Marcada

Estoy agitada, ya sin fuerzas, corriendo todo lo que puedo, no veo nada, sólo oscuridad, creo estar en una carretera, no logro ver nada  mi alrededor, sólo siento el pavimento debajo de mis pies,  no se a donde me dirijo, sólo se que  quiero escapar, ya no siento mis piernas, me duele el pecho y estoy aturdida, oigo mis jadeos, me falta aire en mis pulmones,  ya no sé cuanto he corrido ya pero quiero parar, detenerme y ver donde estoy. Bajo el ritmo y miro  alrededor, no conozco la zona pero necesito descansar, me detengo por completo tratando de llenar de aire mis pulmones, me tiro al suelo exhausta, llevo mis manos  mi pecho sintiendo los pálpitos acelerados  de mi corazón, trato de regular mi respiración, mis pulmones arden demasiado  y siento como si rechazaran el oxígeno. De pronto, oigo pasos demasiado cerca y sé que debo escapar pero mí cuerpo ya no resiste, unos brazos me toman con fuerza me levantan como si no pesara nada, me zamarrea mientras me gritan -nunca escaparás putita - siento asco, repulsión, pero no puedo hacer nada -no eres nadie jodida puta, estas marcada para siempre - odiaba escucharlo, odiaba cada palabra que expulsaba, pero sabía bien que decía la verdad -eres mía putita - dijo golpeándome en la cara, yo sólo lloro, quiero morir, ya se que ocurrirá y que nada lo evitará, no tengo nada que perder es entonces cuando carraspeo mi garganta lo miro a su repugnante cara y lo escupo -me las pagarás jodida puta - dijo amenazante soltándome un momento mientras cogía algo de su bolsillo, ésta era mi oportunidad, con la poca fuerza que me quedaba le propicie una patada en sus genitales para luego correr, no llegue a los 100 metros de distancia cuándo algo atrapó  mis tobillos haciéndome caer y volver a sentir su peso sobre el mío. Me volvió a atrapar y con una sola mano ató las mias, luego las enlazo a mi cuello -si tiras te ahorrarás preciosa, no intentes hacer nada, te quiero viva - me susurraba con una voz ronca debido al tabaco en mi oído, se alejó de mi cara para deslizar sus asquerosas manos sobre mi cuerpo, rompiendo mi ropa a su paso dejándome  al descubierto frente a él. Sólo cerré mis ojos ahogando mi llanto, no le daría el placer de eso, oí como quito si cinturón para luego escuchar su cremallera y el deslizar sus pantalones -vamos preciosa, abre los ojos, quiero que veas mientras te hago el amor - lo miré los ojos y con todo el odio que tenía le dije -¡maldito cerdo asqueroso!- tomó su cinturón mostrandomelo en su mano sonriendo para luego golpearme con el -así aprenderás maldita puta - dijo mientras sentía como el escozor en mi piel, me dolía y ardía de manera insoportable provocando unos gritos alaridos de mi parte, sentía que  garganta ya no podría más, que pronto me quedaría afónica de tales gritos pero él no se daba por satisfecho con mi sufrimiento, destrozo mi ropa interior, quedando mi feminidad al descubierto, ya no podía contener mis lágrimas, ya no tenía fuerzas para retenerlas, de pronto sentí como de una estocada se introducía en mi, provocando un gran dolor en mi, y logrando que gritara aún más. Fue ahí  sentí  gran sacudida y escuchaba una voz a los lejos que me pedía que despertara, sólo veía oscuridad a mi alrededor, no veía nada, intentaba con todas mis fuerzas abrir mis ojos pero sólo veía oscuridad  ante mi. Sentí como unos brazos me rodeaban, era un cálido abrazo, sabía que era mi mamá, que estaba segura, sólo había sido otra pesadilla más.
-Cielo ¿estás bien?- cuestionó mi madre, a la cual respondí asintiendo levemente.
A esto se refería Él cuando decía que ya estaba marcada, todas las noches le pertenecía inevitablemente en mis sueños o mejor dicho en mis pesadillas, ya podía dormir, aún con somníferos, al acabar efecto el recuerdo volvía, su cara y voz nunca se borrarían, esa era su marca.

...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top