Tormenta
Y la luz fue suplantada por la sombra del gigante blanco, trayendo consigo un silencio enorme y gran calma con sus suspiros. Hubo paz, eso creímos hasta el momento que el suspiro tomo forma en un grito arrastrando polvo, hojas y ramas, mientras el gigante torna de vestido de novia, al de luto y con un gran dolor en pecho llora sin parar con gritos y estruendos. Ahora solo queda el recuerdo de aquella vieja luz que queríamos tapar con la palma de las manos y la añoranza de que regrese.
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