❦ 07 • Un gran inconveniente alimenticio ❦
❦ CAPÍTULO SIETE ❦
❝En un territorio desconocido lo mejor es evaluar todos los pros y los contras, antes de moverse...❞
La primera vez que mordí a alguien, desde que me desperté en este nuevo mundo, fue desagradable en demasía. Y es evidente que haya sucedido, no tuve ocasión para evaluar a mi presa, estaba indignado por haber perdido a mis más recientes pertenencias humanas y, por un tercio de segundo, estuve cegado por la sed flamígera.
Fue un bocado hosco y anhelé con todas mis fuerza no haberlo hecho.
Quizás fue esa primera comida la que malogró mis intestinos o mi estómago. Esa una probabilidad, minúscula, pero es posible.
Sin embargo, la segunda persona que mordí desprendía uno del aroma más dulce y atrayente que jamás he olfateado. Alcancé a saborear cada gota de su esencia con suma complacencia. Sé que mi técnica se llevó a cabo de manera exitosa. Sus pulsaciones bajo mis labios eran sanas y la manera en cómo su sabor crispó todo mi cuerpo, y el del individuo, dejó en evidencia que ambos lo disfrutamos.
Por un breve momento, así fue.
Nada que haya probado con anterioridad se puede compararse a ese estallido de poder que inundó mi garganta.
Sentí, no solo deleite por una probada, sino que en mucho tiempo no me había sentido de esa manera: tan colmado de vida. Y es eso, lo que más me agobia.
¿Por qué, de un instante a otro, todas las fuerzas abandonaron mi cuerpo y provocaron la más profunda conmoción de vacío?
¿Por qué no fui capaz de mantenerla? ¿Cuál ha sido el causante de este infortunio?
En los pocos segundos que el ímpetu se mantuvo en mí, obtuve fragmentos valiosos de información, sobre este nuevo mundo y, especialmente, sobre la conexión estrecha entre el humano que marqué y mi compañero.
Ahora entiendo el porqué del arrebato lleno de palabras toscas por parte de Dante. Y pensando un poco más profundo, puedo ver las similitudes entre ambos, no solo a nivel físico sino en sus esencias.
Una de las especulaciones que tuve en el cementerio ha sido correcta. El humano que lideraba el ritual no solo me hizo rememorar el pasado por tener rasgos asiáticos, sino que por sus venas, de alguna forma extraordinaria e irónica, comparte la misma sangre que Dante, la reencarnación mortal de un conocido mío de antaño.
Aunque me alegra haber tenido razón. Puede que haber dejado mi sello en el pequeño hermano de Dante no sea un hecho que deba revelar en estos momentos, viendo cómo actuó al ver que me alimentaba de su familiar, es más que factible que no me deje quedarme en su hogar si lo descubre.
Por ahora, tengo que analizar cada uno de mis siguientes movimientos.
En la sangre restante que no ha abandonado mi cuerpo —porque no toda ella fue expulsada, lo que es todo un consuelo para mí—, puedo calcular que el humano al que mordí es solo un par de años menor que Dante y su nombre...
«Oh. Qué interesante descubrimiento», pienso. «¿Cuántas ironías más me encontraré en esta vida? Esto se está poniendo cada vez más interesante».
—Darcy, ¿te encuentras bien? —escucho a Dante preguntarle al otro humano, su preocupación es notoria en su voz.
Una risa nerviosa se hace presente por unos segundos, proveniente del aludido. Esto parece alarmar más a su hermano, que tranquilizarlo.
—Oye, ¿qué tienes? ¡¿Te duele algo?! ¡Háblame! —exclama el mayor, con una voz más alta, denotando su angustia—. ¡A ver, ¿en dónde estás herido?! ¡Vamos, muéstrame!
El otro se detiene y suspira con pesadez.
—Yo... yo debo estar soñando —habla el más joven, desorientado—. Sip. Hoy ha sido un día de locos, creo que debería ir a echarme y dejar que todo desaparezca... Ajá, eso haré.
Lo escucho dar un par de pasos, antes de ser detenido y empujado al sofá más cercano.
—¡Dante! —profiere con asombro. La bruma de mi hipnosis aún no se ha desvanecido del todo—. ¿Qué? ¡Tú! ¿Por qué estás en mi sueño? Esto ya se está poniendo muy raro. —Vuelve a reír esta vez más fuerte.
Escucho un golpe sordo, como una bofetada bastante sonora, seguido de un grito indignado.
—No estás dormido, ¡reacciona, Darcy!
—¡¿Pero qué coño?! ¿Me has pegado? ¡¿Qué te pasa?! —exclama el otro.
—¡Eso te pregunto yo a ti! —expresa Dante, descontento—. Estás diciendo puras estupideces, ¿no te das cuenta que acabas de ser mordido por un... por un...? —Hace una pausa, dudando en la revelación.
—¡Rey Demonio! —grita Darcy, levantándose.
—¡Rey Vampiro! —completa el mayor, sin más tapujos.
Y el silencio se hace por alrededor de unos cuatro segundos, antes de que los hermanos se desplomen en el gran sillón, uno junto a otro, analizando lo que acaba de manifestar el otro.
—¿Acabas de decir demonio? —cuestiona Dante, lo que provoca que su hermano se sobresalte y su corazón lo delate.
Tengo la impresión de que el pequeño humano quería mantener en secreto todo el asunto sobre su experimento en el cementerio.
«Así que no ha sido algo premeditado por ambos. Oh, Darcy».
—¿Y tú, dijiste Rey Vampiro? —El menor suelta una carcajada más sincera—. Eso suena muy loco, los vampiros no existen. Bueno, sin contar a los banqueros, los chivos del gobierno y el imperio gringo —divaga con diversión, tratando de ocultar su nerviosismo—, pero no creo que a ellos te refieras. Digo, él parece más un cosplayer frustrado que un ricachón.
Por alguna razón su descripción sobre mi persona, me importuna. No estoy del todo seguro si ha sido una especie de ofensa o halago, pero me irrita el simple hecho que haya pensado en compararme con un animal campestre. No. La manera en cómo se expresan es mucho más colorida.
Dante chasquea los dientes y percibo cómo se cruza de brazos, gracias a lo sonora que es su vestimenta húmeda por la lluvia.
—Ajá, sí, porque un demonio es mucho más creíble, ¿no? ¿Acaso no recuerdas que hace solo unos momentos tenías sus colmillos sobre ti?
«Excelente punto, Dante». Un nuevo silencio se hace en la habitación.
Afino un poco más mis sentidos del oído y el olfato. Gracias a la sangre, mis poderes de rastreo o localización son más potentes, pero no lo suficiente para mi visión nocturna. Siento los latidos de sus corazones, más apacibles, tranquilos.
Aunque no es como si se sintieran seguros conmigo ahí, en la sala de su casa. Sin embargo, sé que están analizando sus opciones. Al igual que yo.
Por un lado, sé que con estos nuevos eventos Dante es más consciente de lo que soy. De mi verdadera naturaleza. Así que cualquier atisbo de duda sobre mi revelación anterior, de ser un vampiro y el mayor depredador de su especie, ha sido erradicado.
Verme en medio de mi alimentación, con la sangre de su familiar en mis labios y colmillos, es algo que no podrá ignorar con facilidad.
Con lo poco que he podido recolectar sobre su personalidad, puedo deducir que la opción de dejarme cerca es peligrosa, sí. Pero alejarme tampoco es una opción. Yo no lo permitiría y le conviene más tener un ojo sobre mí.
Él tiene mucho más que perder que yo. Me trajo a su lugar más seguro, a su barrio, una zona plagada de deliciosos y muy convenientes aperitivos para un depredador como yo.
Sin embargo, hay otras variables, que él ignora, pero que a mí me importunan.
No puedo alimentarme con normalidad. Algo está mal en mí. O en la sangre de estos humanos que me hacen difícil el mantener sus esencias nutritivas en mi sistema. Requeriré una tercera oportunidad, una víctima distinta para así recopilar más información antes de saber cómo actuar.
Por lo mientras, lo mejor será ofrecerle a Dante y a su hermano, un pequeño alivio. Algo que los haga pensar que tiene poder sobre mí y mi hambre. Y de esta manera, ganarme su confianza y un lugar para resguardarme.
Si bien es cierto que podría amenazarlos para que me obedezcan. Más ahora con mi naturaleza salvaje al descubierto, no quiero hacerlo... no todavía. No con él.
«Porque él me reconoció... solo que no sé de dónde o cómo». No, ignorar esos detalles podrían colocarme en una situación aún más compleja. Tengo que mantener la calma.
Han pasado más de diez minutos desde que ellos no se mueven del sillón. Pese a estar más tranquilos, son más conscientes de mi presencia, convaleciente e inmóvil, a pocos metros de ellos.
—¿Él está muerto? —inquiere el menor en inglés.
El mayor se levanta caminando hacia mí.
—No —responde Dante, en otro idioma; coreano.
Un hilo de satisfacción crece en mí. Estos hermanos son más inteligentes de lo que imaginé, están siendo precavidos. Comunicándose en otro idioma que no es el español. Por suerte para mí, estoy muy familiarizado con otras lenguas, en especial con las provenientes de Asia.
—¡¿Y qué hacemos?! ¡¿Estás seguro que no lo mataste de verdad?! —exclama Darcy con alarma en su voz, en coreano—. Quiero decir, es obvio que está muerto porque es un vampiro, pero... ¡no se mueve!
—Está fingiendo —murmura Dante para sí mismo, mucho más cerca de mi posición—. ¿No es así, Elián?
Eso me sorprende. ¿Acaso él ha sido capaz de descubrirme...? No, es imposible. No me he movido ni una milésima, ni siquiera tengo signos vitales y aunque los tuviera, él no sería capaz de saberlo. Ningún humano normal lo sabría.
A menos que...
—¿Me corto un dedo para ver si despierta? —cavila Darcy en español, ignorando las palabras su hermano.
«¡¿Ah?!».
Retiro lo dicho con anterioridad, puede que el humano que he marcado no sea demasiado inteligente.
Cuando creo que Dante no va a hacer nada, un segundo golpe impacta contra mis costillas y aunque no es tan doloroso para causarme mayor daño, aprovecho la ocasión para abrir los ojos y detener lo que sería el tercer golpe con un palo de escoba.
—Eres mucho más cruel de lo que aparentas. Golpear a alguien herido más de una vez es demasiado, Dante —comento, arrebatándole el arma de madera y lanzándolo lejos.
Una media sonrisa divertida se apodera de sus labios. Se pone de cuclillas a menos de metro de distancia, sus ojos me examinan de arriba hacia abajo hasta volver de nueva cuenta a mi rostro.
—Eso es lo que ganas por haber roto nuestra promesa.
—Dije que lo intentaría —le recuerdo.
Dante frunce el ceño, se levanta y da un par de pasos hacia atrás.
De manera lenta, me siento en el suelo y doy un leve vistazo al desastre que se encuentra a mi lado. El hedor de la sangre pudriéndose con el extraño bebedizo de fresas han decorado el suelo de un muy inusual rojizo.
—Pero estás de suerte, Dante. Al parecer has traído a casa un vampiro que no puede digerir sangre humana.
N/A: ¡Hola, mis glamuros@s!
Oh, ha pasado tanto tiempo desde que pude actualizar esta belleza, ¡una gran disculpa para todos! He tenido varios inconvenientes, uno que otro bloqueo y demás cositas que me han mantenido alejado de escribir.
Pero no se preocupen, que poco a estoy retomando fuerzas :D
¿Qué les ha parecido el capítulo?
Nuestro pobre Rey no ha podido tener una comida decente, ¿a qué creen que se deba? ¡Este es vuestro momento de las teorías!
El nuevo personaje ha sido revelado, ¡Darcy, el chico del cementerio! ¿Opiniones sobre él? ¿Teorías?
Y ¿qué me dicen sobre Elián revelando su debilidad a los hermanos así como así? ¿Tendrá algún plan? ¿Por qué lo habrá hecho?
Los animo a dejarme todas vuestras expectativas y demás en los comentarios :D Siempre que pueda les estaré contestando, evitando los spoilers~
¡Nos vemos en el siguiente capítulo!
Los quiere glamurosamente, Dorian.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top