Capítulo VII

-*Meggy POV*-

Me encontraba viendo la tele en la sala de mi casa. Cambiaba de canal cada tanto, con el control remoto en mi mano. Pero, no me sentía yo misma. Más bien, me sentía...

Aburrida... Pero, ¿por qué?

Meggy: -*Apaga la tele*- Supongo que una caminata me ayudará.

Me levanté de mi sofá y procedí a salir de mi casa. Caminaba por las calles algo pensativa, intentando averiguar qué me provocaba este sentimiento. Miré a mi alrededor, y solo vi a varias personas haciendo cosas raras, como era de costumbre en este mundo. Aún así, el sentimiento seguía presente.

Entré en un parque cercano, y me senté en una banca. Lleve mis manos a mi cabeza, tratando de entender qué rayos me pasaba. Alce la mirada, y vi a varios niños jugando... y al payaso Depresso hurgando en la basura buscando comida, cosa que no me sorprendió.

Meggy: ¿Por qué sigo con este sentimiento? ¿Qué es lo que me pasa?

Dije apoyando mi espalda contra la banca. En un momento, vi como Depresso sacó un plato de espagueti de la basura, pero lo tiró a un lado. Cuando vi el plato, me hizo recordar a alguien... Alguien que siempre encontraba la manera de hacerme reír, a pesar de que me enojaba con él algunas veces...

Comprendí ese sentimiento... Alguien me hacía falta... Más bien, Mario me hacía falta... Recordé como lo traté unos días antes. Y luego de eso, simplemente... desapareció.

Meggy: Rojo... ¿Dónde estás?

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-*Mario POV*-

Estaba acostado en mi cama, mirando el techo. Los lloriqueos y risas de ese bebé monstruoso seguían en mi mente. No lo iba negar, esa experiencia de casi morir me dejó algo perturbado.

Intenté no pensar en eso, y cerré mis ojos para descansar un poco. Sin razón alguna, la imágen de Pomni fue lo primero que apareció en mi mente. Me la imaginaba saludándome con esa tierna sonrisa, que hizo que mi corazón se sintiera cálido.

El timbre de la puerta me hizo regresar a la realidad. Pronto recordé lo que Pomni me propusó, y la verdad pasar un rato con ella no era malo. Me levanté y fui a abrir, y como suponía, ella estaba allí, luciendo nerviosa y algo tímida.

Mario: Pomni.

Pomni: Ah... Hola, Mario. Jejejeje. No olvidaste la propuesta de pasar un rato juntos, ¿no?

Mario: No, no la olvidé. -*Sale del cuarto y cierra la puerta*- ¿A dónde te gustaría ir?

Pomni: Bueno... Estaba pensando en... ir a ver el carnaval digital. Digo, nunca fui ahí y... quisiera ver cómo es.

Mario: Buena idea. -*Dijo extendiendo su mano*- ¿Vamos?

Pomni: S-Sí...

Diciendo esto, Pomni tomó mi mano y ambos caminamos al carnaval digital. Su mano era suave y cálida, y su presencia hacía que me sintiera... relajado, bien y feliz. No dejé de mirarla en todo momento, cosa que ella de seguro notó, pues vi como un rubor apareció en sus mejillas mientras sonreía tímidamente.

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-*No POV*-

El dúo se encontraba caminando por el carnaval digital, mirando las diferentes atracciones con entusiasmo. Era su primera vez pasando por allí, y nunca imaginaron que fuera tan genial.

La chica bufón se detuvo de repente, mirando la atracción de la montaña rusa con asombro. El fontanero sintió como ella paró de caminar, y al mirarla, la vio mirando la montaña rusa.

Pomni: -*Voltea a verlo*- ¿Subimos?

Mario: Desde luego.

Diciendo esto, ambos se acercaron a la atracción. Mario dejó primero que Pomni subiera, algo que hizo que la chica bufón riera un poco. Se sentaron en uno de los vagones, y procedieron a esperar qué sucedía. Los vagones comenzaron a moverse, primero subiendo una enorme colina que tardaba como unos 5 minutos en subir.

Mario: -*Mira abajo*- Mamá mía, está muy alto...

Pomni: -*Traga saliva*- Mejor agarrate de la barra de seguridad. Siento que esto se pondrá intenso.

El fontanero acató la sugerencia, y se aferró a la barra al igual que la payasa. La montaña rusa se detuvo al llegar a la cima de la colina, antes de bajar a una velocidad impresionante.

Los dos gritaban de miedo pero a la vez de emoción, pues nunca habían experimentado algo así. Pomni miró de reojo a Mario, y éste hizo lo mismo. Soltaron una risa de emoción, mientras la montaña daba diferentes giros sin parar.

Finalmente, tras unos minutos, volvieron al inicio. Bajaron de los vagones, con la payasa yendo a vomitar en un bote de basura cercano. El fontanero no pudo evitar soltar una pequeña risa al ver eso.

Pomni: WOW... Eso fue... ¡¡¡INCREÍBLE!!!

Mario: ¡Ni que lo digas! ¡Hace tiempo que no me divertía así!

Pomni: ¡Hay que probar otro más!

Mario: -*Mira los diferentes juegos*- ¿Qué tal ese? -*Dijo señalando el juego de golpear al topo*

Pomni: ¡Hay que jugarlo! -*Dijo con emoción y toma a Mario de la mano, para luego jalarlo al juego*

Ambos se acercaron, tomaron los mazos del juego y empezaron a jugar. Golpeaban a cada topo que se asomaba por los agüeros, mientras reían por tanta diversión. Los dos parecían como dos niños pequeños al jugar.

-*10 minutos después*-

Pomni: -*Golpea al último topo*- ¡¡¡SÍ!!!

Mario: ¡¡¡JAJAJAJA!!! ¡¡¡TOMENLA, TOPOS DE [¡BOINK!]!!!

Pomni: ¡Hay que probar otro más!

Mario: -*Mira el juego de aros*- Hay que probar ese.

Pomni: ¡Acepto!

Diciendo esto, el fontanero y la payasa se acercaron rápidamente al juego. Tomaron diferentes aros y procedieron a lanzarlos a las botellas.

-*5 minutos después*-

Pomni solo pudo acertar tres lanzamientos, algo que la entristeció un poco. Sin embargo, una sonrisa se formó en su rostro en cuanto vio a Mario acertar varios lanzamientos, antes de ganar un lindo peluche de elefante rosado.

Mario: Un lindo obsequio para alguien especial.

Pomni: -*Toma el peluche*- Aaaaay. Muchas gracias, Mario.

Mario: -*Mira la rueda de la fortuna*- Oye... ¿Qué tal si subimos ahí?

Pomni: -*Mira la atracción*- Claro.

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-*Pomni POV*-

Nos encontrábamos sentados en uno de los asientos de la rueda de la fortuna. La vista era asombrosa. Podíamos ver la luz del sol escondiéndose entre unas colinas. Abracé el peluche de elefante que Mario me había dado, mientras una sonrisa se formaba en mi rostro.

Mario: Debo admitir que todo se ve hermoso desde aquí... La puesta del sol, el circo... Todo se ve hermoso.

Pomni: Lo mismo digo yo... ¿Te digo algo? Antes detestaba estar aquí, y siempre intentaba encontrar la salida... Pero desde que tú llegaste... me está empezando a agradar este lugar.

Mario: -*Sonríe*- De nada, Pomni... Ah, casi se me olvida... Quiero darte algo.

Me quedé mirando con interés mientras vi a Mario sacar algo de su bolsillo. Abrí mis ojos de par en par cuando mostró un collar dorado, con un símbolo en forma de corazón.

Pomni: Mario... -*Dijo con un rubor en sus mejillas*

Mario: Lo hice luego de esa aventura que tuvimos en el Reino Cañón de Caramelo. Supuse que aún seguirías triste por lo de Gummigoo, así que... quise darte algo para animarte un poco.

Mario colocó el collar en mi cuello de una forma suave. Me quedé viendo el símbolo de corazón del collar, y de nuevo una sonrisa se formó en mi rostro.

(Créditos a RumboG por el dibujo)

Pomni: Mario, esto es... ¡hermoso! -*Dijo antes de abrazarlo*- ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!

Mario: -*Corresponde algo sonrojado*- Jejejeje. De nada.

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-*No POV*-

SMG4: Entonces... ¿Qué tal va el negocio?

Mencionó SMG4, quien se encontraba en una mesa del restaurante de SMG3. Éste se encontraba contando el dinero de la caja registradora del mostrador.

SMG3: Bien... Supongo.

SMG4: -*Suspira*- ¿Por qué todo se siente tan aburrido? Digo... ya no se siente tan divertido como... solía ser antes.

SMG3: Bueno, no soy experto en estas cosas... Pero creo que nos hace falta alguien.

Aquellas palabras dejaron pensativo a SMG4, quien simplemente miró al suelo algo pensativo. Nunca se había puesto a pensar en eso, pues desde hace unos días se empezaba a sentir así, y fue luego de que ese alguien misteriosamente desapareciera.

SMG4: ¿No has visto a Mario estos últimos días?

SMG3: ¿No apareció?

SMG4: No... Y sigo pensando en lo que le dijimos... ¿Tú crees que nos pasamos?

SMG3: Nah. Seguro se le pasará. Es Mario, ya sabes como es.

SMG4: Sí, cierto... -*Mira a la ventana*- Solo espero que esté bien... donde sea que esté.

Continuará...

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