Capítulo cinco: No tan buena idea.
—Esto del nuevo Akuma y la desaparición de Marinette no me traen buena espina—comentó Alya a Nino quien caminaba junto a ella, este se encogió de hombros sin saber que opinar—. Tal vez si pudiera ver a este villano sin arriesgarme...
Quizá había sido coincidencia pura o quien sabe que otras cosas de la vida, pero justo en ese momento se oyó un sonido tan agudo y rápido como si de un zumbido se tratase, lo cual hizo reaccionar a la morena. No hizo más que voltearse y ya tenía la cámara del celular puesta, con la cual tomo una foto con la adrenalina al mil por ciento. Sus reflejos eran buenos, pero no lo suficiente como para haber captado por completo lo que había pasado por ahí. Aunque igual en ese punto hubiese sido inhumano.
—¿Alya?—Preguntó Nino al ver que su amiga se había quedado maldiciendo mientras miraba a pantalla de su celular— No sé que viste, pero-
—¿Cómo que no sabes lo que ví? Nino, ¡Te apuesto todo lo que tengo a que ese era el Akuma!
Nino sólo logró encogerse en su lugar, su amiga técnicamente le estaba gritando, y no sabía si tomarlo cómo rabia o enojo, o si simplemente se debía a la emoción del momento.La misma lo tomó del brazo, haciendo que las mejillas de su compañero se encendieran repentinamente, no estaba en espera de que hiciera aquello; pero a pesar de eso, aliviado de que la chica al frente suyo estuviese concentrada, se dejó técnicamente llevar a rastras hacia el interior de la escuela. Alya sabía que era algo peligroso regresar en medio del ataque de un Akuma, y mucho más si era hacia el lugar de origen del estruendo causado por este.
Habían llegado de regreso a la escuela, y apenas pasar por el frente de esta se podía ver lo dañada que estaba debido el gran hoyo que dejaba ver al interior del aula en que acudían a tomar clases. No tuvo que picarle la curiosidad a Alya para que se dirigiera directamente a esta.
Su futuro era ser reportera, sí, y si quería alcanzar aquella meta que ella misma se había propuesto, tenía que indagar en cada misterio que se le presentase. Y más aún, el que tuviese aquel gran presentimiento en que su amiga tenía que ver en algo con eso, no hacía más que impulsarla a querer llegar al fondo de todo aquello.
Su moreno amigo no pudo evitar quedarse mirándola mientras grababa el próximo vídeo que seguramente postearía en el Ladyblog. Tenía el presentimiento de que el que Alya estuviese haciendo eso no era buena idea, o que nada bueno iba a salir de eso, pero no sabía el porqué; para el era cómo tratar de acordarse del nombre de una buena canción que quería volver a escuchar, pero no poder a pesar de tenerlo en la punta de la lengua.
Sin embargo, no le había dado tiempo a seguir tratando de adivinar eso que su conciencia le estaba tratando de decir y técnicamente gritando, Alya ya había salido de su mundo de reportaje al dejar de grabar.
La vió suspirar, no tenía buena cara.
—Creo que deberíamos irnos—se apresuró Nino a decir primero—, ya es algo tarde, ¿Sabes? No quiero que me maten en casa.
Intentó hacerle reír, y al parecer si había resultado, pues un empujón tras un carcajada y un "idiota" por parte de Alya era lo que había recibido.
De camino a casa de Alya -debido a que su casa quedaba más cerca- se mantuvieron hablando sobre cosas al azar, tratando de no tocar temas que por el momento pondrían sensibles a alguno de los dos. Siendo estos sobre cosas que les gustaban, sus pasatiempos, o cualquier broma o chiste que se les ocurría.
Ellos dos no eran de hablar así y disfrutarlo muy seguido, a pesar de lo bien se lo llevaban; debían encargarse de mantener a ciertas personas con los pies en la tierra. Eso de estar enamorado a Alya le parecía un tema un tanto ridículo: babear por tu crush, no poder hablarle bien sin ponerte a tartamudear, estar siempre en el aire por pensar en él o élla... o quizá sólo estaba haciendo descripción de su mejor amiga. Y a Nino llegaba a darle igual ese tema, aunque últimamente había estado pensando y preocupándose demasiado por una persona en particular que se sienta detrás de él, y esta vez ya no era Marinette.
—Pues... ¿Supongo que hasta mañana?—dijo Nino al momento que ambos habían llegado hasta la puerta de la casa, captando la atención de Alya.
Se acercó a ella, pero paró en seco, ¿Qué debía hacer para despedirse?, ¿Darle la mano?, ¿Abrazarla?, ¿Besarla?. No, lo último era muy estúpido, ella no era su novia-por más que quisiese- o algo parecido, se cuestionó a si mismo, puesto que era raro que pensara tanto algo tan simple de hacer, con una simple despedida con la mano bastaba. Alya harta de esperar al chico para que se decidiera y poder devolverle el "hasta mañana" o simplemente decir "adiós", lo haló para abrazarlo fuertemente. No le importaba si era sólo un abrazo de despedida, aún así sentía que lo necesitaba.
Nino, por otro lado, logró captar la indirecta al sentir sus brazos técnicamente tratar de exprimirlo -a pesar de que el resultaba ser más fuerte y resistente que ella, aún así le dolía-, por lo que sólo le quedó devolverle el abrazo, resistiéndose a querer hacer algo que pusiese el ambiente más raro como acariciarle la cabeza o besar la frente de su compañera. Aunque realmente tenía más miedo de que Alya le soltase un puñetazo repentino por eso, ya le había pasado anteriormente, y vaya que si tiraba un buen gancho la chica.
Alya suspiró. Por quizá cuarta o quinta vez en el día.
—Gracias por hacerme reír con tus idioteces, Nino.—le sonrió al separarse del abrazo, y sacó las llaves de su casa de su bolsillo, hoy su madre regresaría hasta tarde—. Estaré investigando más a fondo lo de Marinette y el Akuma, ¿Sabes? no tengo buenos presentimientos sobre eso. Así que cualquier cosa que pase , te mando un mensaje.
El moreno de los audífonos se quedó mirando embobado a la puerta una vez cerrada por Alya, no sabía que había sido lo de unos momentos atrás, pero estaba seguro de que le había gustado; además de que nunca había visto a Alya en aquel estado: entre decidida y angustiada.
Recordando lo último que su compañera había dicho, sacó su teléfono celular del bolsillo delantero de su pantalón, pasando el modo de "vibrador" a "sonido", puesto que debía esperar su mensaje.
Y aún así ese sentimiento de que nada bueno iba a pasar lo consumía, ¿Por qué se sentía tan ansioso sin razón?
Ella aún se encontraba vagando en su propio mar de emociones, en aquel Abrazo Alya se había sentido extraña. Realmente se negaba a sí misma tener sentimientos por alguien -ya sabía perfectamente como te dejaba el amor con sólo tomar de ejemplo a su mejor amiga-, y mucho menos por Nino, siendo que el era lo más cercano a un hermano que tenía.Pero ya estaba en un punto en que casi todos sus sentimientos eran involuntarios, y ya no sabía si quedarse toda la noche reflexionando sobre cosas que no le eran con sentido, o seguir investigando y hacer comparaciones sobre su mejor amiga desaparecida y el nuevo villano que había asaltado su escuela ese día.
Un bombillo se había encendido sobre su cabeza.
«Claro.» pensó «Si investigo, con ayuda de las noticias, los lugares donde se hallan visto a este nuevo personaje por la ciudad desde que Marinette desapareció, quizá pueda dar con su paradero, o al menos un lugar cercano»
Ella no deseaba saber donde estaba, aunque si lo pensaba, realmente sí. Pero el punto estaba en que quizá así descubriría algo nuevo. Quizá de esa manera, si tenía en común algún lugar relacionado a la azabache de su amiga, podría empezar a profundizar su investigación desde ahí.
Al pasar de un par de horas, había quedado tan encobrada y acercado tanto su cara a su computador portátil, que ya empezaba a dolerle la espalda y a picarle los ojos. Se quitó los lentes, ya empezaban a molestarle.
Tratando de limpiar éstos antes de meterlos a su estuche, miró a los pies su cama. Y no sabía si ya se estaba quedando más ciega de lo que ya era, pero vio un objeto tirado cercano a una de las patas de la cama, había visto segundos antes como se movía levemente, como si acabasen de tirarlo ahí. Al recogerlo por instinto, dejando sus lentes sobre la mesita de noche y su laptop a un lado, pudo ver mejor que se trataba de uno de los peluches que había hecho Marinette alguna vez de los villanos y super héroes de París, con exactitud el de Ladybug.
¿Qué hacía eso ahí si esos muñecos eran de Marinette?
—¿Qué-
Una mano había topado su boca y naríz. No podía respirar, no obstante, trató de tomar su celular y así enviarle un mensaje a Nino. Pero otra mano -similar a la de una muñeca articulada- lo había tomado y lanzado lejos, aunque por suerte había caído sobre la alfombra que se encontraba frente a la cama.
Alya sudó frío, podía ver como su celular vibraba a lo lejos e iluminaba de manera tenue la habitación. Nino la estaba llamando. E iba hacer el intento de pararse de su lugar y alcanzarlo, pero una cuerda en su cuello, o algo así como un finísimo hilo le ahorcaba y a la vez cortaba de manera leve su piel. Esto le robaba el aire más rápidamente, así que no tardó en volverse todo oscuro para ella.
Después de todo, jugar a la reportera no le había sido de gracia quien se encontraba tras de sí. No había sido tan buena idea querer realizar aquella investigación.
—¡Ya me voy, mamá!
—¡Que tengas buen día, Alya! —Se oyó desde una de las habitaciones de los Cesaire.
Marlena se encontraba arreglándose para acudir a su trabajo de como chef personal del alcalde, pero antes de que su hija se fuese llegó hasta la puerta para verificar que si se estuviese llendo. Ya le había pasado antes eso de que ella le halla dicho que fue a la escuela, y que al final resulte ser una mentira para no asistir.
Pero para la mala suerte de su hija, no había notado los apenas visibles hilos que salían de su espalda, ni la maliciosa sombra que se posaba tras ella.
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N/A:
1769 palabras, que descanse en paz mi mano.
Había hecho este edit para disque ponerlo de portada:
, pero siento que está bien culero :') -dies-.
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