Capítulo 2: El mar y la miel y la canela

Después de aquel día ambos se habían visto con frecuencia, Jisung le había ayudado a cargar sus cosas hasta llegar nuevamente al local de Hyorin donde se despidieron, aquella tarde hablaron un poco y se conocieron un poco más en esa caminata por lo que ambos quedaron en verse por ahí de vez en cuando sin embargo no esperaron que fuese tan "de vez en cuando".

A veces cuando Hyunjin iba al pueblo para comprar algunas cosas o para ir a pasear o solamente para estar con Hyorin y Taeyang era casi seguro que en algún momento, sin importar donde estuviese, vería a Han por algún lado sorprendiendo a ambos por la gran casualidad.

Otras pocas veces se encontraban cerca de la colina donde Hyunjin vivía, resulta que Jisung solía ir muy de vez en cuando por la colina a perder su tiempo, relajándose de sus días pesados pasándosela acostado en la grama o trepando árboles o caminando por la zona sin nunca haber ido a lo más alto de la colina.

Dos semanas habían pasado y sus coincidencias seguían llegando, de esas dos semanas quizás no se habían visto 4 días de ellas. Jisung comenzó a cuestionarse cómo es que antes no lo había notado nunca, cómo fue que hasta aquel día se conocieron o al menos él lo haya visto.

Según lo que le contó el omega éste llevaba viviendo en la isla desde hacía 6 meses enteros entonces ¿por qué nunca se habían topado antes?. O quizás si lo hicieron pero ninguno se había dado cuenta de ello.

O quizás Hyunjin si lo habría visto por ahí, de reojo quizás, pero no le dio importancia ya que después de todo el único que realmente tuvo interés por el otro desde el primer momento que lo vio fue Jisung, ya no podía negar eso y a medida se iban conociendo de poco en poco tenía que admitir que su interés crecía cada vez más. El omega sin duda era alguien peculiar y llamativo, era imposible no caer por él.

Suspiró, esta vez estaba en su día libre de la samana por lo que había decidido ir a relajarse en el mar. Irónicamente aunque viviese en una isla donde era fácil acceder al mar al estar rodeada de ella no iba tan seguido como le gustaría al tener que ayudar a su abuela con su trabajo e intentar salir adelante con su carrera universitaria en línea era un poco difícil encontrar tiempo para él mismo donde pudiese respirar con tranquilidad y disfrutar la vida de un joven de su edad.

Había dejado sus cosas en unas rocas para poder irse a meter al agua, estuvo sumergiendose y dejando que la corriente lo revolcase por varios minutos, ni siquiera estaba seguro cuánto tiempo estuvo ahí metido hasta que salió con sus ojos totalmente rojos, su piel notablemente un poco más bronceada y arrugada con el sol ya habiendo avanzado bastante desde la última vez que lo había visto.

Sacudió su cabeza intentando sacar agua de sus oídos así como quitando el exceso de ésta en su cabello, tomó la toalla que había dejado en las rocas secando su cuerpo aunque era casi seguro que regresaría a revolcarse con las olas un momento más antes de volver a casa. Sentado en las rocas observó el océano, tan grande e imponente como siempre haciéndolo sentir un poco pequeño pero a la vez dándole un deje de libertad que sacudió su corazón, momentos como ese le hacían darse cuenta cuan pequeño e insignificante podía ser y cuán grande y aterrador podía ser el mundo.

Apartó su vista de las aguas tranquilas en ese momento para voltear a ver la isla, no habían muchas personas por ahí cerca más que una pareja varios metros lejos, un grupo pequeño de amigos divirtiéndose un poco más lejos y luego, un poco más cerca que la pareja pero más atrás en un montículo de arena que lo hacía ver como una mini colina, vio un caballete remendado con su respectivo lienzo y cierto omega con un overol parchado de las piernas sentado seguramente pintando en este. De todos los días y lugares, tenía que ser ese.

Dudó un poco, mejor dicho dudó mucho en si debía acercarse o no. A pesar de que se les había hecho ya un poco costumbre el encontrarse, saludarse y de vez en cuando charlar un poco aún parecían muy lejanos.

Aún se sentía una barrera entre ellos que le impedía al castaño sentirse tanto en confianza como para pensar que su presencia siempre iba a ser bienvenida cuando estas casualidades ocurriensen.

No era por ser pesimista pero no creía que el omega estuviese tan cómodo con todos esos encuentros, o quizás solo estaba pensando de más las cosas.

De todos modos no pudo pensarlo más puesto que un grito lejano le sacó de su trance y al volver de éste se dio cuenta que el rubio le saludaba alegremente desde la lejanía moviendo su brazo el cual seguía sosteniendo el pincel y estaba extendido al cielo para llamar su atención mientras sonreía ampliamente cuando se dio cuenta que por fin era notado.

— ¡Jisung, hola! —gritó alegre.

Y no necesitó de otra cosa para que su pequeño episodio de pesimismo se drenara por completo devolviendo el saludo con una sonrisa por igual agitando su mano en el aire.

— ¡Hola! —correspondió.

— ¡Hey, ven!, ¡quiero enseñarte algo!

De más está decir que no dudó mucho esta vez, se levantó terminando de secarse todo el torso antes de colocarse su camiseta y sandalias poniendo la toalla al rededor de su cuello.

Rápidamente se alejó de las rocas para ir a paso ligero pero veloz con el omega quien le esperaba aún con su sonrisa dándose un descanso de su trabajo poniendo la paleta y su pincel en su regazo. El olor a tormenta y canela le golpeó la nariz viendo como el alfa se acercaba de a poco, ese aroma que ya era común y reconocible para él (secretamente gustándole mucho)

— Hey —dijo el castaño cuando al fin estaba frente al rubio— Nos encontramos de nuevo. A este paso creo que podré irme incluso a la Luna y te encontraría ahí igual.

—Hyunjin soltó una risilla estando de cuerdo— Ya hasta asusta tanta casualidad, ¿no lo crees?

— A este punto dudo que sea pura casualidad, ¿no lo crees?

Hyunjin no supo realmente que decir ante eso, no porque fuese un comentario raro, no tendría porqué serlo pero pudo percibir que el castaño había lanzado esas palabras quizás queriendo dar alguna segunda intención o quizás solo lo percibió mal, simplemente se limitó a sonreír y asentir, de todos modos si lo pensaba mejor podría decirse que tenía razón, ya era dudosa esa "casualidad" que les rodeaba.

Por otro lado Jisung solo quería irse a meter de cabeza al mar y que éste se lo tragase vivo al haber dicho tal comentario obviamente guiado por su lado coqueto que decidía salir a luz en los momentos menos indicados.

— ¿Quieres ver lo que estoy pintando? —rompió el silencio el omega intentado alejar el repentino ambiente raro que se había formado.

— Por supuesto, me encantaría.

— A penas lo estoy empezando pero he podido avanzar mucho hoy —Jisung se colocó al lado del omega viendo al final la pintura, era el mar viéndose a penas la base de el color y algunos detalles para que se viese espuma.

— Se ve muy bien para mi. No es como si fuera un artista o supiera algo de arte pero para mi se ve bastante bien —intercaló su mirada entre la pintura y el mar para comprobar que se pareciesen aunque aún faltaba mucho detalle, Hyunjin sonrió— ¿Desde cuándo estás aquí pintando?

— No hace mucho, quizás una hora —inconscuentemente comenzó a sobar su panza con cariño mientras se arrecostaba en el respaldo de la silla pequeña en la que estaba— De hecho te vi nadar pero no quise interrumpirte, te veías muy concentrado. Eres muy bueno por cierto.

Jisung sonrió tímido aún con algunas gotas de agua goteando de sus cabellos y mojando su camiseta blanca sin mangas. La luz de la tarde hacía ver su piel más bronceada de lo que era o quizás se debía a todo el tiempo que había pasado en la playa siendo tocado por los rayos del sol, de igual forma los rayos que aún se pasaban desfilando en el cielo tornando éste de un color rosado hacían ver a Jisung como si estuviera deslumbrando con un tono tan...miel.

Hyunjin tuvo un pequeño deseo floreciente en su pecho de pintar ese mismo retrato que tenía en frente.

— Bueno, he vivido toda mi vida en este lugar, me la pasaba horas y horas aquí en la playa de niño así que supongo que es normal —quiso restarle importancia pasando una mano por sus cabellos terminando en su nuca— Tampoco es como si fuera un gran experto nadador, solo dejo que las olas me lleven.

— Te debe gustar mucho la playa —mencionó barriendo su vista en el lugar.

— Demasiado diría yo, es como sentirse en casa.

Por unos momentos inciertos ambos se quedaron callados, sus ojos puestos en el otro con sonrisas pequeñas en sus labios. Era como si una pequeña admósfera cálida se hubiese formado al rededor sin que se diesen cuenta, solo estaban ahí mirando en los ojos del otro sin prisa ni penas o eso fue hasta que una chispa en el cerebro de Jisung lo hizo reaccionar y avergonzarse provocando que apartase la mirada.

Su familia seguramente se burlarían de él en ese momento. No se supone que un alfa demostrase tanta timidéz ante nadie sin embargo no podía evitar ser tan expresivo y sentirse como un adolescente hormonal. De todos modos él nunca había sido muy apegado al estereotipo.

Esta vez observó de nuevo la pintura que el omega había comenzado para luego mirar detenidamemte "el lugar de trabajo" de Hyunjin alzando una ceja al darse cuenta de algo improtante.

— ¿Trajiste todas estas cosas tu solo? —preguntó viendo como el omega limpiaba sus brochas en un trapo que colgaba del caballete.

— Pues claro, ¿de que otra forma pudo ser? —respondió obvio.

— ¿Tu amiga de aquel local no se molestaría si supiera que cargaste todas estas cosas tu solo hasta aquí?

— Probablemente si, lo bueno es que ella no se debe enterar de todas las cosas que hago, ¿no?

Jisung alzó una ceja de nuevo lanzándole una mirada acusatoria al omega el cual solo volteó sus ojos al mismo tiempo que soltaba una risa dejando los pinceles en su regazo.

— No vayas tú también a regañarme, parece que todo el mundo me trata como un inútil últimamente que no puede ni levantarse de su cama. Estoy embarazado por dios, no es como si me hubiese roto algo o tuviera una enfermedad terrible —comenzó a envolver los pinceles en el mismo trapo donde los había limpiado haciendo un nudo para que no se cayesen.

—el alfa suavizó su mirada entonces— No es que seas un inútil o una pieza de cristal, nos preocupamos por ti eso es todo.

—suspiró comenzando a guardar sus cosas en su típica bolsa de tela— Lo sé, pero es agobiante a veces. No puedo quedarme simplemente acostado todo el día todos los días sin hacer nada, menos si vivo solo alguien debe hacerse cargo de las cosas.

Hyunjin trató de levantarse siendo rápidamente ayudado por el alfa cuando éste notó que le era un poco difícil la tarea. El omega agradeció sonriendo para luego comenzar a desmontar el caballete quitando su cuadro de encima, por otro lado Jisung se había quedado atento a su lado simplemente observando cómo guardaba pacientemente todas sus cosas así como estando listo por si necesitaba ayuda.

Por un momento su vista quedó pegada al vientre del omega, ya notoriamente abultado y, según él, adorable.

Sabía que no faltaba mucho para que Hyunjin cumpliera los 8 meses de embarazo estando cada vez más cerca de un posible parto en cualquier momento y entonces se paró a pensar un segundo en que si ese era el caso el omega necesitaría mucha ayuda en estos meses, incluso cuando el cachorro ya hubiese nacido. Sabía que Hyunjin no quería admitirlo pero notaba como cada vez le era más difícil hacer esfuerzo físico sin cansarse rápido y podía imaginarse cuán pesado debía ser llevar un mini ser dentro de ti, con solo imaginarlo ya le dolía la espalda.

Un sentimiento nuevo se posó entonces en su pecho, uno que no había experimentado antes y no sabría definir con exactitud en ese momento pero que le obligó a moverse y tomar entre sus manos el caballete que el rubio estaba intentando acomodar en su espalda para luego tomar la silla sorprendiendo al omega.

— No debes preocuparte en serio, yo puedo —se apresuró a decir intentando quitarle las cosas.

— Te acompaño a casa —dijo poniendo una mano al aire frente al omega para detenerlo— Y hablamos un poco. ¿Te parece?

Hyunjin torció un boca pensativo, sabía que el alfa lo hacía para que no cargara con todas esas cosas él solo y usualmente en esas últimas semanas y meses ese gesto le hubiese molestado un poco al sentir nuevamente que era tratado como inútil o frágil sin embargo la sonrisa de corazón y los ojos tranquilos de aquel alfa le impidieron sentir molestia ante ello remplazándolo con agradecimiento (y quizás un poco de emoción).

Podía ser un terco como siempre insistiendo en que él solo podía sin ayuda de nadie sin embargo muy en el fondo sabía que debía dejar de lado un poco su orgullo, el esfuerzo físico se le estaba volviendo muy pesado y sabía que por el bien del cachorro debía estar cuidándose el doble a medida pasaban los días. Por eso mismo, y quizás porque le gustaba mucho (demasiado) la compañía del alfa es que aceptó.

— De acuerdo, vamos entonces.


Caminaron entre charlas y risas hasta la colina donde Jisung silenciosamente tomó la bolsa de tela él mismo en su hombro y ofreció su mano al omega para ir por el camino tierroso y empinado, había sido rechazado al inicio como siempre pero haciendo oídos sordos tomó con tranquilidad la mano ajena mientras comenzaba a caminar nuevamente. Algo en aquel toque se sintió cálido para ambos.

Subieron por la colina con los últimos rayos de sol despidiéndose hasta el día siguiente, al llegar a la cima Jisung pudo observar una pequeña casa hecha de roca de una sola planta saludando a unos cuantos metros. Sonrió porque le pareció un lugar bonito a pesar de solo haber visto la fachada de éste pero algo en toda la estructura solo le daba la impresión de que gritaba el nombre y la esencia del omega. Parecía un lugar perfecto para él a pesar de que no lo conocía tan bien.

Hyunjin sacó las llaves de su overol abriendo la puerta de madera la cual se notaba que había sido pintada hacía poco de un aqua pálido para luego encender la luz naranja del lugar.

— Pasa, puedes dejar las cosas en la esquina —señaló al lado derecho donde se podía ver una pequeña sala con a penas un sofá y un televisor de los viejos colocado en una caja de madera.

— Me gusta tu casa, ¿la haz remodelado? —preguntó mientras Hyunjin le quitaba la bolsa de tela para ir a la parte izquierda donde se encontraba el comedor/cocina.

— Algo así, he raspado y pintado las paredes, al menos lo que he podido. Los muebles le dan el toque —rió ya que realmente no tenía muchos muebles en su casa.

— Recuerdo haber visto este lugar hace mucho tiempo —explica mientras acomodaba el cabellete— Era un cachorro tonto buscando aventuras y este lugar estaba abandonado desde antes de que naciera así que recuerdo subir la colina hasta aquí —suspiró metiendo sus manos en sus bolsillos mientras observaba todo el lugar— Haz hecho un gran trabajo para hacerlo sentir un hogar.

Por algún motivo ese halago hizo que el omega se ruborizara un poco, era un simple comentario que no debería ser tomado más allá de eso pero la forma en la que lo había dicho con sus ojos recorriendo cada rincon de su casa como si adorara en demasía la vista hizo que su corazón tuviera un pequeño latido fuerte y la sangre se fuera para su rostro. Decidió simplemente dejar eso y seguir con lo suyo, no era la gran cosa.

— Y aún le falta —comentó en su lugar— Tengo muchas ideas que me gustaría hacer para darle más vida a este lugar.

— Si necesitas una mano puedes decirme o cualquier cosa —ofrece mientras se acerca a la mesa— Me encantaría ayudarte.

— ¿No estás muy ocupado? —quiso bromear tomando entre sus manos una jarra con agua que solía mantener fuera.

— Para ti, nunca —soltó quizás un poco sin pensar pero con un poco de diversión no burlona entre sus palabras. Claro que cuando se dio cuenta nuevamemte quiso irse a tirar de cabeza al mar.

Hyunjin ignoró un poco el comentario y vertió agua en su cafetera para dos tazas para luego dirigirse al lava platos donde lavó las tazas sucias que había dejado del día anterior y esa mañana tratando de no pensar en el bochorno que le havía provocado el nuevo comentario.

Hyunjin no frecuentaba visitas en su hogar, Hyuna y Dawn eran los más cercanos que tenía y que iban a visitarlo últimamemte con más frecuencia para asegurarse de que todo estuviera en orden pero aún así pasaba más tiempo solo en su casa perdiendo el tiempo de algún modo en sus ratos libres y a veces en esos momentos podía sentirse un poco...solo.

Incluso cuando sus amigos lo visitan y lo atienden había un deje de soledad muy dentro de sí que no se discipaba por más que quisiera. Lo atribuyó a su situación, no era precisamente fácil ser un omega embarazado sin pareja ni familia en quien apoyarse, había llegado ahí totalmente solo con un corazón destrozado y una pequeña y enterrada luz de esperanza que le permitió seguir viviendo, seguir adelante, así que era normal sentirse solo la mayor parte del tiempo cuando todo lo que una vez tuvo en el pasado de la nada ya no estaba por lo que le tocaba re-aprender a vivir sin todo eso.

Pero en ese momento, justo ese momento donde estaba sirviendo el café en las tazas mientras el alfa castaño frente suyo le sonreía tan encantadoramente y le preguntaba cuántas cucharadas de azúcar quería, justo en ese preciso momento se dio cuenta que la sensación de soledad ya no estaba y ni siquiera se dio cuenta desde que momento había dejado de sentirla.

— Oh, que buen café —comentó el alfa olfateando su taza— Tiene un toque a canela.

— ¿Quieres intentarlo con miel? —le pregunta antes de pasarle el azúcar— Comprobé que sabe mejor y no es tan dañino.

— Eso si que me interesa, nunca lo había probado así.

— Te encantará, la miel y la canela saben muy bien juntos.

Ambos sonrieron estando de acuerdo, la miel y la canela sabían realemnte bien estando juntos.




Cada día enamorándome más de mi propia historia, claro que si.

Espero les esté gustando tanto como a mi me gusta escribirlo. En serio no puedo describir la tranquilidad y cariño que me da traer a la vida esta historia.

Y bueno, sin nada más que decir nos vemos en el próximo capítulo 🦋

©_prayBluesoul_

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