XX: Cualquier cosa.
CAPÍTULO 20
Mayo 9.
Habían pasado tres días ya desde que Jackie había encontrado a aquel niño. Harry no había parado de hacerle preguntas y asustarlo aún más con su comportamiento agresivo.
Pero aun cuando Christopher les había respondido algunas cosas, no respondía a muchas otras. Permanecía siempre serio y triste. Y de los tres días que llevaba junto a ellos, en ningún momento se había despegado de Jackie.
—¿Entonces no rescataste ninguna de tus pertenencias? —Le preguntó Harry al niño.
—Las dejé en donde dormíamos, estaban pesadas—Respondió Cristopher tajante.
Harry no siguió con más preguntas, le irritaba estar cerca del niño y a pesar de no confiar en él, no decía nada cuando lo veía siempre unido a Jackie.
—Parece muy maduro para su edad—Le dijo Jackie a Harry cuando el niño se quedó dormido—Y es muy alto.
—Lo que pasa es que tú eres muy bajita—Bromeó Harry.
—¿Cuánto has crecido desde que llegaste aquí? —Le preguntó ella de manera cuidadosa observando la expresión del rostro de él.
—En realidad no mucho, unos diez o trece centímetros, he ganado más masa que altura—Respondió Harry flexionando su brazo—Estos músculos son el resultado de esfuerzo y dedicación.
Jackie rio apenada sin poder evitar ver los brazos del chico. No era musculoso, pero sin duda estaba tonificado.
—No creo que tuvieras muchas cosas que hacer aquí y el ejercicio es una buena forma de pasar el tiempo—Le dijo Jackie.
—Si algún día regresamos a casa y salgo en televisión, debo lucir bien—Dijo él con una sonrisa divertida.
—¿Practicabas algún deporte?
—No disciplinadamente, pero siempre jugaba al soccer—Le platicó él—Cuando jugaba con mis amigos, mi perro siempre iba detrás del balón y lo reventaba—Dijo él con una sonrisa nostálgica.
Se preguntaba cómo estaría su perro, su mejor amigo. Extrañaba llegar a casa y que el pequeño Cocker spaniel lo recibiera meneando la cola y su pelaje negro intenso.
—Yo estaba en natación, entré al equipo de la universidad y ahí aprendí a nadar, antes no sabía—Le dijo ella.
—Sí... tienes cuerpo de nadadora—Le dijo él.
—¿Eso es bueno o malo? —Preguntó ella.
—Bueno, muy bueno—Murmuró él y ella le dio un empujón en el hombro riendo.
—Oye... ¿y si es un fantasma? —Preguntó ella de la nada.
—¿Quién?
—Christopher...
Harry soltó una carcajada. Él era una de esas personas miedosas, no le gustaban las películas de terror ni nada que tuviera que ver con ese tema, pero no creía en lo sobrenatural.
Él era la persona más escéptica del mundo.
—Eso es algo tonto ¿no crees?, los fantasmas no existen —Le dijo él—Además si hubiese fantasmas, creo que lo habría sabido, después de todo llevo mucho tiempo aquí.
—Sí... fue una ocurrencia mía—Dijo ella.
—Me gustan las ocurrencias—Dijo él.
—¿Ah sí? —Preguntó ella con una ceja levantada.
—Son muy ocurrentes—Dijo él de manera obvia y ella rodó los ojos.
Jackie se quedó mirando hacia el mar, el sol estaba comenzando a ponerse, el cielo estaba pasando por una transición de colores azulados y rosas. El viento soplaba débilmente moviendo el cabello de ella, haciendo que cayera en sus ojos, molestándole.
— Mi cabello me desespera a veces—Dijo ella.
—¿Por qué? —Preguntó él confundido—Tu cabello es muy bonito.
—Porque siempre está alborotado—Le respondió.
—Aun así, luces bien—Le dijo él y ella sonrió—Tus ojos son muy bonitos también.
—¿En serio? —Preguntó ella y se giró de espaldas a él—¿De qué color son?
—A simple vista se ven cafés, como el color de los cocos.
Ella rio por la comparación que él había elegido.
—Vaya, ojalá los tuviera azules para que me dijeras que son del color del mar, o del cielo... pero del color de los cocos es muy original—Dijo ella.
—Soy creativo y diferente—Dijo él con un tono lo menos modesto posible—Pero es un café muy peculiar...ahora mismo antes de que te giraras, lucían ámbar por el reflejo de la puesta del sol, pero a medio día lucen un poco más oscuros, como color avellana o caramelo.
Ella escuchaba atenta la descripción que él estaba dando de sus ojos.
—Pero... ¿tienes heterocromia parcial? —Le preguntó él, aunque ya sabía la respuesta.
Ella frunció el rostro, ¿de verdad se había dado cuenta?, casi no se le notaba. Así que solamente asintió a su pregunta.
—Sí... tus ojos son cafés, pero en tu ojo derecho tienes un cuarto de iris verde—Dijo él completamente seguro.
Jackie se giró y sonrió.
—No muchas personas lo notan—Dijo ella.
—Bueno, yo sí... es algo muy raro, pero muy bonito—Dijo él sonrojándose.
—Me gustó mucho tu descripción, nunca me habían dicho algo así de mis ojos—Dijo ella en voz baja—Incluso cuando era niña, algunos niños de mi escuela se burlaban de mi por eso, me decían rara.
—No sabían lo que decían—Dijo él—Tus ojos son verdaderamente bonitos y únicos.
—Gracias—Dijo ella sonriendo.
—En realidad todos tenemos ojos únicos, son algo así como nuestras huellas...
—Oh, pensé que lo decías en forma de cumplido—Rio ella.
—Ah... bueno, también—Dijo él con una sonrisa mostrando sus dientes.
Ella sonrió también y volvió a sentarse en la arena frente a él. Estuvieron conversando un rato hasta que escucharon sollozos provenientes del interior de la choza.
Los dos se levantaron confundidos, Jackie entró primero y vio a Christopher sentado abrazando sus piernas mientras lloraba.
—Hey ¿qué pasa? —Le preguntó ella agachándose a su altura.
El pequeño no respondía, solamente seguía llorando, así que ella se sentó a su lado y le sobo la espalda. Harry miró la escena con una expresión neutra.
—Te están haciendo una pregunta—Dijo Harry con un tono brusco, ella volteó a verlo con el rostro fruncido y él rodó los ojos fastidiado.
—Está bien Chris... no pasa nada, dime ¿qué tienes? —Le pregunto ella de nuevo.
—Extraño a mi papá—Dijo el niño.
Jackie sintió como su corazón se apretujó al escuchar la tierna voz del niño diciendo algo así.
—Nosotros también extrañamos a nuestros papás, y sabemos que duele... pero tienes que ser fuerte ¿sí? —Le dijo ella—Tan siquiera de aquí a que alguien nos encuentre.
Harry bufó incrédulo y ella volvió a darle otra mala mirada. Jackie estuvo consolándolo un rato hasta que volvió a quedarse dormido. Le recordaba cuando su mamá la consolaba después de haberse hecho un raspón al caerse de la bicicleta y su papá le preguntaba si quería seguir jugando.
Cuando salió de la choza, vio a Harry sentado a la orilla del mar, con las olas chocando contra sus pies y el agua salpicando su rostro. Ella suspiró viendo a aquel joven reflejado en el niño que había llegado a ellos.
Se preguntó cuántas veces Harry había llorado solo sin alguien que lo consolara, cuántas veces había extrañado a su familia mientras trataba de sobrevivir, cuánto tardó en hacerse fuerte y aceptar que estaba solo, cuándo había dejado de llorar.
Se puso a pensar en cuán difícil había sido para él, y cómo había logrado convertirse en el hombre que era ahora. Que a pesar de mostrar muy poco por fuera y aparentar tener un duro corazón, por dentro sus sentimientos se movían chocando unos con otros como las olas, formándose diariamente, de gran tamaño, para terminar, deshaciéndose en la orilla de todo, causando que su alma se erosionara.
Lentamente se acercó a él y lo abrazó por la espalda, de una manera un poco incomoda, ya que él estaba sentado. Él se sobresaltó al sentir el toque, pero después se calmó al ver de quién se trataba, y quedó un poco confundido por el gesto.
—¿Qué haces? —Le preguntó él.
—¿Cuántas veces lloraste en soledad cuando llegaste aquí? —Le preguntó ella con una voz melosa.
—Muchas—Respondió él sin ánimos de querer recordar.
Cada vez que pensaba en aquel día, cuando tuvieron ese accidente aéreo, se le ponía la piel de gallina, sus ojos se cristalizaban, podía escuchar la voz de su padre diciendo que todo estaría bien.
Podía recordar todas las experiencias que tuvo antes de eso, a sus amigos, a sus familiares, incluso a los profesores de su escuela. Extrañaba los aromas de la comida casera y del jabón que su madre compraba especialmente para ella porque no le gustaba compartirlo, aunque él lo usara en secreto porque olía muy bien. Sentía la necesidad de disculparse con ella por eso y abrazarla muy fuerte.
Podía recordar esas veces que se probaba los trajes de su padre a escondidas cuando él salía, recordaba que le quedaban un poco grandes, pero que aun así se sentía como una persona importante, y después cuando su padre llegaba se ponía de mal humor al ver sus trajes arrugados.
Cada día se preguntaba qué sería de su vida si no le hubiese pasado esto. ¿Habría logrado graduarse de cirujano o de dibujante? ¿Tendría muchos amigos nuevos o una pareja? ¿Habrían despedido a Nicholas al descubrir qué clase de persona era?
Tenía muchas preguntas en mente, que quizá nunca tendrían respuesta.
—Quiero que sepas que ahora me tienes aquí, que puedes llorar cuantas veces quieras y nunca te voy a juzgar—Le dijo ella sentándose a su lado, tomando la mano de Harry mientras él temblaba de nervios.
—No lo creo, seguramente entre ese niño y yo, irías a consolarlo a él primero—Murmuró él con la voz entrecortada.
—¿Eso que escucho son celos? —Preguntó ella y él se encogió de hombros, ella apretó su mano y sonrió—Harry, aún si algún día alguien nos encuentra, no voy a dejar que el contacto contigo se pierda, ahora somos parte de la vida del otro, aunque nos rescataran, no creo que sea algo que se olvide como si nada... y no quiero que sea algo que olvidemos, siempre voy a estar aquí para ti, después de todo sólo nos tenemos a nosotros, aun cuando Chris haya llegado aquí, tú fuiste mi primer y único amigo, el que me ayudó a sobrevivir aunque al principio me odiaras.
Harry sonrió al escuchar eso, había olvidado cuán mal la trataba y se arrepentía se eso.
—Él sólo es un niño y necesita ayuda, y sé que tú también eras muy chico cuando llegaste aquí, pero ¿te gustaría que alguien más viviera lo que tu viviste? —Preguntó ella y él negó con la cabeza—Hay que ser buenos con él, voy a ser buena con él, pero contigo voy a ser mejor.
Harry ocultó su sonrisa con sus manos y trató de contener las lágrimas.
—Tal vez esto va a sonar muy cursi, pero vamos a estar siempre juntos, pase lo que pase, siempre voy a estar para ti, para cualquier cosa—Le dijo.
—Y yo para ti—Murmuró él.
—Si alguna vez quieres llorar, aunque yo esté dormida, puedes despertarme, si quieres un abrazo no necesitas pedírmelo y si...
—¿Y si quiero un beso? —Preguntó él interrumpiéndola, ella se quedó sin palabras al escuchar eso y sonrió nerviosa.
—Cualquier cosa—Repitió ella agachando su cabeza.
Harry le tomó el rosto por el mentón y se acercó a ella, luego le dio un pequeño y casto beso que le hizo delirar y a Jackie suspirar.
—Cualquier cosa—Dijo Harry y ella sonrió, luego él levantó una ceja y de manera pícara sonrió—¿De verdad cualquier cosa?
—Cállate—Dijo ella riéndose y dándole un golpe juguetón en la cabeza.
*****
NOTA:
Esta fic no está basada en ningun libro/serie/película/etc. Solamente lo digo para que no piensen que va a pasar algo que pasa en otra historia :)
En multimedia les dejé una imagen de un ojo, algo así es el de jackie, algo así jaja.
Y Jackie no le decía lo de "siempre juntos" de manera romántica, sino más amistosa. Pero ustedes saben, los feelings andan rodando por ahí entre ellos.
¿Qué les pareció este capítulo hiperlargo de casi 9 hojas en word? jajaja.
Muchas gracias por votar tanto, estamos llegando a mas de 250 votos por capítulo y no me la creo agfhjshf.
Pd: El miércoles fue mi concierto de 5sos y aún no puedo creérmelo ¿a ustedes les gusta? asdfghjkl.
Las adoro!
-K.
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