006
— ¡Vanya! — Seokjin se apareció frente a mí, le sonreí en grande. Por alguna razón, verlo me alegraba el corazón. Él portaba un traje color negro no muy pegado a su cuerpo pero tampoco flojo, su cabello cada que lo veía era más largo. Ah, que bueno es verlo.
— ¡Seokjin! — Con la misma emoción lo salude. Él se acercó y me regaló un pequeño abrazo el cual con todo gusto le correspondí. Desvíe un poco la mirada al carrito de compras donde había una pequeña niña sentada como si estuviera esperando pacientemente. Calculaba que tenía tres años de edad o menos.
— Oh, la has visto. Te presento a mi hija, Kim Yunha — Se hizo a un lado para darme un mejor ángulo de la pequeña, ella me sonrió lo cual con mucha ternura e inocencia, se la devolví.
— Pero que bonita es, muy parecida a ti. No sabía que estabas casado — Lo miré, Kim negó divertido y adentro una caja de cereal al carrito.
— No, no lo estoy. Su madre la dejó conmigo desde hace dos años y nunca más ha vuelto. Me tocó tomar el papel de madre y padre.
— Oh, entiendo. Me alegra saber que te hiciste cargo de ella y no la dejaste solita. Es muy bonita, en serio — Volví a mirarla, ella era tan parecida a Seokjin, de verdad que no podía decir que no era su hija porque era la réplica. Solo que su cabello era un poco ondulado, no tanto pero llegaba a dar ese look.
— ¿Vienes con alguien? — La conversación cambio tan repentinamente, mientras tanto yo estaba como una tonta admirándolo. Es que, creo que era el hombre que cualquier mujer buscaba. Tan responsable, educado y divertido. ¿Quien no lo querría? Porque yo me apuntaba a la larga fila de espera.
— No, estoy sola.
— Eso es perfecto, te invito a almorzar. Claro, si gustas. Y bueno, si tienes paciencia con los niños — Soltó una pequeña risita, comenzaba a caerme muy bien, las de lo normal. Y eso me asustaba en cierta parte, solía agarrar confianza en tan poco tiempo.
Acepté su propuesta, de hecho, me ofrecí a tomar a la pequeña entre mis brazos, aún era muy chiquita para caminar. Ella con mucho gusto comenzó a balbucear y a jugar con mi cabello, Seokjin caminaba detrás de mí, verificando la pequeña hoja de papel donde estaba escrito todo lo que necesitaría para su hogar. No voy a mentir de que parecíamos una familia, de hecho, una mujer de edad avanzada se detuvo para felicitarnos por la bonita familia que teníamos. Ay señora, espero que así sea.
Espere a Seokjin fuera de la caja donde pagaría todos los artículos que había comprado, veía a la bebe jugar con el collar que llevaba en el cuello, el cual Hoseok me había obsequiado solo por gusto.
— ¿A donde te gustaría ir? Podemos comer lo que tú gustes, estoy dispuesto a tus gustos — Mientras tanto seguía encantada con la bebe en mis brazos que comenzaba a dormitar, me acomode un poco mejor en el asiento y Seokjin me ayudó a cerrar la puerta. Lo miré rodear el auto y adentrarse.
— Creo que me gustaría más que me llevaras a tu restaurante favorito.
— ¿Segura? — Asentí, Jin encendió el auto y comenzó a conducir fuera del estacionamiento. Cuando transitábamos por la calle, se detuvo en un semáforo, inconscientemente miré hacía los demás percatándome que Taehyung estaba en el auto de alado. Para mi peor suerte, él también me miró. Se inclinó hacia delante para observar quién era mi acompañante.
Seokjin también se dio cuenta de tal cosa por lo tanto de manera cínica le sonrió en grande para que Taehyung se molestara. Creo que funciono por que aceleró el auto con mucha velocidad que me sorprendió.
— Que irresponsable — Susurró Jin para si mismo, ahora que recordaba no entendía de donde se conocían. Era claro que entre empresarios hay tantos eventos y puede surgir la amistad o algo así. Pero ellos se llevaban mal y claramente era por algo serio.
Mi teléfono móvil comenzó a sonar, realice maniobras y de todo para sostener fuerte a la pequeña y tomar el teléfono móvil para responder la llamada.
— Ah, Hoseok. ¿Necesitas algo? — Mal momento porque la niña comenzó a moverse frenéticamente, Seokjin se detuvo en un estacionamiento y la tomó en sus brazos.
— ¿Por que estas con Seokjin? — Su voz fue tan dura y exigente. ¿Él como sabía eso?
— ¿Quien te lo dijo?
— Nadie me lo ha dicho, Vanya. Solo responde mi pregunta, te he dicho miles de veces que.... — Coloque los ojos en blanco escuchando de nuevo su típico discurso de que ningún hombre es bueno para mí y mucho menos ellos los dos Kim.
— Ya, Hoseok. Me cansan tus palabras, me hartan. No puedes decidir eso por mí, te lo he dejado claro muchas veces. Estoy aquí en Seúl para trabajar, conocer el lugar y demás. Que pesado sueles ser en ciertos momentos — Comenzaba a alterarme pero Seokjin al tomar mi brazo me relaje y solté un suspiro, no era mucho de tener paciencia, menos cuando Jung se ponía en ese plan. Al otro lado de la llamada sólo escuchaba su reputación agitada, dándome a entender que estaba más que furioso. Después, algún cristal quebrarse en el suelo o pared. No lo sabía. Pero lo que si, es que mi mejor amigo descargaba de esa manera su furia, de hecho, tuvo que acudir a un psicólogo para tratar de controlarse porque actuaba de forma violenta.
— Bien, Vanya, bien. Despues no digas que no te lo advertí — Colgó dejándome con la palabra en la boca y sorprendida.
— Que pesado es, en serio.
— ¿Jung Hoseok? Ese hombre es muy admirado por la mayoría de las personas en casi todo el mundo dentro de los negocios y todas esas cosas.
— Si, es muy activo todo el tiempo pero es molesto en ciertas veces. Aunque es mi mejor amigo, hay momentos que se comporta como si fuera mi padre. Quiere controlar mis salidas, las relaciones que he tenido y demás. Es cansado — Lo miré, Seokjin peinaba a su hija con dos coletitas muy pequeñas que me causaron ternura. También tenía algunos accesorios de mariposa para que adornara su peinado. Yunha era tan tranquila, estaba quieta esperando que su padre terminara.
— Bueno, Hoseok no es tan.... bueno. Supongo.
— ¿De que hablas? — Jin negó y decidió bajar del auto, lo imite y seguí sus pasos hacía el restaurante.
— Olvida lo que dije, Vanya — Sonrió, asentí y preferí olvidar el tema por el momento.
Aquel lugar era muy precioso, lujos por todos lados, era más que claro. Los cuales a mi también me gustaban. Seokjin me tomó de la mano para arrastrarme a la mesa que nos habían asignado, parecía ser una persona importante porque todos los empleados comenzaron a moverse para satisfacer lo que necesitaba. En cuanto a mí, me trataron de igual manera tal vez pensando que era su esposa o algo así. Le agradecí a cada uno de ellos con una sonrisa plasmada en mi rostro que comenzaba a doler por ensancharla tanto.
— Por lo que veo eres la persona más importante que tienen ¿o me equivoco? — Alcé mis cejas, Seokjin soltó una risita nasal y colocó sus ante brazos en la mesa para mirarme más de cerca.
— Soy importante en todos lados, preciosa Vanya.
— Ya veo... — Mordí mi labio inferior echándome hacía atrás, el mesero se hizo presente colocando una botella de vino tinto junto a las cartas que contenían el menú.
— Pero dime, ¿te gustaría tener una relación con algún asiático? — Preguntó con cierta curiosidad, fruncí mi labios y lo miré fijamente.
— Si, es decir, ya he salido con dos hombres coreanos. Es probable que termine casándome en Seúl. ¿Porque la pregunta?
— Por que me gustaría ser el tercero y el que te acompañe toda la vida.
—
Publicaré una nueva historia, se llama Bemused. Estará muy buena, por si gustan pasar por ella. Gracias 💗
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