cap 1 Nublado


Una joven mucama recorría los grandes pasillos en busca de una habitación en especial, al encontrarla, toco suavemente la puerta y hablo.

— joven Yoichi, un muchacho lo busca en la entrada, dice que debe hablar urgentemente con usted...

— ¡salgo en seguida!

El castaño salió abruptamente de la cama y al salir de su habitación comenzó a correr en dirección a la entrada de la mansión, tenía el presentimiento de saber quién lo buscaba.

En cuanto abrió la puerta vio a su amigo apoyado contra sus piernas dando fuertes bocanadas de aire.

yuu!! ¿Estás bien?, te llame toda la semana, pero no contestabas... — decía tomando uno de los brazos de su amigo y colgándoselo al hombro para ayudarlo a pararse.

— M-mi padre... me quito el celular... 

— espera, primero deja que te revise...

Yuichiro tenía la ropa rasgada y la pierna izquierda le dolía por haber saltado dos muros en esa noche, el de su casa, y la mansión donde ahora vivía Yoichi. Por suerte la mucama no llamo a la policía en cuanto lo vio afuera de la puerta.

Pero en cuanto Yoichi estaba por pasar la puerta junto al pelinegro, la mucama lo detuvo.

— joven Yoichi, conoce las reglas...

Yoichi le miro molesto e inconscientemente libero sus feromonas dominantes intimidando a la mucama.

— Estas diciendo que debería abandonarlo allí afuera? En su estado cualquier alfa abusaría de él.

— L-lo siento. Por favor pase...

La joven a pesar de ser una beta, podía sentir las hormonas debido a una enfermedad que tenía, así que presa del miedo, se hizo a un lado de la puerta y observo en silencio como el castaño introducía a un extraño dentro de la mansión, a su pesar, no pudo hacer nada más que eso.

yuu... estaba tan preocupado por ti — le dijo una vez que lo metió dentro de su habitación

Yuichiro con algo de dificultad se dejó caer sobre la gran cama y se sentó a los pies de esta.

— perdón por desaparecer de repente...

— no te preocupes, ¡ah! una de las mucamas sabe de enfermería... ¡la buscare! — decía, pero antes de salir por la puerta volteo a ver a su amigo — ¿crees que puedas bañarte mientras la encuentro? Tardare un poco.

— sí, luzco peor de lo que me siento, solo estoy algo agotado de tanto correr.

— entonces ahora vuelvo, ¡todo lo que necesitas está en el lavabo! — le grito esto último desde los pasillos

En cuanto los pasos del castaño alejándose dejaron de escucharse, Yuichiro se puso de pie eh inspecciono brevemente el cuarto con la vista.

Una cama King, en medio del cuarto con dos veladores a los costados, un escritorio justo en frente de los grandes ventanales y unas puertas corredizas donde seguramente guardaba su ropa...

Era un lugar bastante espacioso.

— ¡ah! debo bañarme...

Recordando lo que debía hacer, abrió la puerta que suponía debía ser el cuarto de baño y se metió dentro

— vaya...

Deslumbrado al ver el yacusi donde tranquilamente entraban más de dos personas, procedió quitarse la ropa y se adentró a la bañera la cual no tardó mucho en llenarse.

Tallo su cuerpo suavemente tratando de no dañar demás las heridas en sus piernas, el agua caliente le relajo los muslos, pero no se dejó llevar ya que no quería hacer esperar al castaño, asi que una vez que termino de lavarse se levantó y tomo una de las toallas, envolviéndose las caderas con estas para cubrirse.

Al salir lo primero que vio fue a una chica de cabellos morados sentada sobre el borde la cama observándolo con una mirada traviesa, como si conociese cada uno de sus pensamientos más profundos y vergonzosos, y se estuviese burlando de ellos.

— h-hola?

— hola, omega-kuun dijo ensanchando su sonrisa, luego volteo su mirada en dirección hacia la puerta y grito — Mitsubaaa, no es un alfa, ya puedes entrar.

El oji esmeralda también dirigió su mirada hacia la puerta que se fue abriendo lentamente y una melena rubia se asomó por esta.

Un aroma dulce lleno la habitación y Yuichiro se dio cuenta que se trataba de una omega... una dominante, ya que a diferencia de la pelimorada que no emitía aroma alguno, la rubia desprendía uno muy atrayente.

En cuanto los ojos amatistas voltearon a escanearlo, rápidamente se dio la vuelta al notar que se encontraba semi desnudo.

— shinoa, salgamos y dejemos que se cambie primero... — hablo tapandose los ojos

La pelimorada se levantó y fue a tomar la mano de la omega —¡va! has visto cosas peores en esos mangas que lees.

— ¡shinoa!

Roja hasta las orejas, la omega se dejó arrastrar hasta estar delante del pelinegro. Al estar delante suyo, noto que era más alto que el omega promedio, además su aroma era muy sutil, pero lo que más le llamo la atención fueron aquellos ojos color esmeralda, que lucía bastante interesantes a su parecer.

Ambos supieron reconocer su subgénero con solo analizarse mutuamente.

Shinoa que se había puesto algo incomoda al ver como ambos se analizaban detenidamente tomo a la omega de los hombros y hablo.

— ella es mitsuba y yo...

— shinoa, verdad? se adelantó a la respuesta.

Mitsuba soltó una risa baja al ver como el pelinegro había interrumpido a la beta ya que al ser una hiragi pocos tenían el valor de hacer eso

— si, shinoa... hiragi.

Los hombros de Yuichiro se tensaron y la pelimorada aprovecho para seguir hablando.

— tienes miedo? Oh Vamos después de todo soy como una princesa, no? — dijo colocando una mano sobre su pecho fingiendo arrogancia.

— ya deja de molestarlo — dijo dándole un leve empujón con el hombro para luego mirar al menor y extender su mano hacia el — soy mitsuba Sangu, disculpa a shinoa ella no es como los demás higaris como puedes notarlo.

Yuichiro algo temeroso correspondió el saludo, no se encontraba nervioso porque ambas pertenecían a familias importantes, sino por una razón más partícular...

— si yo... soy Yuichiro Hyakuya... decía frotándose el cuello.

Ellas abrieron los ojos en señal de sorpresa y se miraron mutuamente. Entendieron porque se sentía nervioso ya que, la familia hyakuya y hiragi eran rivales desde hace muchos años y tenían prohíbo hablarse debido al desprecio que tenían sus padres entre si.

— pero continuo Yuichiro — no comparto los ideales de mi familia, y hui de ahí para poder vivir mi vida sin que me digan como hacerlo...

— por eso vinimos aquí no? le respondió shinoa con una sonrisa cálida, al igual que mitsuba, ambas entendían el peso de llevar la imagen de una familia que no sentían como suya.

El pelinegro les sonrió de igual forma, pero en el fondo se sentía intranquilo, ¿qué clase de poder tenia aquel alfa para tener a tres miembros de las familias más importantes del país como refugiados suyos? Ya que la familia de Yoichi, los Saotome, también pertenecía a una importante, no al nivel de los Hiragi o la suya propia, pero importante de todos modos.

Y antes de que pudiera preguntar, la puerta se abrió dejando ver al castaño junto a una mucama algo robusta.

— chicas? se sorprendió al ver a ambas chicas junto al pelinegro — esperen afuera, necesito hablar a solas con el.

ah, supongo que quieres explicarles las reglas no? — pregunto la pelimorada.

Yoichi en cambio no respondio.

Mitsuba tomo de los hombros a la beta y la fue empujando hasta la salida — este no es nuestro asunto shinoa, nos vemos yuu!!

Entre quejas por parte de pelimorada ambas salieron y cerraron la puerta tras de si.

Yoichi le tendio un par de prendas al pelinegro y este se cambio rápidamente para luego ser inspeccionado por la mucama que llevaba un botiquin consigo.

— uhg — se quejo al sentir el alcohol sobre sus heridas.

El castaño en cambio se sento junto a el sobre la cama y lo miro algo nervioso

— yuu... yo, tengo que decirte algo — respiro hondo y soltó la información de golpe — no se si puedas quedarte aquí...

— que?, pero...

— escucha, te dije que iba a hablar con el ,no? Pues... esta semana no ha estado de buen humor y... cuando fui a decírselo me rechazo sin siquiera terminar de explicarle

Yuichiro agacho la cabeza y se encogió de hombros — lo entiendo...

— pero, hablare hoy de nuevo con el!!

— Yoichi... no quiero causarte problemas.

— para nada, el aceptara, aun asi, no te dejare ir, puedes esconderte aquí en mi habitación y... ugh pero el tiene un buen olfato tks...

termine joven — hablo la mucama

Mientras Yoichi continuaba nervioso, la señora se levantó y antes de Salir le llego un mensaje al celular.

— joven Yoichi, el joven Mikaela está por llegar, les avisare cuando puedan salir de su habitacion.

este dia tambien? Tks... — respondio Yoichi nervioso y la mucama salio de la habitación.

— que sucede?

— no es nada, es solo que... Mikaela es bueno controlando sus feromonas, pero cuando está molesto las libera inconscientemente, da mucho miedo y el ambiente es asfixiante así que suele avisar cuando llegara así para evitarnos el mal rato, es... muy amable de su parte.

— Mikaela es "ese" alfa?

— si... ¡pero no importa como este! Necesito que me escuche, ¡yo también soy un dominante después de todo!

Yoichi se golpeo las mejillas y se levanto muy decidido

— Yoichi espera...

— tu esperame aquí yuu, vuelvo enseguida.

Diciendo esto ultimo salio de la habitación dejando al pelinegro solo con sus pensamientos, se reviso a si mismo, los vendajes que llevaba en sus tobillosy rodillas, además de un par de curitas en algunas partes de su cuerpo.

La mucama había sido muy cuidadosa al tratar con el.

A los pocos minutos el castaño volvió a su habitación.

— Yoichi que suc...

El pelinegro fue rápidamente hacia el castaño que se había desplomado al suelo. Su tez estaba palida y respiraba con dificultad.

— Q-que le s-sucede esta vez? — hablaba con miedo

Yuichiro lo levanto fácilmente ya que no pesaban demasiado y lo dejo sobre la cama, palmeo su cuerpo para ver si le había herido.

— ese bastardo, que te hizo Yoichi?

— N-nada... n.no me volvió a e-escuchar... lo siento yuu.

En respuesta le brindo una sonrisa y le cubrió el cuerpo con las sabanas ya que no paraba de temblar — no se saldrá con la suya, no me ire sin hacerle pagar por esto...

Formando puños con ambas manos, se dio la vuelta antes de que el castaño pudiera reaccionar.

Camino por los grandes pasillos siguiendo el aroma que suponía debía ser de aquel alfa, su cuerpo parecía soportarlo bien, y por si solas, sus piernas comenzaron a trotar por los pasillos en busca de la fuente.

Yuichiro pensó que se trataba debido al enojo, que su corazón comenzara a acelerarse con cada paso que daba, y que sus mejillas comenzaran a calentarse ávidamente.

— haa haaa — respiraba jadeante al estar delante de la puerta, la abrió de golpe y busco con la mirada molesta al tal Mikaela — tu bastardo...

El hombre que tenía un libro entre sus manos volteo a mirarlo, al principio se sorprendió por verlo, pero luego su ceño se deformo en uno de enojo.

— quien eres y que demonios haces aquí?

El cuerpo del pelinegro reacciono ante su voz y se encogió en su lugar, estaba molesto y quería gritarle aquel rubio apuesto que se acercaba hacia el y lo tomaba del cuello.

— habla ahora, como entraste aquí y... — decía, pero le solto el cuello al sentir un ardor en su pecho, su propio cuerpo estaba reaccionando a algo, sin entenderlo volteo a ver al omega delante suyo, jadeando y con las mejillas ardiendo, se dio cuenta que no temblaba debido a su miedo por el, sino por algo opuesto — ...estas entrando en tu celo.

El aroma embriagador del omega comenzaba a llenar los pulmones de Mikaela, y a pesar de que podía resistir muy bien las feromonas de cualquier omega en celo, sintió un leve mareo al ver al menor retorcerse ante sus pies.

— nhg...

— ¡!

Antes de que pudiera darse cuenta tenia las manos del pelinegro subiendo por sus piernas.

— qué crees que haces? — decía tomándolo de la muñeca y elevándolo de esta — dime, siquiera llevas tus inhibidores contigo?

Yuichiro que tenía la mirada nublada, lo miro sin comprender sus palabras.

El rubio frunció el ceño, no podía tener una conversación con él en este estado. Alzo su cuerpo y lo dejo acostado sobre su cama mientras que el buscaba los supresores entre los cajones.

Cuando encontró las pastillas volteo a ver al menor que este comenzaba a quitarse los pantalones.

—Ey — rápidamente se dirigio a el y le acomodo nuevamente la ropa que llevaba.

— quieres hacerlo tu? — respondió Yuichiro con la mirada aun perdida.

Mikaela se sorprendió al escuchar su voz, su pecho volvió a arder y quito las manos de la ropa del menor y se sentó junto el en el borde la cama.

—No, ya toma esto

Le tendió las pastillas y el menor las tomo entre sus manos, sin entender que hacer la dejo a un lado y se lanzó a abrazar al rubio.

— debes tomarlas!!

Aparto al menor de él y tomo la pastilla enterrándola en la boca del pelinegro para que este la tragase, pero la pastilla cayo junto a la baba de Yuichiro que veía embobado el rostro de Mikaela tan cerca suyo.

El rubio suspiro, talvez debía llamar a las mucamas para que se encarguen de él.

Saco otro supresor y coloco la pasilla entre sus propios labios, quería asegurarse de no despertar su Rut* debido al omega, pero antes de que pudiera tragar la pastilla el menor se abalanzo a sus labios y comenzó a besarlo robándole la pastilla y trgandosela el.

Mikaela deshizo el beso y el menor cayó sobre la cama jadeando más fuerte que antes.

— .... Eres un sin vergüenza lo sabias?

Al ver que se había tomado la pastilla se tranquilizó un poco, solo pasaría un minuto hasta que los supresores funcionaran, asi podría razonar con aquel omega.

Pero el minuto paso, y Yuichiro continuaba retorciéndose

— ngh...

— ... quizás necesitas más supresores, tu sistema es algo lento.

Saco un par de supresores más y se las tendió al menor, que lo miro con duda al verlas.

El rubio se llevó las manos a la cabeza tratando de reunir toda la paciencia posible y respiro hondo, no tenia de otra...

Llevo las pastillas a sus labios y se acercó al menor, este le rodeo el cuello y ambos acercaron sus labios.

El menor se dejó caer sobre la cama llevándose al mayor consigo. Mikaela le pasaba una por una las pastillas empujándolas con su lengua hasta la cavidad del menor donde se perdió un par de veces, dejando que su lengua jugara con la del contrario.

El pelinegro subió una mano para acariciar las hebras doradas de Mikaela y le rodeo la cadera con las piernas, un par de jadeos salieron de sus labios al sentir el cuerpo del mayor pegado al suyo.

Este jadeo alerto a la conciencia de Mikaela que separo sus labios sin levantarse del cuerpo del menor. Yuichiro ya se había tomado los supresores pero aun no reaccionaba, eso preocupo al mayor.

— no me digas que... este es tu primer celo verdad?

Mikaela no tenia de otra... debia encargarse de el personalmente.

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yuu que queria golpearlo y termina comiendole el morro, vaya desvergonzado... Mika lo colocara en su lugar no se preocupen.

capitulo largo porque os quiero <3

en fin...

recuerden cuidarse y tomar agua. hasta el proximo miercoles!!


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