- Postre -

Thatch estaba cocinando un postre especial en la cocina. Llevaban meses buscando la ubicación de los niños sin falta alguna. Haruta parecía estar al borde del precipicio mental, Marco tuvo que obligarlo a dormir un poco.

Por fin los tengo - Haruta llegó corriendo con la cara llena de alegría. Thatch dejó de batir el merengue; iba a hacer un postre especial para engatusar y mimar a sus hermanitos.

¡Muy bien, hijo! - Barba Blanca felicitó y Haruta se sintió genial.

¿Dónde están, yo? - Marco preguntó con una sonrisa en la cara, sabiendo que la información de su hermano nunca falla.

Están en la isla de invierno más cercana hacia el sur. Si vamos ahora, llegaremos en dos días y, según mi información, estarán ahí alrededor de una semana junto a los piratas de pelirrojo. Parece que tienen alguna especie de conexión - Shirohige miró al cielo.

Así que el mocoso pelirrojo está involucrado en toda esta locura. GURARARARA - Haruta asintió.

¿Entonces la persona a la que Ace informaba era a los pelirrojos, yo? - Haruta asintió para confirmar la información.

Entonces ya no tenemos que preocuparnos por que la marina los quiera atacar. Después de todo, Sengoku no es tan tonto como para tratar de tocar a un aliado de Shanks - Todos asintieron ante las palabras de Thatch.

Están a salvo y podemos ir a hablar con ellos tranquilamente porque no llevamos bien con Shanks - Izo terminó la conversación, y ahora todos estaban mucho más relajados.

¡Ace, no es justo! Tú no tienes frío porque eres de fuego - Deuce gritaba congelado mientras jugaban a lanzarse bolas de nieve.

¡Nadie dijo nada sobre no usar frutas del diablo en las reglas antes de comenzar! - Ace le dio en la cara a Deuce mientras todos corrían riendo. Los piratas de pelirrojo miraban desde arriba a los niños jugar. Ace se cansó y se acercó al barco.

¡Voy a hablar con Luffy y Sabo! - Shanks rió porque sabía que Ace les iba a dar la noticia.

Ace entró tranquilamente a su habitación y tomó su Den Den Mushi que estaba comiendo. El animalito lo miró enfadado.

Está bien, primero te daré más cuando terminemos - el animalito sonrió feliz mientras hacía su trabajo.

¿Buenas? Soy Monkey D. Luffy, el próximo rey de los piratas - Ahí estaba su hermanito, como siempre, y detrás escuchó a Sabo regañando.

¡Luffy, así no se contestan las llamadas! Ya te lo he dicho - Sabo se acercó a mirar tranquilamente - ¡Ace!

Hola chicos, los llamaba para decirles... que ahora soy pirata - Ace se rió ante el grito de sorpresa del otro lado de la línea.

¿Ace por fin dejó de ser marine y ahora es un pirata? ¡GENIAL! - Luffy estaba muy feliz. Ahora no iba a tener que pelear con su hermano cuando fuera rey de los piratas.

¿Por fin se acabó tu fase rebelde, Ace? - Sabo rió.

Me lo dice un revolucionario, qué locura - Sabo rió por el otro lado.

Para lo que sea que necesites, los revolucionarios estamos aquí. Sabes que te apoyaremos en todo. No se ve, pero Dragon también te quiere - Ace bufó.

Eso dices porque es tu alma gemela. ¿No te ha hecho nada? - Sabo negó con una sonrisa tibia en su rostro.

Él me ha respetado correctamente. Me dijo que no planeaba cortarme hasta que yo cumpliera la mayoría de edad, y aún así, yo decidiría cómo quería que fuera la relación - Luffy apareció en la llamada.

Sí, porque si Dragon molesta a Sabo, no se lo perdonaré y le daré una paliza - Luffy rió cuando Sabo acarició su cabello.

Tienes razón, Lu. Si le hace algo a Sabo, va a tenernos a los dos encima de él para fastidiarle la vida - Sabo se sonrojó.

Mejor ya vete con los demás, estaba haciéndome pasar vergüenza, hermanos celosos - Ace rió y la llamada se acabó. Todo estaba bien. Esto estaba bien. Tenía el apoyo de todos en esto y se sentía realmente feliz, más de lo que había sentido en esos 17 años de vida.

Cuando Ace salió, casi se le salió el alma. Sus hermanos estaban escondidos detrás de los piratas de pelirrojo, mientras los piratas de Barba Blanca trataban de hablar con ellos y Shirohige se reía con el pelirrojo.

¡Ace! - Sus hermanos casi lloraron, y él se colocó adelante para defenderlos.

Luciérnaga, yo - Marco se rió con una sonrisa, pero Ace se mantuvo serio.

Acey, estamos en alianza con los Barba Blanca, así que no te preocupes - Ace asintió, pero aún así no iba a bajar la guardia. Se acercó a sus chicos, ignorando a los Barba Blanca, para contarles todo lo que había sucedido en la llamada. Ya hacía frío, y decidieron que se iban a sentar a ver el cielo estrellado. Se mantendrían calientes con la fruta del diablo de Ace.

Eres tan cálido - Sus chicos estaban todos abrazados a su alrededor, y eso hacía que Ace se sintiera bien al poder ayudar.

Acey, toma, un postre que hice para ustedes - Ace miró al hombre del copete; si no recordaba mal, su nombre era Thatch. Ahora se veía mucho mejor, menos histérico que la última vez que lo vio, y en realidad, se veía mucho más amable.

Uh... - Ace dudó si aceptar, pero al final lo hizo. En realidad, no se veía como una mala persona, así que se movió a un lado invitándolos a sentarse con ellos - Está bien.

Ace, esa es una osa mayor - Ace asintió con una sonrisa dulce ante la afirmación de uno de sus navegantes. Después de todo, eran navegantes.

Está delicioso, gracias - Ace agradeció por el postre a Thatch y pudo ver cómo la cara del chico se iluminaba. De repente, lo estaba asfixiando en un abrazo de oso.

Uh, eso es incómodo - Ace trató de separarse, pero Thatch no lo soltaba.

Pensé que odiabas a los piratas - Ace suspiró.

No los odio. Siempre quise ser pirata, solo que tuve algunas... muy malas experiencias, aún un estilo de piratas muy hijos de puta que odio con todo mi corazón - Todos asintieron de acuerdo con su capitán, y ahora Thatch quería saber qué le habían hecho a su hermanito.

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