EleVen
—Amor, no quiero entrar. —dijo Jimin asustado. —¿Y sí es algo malo?
El menor estaba demasiado nervioso, tenía el raro presentimiento de lo que la señorita Bae les iba a decir no era nada bueno.
Yoongi se acercó y tomó la temblorosa mano de Jimin.
—Cariño, va a estar todo bien, tranquilo—le habló con el tono comprensivo que siempre tenía. —Estamos juntos en esto ¿De acuerdo?
Miró directo a los ojos del mayor y éstos les transmitían calma y sinceridad. Era como si Yoongi siempre supiera que decir en el momento indicado.
Ya conocía a su marido en sus momentos de nerviosismo y solía calmarse con un agarre de manos, un beso y un "Todo va a estar bien, estamos juntos en esto"
—¿Entramos?
—Sí, entremos.
Recibió un beso en los labios de su esposo para darle fuerzas de alguna manera y salieron del vehículo para ir a su círculo.
Cuando entraron habían visto sus compañeros y a la trabajadora social esperándolos en la misma ronda de siempre.
—Oh, pensamos que no iban a venir, que bueno que lo hicieron. —habló una chica.
—Perdón, nos atrasamos un poco. —se disculpó mirando a Bae.
—Tranquilos, venga a tomar asiento, todos aquí tienen mucho de que hablarme.
Soobin estaba hablando animadamente con su nueva amiga, amaba hablar con ella, en las pocas semanas que llevaban de amistad ya habían hablado de sus desgracias y felicidades.
No pudo evitar comentarle la situación por la que estaba pasando, sobre lo que ocurrió en su casa con sus padres y que termino junto a sus hermanos con "padres sustitutos".
—Yo creo que deberías ser más flexible con ellos. —habló la chica sentándose a su lado.
—Yeri, tú no lo entiendes, yo quiero a mi mamá, no soy como Bogum.
—¿Por qué la quieres? Yo no sé si podría sentir ningún tipo de sentimiento cálido hacia una persona que me puso a mí y a mis hermanos en riesgo.
—Porque...—la chica lo había dejado sin palabras, lo único que sabía era que quería tener otra oportunidad con su mamá, para que pudieran mejorar. —Es mi mamá...
—¿Eso es todo?—le preguntó tratando de acomodarse en una posición cómoda lo que no era muy probable al llevar una falda estrictamente obligatoria. —Pienso que...sin importar la persona que sea, si ya le diste tantas oportunidades y las desperdició no merece la pena, ni siquiera si es hasta tu propia familia. —le habló y usualmente Soobin solía molestarse pero el tono de su amiga era completamente diferente a los otros. —¿No crees que la familia está muy sobrevalorada?
No pudo responderle porque la fuerte campana se escuchó y cada estudiante fue de mala forma a su respectivo salón, hoy se entregaban las notas del trimestre y no se notaban las pocas ganas de vivir en todos los aspectos que era reflejados con expresiones nerviosas, asustadas y ansiosas.
—Vamos, necesito saber si me fue bien en inglés. —lo jaló la peliteñída de rubio.
—Creo que voy a saltarme esa clase ¿Me puedes cubrir?
—Soobin, no te puedes escapar. —regañó.
—Lo hacía todo el tiempo en mi otro colegio. —se excusó.
—No, —reprochó Yeri en una tierna expresión que hizo sonreír a Soobin. —te dije que vamos, además hoy salimos temprano.
Al final tuvieron que ir directamente a su salón porque su preceptor los había regañado.
Cuando ya estaban en la salida, Soobin estaba esperando junto a Yeri a que la vinieran a buscar porque estaba castigada y Soobin tenía que esperar a su hermano a que saliera.
—Mamá Wannie va a matarme-dramatizó al ver su boletín. —¿Me prestas el tuyo?—bromeó recibiendo una risa del contrario.
A Soobin le había ido bastante bien en este trimestre, no sabía como lo había hecho simplemente estudió y le fue bien, él nunca tuvo que esforzarse de más para la escuela, era bastante inteligente pero de la ada comenzó a decaer.
—Solamente tienes una materia desaprobada. —intentó calmarla. —En el siguiente te irá bien, si quieres te puedo ayudar, no soy tan malo en inglés.
—Muchas gracias. —le brindó una tierna sonrisa y Soobin se la correspondió. —Hey, deberías sonreír más, tu sonrisa es bastante linda, así no das tanto miedo con tu cara de póker. —sonrió esperando la risa del chico.
—Eres una idiota. —rió.
—Tú también, imbécil, por algo somos amigos. —golpeó suavemente el brazo del chico. —Ahí está mi mamá. —dijo al ver el auto de su madre ¿Quieres que te llevemos?
—No, está bien, esperaré a Bogum.
Se despidieron con una chocada de manos y de lejos saludó a la madre de su amiga quién respondió de la misma manera con una sonrisa, vió que hablaron un rato y luego se fueron.
Se sentó en un banco que estaba al lado de él y sacó sus auriculares junto a su celular para poder escuchar sus canciones favoritas de Twice, SNSD, Sistar y Red Velvet.
"Ohhh, come and take it"
Se metió en los versos de la canción mientras miraba a las personas caminar y movía su pie al ritmo de la canción.
"He's my mystery, Mr E"
Esperó tan sólo unos segundos y comenzó otra canción, estaba muy sumergido es sus pensamientos mientras reflexionaba sobre lo que su amiga le había dicho, eso era algo que escucho de casi todo el mundo y tal vez era algún tipo de señal.
"Gee gee gee gee baby baby baby"
—Baby, baby...—repitió en un canturreó.
Soobin vió que en frente suyo se proyectaba una sombra que provenía de una silueta femenina a la deducción de él. Levantó su vista lentamente y se quedó paralizado al encontrase con aquella mujer mirándolo apenada y con una sonrisa melancólica.
—Soobin. —se atrevió a hablarle.
—¿Mamá?
Esta vez ellos fueron los último, todos sus compañeros habían hablado de lo mucho que estaban progresando con los niños que adoptaron, ya un juez les había dejado la custodia completa de los niños a una pareja lésbico maternal y ellas se miraban súper felices, al igual que el resto.
Cuando las chicas terminaron de contar lo sucedido, les tocó a ellos por fin y fueron hablando de las distintas cosas que hacían y que habían logrado con los chicos pero como siempre estaba la excepción de Soobin.
Bae los miraba como si tuviera algo que decirles, eso más que ponerlos nerviosos, les estaba dando miedo. Ambos tenían un muy mal presentimiento de esto.
—Creo que estamos avanzando un poco con Soobin. —habló temeroso el castaño. —Es decir, antes ni nos hablaba, ahora como que va intercambiando un poco de palabras, aunque duren poco pero esa es buena señal ¿No?—preguntó inseguro a lo último.
—Definitivamente hicieron mucho bien en esos niños.
Tanto Yoongi como Jimin se quedaron confundidos e impresionados por esa palabra.
¿Cómo que "hicieron"? ¿Por qué ocupaba ese término pasado?
—¿De qué habla, señorita Bae?—preguntó confundido el moreno. —Lo vamos a seguir haciendo, hasta que la jueza nos deje adoptarlos.
—Ah—suspiró Bae.—Bueno, resulta que se está debatiendo si la madre de los chicos queda en libertad o no.
La confusión los inundó aún más, esa mujer debía de estar cumpliendo sus años, era una drogadicta que puso a sus hijos constantemente en peligro junto a su pareja ¿Y estaba discutiendo para ver si la liberaban?.
No era para nada justo, ni para ellos, ni para los chicos.
—Pero...se supone que todavía no cumpliendo su condena.
—Sí pero estuvo presentado una buena conducta además de estar limpia por los años que estuvo encarcelada. —informó. —Y debido a eso es muy probable que todo esto se lleve a juicio y que los niños que vayan con ella, es un derecho que ella tiene por ser su madre.
—¿Y los derechos de ellos? ¿No importan?—preguntó Jimin un poco exaltado. —Al cuidado de esas personas literalmente pudieron haber muerto.
—Lo sé, pero los jueces creen que su condición puede debatirse.
—Los jueces son unos imbéciles—soltó Jimin haciendo que su esposo acaricie sus hombros para calmarlo. —¿Por qué no se ponen a pensar en los chicos? Bogum literalmente la odia, Tae, Hueningkai y Yeonjun tienen traumas por su culpa y Soobin...—
—Soobin ama a su madre, sin importar lo que haya pasado, él la quiere porque tuvo otro tipo de relación con ella. —agregó la mujer y suspiró. —Escuchen, sé que es duro pero deben prepararse para lo que se viene y lo muy probable es que se vayan con ella.
Se quedaron en silencio, no sabían que decir o hacer.
Fue corto el periodo en el que no dijeron nada cuando el celular de Yoongi comenzó a sonar, se había ganado un regaño por parte de su esposo por no haberlo silenciado pero al ver que era el número de la escuela de Soobin y Bogum, atendió rápidamente.
—Lo lamento—miró a Jimin. —Cariño, es de la escuela, voy a atender.
El mayor se alejó para no molestar al resto mientras Jimin rogaba para que no hubiera ocurrido algo malo.
—¿Hay alguna manera en la que podamos quedarnos con la custodia de ellos?
—Eso sólo lo debe decidir la jueza. —aclaró la señorita Bae.
Ahora mismo Jimin estaba aguantando las ganas de llorar, se encariñó demasiado con esos chicos, amaba las travesuras de Yeonjun y Taehyun, y que luego trataban de echarle la culpa a Hueningkai, después Bogum con lo muy atento que era, muchas veces lo acompañó en la cocina y se impresionaba cada vez que el mayor le enseñaba algo nuevo y Soobin a pesar de que todavía no conectaban del todo, le había tomado cariño, mucha veces lo había ayudado con problemas en el celular o en la computadora a él y a Yoongi.
Es verdad que a veces ambos extrañaban tener sus momentos de pareja, en dónde podían besarse y tocarse todo lo que deseen sin tener el miedo de corromper alguna mente inocente que ande rondando por los pasillos de su casa, hacer un picnic en su patio a la noche, tomando copas de vino blanco mientras se acariciaban bajo las estrellas. Pero si los chicos se iban, los extrañarían demasiado y querían que volvieran lo más pronto posible.
—Jimin—la voz de su esposo lo sacó de sus pensamientos. —Debemos irnos, ahora, Soobin no aparece.
Al escuchar esas tres palabras entró en pánico.
—¿Cómo que no aparece?—le preguntó.
—N-no lo sé, —dijo con voz temblorosa. —Bogum me llamó y me dijo que no encontró a la salida.
El castaño se levantó rápidamente sin importar que faltaran treinta minutos para que la reunión termine, ambos salieron corriendo hacia el auto del mayor para dirigirse a la institución.
—¿Cómo se les pudo escapar?—les preguntó molesto a las personas responsables en el momento en el que Soobin se había ido.
—Señor en serio lo sentimos pero era el horario de salida. —habló el preceptor encargado. —No podemos hacer nada.
Jimin suspiró frustrado, estaba intentando contactar al celular del menor pero no contestaba.
—Hyung, lo lamento, todo esto es mi culpa. —dijo Bogum tratando de retener sus lágrimas. Él era muy sensible.
—No, cariño, no es tu culpa. —trató de calmarlo. —¿Puedes tratar de llamarlo?
Bogum ya lo había hecho antes de que los mayores vinieran, al salir y no encontrarlo se asustó y terminó por llamarlo múltiples veces pero no obtuvo más respuesta el buzón de voz.
—Hyung, no contesta, —dijo frustrado. —¿y si le pasó algo?
Jimin estaba teniendo demasiadas emociones juntas y ninguna de ellas eran buenas ¿A caso esa era un de las peores partes de ser padre? Necesitaba ya mismo saber si Soobin estaba bien, tenía unas inmensas ganas de llorar pero Bogum se encontraba ahí y se supone que él era el adulto que debía calmarlo.
—Señor creo que debería esperar a que lo llame y esperar a que su marido venga. —dijo un profesor.
Yoongi había ido a buscar a los más pequeños porque ya se estaba haciendo tarde y por eso le había pedido que conduzca con cuidado se fije si encontraba al menor.
—Oh, Dios, —dijo frustrado. —tengo que llamar a la señorita Bae.
—Jimin no, —advirtió el adolescente. —puedes meterte en problemas si se entera y...
—No me importa, sólo quiero que tu hermano aparezca. —le contestó con sus ojos llorosos, imaginado las peores escenas posibles mientras marcaba al número de la trabajadora social.
Soobin caminaba tranquilamente con su madre mientras charlaban amablemente, la había extrañado demasiado y no dejaba de abrazarla, a pesar de que la mujer era algo arisca, no le importaba del todo.
Le había echado millones de preguntas, necesitaba saber de ella después de tanto tiempo y le explicó que la habían liberado por buena conducta y que se estaba asociado con una abogada para recuperarlos y que las posibilidades eran altas porque llevaba ya casi tres años limpia de las sustancias ilegales que había consumido en el pasado.
Eso fue algo que hizo saltar al corazón de Soobin de alegría.
—Pensé que no volvería a verte. —sonrió y sintió una caricia de su madre en su mejilla.
—Oh, cielo. —sonrió. —Te extrañé mucho, a tí y a tus hermanos ¿Cómo están los pequeños?
—Muy bien. —respondió entusiasmado. —Tienes que ver a Yeonjun, está muy grande, Taehyun también y Hueningkai sigue durmiendo mucho.
La mujer sonrió tiernamente al escuchar a su hijo.
—Y...—su linda sonrisa desapareció y en cambio se veía algo nerviosa. —¿Cómo está Bogum? La última vez que lo ví tuvimos una pelea algo fuerte.
Recordaba esa pelea, fue casi unas horas antes de que la policía se la llevara, Bogum le había estado reclamando el porqué Huening tenía un moretón en la costilla y de una palabra a otra, saltaron a los gritos y el menor termino con un fuerte golpe en su mejilla recibiendo los gritos de desprecio de su madre.
—Bien, él está bien.
—¿Se siguen peleando?
—A veces pero...—no terminó de hablar cuando su madre lo interrumpió al escuchar una vibración.
—Gum, te está vibrando mucho el celular, cariño.
Decidió verificar su aparato y al encenderlo se había dado cuenta de que tenía varias llamadas perdidas de Jimin y de su hermano.
Maldijo en voz baja y decidió marcarle a su hermano, ya sabía cómo era de sobreprotector y no quería que sufriera como la última vez.
Estuvo marcando por unos segundos hasta que atendió y pudo escuchar a un muy enojado Bogum del otro lado de la línea.
—¡¿En dónde mierda estás, Soobin?!¡¿Sabes lo preocupados que estamos por tí?!—se escuchó del otro lado de la línea.
—Ya, no me grites—se quejó—Estoy bien.
—Dime en dónde estás, iré a buscarte.
—No me jodas, Bogum—se quejó nuevamente —Estoy cerca, no voy a tardar...¿Estás con ellos?—preguntó inseguro.
—Ahora no, están hablando con la trabajadora social y está muy enojada, les diré que me llamaste y apúrate
—Bien, de acuerdo— dijo harto.
—¿Estás seguro que te encuentras bien?—siguió insistiendo con su tono preocupado.
—Que sí, Bogum—dijo con un tono pesado —En un rato llegó, no te preocupes.
—Cuando vengas vamos a hablar seriamente, Soobin.
—Sí, si como sea, tengo que colgar.
Bogum intentó decir algo más pero Soobin fue más rápido y cortó la llamada. Ya veía que su hermano lo estaba esperando para regañarlo.
—¿Te metí en problemas?—preguntó la mujer.
—No, descuida —la calmó —tengo que irme, mis.. las personas que se encargan de mí están preocupados.
—De acuerdo, Binnie— sonrió su madre — Prometo que mañana iré para verlos, hablé también con tu trabajadora social y me dijo que una me acompañaría una.
Esa idea le desagradaba un poco de alguien estando de más en la salida con su madre pero no le importaba. Quería estar con ella.
Bogum se acercó a Jimin y a Yoongi quienes estaban hablando con una Bae muy enojada por la situación, les estaba explicando de que esos tipos de accidentes pueden afectar el trámite de adopción.
Jimin era abrazado por un brazo de su esposo pero ni siquiera eso lograba calmarlo, quería ver a Soobin ahí y ahora.
Los niños también estaban preocupados, los tres espiaban desde la ventana para ver si su hermano mayor aparecía. Era impresionante como entre hermanos, ellos se cuidaban y se preocupaban entre sí por ellos, se notaba demasiado que tenían un lazo muy fuerte.
—Jimin—llamó el adolescente —Soobin me llamó recién y ...—no terminó de hablar porque el mayor lo interrumpió con preguntas.
—¿Está bien?¿Le pasó algo?¿Qué te dijo?—atacó desesperado.
—Esta bien, dijo que viene en camino.
La pareja junto a la trabajadora social suspiraron pero aún así no había calma del todo. La señorita Bae estaba muy preocupada por Soobin, se estaba haciendo tarde y el menor aún no aparecía.
Decidieron entrar para ir directamente a la sala mientras que Yoongi ya había vuelto de acostar a los más pequeños, estaban muy preocupados por su hermano mayor así que tardaron en dormirse.
La puerta se abrió dejando ver al esperado con su capucha puesta y en cuanto vió a los tres ya se imagino lo que se le venía.
—Hola.
—¿Eso es todo?—preguntó Jimin molesto. —¿No vas a decir en dónde estabas?
—Creo que a tí no te importa. —le lanzó una de sus tantas miradas de odio. —Señorita Bae, solamente estaba pasando tiempo de calidad con mi mamá, no creo que sea algo malo.
—¿De qué hablas?—preguntó en tono de indignación. —Estábamos muy preocupados por tí, tu hermano nos llamó diciendo que no aparecías, no teníamos idea de en dónde estabas y para colmo no contestas el celular.
—Estaba con mi mamá, —aclaró. —ella sí tiene derecho a saber en dónde estoy, no dos extraños como lo son ustedes.
—Soobin escucha, no te puedes ir así ¿Qué si te hubiera pasado algo?—habló por fin la mujer. —Tú y yo tendremos una seria conversación ¿Oíste? Tu madre no puede pasar por tu escuela simplemente llevarte.
—Pero es mi mamá. —se defendió.
—Sí pero ella perdió tu custodia y nosotros estamos a tu cargo y si sigues con esa actitud vas a meternos en problemas con tu trabajadora social.
—Eso es verdad, Soobin. —habló Bae. —Es muy serio lo que hiciste, tu mamá puede ir nuevamente a la cárcel por eso.
La mujer calmó su ceño molesto y miró a la pareja para aclararles nuevamente que tendrían complicaciones con cierto tema que no quiso mencionar por la presencia del adolescente.
Terminó por irse y Soobin suspiró harto al saber que se venían los regaños.
—¿Por dónde estuviste?—preguntó uno de los mayores.
—¿Qué les importa? Ya dejen de molestarme. —habló fastidiado. —Estuve con mi mamá, no con un asesino en serie.
El ambiente se hacía cada vez más tenso.
—Ya fue suficiente. —dijo Jimin ya al límite de su paciencia. —Dame tu celular. —le habló firme y serio.
Sinceramente no sabía lo que estaba haciendo pero necesitaba confiscarle algo para que aprendiera su lección.
—¿Qué?—confundido. —No te lo voy a dar.
—Soobin, no es pregunta, dámelo. —volvió a estar su mano.
El menor soltó una risa burlona mientras encendía su celular y mostraba su fondo de pantalla que era una foto con todos sus hermanos y una mujer que al instante pudieron deducir que era su madre y no pudieron evitar sentirse algo incómodos al verla. Se centraron específicamente en Soobin, mostraba una linda sonrisa que solamente se la veía cunado estaba con sus hermanos y en esta foto.
El adolescente volvió a guardar su teléfono en su bolsillo.
—No me pueden sacar mis bienes personales. —borró su sonrisa arrogante. —Si verdaderamente les interesara esto lo sabrían.
—¿Qué te hace pensar que no nos interesa?—preguntó Jimin ya calmando su enojo, las palabras del menor lo hirieron bastante.
Soltó una risa burlona como respuesta. —Se nota que lo hacen porque tienen pena de nosotros. —los miró. —Ni mis hermanos ni yo necesitamos la pena de nadie.
—A ver, Soobin — habló Yoongi tratando de detener al menor —Nosotros no sentimos pena por ustedes —aclaró —solamente buscamos darles un...
—Ay, por favor. —se quejó. —Eso es todo una puta mentira, lo hacen para parecer mejores personas pero adivinen qué, no lo son.
Notaron que los ojos del menor se estaban poniendo llorosos así que decidieron acercarse pero él como siempre se alejó.
—Hey, —lo llamó con voz tranquila. —Soo, escucha está bien si...-
—¡No!—lo interrumpió bruscamente ya teniendo algunas lágrimas en sus mejillas. —Nada está bien, ustedes no saben cómo me siento. —les dijo sin mirarlos. —Extraño mi casa, mi papá, hace dos malditos años que no veo a mi mamá y la he extrañado demasiado. —hipó. —Pasé meses yendo de casa en casa y ahora estoy en un lugar con dos desconocidos que quieren ser mis padres.
Es como si las noches llorando en su habitación no hubieran sido suficientes, fue como si se hubieran juntado y de esa manera romperse sin importarle quiénes lo estén mirando.
Ya nada le importaba a este punto.
—Ustedes no son mis padres. —decidió mirarlos esta vez. —Ya dejen de intentar serlo, ya no vale la pena porque pronto me iré junto a mis hermanos con mi mamá. —calmó su respiración y limpió un poco su rostro. —Estoy cansado, iré a dormir.
El menor se alejó dejándolos a ambos con una cierta opresión en el pecho.
Era horrible ver como tan sólo con esos pocos años de vida ya había experimentado tantas cosas, quedaron con el corazón en la boca al escuchar cada palabra del menor y tenía razón, ellos no sabían lo que Soobin sentía pero si él no se abría con ellos no sabían como seguir intentando.
No habían hecho nada bien después de todo y ya estaban cansados.
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