XLI: Regalos.

CAPÍTULO 41

Agosto 22.

El agua que Jackie había puesto en la estufa estaba comenzando a hervir, se levantó de la cama y fue hacia dicha pequeña estufa que incluía el cuarto del hotel. Tomó una taza y un sobre de té para prepararlo. De nuevo era un día frío, tenía una chamarra de su papá puesta, le gustaba sentir su aroma y aparte era una tela muy caliente. Se sentó de nuevo en la cama y apagó el televisor. Luego dio unos golpecitos a su taza con el dedo, pensando.

Iba a estar lejos de Harry muy pronto y aunque sabía que la familia de él era adinerada, pensó en reglarle un teléfono celular, así podrían comunicarse fácilmente. Terminó su té y se cambió de ropa, una más abrigada, para poder salir.

Mientras caminaba puso atención a las casas en esas frías calles de Noruega, eran muy bonitas, parecía un barrio de personas ricas. Luego reflexionó, aunque un poco tarde, sobre dónde se encontraba, estaba en Noruega, un país nuevo para ella. Ahora mirar hacia atrás le hacía sentir que su estadía en aquella isla era por vacaciones en algún crucero, el cual había llegado a este país. Era mejor pensar positivo y con imaginación.

Entró a varias tiendas, pero los celulares estaban demasiado caros para su presupuesto. Quería encontrar alguno, aunque fuese con teclas, pero que tuviera conexión a internet. Pensó un poco sobre eso, ¿con teclas o táctil? Harry debía actualizarse, así que sería uno táctil.

—Gracias al cielo—Dijo al ver un celular en una vitrina de una tienda, era bonito, parecía de buena calidad, era táctil y estaba barato. Entró y saludó a la señora que estaba atendiendo—Buenos días.

—Buenos días—Le respondió la ancianita en un inglés muy pobre.

Oh, estoy en Noruega, el inglés no es su lengua. Pensó.

—Disculpe, ¿me puede mostrar el celular de la vitrina? —Le preguntó Jackie más despacio y señalando hacia la ventana.

—Claro—Dijo la mujer que pareció entender la mitad de la frase, pero le ayudó la señalización. Fue por él y se lo tendió a Jackie. Ella lo examinó.

—¿Puedo encenderlo? —Preguntó y la mujer asintió. Jackie lo encendió y miró un poco entre las aplicaciones, era muy bueno para ser tan barato, si Harry quisiera comprarse uno mejor después podría hacerlo. —Me lo llevo.

Salió de la tienda y vio que apenas estaban apareciendo algunos rayos de sol. Deseó que las nubes desaparecieran por completo, tenía mucho frío. Caminó hasta la esquina de la calle, donde algunas personas estaban paradas, para esperar que dejaran de pasar autos. Su celular comenzó a sonar, era su mamá.

—¿Hola?

—Hija, ¿dónde estás?

—Salí a comprar algo, ¿qué pasa?

—La siguiente terapia es mañana, nos acaban de avisar.

—Oh Dios, mañana hará más frío, mi cuerpo necesita sol.

—Muy pronto hija, ven con cuidado.

—Sí, mamá, te veo en un rato.

Al colgar el celular suspiró, no quería ir a la cita de mañana, no quería salir del hotel para enfriarse más los huesos.

—¿No eres de aquí, cierto? —Le preguntó alguien a su lado.

Jackie miró a su costado y vio a un chico alto de algunos veintidós años, rubio y de ojos azules. No podía negarlo, era atractivo.

—Eh, no—Respondió ella tímida—Estoy de visita.

Te cuento que me perdí en una isla y la marina de Noruega me salvó, así que ahora estoy aquí. Pensó.

—Es notable, aquí en este país no hay sol completamente, por lo regular es frío, no tanto como en estos días, pero si quieres sol definitivamente no es el lugar correcto—Le explicó.

—Ah, vaya—Respondió ella.

—Me llamo Aaron—Dijo tendiéndole la mano.

No es que me interese, pero bueno...

—Jackie—Le respondió de manera amable con una sonrisa.

—¿Viniste con tu familia? —Le preguntó.

¿Cuándo va a cambiar a rojo el semáforo? Pensó irritada.

—Sí, y con la familia de mi novio—Le respondió.

—Oh, ya veo, mi novia está planeando hacer algo parecido, pero aún no sabemos a qué país queremos ir—Le respondió.

Problemas de ricos. Pensó esta vez.

—Les puedo dar un recorrido por la ciudad si gustan, obviamente les pediría que me pagaran lo que ustedes quisieran darme, verás estoy aquí de intercambio, estudio medicina en la UMCH, la Universidad de Medicina de Chicago y como soy foráneo debo sacar mis recursos—Dijo él avergonzado.

Habla mucho. Dijo para sí misma. Su novia debe ser la adinerada si él necesita recursos. En ese momento el semáforo cambió a rojo y cuando se iba a despedir para caminar analizó las palabras del chico. ¿Universidad de medicina de Chicago? ¡Es mi universidad!

—¿Estudias ahí? —Le preguntó sorprendida.

—Sí, conseguí una beca porque es muy cara para pagarla por mí mismo, mis papás son de aquí, pero yo nací en Estados Unidos cuando estaban de viaje allá, ya que tenemos familia ahí y yo quise estudiar en esa universidad cuando la visité, porque un primo estudia ahí, mis papás me dijeron que si estudiaba en otro país no me lo pagarían, así que este semestre obtuve un intercambio a aquí y ellos me están pagando la universidad, pero no mis gastos diarios, es muy difícil para mi conseguir trabajo con tantas tareas.

Demasiada información para lo que pregunté...

—¡Yo también estudio ahí! —Exclamó emocionada.

—¿En serio? ¿En qué semestre vas? —Preguntó él igual de sorprendido.

—En cuarto, este agosto debería haber entrado a quinto, pero ocurre que... tuve algunos problemas con la beca—Dijo.

—Oh eso es muy triste, espero que lo puedas arreglar para reingresar el próximo—Le dijo.

—También yo lo espero...

—¿Te paso mi número por si quieres que les dé el recorrido? —Le preguntó.

—Ah, claro, se lo comentaré a Harry—Dijo ella para no ser grosera, después de todo podría salir a explorar con Harry si le daban permiso de salir del hospital. Aaron le dio su número de teléfono y ella le dio las gracias.

—Por cierto, ¿supiste del accidente que ocurrió con unos estudiantes de ahí? —Le preguntó en voz baja como para que nadie escuchara, no les entenderían mucho, aun así.

—Ahh sí, debió ser horrible.

—No sé si te enteraste de que los encontraron los soldados, o la marina, no estoy seguro, de aquí en Noruega y los tienen en algún lugar mientras investigan todo el accidente.

—¿Cómo sabes eso? —Le preguntó ella.

—¡Lo pasaron en todas las noticias! —Dijo él—¡Hasta en los periódicos salió! En serio me da mucho gusto, no me imagino lo que sufrieron.

—Sí, debió ser horrible—Repitió ella nerviosa.

—De hecho, guardé una página con eso, porque todos los de mi clase hablaban de eso en Facebook, tú sabes, siendo una plataforma nueva es muy llamativa—Dijo él.

Jackie no tenía un Facebook, la plataforma había salido a Internet un mes antes de que tuvo el accidente y no había tenido tiempo de crearse una cuenta.

—Mira—Le mostró la pantalla de su celular y comenzó a leer la nota—Los jóvenes estudiantes de la UMCH, Anna, Thomas, Daniel, Mérida, Camila y Jackeline sufrieron un terrible accidente el pasado 26 de Marzo del 2004 mientras se encontraban en un viaje escolar hacia Inglaterra. De estos solamente sobrevivieron Daniel Westrup y Jackeline Heidfeld... ¡Que loco, se llama igual a ti!

Jackie rio feliz de no haberle mencionado su apellido.

—Junto a ellos se encontraba Christopher Miller y Harry Styles—Leyó y se quedó callado—¿No mencionaste tú algo de un Harry?

—Eh, no... yo dije Henry—Le respondió Jackie.

—Oh—Sonrió él y siguió leyendo, la nota no era muy larga, solamente explicaba lo ocurrido superficialmente.

—Vaya... que horrible experiencia—Dijo ella.

—Lo sé, es bueno que hayan sobrevivido al menos ellos—Dijo el— Oye, mándame un mensaje para guardar tu número, aún si no quieren el recorrido podemos ser amigos allá en la universidad, si quieres.

—Claro—Dijo Jackie y sacó su celular para enviarle un mensaje. Aaron hablaba mucho, le recordaba a Camila.

Se despidió de él y después siguió caminando hacia el hospital.

***

La temperatura en la ciudad había aumentado, pero Harry aún tenía los pies congelados.

—Si me van a tener como enfermo mental, tan siquiera deberían de darme una manta más caliente—Le dijo Harry a su madre.

—No estamos pagando nosotros, no podemos quejarnos—Le respondió ella al mismo tiempo que alguien tocaba la puerta.

—¡Pasen! —Gritó Harry, aburrido.

—Hola—Saludó Jackie con una sonrisa cuando entró.

—Gracias a Dios que llegaste, quería ir al baño—Dijo Lilian.

—¿Y por qué no habías ido, mamá? —Le preguntó Harry, su madre le dio una mirada y él le regresó una sonrisa ladeada—Ni que me fuese a salir del hospital.

Lilian salió del cuarto y Jackie se sentó en la camilla junto a Harry, él la abrazó y le besó la frente.

—Te extrañé—Le dijo.

—Yo también, en la mañana pensé en ti y te compré un regalo—Le dijo ella.

—¿Un regalo? —Preguntó emocionado.

—Sí, mira—Le respondió sacando el empaque del celular de la bolsa, no lo había envuelto, se le había pasado ese detalle. Le dio el empaque a Harry y él ladeo la cabeza examinándolo y ella rio—Es un celular, anciano.

—Lo sé, pero... ¿por qué un celular?

—Para que lo pongas de bajo del plato cuando comas—Le respondió ella y él la miró confundido—Para comunicarnos, tontito.

—Pero te veo todos los días—Le dijo.

—Sí... Harry, me voy en una semana y creo que tú igual.

Él la observó callado y miró de nuevo el teléfono celular, luego sonrió.

—¿Me va a teletransportar a Estados Unidos? ¿Ya fue inventada esa máquina? —Le preguntó, Jackie rodó los ojos.

—No ignores lo que dije.

—Solamente no quiero pensar en eso—Le respondió—Cuando esté sucediendo hablamos.

—Bien—Dijo ella.

—Gracias—Le dijo él—No tenías que haberlo hecho.

—Ya lo sé, tú eres rico y puedes comprarte mil de esos, pero quise dártelo de regalo—Le dijo ella bromeando.

—¿Cómo se enciende? —Le preguntó él agarrando con miedo el aparato.

—Ni mi abuelita actúa como tú—Le respondió.

Estuvieron los siguientes minutos charlando sobre el celular, Jackie le mostró cómo funcionaba y él aprendió rápido, también intercambiaron números para poder llamarse.

—Por cierto, conocí a un chico llamado Aaron y...

—Que bien—Dijo él.

—¡Ooh, celoso! —Dijo ella doblándose para atrás.

—Es broma—Dijo él riendo—Sigue.

—Bueno, conocí a este chico llamado Aaron, da la casualidad de que estudia en la misma universidad que yo, pero está de intercambio aquí y dice que necesita conseguir recursos, que podía mostrarnos la ciudad y nosotros podíamos pagarle lo que quisiéramos, como un guía turístico.

—¿No te preguntó nada del accidente, si es de la misma universidad?

—De hecho, lo hizo, pero no le dije que yo estuve implicada.

—Mmm... tal vez cuando estemos próximos a irnos se lo pedimos.

—También me mostró una nota en Facebook.

—¿Qué es eso? —Preguntó confundido.

—Es una plataforma virtual donde puedes chatear y postear fotos ¿quieres que nos creemos un perfil?

—Ehh, no sé si voy a entenderle, pero no tenemos nada mejor que hacer.

—Perfecto.

Media hora más tarde ambos habían creado su cuenta en Facebook, Jackie le entendió un poco más fácil que Harry, pero este no se desanimó. Para él, aún era difícil utilizar un celular táctil, era muy extraño un aparato así.

—Te mandé la solicitud de amistad—Le dijo ella.

—Auch, que manera tan sutil de rechazarme.

—Tonto—Le respondió risueña.

***

Los dos se habían quedado dormidos en la camilla, estaban abrazados y cobijados solamente por la manta del hospital. El celular de Jackie comenzó a vibrar y esta se despertó, se desperezó y vio que era un número desconocido. Contestó no muy segura.

—¿Hola?

—Buenas tardes, mi nombre es Frederick Neal—Habló un hombre con fuerte acento noruego—Soy parte de la prensa del programa de televisión God Morgen, la contactamos señorita Heidfeld por parte de un anónimo, queremos saber si usted y los sobrevivientes del accidente estarían dispuestos a participar en una entrevista al aire.

—Eh... no, gracias—Dijo.

—Pero, señorita, usted podrá...

—No. Gracias. —Respondió ella—Que tenga linda tarde.

Jackie colgó la llamada y suspiró. ¿La había contactado de parte de un anónimo? Le parecía que ese anónimo podía tener por nombre Aaron. Así que le envió un mensaje.

¿Hiciste que la prensa se contactara conmigo? Enviado a las 5:32.

¿Cómo haría eso? Recibido a las 5:35.

No mientas. No lo hagas por favor. Enviado a las 5:36.

Me iban a pagar y lo necesitaba, lo siento . Recibido a las 5:36.

¿Cómo supiste que era yo? Enviado a las 5:37.

Fuiste muy obvia y sí dijiste Harry. Recibido a las 5:38.

No creo que debas estar de entrometido. Enviado a las 5:38.

Lo siento, no lo haré de nuevo, de verdad lo siento, no pensé que te fuera a afectar, pensé que tal vez hasta te emocionaría. ¿Me perdonas? Recibido a las 5:38.

No me emociona nada relacionado al accidente, pero te perdono. Enviado a las 5:39.

¿Sigue en marcha lo de conocer la ciudad? Recibido a las 5:39.

Ya veremos. Enviado a las 5:43.

Estaba enojada con su nuevo amigo, si es que le podía llamar así, no sabía si la estaba utilizando solamente para ganar dinero y eso no le parecía bien. Harry se movió un poco y ella guardó el celular. No iba a permitir que su enojo le arruinara el momento, uno de los últimos que iba a tener estos días.

***

Agosto 26.

Quedaban dos días para que todos regresaran a sus casas, todos estaban ansiosos pero temerosos a la vez, extrañaban a su demás familia. Jackie había estado recibiendo constantes llamadas a su celular, la tenían irritada, a esas personas de prensa solamente les interesaba conseguir información que aumentara su audiencia.

Ya habían tenido las dos citas individuales y el día siguiente tendrían la última grupal. En ese momento se encontraba comiendo con Harry en un centro comercial, ya que lo habían dejado salir al fin sin restricciones, había dicho que se sintió como un delincuente en una cárcel que fue liberado. Estaban comiendo tranquilamente cuando el celular de Jackie sonó de nuevo.

—¡No se detienen! —Exclamó abrumada.

—¿Qué pasa? —Preguntó Harry con la boca llena de comida y el tenedor en la mano.

—¿Recuerdas al chico que te comenté? —Cuestionó y él asintió—Contactó a la prensa de un programa de televisión, al parecer sí se dio cuenta que era yo la del accidente y me han estado llamando de la televisora desde hace cuatro días, varias veces al día.

—Entonces no contrataremos su servicio de guía, podemos conseguir otro.

—No lo iba a hacer, me enojo con él cada que me llaman.

—Apaga el celular y disfrutemos de este momento.

—Mi mamá puede llamar—Dijo ella haciendo una mueca—Y mejor que no se enoje.

—Tienes razón.

Jackie puso el celular en vibrador y lo guardó en su bolsillo. Miró a Harry y sonrió. Se veía como un chico normal, uno que no había estado cinco años perdido en una isla. Estaba vestido con unos jeans negros y una chaqueta que su mamá le había comprado, también llevaba unas botas negras, parecían caras. Lucía completamente normal, le gustaba verlo así. Como si le hubiera leído la mente, él empezó a hablar.

—¿Puedes acompañarme a comprar más ropa? —Le preguntó él—Mi mamá solamente me compro esto porque no sabía si me quedaría bien y la verdad los pantalones me aprietan un poco.

—Claro, podemos ir a muchas tiendas aquí.

***

Después de comer dieron la vuelta por el centro comercial, había tiendas con ropa muy bonita y elegante para hombre.

—Entremos aquí—Le indicó Harry.

—Creo que esta ropa no te queda, es tan juvenil, en frente hay una para ancianos—Bromeó ella.

—Sí la vi, al lado hay una de mujer de tallas grandes, puedo comprarte una blusa ahí.

Jackie rio y le dio un golpe juguetón en el hombro. Caminaron por toda la tienda y ella le ayudó a escoger alguna ropa. Harry se los midió y la mayoría de lo que tomó le quedó bien. Llevaron cinco jeans, cuatro camisetas, un par de tenis, una chaqueta que Jackie le dijo que se le veía muy bien y un gorro para el clima frío.

—Serían 3025 kroner—Dijo la chica en la caja registradora.

—¿Cuánto es en libras esterlinas? —Preguntó Harry, ya que traía una tarjeta de débito en ese tipo de moneda.

—275 libras esterlinas.

—Perfecto—Le dijo tendiéndole la tarjeta.

Eran aproximadamente 360 dólares, a Jackie casi se le sale el corazón. Salieron de la tienda con las bolsas de ropa y entraron a otra tienda.

—Quiero un sombrero—Dijo él.

—Vamos a buscar uno—Le respondió ella y comenzaron a buscar.

Cuando encontraron se midió algunos hasta que eligió dos. También tomó tres camisas de vestir, una negra, otra blanca y una azul marino. Jackie estaba muy concentrada eligiendo otro par de zapatos que se le vieran bien a Harry, mientras tanto este llegó a una parte de la tienda donde se encontraba la joyería, había collares, anillos, aretes, etcétera. Tomó un collar con un dije muy bonito de un corazón y lo puso guardó en su mano debajo de una de las camisas, para que Jackie no se diera cuenta.

—¿Qué ves? —Llegó ella por atrás sobresaltándolo.

—Estaba eligiendo algunos anillos y collares, me gustan mucho.

—Mira este, tiene un color muy bonito, y esta cadena también, mira estos anillos combinan con todo...

Siguieron recorriendo un poco la tienda y después fueron a pagar, en esta tienda fueron 5048 kroner, algo así como 600 dólares. Jackie sufría escuchando esas cantidades, pero a Harry no parecía importarle, se preguntaba cuánto dinero tendría en esa tarjeta, pero obviamente no preguntó. Cuando salieron de esa tienda, Harry vio un local de helados.

—¿Quieres uno?

—No, gracias—Le respondió ella con una sonrisa.

—Vamos, sí quieres uno.

Harry compró dos helados y se sentaron por mientras en una banca que estaba afuera del local de los helados. Por fin eran personas normales, de compras, comiendo un helado.

—¿Es esta una cita? —Preguntó él.

—¿Lo es?

—Puede serlo...

—Entonces lo es—Respondió Jackie sonriendo.

—Nuestra segunda cita, me gusta.

Cuando terminaron de comer su helado siguieron caminando, Jackie le ofreció ayuda para cargar las bolsas de ropa y aunque al principio él no quiso, terminó cediendo porque no podía con todo, Harry aprovecho para tomarle la mano mientras caminaban.

—Necesito ropa interior—Dijo él.

—Vamos.

Entraron a otra tienda, donde había ropa interior tanto de hombre como de mujer.

—Podría comprarte varios de esos para que los modeles—Le dijo Harry señalando conjuntos de lencería, ella sonrió y le enseñó su dedo de en medio.

Así recorrieron seis tiendas más, terminaron muy cansados, pero habían disfrutado estar al lado del otro todo el día. Cuando iban en un taxi de regreso al hospital, Harry sacó una cajita y se la entregó a Jackie.

—¿Qué es?

—Ábrelo.

Ella hizo caso y al abrirlo vio un collar dorado muy bonito, con un dije brillante de un corazón muy bonito, casi fantasioso. Ella lo miró y después miró a Harry sin decir nada.

—¿Te gusta?

—Es hermoso, ¿es para tu mamá?

—Es para ti.

—¿Por qué? ¡Debió haber estado carísimo!

—Ni aunque lo hubiese estado te puedes quejar, es mi regalo, tú me regalaste un celular.

—Está bien, muchas gracias... ¿me lo pones?

—Claro.

Jackie se giró en el asiento y Harry le colocó el collar, ella tenía ganas de llorar, pero se mantuvo firme y feliz en el momento. Al día siguiente tendrían que ir a la terapia grupal y al día después de ese tendrían que irse y separarse por quien sabe cuánto tiempo.

Ninguno quería.

*************

  Acaban de leer 16 páginas de word, 3067 palabras.

¿Les gustó el capítulo? Me tardé más de lo pensado porque estaba viendo cómo cortarlos, ya que ya tengo completamente la idea de los próximos dos :D

Si este capítulo llega a 250 votos hago un pequeño maratón, ¡yo sé que sí se puede! 

¿Les gustó el capítulo?

Un beso enorme.

-K.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top