- Max: Mañana pelearé por ti y ganaré. Quiero que veas que te amo de verdad. Si me viste con ella, fue porque mi familia está negociando con la suya y es indispensable que mantengamos buenas relaciones.

Si no quieres creerme, no me creas, pero no pienso engañarte.

Al ver la sinceridad en los ojos de Max, me di cuenta de que no me mentía.

- "Te creo."

Max sonrió al ver que le creía y corrió hacia mí para abrazarme.

Susurrándole al oído, le dije:

- Max: "Estoy igual, no sé qué me has hecho."

- Yo soy tuya y tú eres mío, Max. Tengo un poco de miedo de perder lo que tenemos.

- Max: Eso no pasará nunca, Alis.

- Mañana no tiene por qué competir.

- Max: Lo haré, porque si no lo hago, no me ganaré el respeto de tu familia.

- ¿Y qué pasa con los infernales? Ellos se molestarán.

- Max: No me importa, pagaré las consecuencias después.

- ¿Cuáles son las consecuencias?

- Max: No te preocupes, no es nada malo.

Alguien tocó la puerta y Max se apresuró a irse. Cuando abrí, encontré a Esmeralda y Rick.

- Rick: "Esmeralda no puede dormir y quiere venir a dormir aquí."

- "Está bien, pasa. Puedes dormir conmigo."

Acostadas en la cama, a punto de quedarse dormida Esmeralda, me habló en voz baja. Ella me expresó su apoyo hacia Max, y le agradecí.

No pude dormir bien; estaba tensa por lo que sucedería mañana. Pensaba en que, si Max no podía con ellos, tendría que intervenir para defender a mi hombre.

Al día siguiente, todos estaban presentes en el acto.

Incluso algunos infernales se habían acercado para presenciar cómo Max se enfrentaba a Francis, Bastián, Leo y las mujeres de mi familia, optaron por no participar.

- El hermano de Eris burlonamente comentó: "Me voy a divertir mucho viendo a los hijos del Rey Rojo luchando contra un infernal. Parece entretenido."

- Eris: "Cállate. Si gana, acabará con esa trepadora."

- El hermano de Eris: "Dudo que gane."

La pelea comenzó....