005




Mis padres me habían enseñado a no espiar a las personas o meterme en asuntos donde no debía. Sin embargo, la curiosidad me ganaba y aquí me encontraba, detrás de la pared escuchando la conversación de Hoseok con otra persona que desconocía. Ahora mismo estaba aplicando el idioma ruso. Por supuesto que lo entendía a la perfección.

— Te he dicho que no lo hagas — Susurró, escuché como soltó una quejido molesto — No, no quiero que lo mates. En unos segundos estaré por allá.

Dicho eso, colgó la llamada. Me despegué de la pared para disimular que a penas me hacía presente. Hoseok me sonrió a lo cual le devolví la sonrisa, ¿que tramas Jung?

— Tengo que ir a la empresa para arreglar ciertos papeles, ya sabes.

— De acuerdo, avísale al chófer. También tengo que salir a la empresa o los empleados terminarán por matar al nuevo — Soltó una risita, de acuerdo, creo que aquellas palabras al teléfono móvil no eran en literal. Me sentí más tranquila.

— Bien, nos vemos en un rato para la comida en el restaurante — Bese su mejilla y salí del departamento, presioné el botón del ascensor y esperé algunos segundos para que la puerta se abriera.

Justo en ese momento, una persona más se adentró pero no le tomé importancia debido a que mi mirada estaba enfocada en verificar que llevara todo lo necesario en mi bolso.

— Vanya — Aquella voz ronca que no podía confundir con ninguna otra. Levanté mi mirada hacía Taehyung, puedo jurar que cada día se veía mucho mejor. Ese traje en color negro y ajustado a su cuerpo era tan... wow.

— Hola — Dije, sonreí pero sin mostrar mi dentadura.

— ¿Irás de paseo? — Colocó sus grandes manos dentro de sus bolsillos, fruncí mis labios y negué sin mirarlo.

— Me gustaría pero ahora soy la nueva imagen de Chanel. Por lo tanto, debo acudir a diversos eventos y ese tipo de cosas.

— Ya, entiendo. Me alegra que Sunhee te haya colocado como la imagen, te lo mereces.

— ¿De que hablas? — Fruncí mi entre cejo, Kim no hablo hasta que salimos del ascensor. Solo había pocas personas cerca de nosotros, lo cual me gustaba. Siempre he odiado estar rodeada de tantas, me sentía sofocada.

— Sunhee es la presidenta de Chanel aquí en Seúl, ella fue la que se encargó de ello. Además porque tus padres son los dueños, por supuesto que serías la que tenga que aparecer en diferentes carteles, imágenes y todo lo demás — Se encogió de hombros, asentí. Era verdad, ellos mismo me llamaron para decirme que sería la imagen de la marca de ahora en adelante. Solo porque mis padres así lo quisieron, yo tenía planes de hacerlo con Dior. Pero bueno, tal vez después.

— Si, estás en lo correcto.

— Vanya, nos veremos más seguido. ¿Lo sabes, no?

— Eh, no. ¿Porque tendríamos que hacerlo? — Desvíe mi mirada de él a mi bolso para sacar mi teléfono móvil. Le hice una seña al chofer indicando que debíamos irnos.

— Recuerda que aquellos departamentos donde ahora estás viviendo, son míos. Así como también tengo demás negocios y soy accionista de algunas empresas. Entre esas, Chanel.

— Si, lo recordé. Bueno, solo te emociones en hablarme. No somos amigos — Me adentre al auto en la parte trasera, el vidrio se encontraba abajo por lo que aprovechó a seguir hablando.

— Se que sigues molesta por lo que sucedió hace dos años. Pero te prometo que pronto te lo diré y entenderás. Por ahora, no te acerques mucho a Jin, no es bueno — Sus palabras eran las mismas que las de aquella madrugada. Solté un suspiro y acomodé mi gabardina.

— No tienes derecho a decirme con quien saldré, Taehyung. Lo siento — Dicho aquello, subi el vidrio y le indiqué al chofer que avanzara. En ese momento el teléfono móvil empezó a sonar, una llamada entrante.

— ¿Vanya Maslov?

— ¿Seokjin?

— Si, ese soy yo — Soltó una delicada risa, sonreí inconscientemente. Mientras tanto veía las preciosas calles de Seúl, los edificios eran tan impresionantes.

— Oh, ¿que sucede? — Traté de escucharme lo más agradable que podía.

— Estaba pensando si te gustaría que fuéramos a comer algo.

— Ah, Seokjin. De verdad que me gustaría que fuera así pero no podré, tengo que ir donde mi mejor amigo que ha llegado hace poco — El auto se detuvo frente al edificio de mis padres, le agradecí al chofer y baje. Aún tenía a Jin al teléfono, tal vez esperando que terminara de saludar.

— ¿Y en la noche qué tal? — Sugirió. Este hombre no pierde el tiempo, de verdad, pero no mentiría que me gusta su propuesta.

— Claro, estaría muy bien.

Dicho aquello, me dio indicaciones de que estaría en mi departamento a las siete en punto. Colgué la llamada, y me centré en llegar hasta la oficina de la presidenta. Me encantaba el olor que emanaba el edificio, a flores. Tan suave. Sonreí en grande en cuanto llegue a la oficina, un placa en color dorado adornaba la puerta de estilo victoriano, el nombre de Sunhee estaba colocado en ella. Deseaba que pronto estuviera el mío.

Di dos pequeños toques con los nudillos de mi mano derecha y retrocedí un paso, esperando que abriera la puerta. En pocos segundos, ella se hizo presente con un precioso conjunto de que fue diseñado por mi madre y claro, aquella sonrisa característica que nunca borraba.

— ¡Vanya! ¡que gusto! — Exclamó en una mala pronunciación del ruso, solté una carcajada y me acerqué para abrazarla fuertemente. Se que ella no estaba acostumbrada al contacto físico, pero le gustaba darme abrazos.

— Es bueno verte de nuevo, practica ese ruso, chica — Me burle, ella colocó los ojos en blanco y cerró la puerta detrás de ella. Camine hasta la silla giratoria y coloque mi bolso en ella para después ir hacía el pequeño bar y beber un poco de vodka. Me hacía falta.

— Y bien, ¿como te sientes que serás la próxima imagen de la marca? No cualquiera lo logra pero llevas ventaja por ser hija de la señora Chanel — Alzó sus cejas en un gesto gracioso, sonreí y volví a la silla giratoria para sentarme en ella.

— Te seré sincera, estaba pensando en unirme con Dior. Pero mi madre me pidió que esto así que no tuve el valor de decirle un no.

— Oh Dior, una marca maravillosa. Podrías hacerlo después de esto, no hay problema — Extendió su brazo hasta alcanzar un caja de color rosa pastel con un precioso moño. Me la entregó, fruncí mi entre cejo y la tomé.

— ¿Que es esto?

— Arriba hay una pequeña nota, debes leerla — Dirigí la mirada hacía el pedazo de papel grueso.

Espero los disfrutes. Diviértete en la sesión de fotos, nos vemos en un rato, preciosa.

KTH.

Se trataba de macarrones dulces de diferentes colores pero pasteles, se veían muy lindos que sentía la necesidad de no comerlos. Sonreí un poco y los volví a depositar sobre el escritorio.

— Kim Taehyung, quien lo diría. Déjame decirte que eres una afortunada por tener a ese hombre detrás de ti — Mencionó mientras firmaba algunos papeles, bebí del pequeño vaso de cristal sin ninguna expresión.

— No me interesa, nuestro pasado no fue muy bonito. Por lo tanto, prefiero estar alejada de él.

— Oh vamos, tendrá sus razones. Créeme. Pero Vanya, ese hombre es simplemente... maravilloso. No se que palabra usar para describirlo con exactitud — Habló tan rápido que apenas logre entenderle, solté un suspiro y recordé a Kim siendo tan... guapo. En eso si no se equivocaba.

— Recuerda lo que me hizo, ¡me humilló! Delante de su familia — Me impulse hacía delante con evidente molestia, Sunhee asintió y se deshizo de la pluma que sostenía.

— Lo sé, lo sé. Pero Taehyung es complicado, luego podrás entenderlo mejor. Por mientras, firma esto, tomate el tiempo que desees para leer cada punto — Me entregó aproximadamente cinco hojas llenas de letras lado por lado y una pluma. Me tomaría un buen tiempo por que no firmaba nada más por que si.


Después de «por lo menos» treinta minutos, firme los papeles donde me comprometía a diversas cosas estrictas de ahora en adelante. Mi imagen debía ser muy cuidada por lo que tendré a muchas estilistas, entrenadores y demás sobre mí para llevar un buen equilibrio.

Salí de la oficina de Sunhee para ir directo al área de maquillaje, empezaría desde ahora por que era urgente. Por lo que me apresuré pero este edificio tenía miles de puertas, ascensores, escaleras y pasillos por lo que fácilmente podrías perderte. En cuanto alce la mirada noté a Taehyung venir hacía mí con sus manos adentradas en mis bolsillos de su pantalón. Parecía que ahora mismo se encontraba en una pasarela de modas, bueno, no lo culpo yo también hacía lo mismo cuando veía algún pasillo. Pero creo que a Kim le salía natural.

— Hey, ¿estas lista? — Alzó ambas cejas, asentí sin sonreírle. Taehyung asintió y miró hacia todos lados para después sacar las manos de los bolsillos y tomar mi rostro entre sus manos. Por último, estampó sus labios en los míos. Después de dos años, había vuelto a sentir esa sensación de cuando solía besarlo. No iba a mentir con que lo hacía muy bien y que ademas, extrañaba. Pero mi mente no olvida las imágenes, el recuerdo de esa vez. Donde me humilló.

Me aferré a sus brazos que no eran para nada trabajados, de hecho su cuerpo no era de esa manera. Sin embargo, eso no le quitaba puntos. Aún así a muchas mujeres les gustaba su cuerpo, entre esas, me apunto. No había necesidad de que se esforzara en hacer mucho ejercicio para lograr un perfecto cuerpo. Él tenía todo lo que una mujer podría desear en un hombre.

Te fallé Hoseok, caí en sus encantos, de nuevo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top