11.Una anciana en mi camino.
Capítulo 11 : Una anciana en mi camino.
Domingo por la tarde y Ellen caminando en las frias calles de Seattle buscando comida para su gato negro apodado Mermelade. Hoy a la mañana, se habia despertado con diez mensajes de su mejor amiga rubia molesta y con baba en su cara por los cachorros que pedían a gritos comida.
Hoy, por primera vez en la historia no había ido a la granja de sus abuelos por esté tema y aparte de eso. Era que las fechas de los exámenes de fin de año se acercaban y tenía que escribir la carta de ingreso a la universidad -- A dónde sus amigos irían --.
Cuándo le dio la comida a los cachorros para cachorros, supo que algo no andaba bien y era que Mermelade no tenía su comida para mañana. Asi que fue hasta la tienda de mascotas para comprar lo que necesitaba y largarse de ahi mismo. Liam, como casi siempre no estaba en su casa, pero está vez no era para ver a Jos, si no a la casa de sus padres para pasar el dia -- A lo que estaría sola hasta mañana a la mañana --.
El viernes tras terminar de dar su programa de radio se encontró a Matthew esperándola con un Audi negro en la esquina de la estación de radio. Si bien sus intenciones de conquistar a Ellen para que sea suya como "siempre" debió ser, hablaban en serio.
Que suerte que sólo hablaron dos o tres palabras para distraerlo y dar su golpe final para escapar de él como la primera vez en la vida que se vieron en el parque de juegos infantiles. Sonrió a la nada y sin ver quién venia al frente suyo chocó con alguien y ese alguien era la persona menos inesperada y claro que lo era. Ella creyó que jamás la volvería a ver, pero se equivocó. Al frente suyo se encontraba la mismísima señora de hace unas dos semanas atrás de McDonald's.
---- Perdón, señora ---- Se disculpó Ellen con vergüenza y se tapó su rostro para que no la reconociera, aun que se acordó que era más o menos ciega por su edad.
---- Meredith, me llamo Meredith ---- Se presentó con amabilidad la señora y la miró al rostro, examinado sus gestos raros. Cualquiera que la conociera y no fuese ciega la reconoceria ---- Siento que te conozco de algún lado.
La vieja con manos temblososas, intentó recordar de dónde podia conocer a esa niña. Mientras que Ellen seguia quieta como una estatua, la piel se erizo y tragó duro en significado de que tenía que irse pero sus pies seguían intactos.
La mujer fruncio el ceño y al poco tiempo, por desgracia, se acordó de dónde conocía a Ellen y de que ella fue la persona que le habló sobre su "amigo" el que arreglaba cañerías muy excelente. ¿y por qué muy excelente?, les diré : Aquella tarde de frio la señora llamó al joven que se llamaba Matt. Le habló sobre la tal chica y como si fuera un adolecente lleno de hormonas que rara vez salen, fue hasta la casa de la señora.
Al llegar, no estaba. Se dio cuenta que era una trampa planeada por el vil demonio de su ex-novia como mini-venganza. Matt, tenía corazón a pesar de ser un ruin mujeriego y no quería que una anciana que le hacía acordar a su abuela difunta esté desilusinada : Asi que le arregló el problema tan fácil, ya que sabía de esas cosas por su padre y la mujer le agradeció.
Eso Ellen no lo sabía por que Matt no se lo contó. Por eso, temía a que la señora de sesenta años le haga algo -- Aun que, seria raro --.
---- Señora, lamento mucho lo que pasó es que yo sólo quería ...
---- Ayudarme ---- Le interrumpió Mer comprensiva y Ellen hizo un gesto con su rostro confundido. Habia algo que Matt ocultaba y no lo dijo, o tal vez aquella señora estaba mal de la cabeza.
---- ¿Disculpe? ---- Se atrevió a decir y Meredith que estaba al frente suyo le sonrió.
Aquella sonrisa la dejó peor de lo que estaba, Ellen tenía una cierta debilidad por las personas de mayor edad y cada vez que las veian en pareja largaba lágrimas de felicidad por que le hacia acordar a sus abuelos.
Se preguntaba cómo estaban, qué habia pasado en la semana y si ya sabían del embarazo de la arpía de Giselle. Ellen todavia seguía con su plan de desenmascara a la zorra que andaba con Daniel, pero primero tenía que encontrar a ese alguien que no sea ninguno de sus amigos para que la ayude.
---- Si, y por eso te tengo que recompensar con algo ---- El rostro de Ellen seguía igual de perplejo.
Meredith -- La anciana que se hacia llamar igual que la malvada de Juego de Gemelas -- tomó la mano de Ellen que estaba disponible ya que la otra tenía la bolsa de comida para su gato y la llevó hacia su casa para compensar a la joven con dulces o tartas que hacia ella riquísimas.
Ellen estuvo apunto de decirle que no, que si tenía un problema pero esas palabras nunca llegaron por estar centrada en caminar. No chilló, no se rehusó por que vio en sus ojos que tenía buenas intenciones.
Luego de minutos de caminar a pasito de tortuga unos cinco minutos llegó Ellen al hogar en dónde vivía la persona que tenía su mano. Era un departamento de varios pisos, debían ser entre treinta o menos. El estilo no era tan nuevo, debieron haberlo construido hace cinco años atrás.
La pintura era blanca, pero algo amarillenta por los años y en la entrada había una escalera de cuatro escalones decorado con flores rojas y azules.
---- Aqui es donde vivo, no es mucho pero es acogedor ---- Habló la señora luego de minutos con voz cortante por el viento frio.
---- Es perfecto ---- Exclamó Elli con sinceridad pura y otra vez vio sonreir a Mer, que se le hacia notar sus cuantas arrugas y achinar los ojos celeste que se veian más claro por la edad.
Entraron ya que el frio de Diciembre las hizo reaccionar. -- Diciembre ... -- Se dijo a ella misma pensando en lo poco que quedaba de tiempo para dejar la secundaria y luego ir a la universidad. Sentía cierta nostalgia y no era por que tendrá que estudiar tanto - A lo que ella odiaba - era por que la mitad de las personas se aislaran y posiblemente no vea más y por más que le cuesta también se refería a Matt.
Matt. Aun que aparenta odiarlo es imposible, es imposible sacarte el primer amor de la cabeza. Quiso no amarlo, enterrar el dolor que lo ocultaba a la perfección. Quiso olvidar pero se olvidó que su corazón ya no existía.
---- Sabes, yo también tengo gatos. Pero estos ya están grandes ---- Informó la señora de avanzada edad mirando la bolsa de alimento mientras cambiaba y que no le habia prestado atención antes.
Ellen dejó sus pensamientos dolororos que abarcaban a Matt y al mísero amor a un costado y vio a su acompañante que ahora no sostenía su mano.
Si no, su brazo como las parejas. La joven asintió aun pérdida pero luego supo de que hablaba. Cuándo llegaron al ascensor que había cerca de dos personas metida ahi dentro, Meredith apreto el botón 13 en significado que en ese piso se encontraba su departamento.
---- Buenas tarde señora Seymour ---- Las dos mujeres se dieron vuelta y encontron a un hombre con unos kilos de más que tenía traje de mantenimiento y una sonrisa dulce.
---- Hola Raúl, ¿cómo andan tus hijos?---- Preguntó la señora y Ellen se dio cuenta que era alguien de hablar mucho. Ella se mantuvo callada escuchando su conversación hasta que el ascensor se abrió en dos y se fueron, pero sin antes de desearle suerte Mer al hombre.
Caminó unos pasos en dirección recta, Ellen observaba los números de los departamento hasta que se detuvo en el número 43 que era de su acompañante. Escuchó o mejor dicho se percató de que alguien estaba escuchando Rock pesado -- No me digas que está señora escucha eso --. Pensó, pero al ver el rostro de desaprobación supo que no.
Dio un suspiró de cansancio y abrió la puerta. Esperó que la mujer entrara para hacerlo y luego lo hizo Ellen con una mueca de dolor por el horrible sonido que estaba matando a sus oídos.
Examinó la casa con el mismo gesto. Era cómo planeaba desde que se dio cuenta que la llevaría a su casa : Anticuada y con muchos jarrones de flores, olor a hospital y unos dos sofas marrones que estaban ocupados por dos gatos.
El primero era gris peludo, con un collar rojo, bien gordote y el otro amarillo con rallas, flaco y ¿Felíz?.
Pestaneo y negó, desvío su mirada y se encontró que no estaba Meredith.
También se encontró que ya no se oía esa canción que le dio dolor de cabeza. Siempre tenia problemas, como dolores de cabeza y mareos pero se negaba ir al médico.
---- ¿Eres amiga de mi abuela? ---- Escuchó una voz masculina detrás suyo, se dio vuelta sobresaltada y se encontró a un joven alto, con cabello negro y ojos miel.
---- Ah ... eh, algo asi ---- Balbuceo nerviosa por la persona que la intimidaba. El sonrió burlón y se apoyó en el umbral de la puerta, estuvo por hablar pero se calló al escuchar los riños que su abuela decía mientras se acercaba.
---- Jordan Foster, ¿qué te dije sobre la tranquilidad? ---- Le hizo recordadar la abuela a él. Rodeó los ojos como siempre cuándo le hacía recordar sobre sus pautas.
No eran nada agradable. Desde que su padre -- El hijo de Mer -- lo echó de casa por enterarse de sus gustos hacía de su mismo sexo lo dejó sorprendido y con ganas de matar a su hijo. El imbécil de su padre era muy homofobico, asi que lo echó de su casa y Jordán no tuvo otra opción que ir a la casa de su abuela.
Le daba lástima, ningún familiar suyo la visitaba. Pero a pesar de que su nieto sea un completo caos lo amaba.
---- Lo siento abuela, pero me vi obligado a escuchar Five, queen ---- Dijo en su defensa y la señora mayor fue a la cocina para preparar el té y darle la comida a Ellen.
Jordán se sentó en la silla de madera, dándole la espalda a Ellen mientras miraba TWD en Fox y Ellen lo miraba a él. Sin duda, él era muy atractivo y nunca pensó que esa clase de chicos podrían derretir su corazón en uno... dos... y listo, lo hizo.
---- ¿Te me quedarás mirando toda la hora? ---- Preguntó serio, dándose la vuelta para ver a Ellen con los ojos muy abiertos.
Abrió y cerró la boca pero no podia decir nada, era como si el gato le haya comido su lengua -- O más bien Jordán Foster --.
---- Es que yo ... yo ---- Titubeo, no podia decir una frase, sus ojos miel la dejaron desprevenida.
Jordán ya estaba acostumbrado a recibir halagos por las chicas, sonrisas picaras y tímidas, tanto como su baba. No les importaba que sea gay, claro que no.
Las jóvenes hacían lo imposible para que vuelva a ser heterosexual de nuevo, pero él ya estaba decidido que sería gay por el resto de su vida. Que adoptaría hijos con cabello pelirrojo y que viviría felíz para siempre con alguien que sea igual que Jeremy Irvine o Sean O'pry.
---- Soy gay ---- Soltó sin rodeos y Ellen no se lo esperó.
---- Oh ... ---- No terminó su frase, la señora llegó con todo en una bandeja y la puso en la mesa cuadrada.
Se sentó y le indicó que se sentará, Ellen con torpeza dejó la bolsa de comida a un costado y con vergüenza, se sentó al lado de Jordán.
Esté estaba tomando chocolate caliente muy concentrado en ello. El silencio se hizo presente, sólo se escuchaba su respirar tanto como los disparos hacía los caminantes.
Si no se equivocaba, era la temporada cinco o seis.
---- Cuenta algo de ti, hija ---- Exclamó la señora y Ellen la vio a los ojos.
---- No hay que decir mucho, tengo una estación de radio en la calle City Blue 35 ---- Se encogió de hombros, ella pensó que debía ser una estupidez haberlo dicho, pero el rostro de Jordán se iluminó.
---- ¿De enserio?---- Le preguntó asombrado y ella asintió ---- No me jodas, te amo tanto por poner las canciones de Korn y Meri las de su Robbie Williams.
Se ahogó con su propia saliva al escuchar las palabras de Jordán diciendo que la amaba -- Aun que era sólo una expresión Ellen, acuérdate que es gay --. Se dijo su mente, no le molestaba que sea gay aun que era un crimen no estar con él.
---- Sh... ---- Le pegó con una servilleta de tela en su mano ---- ¡Ay!, el agua ---- Se acordó de la pava y fue a sacarla del fuego antes de que explote.
----¿Estás mal? ---- Ellen negó ---- ¿Necesitas algo? ---- Le volvió a preguntar y su foquito se encendió.
Sería precipitada su idea, apenas conocía al tal Jordán de ojos nocivos pero una gran persona para hacer el plan.
---- Jordán, ¿Te puedo proponer algo? ----- Preguntó tímida.
---- Todo por mi idola ¿Qué quieres? ---- Ella se encogió de hombros mientras veía esa sonrisa galante que la estaba matando muy poco en su corazón.
---- Quiero que me ayudes a espiar a alguien en dos semanas, cuándo las vacaciones terminén tendras que ir conmigo a una granja ... ---- El chico que quedó en silencio por un momento tanto como ella, iba a hablar para aceptar aun que fuera raro pero Ellen siguió ---- Espera, antes de que hables te pagaré
Era extraño que una desconocida que la idolatraba por poner canciones de su banda favorito le pidiera algo asi. Pero lo que era más extraño, era que iba a aceptar de todas formas.
No quería dinero, tenía bastante. Sólo quería el último álbum del pelirrojo de Ed Sheeran a quién amaba. Pero si le ofrecía dinero, estaba bien.
---- Okey, cincuenta las dos semanas ---- Exclamó y ella aceptó. Hasta ahora iba todo bien, pero se preguntaba de dónde iba a sacar el dinero.
Pero ya se las ingeniería para buscarlo después, ahora tendría que hablar más tarde con Jordán sobre a quién espiaria y comer lo que habia adelante de sus ojos.
Tarta, dile adiós a tu corta vida.
Bay, bay.
Ellen Park en multimedia.
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