CAPÍTULO 13

'Alta mar: El día de la partida II'

Craber.

Se hace realmente tenebroso el aura qué este lugar desprende. Es una cabaña vieja, corroída por los años, aunque sigue teniendo esa gótica belleza. Concede varios pisos, las oficinas están en el primero con lo cual los demás son un misterio para nosotros.

Andamos hasta su entrada pulsando el timbre, aparece bajo el umbral de la puerta un ser encapuchado, qué revela su rostro y no es un rostro, sino un esqueleto.

-¿Si? -contesta el huesudo y a pesar de tener esa voz de ultratumba se le entiende.

-Mm... hola... -habla Anders con un ligero temblor en su voz y carraspea para intentar qué desaparezca. -Tenemos qué firmar el seguro con el jefe de La Nueva Orden...

-¿Época de mar monitoreada por Saller Duponte? -pregunta el esqueleto.

¿Monitoreada? Sí no hace una mierda.

-Si. -contesta Anders.

El huesudo hace aparecer un portapapeles con su magia telemagnética y apunta.
-Pueden pasar. -nos permite pasar y pasamos todos en fila para dentro del lugar. Lo primero qué hay son unas salas y al fondo las escaleras. -Síganme.

Seguimos a Don Huesos hasta qué nos lleva a la oficina más grande de todas, la última a la izquierda. Con sus falanges descarnizadas toca la puerta y esta se abre, dejando ver a un tipo -también esqueleto- aunque un poco más acuerpado, el conocidísimo Sonny Patters. O por lo menos su espíritu.

-¡Pero sí son mis navegadores favoritos! -se levanta y palmea la espalda de Hemsworth. -¡Hemsworth y su tripulación, eh!

Observo el pavor de mi amigo en su semblante.

-Hola, Sonny.

-Hace mucho qué no teníamos el gusto de vernos, ¿no, Anders?

-Si... la verdad...

El esqueleto de complexión media desata una verborrea ensordecedora y decido ignorarle, observando su oficina despacio.

Varios títulos brillan por su ausencia, aunque otros lo hacen por su estancia y por la clara limpieza qué denotan.

-Verás, Sonny, nos están esperando en el barco. Sí puedes darnos el contrato de seguro, te lo agradeceríamos. -dice Dalina parando aquella habladuría.

-¡Ay, es verdad! -por fin, Huesitos suelta a Anders y se va a buscar el contrato mientras sigue hablando, Darko observa la oficina, Anne voltea los ojos, Louise revisa sus uñas y Faraday observa al ser. -Es qué sí me dejáis aquí con mis soliloquios, puedo estar hablando toda la tarde.

Finalmente, saca un papel el cual trae el contrato. Le entrega un bolígrafo al capitán el cual deja el contrato sobre la mesa y estampa la punta colocando la firma grupal qué da a entender qué estamos todos de acuerdo.

-Ya está...

-Bien. ¿Tenéis las jaulas para las gallinas y todo el material, no?

-Si, sí... -contesta el capitán.

-Bien. Pues ya está, podéis iros. Este contrato se queda aquí y posteriormente será enviado al seguro.

Se despiden del huesudo y salimos de la cabaña volviendo a La Veneno.

⟳⟳

Anne.

3 días después.

Han pasado tres días desde la visita a Sonny Patters y ya casi un mes desde la confesión de Jake.

Esa confesión tan espontánea es lo qué me sigue rondando la cabeza; no he abierto la boca, no he dicho absolutamente nada ni tengo pensado hacerlo, al menos por ahora.

Sin embargo, siento qué no puedo. Me llevo bien con Jake desde hace tiempo, sé qué está arrepentido de la traición a la tripulación y se merece una segunda oportunidad.

La noche ha caído sobre el mar, son las dos de la mañana y hemos elevado anclas en una pequeña isla después de completar la primera misión, qué era una simple, recoger una gallina.

Mi turno de guardia termina a las dos y media y podré irme a dormir. Reposo mi espalda sobre el mástil cuando siento a alguien subir por las escaleras de la driza.

Asomo la cabeza y en ese momento, Nedda, la hechicera, termina de subir al lugar sentándose justo en frente.

He congeniado muy bien con ella estos días, es una persona muy agradable a pesar de no haber tenido una vida fácil.

-¿Qué te trae por aquí? -pregunto al saber qué su hora de guardia no empieza hasta las cuatro.

-No tenía sueño, la verdad. Y pues he venido a hacerte compañía.

-Bien. Mejor, supongo. La otra opción era qué me quedara aquí pensando y eso habría sido mucho peor. -Nedda ríe por lo bajo. -¿Qué tal te ha acogido el resto de la tripulación?

-Bien. La verdad es qué bien. Aunque solo lleve tres días, me he sentido bastante bien aquí. Pero hay una chica qué me mira un poco extraño sí hablo mucho con el capitán...

Mi mente da el nombre al instante.

-Si, bueno, esa es Dalina. Aunque ahora parezca una tóxica creada por los químicos de Chernóbil con su capitán, es una buena chica.

-Sí, eso espero... -ambas reímos ante la situación.

Pasamos un rato hablando de meras sandeces, hasta qué finalmente el silencio se hace entre nosotras y decido preguntar sobre la otra chica, Tamara.

-Oye, Nedda... una pregunta. Esta chica, la curandera...

-¿Tamara?

-Si, esa. ¿Sabes algo más de ella? Es qué el día de la presentación la vi muy rara, me pareció qué...

-Si mi vida no ha sido fácil la de Tamara aún menos, Anne. Y sí, sé muchas más cosas de ella, pero no me corresponde a mi decirlas. Lo siento.

Su respuesta me deja pensativa aunque la entiendo.

-No pasa nada...

Miro hacia otro lado al percibir cierta incomodidad, sin embargo, al volver a mirar a la hechicera, veo qué sus ojos están cristalizados, aletea las pestañas intentando borrar las lágrimas.

Mi corazón se conmueve y me acerco a ella, pasando mi brazo por detrás de su cuello.

-Anne, no hace falta...

-Mira, Nedda... no nos conocemos desde hace años ni nada... pero puedes desahogarte conmigo, sí quieres...

Sorbe la nariz.

-Recordé a mis padres, Anne. Murieron de una forma tan injusta... -se aprieta contra mi y siento una lágrima caer a mi ropa.

-Cuéntame cómo fue aquel día. Sácalo todo.

Suspira antes de comenzar su relato sobre su vida y narrar luego la muerte de sus padres cuando vivían en Québec.

-Bueno, nos fuimos de Nueva Delhi cuando tenía seis años y poco recuerdo de eso, la verdad. Pero bueno, pasé mi adolescencia en Québec y bueno... cumplí mis dieciséis, y dos días después, cuando tenían libre en su trabajo, salieron de casa, cómo un día completamente normal. Pero una hora después de su salida me dijeron qué se habían estrellado con el coche al lado de mi pastelería favorita. -otra lágrima sale de sus ojos y siento los míos cristalizarse. -Lo peor no fue eso, Anne.

-¿N-no...? -pregunto asustada mientras acaricio su cabeza apoyada sobre mi hombro.

-Los mataron, Anne. Te lo aseguro. Llegué a comisaría unos días más tarde para qué mi tío recibiera mi custodia, y en la oficina del sargento encontré qué los frenos habían sido cortados, Anne. -El sonido de sorpresa se escapa de mi boca, mientras las lágrimas de Nedda comienzan a salir de sus ojos, sin control. -¡Los mataron, Anne! ¡Y jamás pude saber quién fue!

La abrazo mientras la oigo llorar y sorber contra mi camiseta. Una lagrimilla salada también se desliza por mis ojos.

-Lo siento mucho, Nedda...

-No pasa nada, Anne. P-perdón por el espectáculo, no quería...

-No, Nedda. Ya te lo he dicho. -tomo su cara obligandola a qué me mire. -Aunque no nos conozcamos de toda la vida, siempre puedes desahogarte conmigo.

Me sonríe. De repente, parece qué iba a hablar pero su boca se queda abierta y sus ojos se ponen completamente negros.

-¿Nedda? -la llamo zarandeandola. -¡Nedda!

Vuelve en sí con un suspiro qué me saca de este momento de terror durante seis segundos.

-Anne... he tenido una visión...

Sus palabras se me hacen muy sorprendentes.

-¿C-cómo una visión?

-Cuando salí de la escuela de hechicería, el último día, hicimos lo conocido cómo introducción a la magia, qué es para qué podamos ejercer de hechiceros; sirve para comenzar a sentir seres, para qué los hechizos sean certeros... pero sobretodo para ver visiones espontáneas. Acabo de tener una.

-¿Y qué has visto?

-Mmm... no puedo decírtelo. Corres el riesgo de entrar al mundo sí te cuento lo de la visión, y no tienes ningún estudio mágico.

-Nedda... ¿era algo bueno o algo malo?

-No sé el final, apenas he visto unos segundos y es una situación qué... bueno. Las visiones siempre se cumplen, Anne. No hay otra posibilidad.

Trago fuerte al oírla.

-¿No hay ninguna forma de qué me puedas decir...?

-No. No la hay. Tendrías qué adivinarla, pero es complicado. -me interrumpe. Mira hacia arriba encontrando nuestros ojos. -Solo quiero qué me prometas una cosa, Anne, por favor.

-Claro. ¿E-el qué...?

-Sí me voy... cuando acabe la época de mar... intenta descubrir lo del asesinato de mis padres, porfavor...

-Nedda, no. Saldremos juntas y lo resolveremos juntas. Te lo prometo. -sonríe después de mis palabras y agarra mi nuca acercándome a su boca plantando un beso cuando oigo cómo gritan desde abajo.

-¡Anne, soy Shiver! ¡Son las dos y media, se acabó tu guardia!

⟳⟳⟳

Un día después.

No puedo negarlo, después de aquel inesperado beso por parte de Nedda, no he podido evitar bajar la cabeza al verla. Pero, tampoco he querido hacerla sentir mal, así qué he hablado con ella lo básico.

Sí es cierto, apenas nos conocemos, pero siento una confianza con ella y me da unas buenas sensaciones qué me hacen verla con los mejores ojos posibles.

En cuánto a la época de mar, ha sido bastante tranquila por ahora; hemos tenido la suerte de no caer en manos de ningún ser de las aguas qué pueda acabar con nuestra vida fácilmente.

Sin embargo, la visión de Nedda me descoloca completamente. Vislumbro la luz del amanecer cuando subo las escaleras de la cámara, mirando el reloj qué reposa en el mástil; 07:57 de la mañana.

Levantarme temprano ha sido lo qué el capitán me mandó para qué él pueda dormir un poco ya qué ha tenido guardia desde las cinco.

-¡Anne! -oigo la voz del capitán llamarme. Hoy es un día tranquilo, la luz del sol se mezcla con las luces del recién amanecido día, y las aguas están apaciguadas. -Maneja tú el timón, por favor.

Asiento tomando la rueda cuando el capitán se separa de ella y se pierde por las escaleras del barco. Nos dirigimos hacia una isla perdida en la comunidad de Cala Verde -la pacífica- de Guiena, una isla qué no habíamos visitado antes; Muerderer's Cove.

Debemos conseguir la calavera de un capitán esqueleto.

La isla estaba bastante lejos de la isla de la antigua misión, casi saliendo del país, por eso hemos tardado casi dos días en llegar.

Manejo el timón con sutileza, dando giros preciosos al momento en los qué es necesario, cuando veo aparecer a Nedda con el libro de hechizos dando un repaso a los qué son más complejos, cómo lleva haciendo estos días.

Veo qué se apoya en el mástil para sentarse y me dedica una mirada, a la qué siento calor en la cara y giro los ojos mirando al mar.

Parece qué va a abrir la boca para decir algo, pero por la incomodidad qué puede causarme, decido callarla.

-¡Faraday! -llamo al grumete sin separar nuestra mirada. El joven aparece asomando la cabeza por la cámara donde resguardan los mapas. -¿Por donde debo seguir para llegar a Muerderer's Cove?

El joven entra de nuevo a la cámara y planta un mapa en el atril en frente del timón.

-Debes seguir recto aproximadamente unas cincuenta millas náuticas, ya qué eso qué se ve al fondo-señala la silueta de un archipiélago de islas muy grandes- son complejos de islas esqueletos. Acercarse sería una muerte segura, y luego hay qué navegar al noreste y ya verás la isla.

Asiento a las palabras del joven qué sale de mi campo de visión, miro la brújula viendo qué vaya correctamente, miro las islas para ubicarme.

Cuando las pasemos debo girar al noroeste. Bien.

Otra persona qué apenas deseo ver desde el día qué cometí un error increíble y me acosté con él: Jake. Ese mismo día me confesó su traición hacia la tripulación.

Trago fuerte al recordar sus palabras sobre su alevosía hacia la tripulación.

-No sabía porque venían a por mí, porque me habían elegido a mí. Fue un simple juego de ruleta rusa. Y caí.

El recuerdo de sus palabras me pone a sudar frío cuando recuerdo qué el capitán aún no lo sabe y voy a caer yo también.

Pero, mis ganas de contar toda la verdad a Anders se caen cuando recuerdo sus otras palabras.

-¡Quiero salir, Anne, pero no me dejan!

Mira hacia ambos lados, cómo buscando a alguien, a pesar de qué solo Faraday, Nedda, él, Louise y Dalina están despiertos ahora.

Gira la cabeza mirando en mi dirección; sonríe frívolamente y sube las escaleras hacia mi dirección.

Después de las cosas qué me confesó, tampoco hemos hablado cómo antes, y es una pena, porque éramos muy buenos amigos, pero enterarte de qué es el causante del intento de homicidio de tu capitán y tú amiga tampoco me provoca gracia.

Se acerca lentamente y sube las escaleras.

Su sonrisa se hace más grande.

-Ya casi está listo el desayuno, Anne. -Trago fuerte y asiento lentamente concentrándome en la navegación, miro las islas; vamos justo en mitad del archipiélago. -¿Por qué no me contestas, Anne?

Respiro hondo y miro qué Nedda no este fijándose en esto.

-Jake, porfavor, estoy navegando...

Un movimiento brusco lo deja posicionado pegado a mi oreja. Siento su cálido aliento contra ella.

-¿Acaso te distraigo, Anne?

-No hemos hablado desde el día qué me confesaste qué eres un traicionero de mierda, ¿y vienes a joderme la vida ahora, Jake? -lo reto, mirándolo de reojo. -Casi matan a Anders y a Dalina porque le dijiste a Jason qué estaban en el puerto. No me toques las narices.

Se apega más y me atrevo a decir qué siento su nariz recorrer mi cuello de nuevo.

-¿Te molesta qué te hable, Anne? -pregunta y aparto el cuello de un movimiento brusco.

-No, no me molesta. Pero no tengas los huevos de venir a hablar con está confianza después de lo qué me dijiste, Jake. Eres un embaucador.

-¿Osea qué después de todo no quieres ni verme, en serio? ¡Te dije qué ya me salí de ahí, yo ya no informo a Jason!

Suelto el timón y lo encaro.

-¿Y tengo qué creerte, Jake? -hacemos contacto visual directo. -¿Todo lo qué pasó, en serio? ¿Qué pasó, eh? ¿Qué nos acostamos una vez porque me pillaste baja de ánimos porque lo había dejado con Martina? ¿Eso pasó?

-No me refiero a eso, Anne.

-¿Ah, no? ¿Entonces a que te refieres?

-A nuestra amistad, a lo bien qué nos llevábamos.

-Eso lo arruinaste tú traicionándonos a todos y haciéndome cómplice.

Nada más lo digo me arrepiento. Hay dos opciones; qué aproveche esto qué acabo de decir para joderme más tarde a mi también, o...

-¿Para eso te crees qué te lo conté? -su voz se quiebra ligeramente. -¿Para no caer yo sólo? ¿Creías qué iba a aplicar la de sí caes tú, caemos todos? ¿En serio?

-Jake, no quise...

-Te lo conté porque durante la antigua época de mar me sentí agusto contigo. Me sentía bien, me sentía querido. Nos reíamos mucho y... -se acerca mucho a mi, dejándome solo a metros de su boca, pero metros porque me saca dos cabezas. -te quiero, Anne.

Esas son sus últimas palabras antes de aplastar su boca contra la mía y agarrar mi nuca, impidiendome moverme.

Relajo los intentos de separarme al ver qué inconscientemente sigo el beso, siguiendo sus movimientos, hasta qué recuerdo qué Nedda está a unos pocos metros y nos besamos hace escasas veintinueve horas.

Me separo y sus labios están un tanto hinchados, en ese momento veo aparecer a Shiver ya vestido saliendo de la cámara.

-¡Shiver! -lo llamo y paso a su lado dirigiéndome hacia mi habitación, mirando a Nedda en el transcurso la cual parece sufrir una respiración atáxica. -Ahí tienes el timón.

Me quedé dormida y cuando despierto son las 10:01. Genial, el capitán me va a matar, debía estar despierta y me dormí.

Supongo qué ya habremos llegado a Muerderer's Cove, salgo de mi habitación un tanto aturdida después de mi siesta repentina, y veo a la tripulación andando de aquí para allá.

-¡Hombre, pero si es la dormilona! -se me acerca el capitán, y enrojezco inmediatamente.

-Capitán, perdón por quedarme dormida...

-No pasa nada, Anne. Tienes el desayuno en la cocina. Coge un revolver y una espada y come rápido porque vamos a enfrentarnos a un ejército de esqueletos.

Veo a Darko, Faraday, Craber, Aldous, todos yendo de un lugar hacia el otro cargándose de armas.

Me armo con lo que el capitán ha indicado y subo los pisos hasta llegar a por donde salimos.

Los trabajadores de cocina y el músico se quedan aquí, bajo a la cocina donde aguarda mi desayuno potencialmente delicioso.

Lo engullo con rapidez bajo la atenta mirada del rubio, lo miro desafiante unas cuantas veces y cuando termino dejo el plato en el fregadero y subo las escaleras donde esperan todos para que salgamos.

-Como ya sabréis, el jefe esqueleto no sale hasta matar, mínimo, cuatro de sus hordas. Con lo cual, ya sabéis. No les deis respiro. ¿Vamos?

Asienten varios a la vez y encendemos los walkie talkies en caso de que los que se quedan en el barco avisten alguna tripulación enemiga.

Preparan la tabla para pasar del mar a la isla y la cruzo con cuidado de no caer.

Nedda nos acompaña ya que contra los esqueletos los ataques de bolas de fuego y agua pueden ser útiles, ya que no hay hechizos que sirvan contra ellos.

Pisamos la arena de la playa de la isla y Dalina guarda la tabla desde su lado del barco mientras nos preparamos para el ataque.

***

Nos vemos en el siguiente capítulo :)






Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top