Capitulo 19

El sudor bajaba por su frente con cada movimiento de su cuerpo, sin embargo no solo era el liquido trasparente lo que se resbalaba por su piel...la sangre se mezclaba con aquel liquido. La pequeña, pero profunda herida en su cabeza era sumamente dolorosa y dadas las palizas que su madre le había propinado horas atrás comenzaban a afectar su cuerpo, con trabajo podía mantenerse consciente.

Pero eso si...en ningún momento mostró debilidad, no rogó por que los golpes secaran; no, claro que no, era el hijo de Batman; el no tenia por que ser débil.  

Todo por culpa del tonto de Drake...o eso quería creer el, pues muy en el fondo sabia que había terminado en ese lugar y en esa precisa situación para salvar al tercer petirrojo; evitando que su lunática madre le causara mas daño a su hermano. Justo como lo estaban haciendo con el.

— Eres una decepción Damian... —dijo Talia entrando a al cuarto donde su hijo se encontraba cautivo.— ¿Que mas vas a hacer para manchar nuestro linaje? —pregunto tomando con rudeza el mentón del menor para que le viera directamente a los ojos— Responde Damian.

No contesto a la demanda de la mujer, en su lugar le escupió en la cara y sonrió con soberbia; ganándose una bofetada. 

— Todo esto es tu culpa Damian, solo tuya y esa debilidad que significa tener una marca —explico con desagrado.

El comentario logro tensar al ojiverde, ¿su marca? ¿lo que su madre quería era borrar su marca? Eso...eso seria romper el lazo que apenas se estaba formando entre el y Jonathan; no, eso no debía pasar.

— Pero...ahora es una ventaja; si no piensas tomar el lugar que te corresponde en la liga...hay otras cosas para las que me puedes ser de utilidad —sonrió con maldad para salir, dejándolo confundido.

— Jon... —susurro con pesar, deseando que su llamado fuese escuchado y que el menor llegara y lo sacara de ese lugar.

Por mas humillante que resultase ser salvado por Superboy, quería verlo...

Debería abstenerse de tocar de esa manera al joven Damian —hablo el joven fuera de la habitación, quien observo todo desde el ventanal.

— Mientras tu...jefe no cumpla con su parte del trato, haré lo que desee con mi hijo, así que puedes ir a decirle eso, Grayson...

El nombrado ladeo la cabeza, enfocando sus dorados ojos en la morena, su sonrisa era tan falsa y fría como las que ella le dedicaba a cualquier persona; sin embargo había algo mas que hacia que esa expresión le alertara del peligro que ese muchacho representaba. Era un Talon, una marioneta de la corte de los búhos...y la mano derecha del demente que había cruzado el portal que Luthor había construido. Y gracias a esos sujetos sus planes cambiaron dramáticamente.

Le notificare a mi maestro sobre su decisión, estoy seguro que se molestara del hecho; por lo que no me haré responsable de los daños que le pueda accionar por que usted haya lastimado al joven Damian. —explico calmado y sin borrar su sonrisa.

Dejo que Talia se marchara mientras el observaba al ultimo Robin hacer un esfuerzo enorme para liberarse. Por algún motivo eso movió algo en su interior, ver a Damian a esa edad...con esa mirada decidida y molesta. Su Babybat.

Dami... —murmuro sorprendido de si mismo. 

Thalia tiene agallas como para desafiar la autoridad que nuestro maestro impone en este momento —comento el segundo Talon que se mantuvo al margen dela conversación.

Tiene agallas o es muy estúpida —dijo sin apartar la vista de Damian.

Me inclino mas por la segunda opción —expreso viendo como varios médicos entraban a la sala comenzando a trabajar.

Unas cuantas risas ahogadas se alcanzaban a escuchar cuando uno que otro medico o científico era impactado contra el piso o la pared solo por ponerle una mano encima al heredero de Batman. El que estuviera encadenado y suspendido en el aire; sin poder mover sus manos no le impedía defenderse y arremeter contra esos tipos que querían hacer sabe que cosas con el.

¿Son idiotas? Seria mas sencillo si lo sedaran...

Sabes la razón, necesita estar consciente para que el tratamiento funcione —dijo el mayor.


(...)

Se quejo por ese insistente pitido en sus oídos, la cabeza le daba vueltas y con ese ruido tan molesto; sentía que en cualquier momento le explotaría la cabeza. Intento levantarse de la cama, ignorando el mareo que lo golpeo en cuanto se movió, pero eso no lo detuvo; se empujaba a si mismo a avanzar y saber que diablos había ocurrido, necesitaba saber que el plan de Thalía no había resultado; necesitaba saber que Damian estaba bien...

— C-conner... —llamo a su compañero al no verlo en la habitación.

Por fuera se alcanzaba a escuchar varios gritos, seguramente del despacho de Bruce. ¿Que estaría pasando? Pues sea lo que sea...tenia alterado al líder de la familia y eso era una mala señal. Concentro toda la fuerza que tenia en sus brazos para poder levantarse de la maldita cama, volvió a llamar al primer hijo de Superman; volviendo a tener el mismo resultado que la primera vez. ¿Donde cojones estaba?¿No que muy preocupado por como se encontraba?

— Maldición... —murmuro molesto por su actual estado.

— ¡Tim! —Dick entro de golpe lanzándose a abrazar a su hermano— ¡No tienes idea de lo mucho que nos preocupaste! ¡¿Como te sientes?! ¡¿Te duele algo?! ¡¿Quieres que llame a Alfred para que te revise?! ¡Gracias a dios que estas bien! 

— D-dick...e-estoy bien pe...pero no me dejas respirar.... —dijo apenas, siendo sofocado por el abrazo del ave azul.

— Amo Richard, ¿seria tan amable de soltar al Amo Timothy antes de que lo lastime mas de lo que ya esta? —comento Alfred haciendo acto de aparición. 

No fueron necesarias mas palabras para que el primer Robin soltara a  Tim, en cuanto fue liberado su cuerpo fue depositado una vez mas en la cama.

— Alfred, estoy bien...no hace falta... —balbuceaba con algo de temor por molestar al anciano.

— Desafortunadamente no concuerdo con usted amo Timothy, aun no se encuentra bien del todo, así que le pido que descanse adecuadamente para que se recupere...y nada de escaparse ¿quedo claro? —dijo sin dejarle mas opción que asentir y acatar la orden— Y usted Amo Richard... —se giro para hablarle de frente al primer hijo pero este fue mas rápido y salio de la habitación mientras Alfred hablaba con Tim.

— Alfred... 

— No diga nada Amo Tim, tiene que descansar —aclaro dispuesto a salir.

— Lo haré, pero...necesito hablar con Bruce —comento con seriedad— es importante...

El mayor suspiro pesadamente por la insistencia del petirrojo.

— Muy bien, le diré al Amo Bruce que venga a verlo cuando termine de hablar con el Señor Kent —aviso saliendo de la habitación.

Camino con calma por los pasillos confundido por el extraño silencio que se extendía por la mansión. Por las escaleras alcanzo a ver a Jason en el piso; seguramente derribado por el acróbata, pues este estaba a su lado disculpándose con el menor. Mientras tanto Clark hacia el mayor esfuerzo por no desmayarse ya que en ese momento estaba siendo amenazado por un enorme trozo de Kryptonita; había ignorado las advertencias de Alfred y entro al cuarto del príncipe de Gótica...cosa que lo enfureció de sobremanera. Intento hablar con el...intento comprender lo que había pasado, trato de explicarle el por que de su ausencia; pero el resultado fue el mismo sin importar cuanto insistiera.

— ¿Por que sigues insistiendo? —pregunto afligido.

Si, estaba molesto. No la palabra correcta seria furioso, pero el cabeza dura de Clark no parecía entender y lo único que conseguía era enfadarlo mas.

— Por que quiero que entiendas... —dijo jadeante, cada vez mas débil por el brillo venenoso que irradiaba la piedra.

— ¡No ha nada que entender Clark! —exclamo perdiendo lo poco que le quedaba de paciencia— ¡No tienes por que darme excusas Kent! Me quedo mas que claro que primero esta tu familia, no necesitas venir y decirme mas mentiras...ya no mas...

La imagen que tenia frente a el le rompía el alma; muy pocas veces podía presenciar la parte mas vulnerable del caballero oscuro, pero dados los últimos eventos...era de esperarse, sus ojos inundados de lagrimas, cada musculo de su cuerpo temblando y sus latidos eran erráticos.. Hizo uso de todas sus fuerzas restantes para ponerse de pie y arriesgarse a envolver a Bruce en sus brazos.

— ¡¿Que haces?! ¡Suéltame Kent! ¡Clark hablo en serio! —grito forcejeando para liberarse del débil pero firme agarre del alienígena.

— ¡No! Por favor Bruce...créeme, no se que paso como para que no escuchara que llamabas; pero te prometí que no te abandonaría, esto yo no lo planee, no quería dejarte...

— ¡¿Entonces por que diablos te fuiste?! —bramo golpeando su pecho.

— Lo hice por Jonathan...pero Bruce —lo llamo levantando su rostro con delicadeza— no me fui por querer dejarte; eso no lo haría nunca...¿que tengo que hacer para que entiendas que te amo? ¿Quieres el mundo? Te lo daré. ¿Quieres mi corazón en bandeja de plata? Te lo daré, solo tienes que pedirlo... —se declaro sin un gramo de mentira en sus palabras. 

Fue entonces cuando Bruce dejo de golpear sus puños contra los pectorales del hombre de acero, lo miro atentamente; siendo hechizado por el profundo océano de sus ojos, pudo ver la verdad en ellos...se sintió avergonzado por ese desplante de ira que tubo con el. Habia descargado toda su frustración contra su destinado y eso le había dolido mas que a Clark.

— Te amo Bruce... —confeso con su ultimo aliento antes de soltar el cuerpo de su amante y caer de lleno al suelo. 

— ¡Clark! —grito guardando rápidamente la Kriptonita.

Se arrodillo y puso la cabeza de Clark sobre sus piernas, siguió llamándolo hasta que noto como el color regresaba a su piel, y hasta que comenzó a respirar con calma el también lo hizo.  Enfrió su mente, pensando con claridad...recordando las palabras que le había dicho, el rojo invadió su rostro haciéndolo parecer un tomate. ¿Que había sido todo eso? ¿Que clase de confesión cursi había visto? De seguro ingirió una cantidad preocupante de azúcar; si, de seguro fue eso.

— Me provocaras diabetes —bromeo sonriendo mientras acariciaba sus cabellos.

Lo levanto recostándolo en uno de los sillones, se quedo un momento observando la tranquila expresión de su pareja, se inclino un poco con toda la intención de besarlo, pero fueron unos ligeros golpes sobre la puerta lo que cortaron la inspiración y lo hicieron levantarse acomodándose la ropa.

— Adelante —dijo recuperando la compostura.

— ¿Todo en orden Amo Bruce? —pregunto Alfred al momento de entrar.

— Eso quiero pensar —dijo caminando hacia el escritorio— ¿Como esta Tim? ¿Ya despertó? 

— Así es señor, y debo notificarle que insiste en verlo... —notifico mirando de reojo a Clark tumbado en el mueble— ¿Debo preocuparme por lo que paso con el señor Kent? —ladeo la cabeza.

— No...el estará bien, solo se me fue la mano con la Kriptonita —dijo sentándose frotando el puente de la nariz.

— Ya veo.

— Iré con el en un momento, necesito pensar sobre lo que paso... —explico fijando su vista en el granjero siendo atacado por un ligero sonrojo; que no paso desapercibido por el experimentado anciano. 

— Como desee señor.

(...)

— No.

— Dick, no te lo pregunte; voy a ir —anuncio poniéndose su chaqueta

— ¡No Jason! —grito sujetando su brazo— tienes que quedarte y ayudarnos a encontrar a Damian... —dijo con la voz quebradiza.

No quería que se marchara, en esos momentos sentía que su mundo se derrumbaba y solo Jason era capaz de ser su apoyo. Pero no...con solo recibir una llamada de Roy, ya estaba listo para irse ¡¿como era posible?! ¡¿No estaba preocupado por lo que le pudiera estar pasando a Damian?! ¡¿Por que tenia que ser Roy?! 

— Dickie...esto es importante —giro su cuerpo para verlo a la cara— no mal pienses...tu bien sabes que...

— Has lo que quieras —dijo con la mirada clavada en el piso.

Rápidamente Jason entendió el trasfondo de sus palabras, se percato de el ligero temblor en sus músculos; intuyo que el mayor tenia nuevamente un ataque de celos. Suspiro pesadamente, pensando con detenimientos las palabras que saldrían de su boca para poder tranquilizar al primer Robin, claro...hubiese servido de algo de no ser por que este rompió toda cercanía que tenían en ese momento y salio corriendo en dirección a su habitación. Pensó en ir tras el y explicarle la situación, pero era consciente de que cuando Dick se ponía en ese plan de niño caprichoso nada ni nadie podía sacarlo de ahí...a menos que el se pusiera cursi y todo el papelito de novio; cosa que no podía hacer en ese momento. 

— ¿No piensa hacer algo Amo Jason? —Alfred le pregunto bajando las escaleras.

— Tu y yo sabemos que no Al...quisiera que Dick confiara mas en mi —comento con pesar— supongo que es mi castigo —callo por un par de segundos— ¡Que castigo ni que nada! ¡¿Como es posible que desconfié tanto de mi después de tantos años de relación que tenemos?! ¡El puede hacer todos los numeritos que quiere por estar con mis compañeros; pero no, si se trata de los suyos no yo no puedo decir ni un puta palabra! ¡¡Es el colmo!!

Gritaba mientras daba grandes pasos hacia la Baticueva. Media hora después se encontraba en el lugar acordado donde se veria con el arquero, Roy tenia quince minutos de retraso...si el imbécil no se presentaba el en persona iría a buscarlo y le daría la golpiza de su vida; no tuvo una pelea con su pajarito por nada. 

— Sera mejor que tenga una muy buena excusa para llegar tarde —pensó en voz alta mientras revisaba las municiones de sus armas.

¿Que se supone que harás si no la tiene....Litlewing?

Volteo con violencia buscando esa característica voz; encontrándose solo en la azotea del edificio. Estaba seguro...esa voz era de Dick, aunque si lo pensaba con cuidado, tenia algo diferente...ademas del apodo. Su Dick no lo llamaba de esa manera.

¿Por que tiene que ser el Jay? Incluso aquí... —volvió a escuchar entre las sombras y en esta ocasión se sintió amenazado por el tono en que salieron tales palabras.

Por mas que buscaba no conseguía dar con el dueño de esa voz tan...vacía. Agradecia infinitamente el no haberse quitado el casco, pues de esa forma no se podía ver la expresión de confusión y miedo mezcladas; por extraño que sonara, Jason Todd tenia miedo y no sabía la causa de eso, o tal ves si.

— Dick... —dijo dudoso.

Que triste Jay...¿no vas a llamarme Goldie? —pregunto saliendo finalmente.

— T-tu no eres... —tartamudeo congelado ante la persona que compartía un gigantesco parecido con su pareja.

Dejando de lado la pálida piel y ese frío y brillante color dorado de sus ojos, esa persona frente a el no era su Dick, conocía cada rasgo y cada expresión que el ojiazul podía hacer...por lo que estaba totalmente seguro de que su pajarito nunca seria capaz de esbozar una sonrisa tan tétrica y falsa como la que tenia en ese momento.

— ¿Quien eres? ¿Que le hiciste a Roy? —inquirio apuntándole con sus armas.

En eso instante su sonrisa se esfumo, abriendo paso a un mueca de repugnancia. Se dio cuenta en cuanto lo vio torcer los labios que estaba en serios problemas.

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