O11 | Intentos


Estaba orgulloso del resultado, nadie se había intoxicado esta vez.

Había trabajado tanto en ello y por fin veía un resultado positivo sin ayuda de su madre.

Taehyung sonrió complacido al probar un poco de aquella cucharada de espaguetis preparados por él mismo, había mejorado bastante. El estomago de Jimin rugió en busca de alimento al ver como ese espagueti se veía tan apetitoso que comía su amigo para probar que tal estaba, chilló por lo bajo para no parecer desesperado por comida, pero realmente estaba desperado y sentía que moriría si esperaba un minuto más, su TaeTae le hacía sufrir demasiado.

Taehyung colocó una pequeña porción de comida en frente del rubio, el chico hizo una pequeña reverencia agradecido para tomar un gran cucharon de porción y comer rapidamente.

—¡Hyung! no comas tan rapido, te enfermarás. - Regaño Taheyung a su mejor amigo mientras le veía casi atragantarse.

— Tranquilo, estoy bien  —dijo el bajito con un puchero mientras cerraba sus ojos complacido de probar bocado y no morir por el sabor —. Me parece una mala idea esa elección que has tomado TaeTae, pero si eso te hace feliz, no puedo detenerte.

Jimin estaba mirando como su amigo castañito se encontraba aún dando vueltas en la cocina.

El más bajo estaba demasiado preocupado, pues temía en gran manera  que el idiota de Jung le hiciera algo a su pequeño amigo, pues Taehyung era alguien demasiado puro y de un enorme y bello corazón para personas tan dañinas.

Taehyung miró a su mejor amigo y sonrió cálidamente, tratando de no preocupar demasiado al mayor.

Aquella sonrisa no hizo sentir mejor a Jimin.

La expresión de Jimin no era mejor en este momento, Taehyung sabía bien que éste se preocupaba demasiado por él.

— Es un riesgo que quiero correr, Minnie hyung —Respndío Taehyung, quien apagó la lumbre de la estufa, aquella sopa de verduras esta también lista finalmente —. No quiero darme por vencido sin haber hecho nada, y aunque hyung me odie, no estaré satisfecho hasta no haber luchado por el hasta el final.

Jimim negó ligeramente, aquello no era una buena idea.

A su brillante amigo se le había ocurrió la idea y el plan de seguir apareciendo en la vida de Jung Hoseok hasta que aquel animal, digo chico le aceptará.

Taehyung no se daría por vencido hasta conquistar el frío corazón de Jung.

— Despreocupese hyung, tengo todo planeado. — mencionó el castañito tratando de no preocupar más al más bajo.

Jimin hizo un puchero, chillando por lo bajo de dolor, pues aún su mejilla se encontraba lastimada. Maldito Min, por su culpa, su mejilla dolía a horrores, pero estaba satisfecho.

Haber dejado a Min Yoongi retorcerse en el piso por haberle arrebatado su descendencia valía la pena haber recibido aquel golpe.

— Pienso aún que no es buena idea, pero te apoyaré en todo lo que decidas...— Jimin sonrió. — Eso si, si se atraven a hacerte daño, le diré a Namjoon hyung que muela a golpes a Hyung y a Min.

Taehyung saco del horno aquellas galletas que había preparado.

¡Chispitas de chocolate!

— ¡Yay! están listas — Dice Taehyung acercándose al horno con guantes en sus manos para sacar la charola.

Jimin sonrío mirando al cielo, realmente su hambre sería calmada con unas delicias.

Al menos esta vez si se veía bien la comida y no como las anteriores.

[...]

Algo no estaba bien.

Hoseok miró su banca algo decepcionado, hizo un puchero un poco dolido por ello.

Hoy su admiradora secreta no le había dejado nada como era de costumbre desde hace dos semanas continúas.

Suspiro bajo, sentándose en su banca para observar la pizarra del salón mientras esperaba que la clase iniciará. Era la hora del muerzo, por ende nadie estaba en el salon de clases, solamente él, todos estaban en la cafetería.

Por lo general siempre pedía permiso de ir al baño con la excusa de lavarse las manos pero era solamente para tratar de ver quien era su admiradora quien dejaba esa exquisita comida.

Saco el móvil de su chaqueta color negro y leyó los mensajes del Chat de grupo de sus amigos, todos con la misma pregunta «¿Donde estas Hoseok?» le preguntaban.

Una silueta se asomó tímidamente en el salón para verificar que el dueño se sus pensamientos estuviera allí. Taehyung sintío los nervios recorrerle el cuerpo completo.

Taehyung apretó ligeramente aquella canasta contra su pecho. Era la canasta con la que solía traer comida cómo picnic en la hora del almuerzo.  Esta vez, quería invitar a Hoseok a su lado para que le acompañará a almorzar juntos.

Era el reto suicida pedirle aquello.

¿Era normal sentir que tu alma estuviese a punto de dejar tu cuerpo? ¿No? ¿Solo él?

«Se un hombre Kim Taehyung...» se dio ánimos el pequeño castaño antes de adentrarse al salón a pasos temblorosos. Era un hombre, no por gustar de otro le hacía menos que ello, simplemente estaba nervioso.

Hoseok alzó la mirada, haciendo una ligera mueca de asco por la presencia de aquel chico maricón. Kim Taehyung le observaba con grandes ojos brillantes, mordiendose el labio timidamente mientras avanzaba.

— ¿Que es lo que haces aquí marica? — pregunto déspota él pelirrojo observando al chico.

Taehyung temió de su vida por ese tono, pero no se rendiría tan fácil.

— Q-quise...quise venir a acompañarlo hyung. — Dijo el chico tomando una silla desocupada para sentarse al lado de Jung cabizbajo, temía de recibir otro golpe por parte del chico pero estaba decidido a arriesgarse hasta el final.

Hoseok quien fruncio al ceño a más no poder, se levanto rápidamente de su banca para tomar del cuello de la camisa a Taehyung.

— Escuchame bien mariquita... — amenazó cerca del rostro del menor quien cerró los ojos esperando un golpe. — No se que te has creído al venir a mi como nada, pero vete de aquí. — Bramó enojado, cerca del rostro del chico. — Me has causado muchos problemas ya como para venir a hacer nuevos, ¡Largate maldito marica!

Taehyung sintió una opresión en el pecho por ser llamado de esa manera. "Marica" resonaba siempre en sus pensamientos.

— Y-yo solo quiero ganarme el corazón de hyung...— contesto el menor dolido mirando a los ojos al mayor, tomando valor para hacerlo. Hoseok aparto la mirada sintiéndose ligeramente incómodo por la intensa mirada del castañito. Esos ojos brillantes, mirandolé con dolor, puta madre que odiaba eso.

Un silencio se hizo presente en aquellos chicos.

Taehyung sentía su corazón latir al mil por hora por aquella cercanía.

Hoseok soltó bruscamente a Taehyung, quien se tambaleó ligeramente por ello.

— Y-yo...traje algo para usted hyung...— Taehyung extendió aquel castanasto repleto de comida para él mayor. Jung tomo el canasto algo confundido— Por favor,  ¡Acepte mis sentimientos! — hizo una pequeña reverencia, mientras tenía extendido su canasto con comida.

Hoseok rodó los ojos, sintiéndose asqueado por aquella imagen frente a él. ¿Que rayos pasaba con ese desorneado mental?

¿Que mierda se creía ese lame pijas?, el no era un maricón, ¡mierda!

Era un hombre, los hombres debían gustar de chicas lindas.

«Un hombre con otro hombre, ¡Eres asqueroso!» Pensó Jung con repulsión.

Quiso aventarle aquel canasto en el suelo al chico, pero recordó que lo mismo había hecho un cretino con su hermana Jessica hace dos años atrás. Su noona había sufrido tanto por ello, y odiaba a ese chico que le hizo llorar.

No haría eso por más repulsión que le tuviera al chico.

Sin esperar más tiempo, tomó una de las manos al menor y le entrego la canasta que el castañito había dejado en sus manos.

— ¡Eres asqueroso maldito marica! — Y sin más que decir, salió del salón para irse a la cafetería. Genial, su mañana había sido arruinada por el chupa pijas.

«Jodido maricón...» pensó el mayor, apretando los puños con ganas de golpear al chico.

No quería que el menor se acercará, no quería que su padre se enterará del tema y tuviera que meter sus manos en el tema. No quería que TaeHyung tuviera que pasar lo mismo que Jihoon.

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