donde están Mario y Daisy en este momento. Discretamente abre el candado de la puerta y después toca para pedir permiso para pasar.

Augusto*: ¿Puedo pasar?

Daisy: (...)

Mario: Adelante.

La bruja calva entra e inmediatamente que vio la habitación limpia y ordenada, lanzó del puro impacto las tazas, y éstas por lo tanto, se rompieron en el suelo.

Augusto*: ¡AHH! (Lanza las tazas y éstas se rompen)

Mario: ¿Qué sucede?

Augusto*: Mi cuarto... ¡DIGO! Que limpia habitación, jeje. Esa mucama si hace muy bien su trabajo ¿no creen? (Sonrisa falsa)

Mario: No fue la mucama, fui yo.

Augusto*: Jeje, no debiste haberte tomado la molestia, santo cielo, estamos muy avergonzados... Jeje. (En su mente: ¡Maldito desgraciado, porque arruina mi cuarto!)

Mario: En fin, creo que tengo que ir por la escoba y el recogedor otra vez...

Augusto*: ¿Para qué?

Mario: Para levantar las tazas rotas que están en el suelo.

Augusto: Oh si... Jeje, mientras, yo voy por otras nuevas, jeje, Esperenme, no de vayan... (Se va de la habitación).

Mario observa que el líquido que contenían las tazas era de color rosa, y que empezó a descolorarse hasta un color negro ceniza. Pero no le tomó importancia, y barrio las tazas rotas de todas formas.

Mario: Deben de ser de esas bebidas exóticas tradicionales de cada lugar, así como la sopa súper champiñón...

Daisy: Oye Mario...

Mario: ¿Si?

Daisy: ¿Qué te parece si...?

Mario: Ops... No sé a qué te refieres, pero mi respuesta probablemente sea si.

Augusto*: ¡Ya regresé! Y con nuevas tazas y más bonitas que las anteriores.

Mario: ¡Bien!

Augusto*: La casa invita esta ronda de té calientito recién preparado con receta secreta familiar, jeje. (Le da las tazas con la poción a Mario y a Daisy)

Mario y Daisy: Gracias.

Daisy: ¿de qué es el te?

Augusto*: Em, bueno, ejem... Es de... De... ¡Frutas exóticas endémicas de esta zona! De hecho, no necesitan ponerle azúcar.

Daisy: Wow, suena interesante...

Augusto*: Bueno, yo me retiro, ¡que lo disfruten! (Cierra la puerta otra vez con candado).

Mario: Lo que que gusta de este hotel, es que inmediatamente compensan sus errores. ¿No crees?

Daisy: ¡Sip! Bueno, empecemos a probar este delicioso té de frutas exóticas endémicas, jeje.

Mario y Daisy: (chocan las tazas) ¡Salud!

Acto seguido, empiezan a beber sus primeros sorbos, tenía un peculiar sabor adictivo aunque un poco fuerte...

Daisy: Mmm, tiene razón, sabe a frutas exóticas, pero a ¿cuales?

Mario: Ni idea, pero está bueno.

Daisy: Cierto.

Ambos terminan de tomar su te sin discreción, es decir, sin esa delicadeza que tienen los británicos con la hora del té. Vamos, se bebieron el "té" como si de agua se tratara, y como si estuvieran sedientos.

Mario: Pediría otro, pero ya es mucha molestia...

Daisy: Lo sé, yo igual... Oye, porque hay dos idénticos a ti...

Mario: No lo sé... Oye, ¿porque tienes 3 piernas?

Daisy: ¿Porque tienes 2 narices?

Mario: ¿Porque tienes 3 ojos?

Daisy: ¿Porque tienes 4 orejas?...

Mario: ¿Porque tienes 2 bocas?...

Daisy: Ugh, no me siento muy bien...

Mario: Yo tampoco...

Ambos empezaron a ver borroso, a perder el equilibrio y a perder fuerzas en su cuerpo. Y no tardaron hincarse en el suelo con una respiración un poco acelerada. No podían ni hablar.

Mario: (En su mente: ¿qué ocurre?... ¿Qué es eso?)

Daisy: (En su mente: ¿acaso fue esa la ocasión en la que hice una tarta con Mario?)

Mario: (En su mente: Wow, en esa ocasión hice una tarta con Daisy, aunque no era comestible. Que bonito recuerdo... oye, ¿porque se desvaneció?)

Ambos comenzaron a alucinar, estaban en un viaje de sus recuerdos más recientes. Pero no saben la razón... Y es que en realidad, el hechizo está borrando todos esos recuerdos que tuvieron desde que la bruja los enamoró por accidente.

Los chicos estaban viajando por un túnel transparente color fantasía. Y aunque viajaban en ese mismo túnel, pero no lograban verse uno del otro, más que en los recuerdos.

Los recuerdos aparecían aleatoriamente en el túnel. Después de que aparecían por un momento, desaparecían del túnel, y por lo tanto, de su memoria.

Todos y cada uno de los recuerdos que tuvieron desde que se conocieron, aparecían y desaparecían de sus memorias... Eliminando así, todo resto de afecto que se tenían uno del otro.

No hay nada peor, que dañar la memoria de alguien con fines vicioso.








































El plan de la bruja, funcionó a la perfección... Aunque aún quería hacer una cosa más... La bruja solo estaba esperando solo el momento perfecto, para volver a encantar a Mario, pero ahora, de una forma más demente...

Es por eso que la bruja se acercó a Augusto, quien ya estaba despierto, pero no se podía mover porque estaba amarrado con sogas...

Augusto*: (voz oscura) Tu ya no me sirves... Pero haré un último esfuerzo para que me seas útil. Hehehehe....

El verdadero Augusto estaba muy estresado, pues sabía que algo muy malo iba a suceder, y no podía hacer nada para defenderse... ¿Qué creen que le haga al pobre para sus fines psicopatas?
















































20 minutos después de que la bruja les ofreció el "té" a Mario y Daisy, ellos recuperan conciencia, claro que con una parte de su memoria borrada.

Mario y Daisy despertaron de una alucinación que provocó su desmayo, se encontraban en la habitación de la choza de la bruja, pero no recuerdan haber estado ahí antes.

Aún se encontraban un poco débiles y tenían un dolor de cabeza.

Ambos se miran a los ojos con extrañes y fue entonces cuando Daisy rompió el silencio.

Daisy: ¿Q... Como llegue aquí?

Mario: (impresionado) No lo sé su majestad... ¿Será que perdí la batalla contra Tatanga?

Daisy: No lo creo, yo recuerdo que su nave explotó gracias a que lo venciste.

Mario: ¡Cierto...! Además, recuerdo que íbamos a reconstruir el reino ¿verdad?

Daisy: ¡Si! Pero... ¿Cómo rayos llegamos aquí?

Augusto*: (aparece sorpresivamente) Yo puedo responder esa pregunta por ustedes...

Daisy: ¡Qué bueno! Al fin, una buena persona. Oye, ¿podrías decirnos donde estamos?

Augusto*: Hm...

Daisy: (sorprendida) ¿qué sucede?...

Augusto*: Su majestad, ¿usted qué haría si alguien intentara arruinar su vida?

Daisy: Probablemente hable con esa persona seriamente, pero sin el afán de hacerla enojar.

Augusto*: ¡Mentira!

Daisy: (...)

Mario: (señalando a Augusto*) Tu, nos trajiste a este lugar.

Daisy: ¡Nos secuestraste!

Augusto*: En realidad, ustedes llegaron por su propia voluntad a este lugar, ¿no lo recuerdan?

Daisy: ¡Obvio eso es mentira!

Augusto*: (En su mente: ¡¡Entonces el hechizo su funcionó!!)

Mario: Olvidemos por un momento si esto fue un secuestro o no. ¡Por favor dinos dónde estamos!

Augusto*: Je... Esperen y verán...

En ese preciso momento, Augusto* empezó a transformarse de nuevo en la bruja calva... Todo ese grotesco proceso de transformación, detalle a detalle... Cambio de una forma simpática de un Toad, a una cosa horrible viviente.

Mario y Daisy vieron este traumatizante Suceso y de inmediato Mario reconoció a ese ser en el que en un principio era Augusto...

Mario: Tu...

Bruja calva: Así es, mi querido esposo no oficial...

Mario: (traga saliva)

Daisy: ¿Quién eres tu?

Bruja calva: Soy la novia de Mario...

Daisy: (impactada) ¿es eso cierto Mario?

Mario: ¡Claro que no! Ella solo es una terca y aferrada en mi.

Bruja calva: (de espaldas) Antes de que este plan concluya, (voltea a ver a Daisy) quisiera hacer una cosa más con usted su alteza.

Daisy: (...)

Se arma un silencio...













































Bruja calva: (Sacando un cuchillo discretamente) ¡QUIERO MATARTE MALDITA ASQUEROSA! (Se avienta en Daisy)

En ese momento, sorpresivamente la bruja se lanza contra Daisy, sacándola de la choza, rompiendo la ventana que había en la habitación. Y con el cuchillo firmemente sostenido listo para ser utilizado...

Mario: (muy sorprendido) ¡¿Qué te pasa!?

Inmediatamente Mario saltó para salir también por la ventana y defender a Daisy de la bruja psicopata calva... Pero justo cuando se lanzó a la ventana, alguien tomó a Mario de sorpresa por su pierna, e impidió que este saliera de la choza.

Mario: Whoa, (cae al suelo) ¡OUCH!

???????: ¿A dónde crees que vas?...

Mario: (mirando al sujeto que lo interceptó) Oh...

Augusto: Tengo ganas de lastimarte mucho.

Mario: ¿Q...que?...

Así es, Ese Toad es el verdadero Augusto hechizado por la bruja para detener a quien quisiera evitar el plan de la bruja... Y regresando al duelo a muerte.

Daisy estaba tratando de esquivar todos los cuchillazos de la bruja retrocediendo y evadiendo. Sin embargo, uno que otro de los intentos si termino por herir en uno de sus cachetes, en su mano izquierda y en su brazo derecho. Además de arruinar su vestido.

La bruja, quien no se detenía de atacar y gritar constantemente palabras como "Maldita" "Desgraciada" "Muérete" "Pudrete" "Mario es mío", en un intento desesperado de deshacerse de Daisy, le pisa si vestido, lo rompe y ella cae en el pasto.

La bruja estaba a punto de dar su golpe de gracia lanzándose para que con el impulso el impacto del cuchillo fuese definitivo. Pero... Daisy dio una vuelta en el suelo justo a tiempo, y logró esquivo ese feroz cuchillazo...

Por lo tanto, toda la hoja de metal del cuchillo se enterró en la tierra y solo quedaba en mango en superficie, que no podía sacarlo tan fácilmente de ahí.

Fue la perfecta oportunidad para Daisy, quien astutamente mientras la bruja intentaba sacar el cuchillo, le dio una patada circular en la cabeza, y la bruja saliera disparada un par de metros de distancia.

De inmediato la bruja se levanto para regresar por el cuchillo, pero justo cuando se puso de pie, Daisy le lanzó uno de sus zapatos, que le cayó con la punta del tacón en un ojo. Lo cual causó que la bruja retrocediera, se hincara y se cubriera su ojo herido..

Bruja calva: ¡AGRH! Maldita... Mi ojo... (Saca su varita)

Daisy en ese momento logró sacar el cuchillo de tierra y usarlo para defenderse... Pero suciamente, la bruja lanzó un hechizo de rayo que lastimaría gravemente a Daisy, a tal grado que perdiera casi toda su vitalidad...

Regresando con Mario y Augusto...

Mario estaba huyendo de Augusto a toda costa dentro de la choza. Él intentaba no lastimar a Augusto de ninguna manera, pero no tuvo otra opción cuando en uno de sus intentos salvajes, quería morder el cuello de Mario.

El fontanero, con una patada lo lanza directo al de librero de la bruja, donde este rebotó y para rematar, todos los libros y el pesado mueble, cayeron encima de Augusto.

Y sin pensarlo dos veces, Mario corrió lo más rápido que pudo, ya que tenía lastimada una de sus piernas, para ayudar a Daisy.

Cuando se asomó por la ventana, ve a Daisy en el suelo inconsciente y lastimada. Y a lado de ella ve a la bruja riéndose maquiavélicamente y caminando en dirección del cuchillo, para así poder matar a la joven princesa.

A Mario no le alcanzaba el tiempo para poder interceptar a la bruja, y menos porque su pierna estaba lastimada, así que busco otra forma para evitar que la bruja cumpliera su objetivo...

Inmediatamente, Mario buscó desesperadamente algún objeto para lanzárselo a la bruja, y de puro Milagro, este recipiente con una estampa de calavera rodó hasta la posición de Mario.

La bruja ya había tomado el cuchillo, y ya estaba en posición para acabar con Daisy de la forma más sangrienta y cruel posible.

Mario desesperado, y sin pensarlo dos veces, lanzó su única oportunidad de impedir una muerte a cambio de otra.

Mario: (Lanzando la botella) ¡NOOOOOO...!

La botella de vidrio se rompió justo en la espalda de la bruja, e inmediatamente libero un líquido venenoso y letal para la piel.

Fue solo así, que la bruja soltó el cuchillo por el intenso ardor que sentía causado con el ácido de la pócima, y éste cayó en un lugar distinto al cuerpo de Daisy.

La bruja se doblegaba y se movía bruscamente por el intenso dolor que sentía en su espalda, pues el ácido ya había disuelto la piel y se había introducido en sus órganos internos, generando así, una muerte por el derretimiento de los mismos.

Durante toda la tragedia, la bruja volteó a ver a Mario, con la intención de mostrarle su ojo deshecho por el tacón de Daisy, y este se sorprendió al ver que estaba totalmente rojo, y que su pupila estaba rota...

Bruja calva: (voz débil) Como pudiste... Yo te amaba... ¡AAHHHHHHH!

La bruja dio un enorme grito de dolor, segundos antes de su muerte definitiva...

Mario quedo un poco shokeado por verla derretirse viva, pero pronto reaccionó y fue a acudir a Daisy...

Mario: No, no... (Mira a Diasy y da un Suspiro de satisfacción) Ah... que alivio, está viva... Pero esta muy débil y sensible... ¿Porque rayos nos tenía que suceder todo esto...? ¿Cómo rayos pasó todo esto...?

Mario: No lo entiendo, no lo recuerdo...

































Fin del capítulo 32.

Hola a todos, hoy les traigo ya después de bastante tiempo un capítulo más de nuestros héroes favoritos, aquí algunas aclaraciones:

-Augusto*. Si le puse un asterisco, es porque en realidad es la bruja transformada en él.

-Es un hecho que Mario y Daisy olvidaron todas las cosas que hicieron desde que la bruja los hechizo...

Eso sería todo.

Me gustaría escuchar su opinión acerca de la lectura, eso me ayudaría mucho a seguir creciendo como escritor y como persona. La crítica constructiva es vital para la mejora.

A todos les deseo, ¡una excelente tarde!

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