10
-Yoongi es... un gran chico. Pero...
-Tú le gustas-me interrumpió.
-No creo gustarle más que Jimin. Y la respuesta es... que quizá me agrade un poco, pero, me quedo como su amigo.
-Eres sincero-esbozó una delicada sonrisita-. Y, quiero conocer a ese chico, Jimin. Me hablas de él y no sé siquiera quien es.
Me reí.
-Es el chico del laboratorio de fotografía de los Agnelli. Un día te llevaré.
-¿Prometido?
-Prometido-reí-. Siguiente pregunta.
-¿Qué te contó Jungkook el otro día?
-¡Tramposo!-negué con la cabeza riendo- No te voy a decir, no seas curioso, Jung.
Me miró y enarcó una ceja.
-Perdón, Hoseok.
Sonrió
-Y no te diré.
-¿Tiene algo que ver conmigo?
-Eemm... contigo, conmigo, con Yoongi, con todos-divagué, saliéndome por la tangente-. Última pregunta.
-¿Ya es la última?
-Así es, curioso-asentí.
-Está bien. Bueno, tú conoces a Sohyun mejor que nadie, y me conoces bastante también a mí, ¿cierto?-asentí- Bien, ¿crees realmente que Sohyun y yo...? No, ya sé, ¿crees que Sohyun es lo mejor para mí y yo para ella?
Abrí los ojos de par en par, ¿qué? ¿Ahora dudaba? ¿Y me preguntaba a mí?
-Bueno, mira-balbuceé y me humedecí los labios, repentinamente secos-, no se trata de lo que opine o lo que la gente diga; aunque tú los has oído, dicen que ustedes son la pareja perfecta; pero te repito, los comentarios de la gente no importan, lo que verdaderamente importa es lo que tú y ella sienten. Si la amas, y ella a ti, ¿qué importa lo demás?
Tenía la mirada baja al igual que la cabeza que ligeramente se inclinaba hacia abajo.
-Gracias-musitó.
-Cuando quieras, Hoseok.
Levantó la mirada de pronto e hizo que me corriera hacía atrás por el repentino movimiento.
-Tengo que irme, discúlpame con Sohyun, ¿sí?-se levantó del sofá y caminó hasta la puerta.
-¿Por qué te vas?-inquirí, desorientado, aun sentado sobre el sillón.
-Las preguntas se acabaron-sonrió-. Hasta mañana, Taehyung-y salió por la puerta.
Dejó la habitación vacía y a mí en ella. Cuando lo capté, pude distinguir también un fiero deseo de mantener su presencia aun allí, conmigo.
Giré sobre mi asiento y miré la rosa sobre la mesa, suspiré. Salí disparado a mi habitación y rebusqué en el cajón inferior de mi buró aquellas fotos con el rostro de ángel. Me quedé sentado en el suelo de la habitación, recargado en uno de los lados de mi cama, mirando lo que tenía en las manos. ¿Qué era eso que sentía en mi estómago? ¿Por qué el corazón se me aceleraba cuando no debía? ¿Por qué... sentía que Hoseok me gustaba? Era sumamente atractivo, sin duda y sensacional, también.
Estar a su lado era como no querer que el tiempo avanzara, querer detener las manecillas del reloj y mandarlas en sentido contrario. Su mirada angelical de miel era como la fábrica de luces para Navidad. Me hace sentir bonito con el beso en la mejilla, la sonrisa que miraba en su rostro me llena de algo que me es inexplicable. Él de alguna forma me hace recordar lo que es sentir, saber que uno existe.
Jung, Hoseok, como sea; el nombre es lo de menos, porque ahora me invadía una angustia palpable que me comenzó a cortar la respiración y hacía que las manos desprendieran sudor frío.
No. Yo podía fijarme en cualquier chico, cualquiera. Excepto en uno. Arrojé las fotografías dejándolas desparpajadas por todo el interior del cajón y lo cerré abruptamente. Yo no podía fijarme en Hoseok.
-¡Taehyung!-la voz de Sohyun apareció lejos, junto a la puerta de entrada que apenas había cerrado para introducirse al departamento y como impulsado me levanté del piso y salí de mi habitación. Miré a Sohyun.
-Hola-musité.
-¿Dónde está Hoseok?-preguntó, dejando su bolso Louis Vuitton sobre el sofá.
-Se fue.
-¿Cómo? ¿Vino y se fue?
-Sí-me encogí de hombros-. Me dijo que lo disculpara contigo pero que tenía que irse-tragué saliva escandalosamente.
-¿Estás bien?
-¿Yo? Claro, ¿por qué no he de estarlo?-farfullé, queriendo sonreír.
-Pues, te conozco y pareces nervioso.
-¿Nervioso? ¿Yo?-reí- No, para nada.
-Taehyung-me miró, con esos grandes ojos color chocolate que me acusaban conjeturantes- ay, ¿sabes qué? Olvídalo-manoteó restándole importancia al asunto-, vengo muy cansada hoy-bostezó y luego miró hacía la mesita de centro-. ¿Y esa rosa?
Abrí los ojos como platos.
-Eh... emm...-tartamudeé.
-¿Te la dio Yoongi?-especuló con el rostro ansioso.
-Hoseok-solté.
-¿Te la dio Hoseok?-su ceño se frunció, y la voz se le bañó radicalmente de un matiz de confusión.
-Emm... ¡No! Quiero decir que Hoseok te la dejó a ti, es para ti-dije, mientras sentía que la fierecilla pataleaba y gritaba ¡Mía, mía, mía!
-¿Hizo eso?-su semblante cambió de nuevo y se volvió tierno y dulce, como era- Aww, qué lindo es-se acercó a la rosa y la tomó para luego percibir su aroma-. Tengo que ponerla en agua-sonrió y yo suspiré, aliviado y con pesar.
Aliviado porque había salido del lío que por poco y se iba a armar, y con pesar porque la rosa ahora estaba en las manos equivocadas, que irónicamente eran en las que deberían de estar.
Me senté en una de las sillas del pretil mientras veía cómo Sohyun sumergía el tallo de la rosa en el agua de un florero pequeño.
-¿Y qué tal tu día con Yoongi?-preguntó mi amiga.
-Genial-musité con aplomo.
-Ay pero lo dices como si no te hubiera gustado-su aguda voz se acercó cuando ella se sentó a mi lado.
-No, es que estoy cansado, ya me conoces-sonreí.
-No es justo, ¿sabes?-dijo.
-¿Qué cosa?-la miré.
-Que no pueda pasar tiempo contigo. Dios, ¡eres mi mejor amigo y casi ni hablamos! Yo con mi trabajo y con... Hoseok.
-Pero Sohyunie, vivimos en el mismo departamento, como queríamos desde pequeños, ¿recuerdas?
-Sí-sonrió-, y aun así casi ni te veo. No es justo.
-Está bien. Tenemos los domingos-dije.
-Un día de siete-hizo un mohín.
-Me gustaría pasar más tiempo contigo, Sohyunie; como cuando éramos niños, pero ya no lo somos. Tú tienes trabajo y yo muchas cosas que hacer. Pero al menos lo compartimos y eso es lo que cuenta.
-Me siento muy afortunada, ¿sabes?-suspiró- Tengo al mejor amigo del mundo y el novio más apuesto del planeta-rió-. Además del trabajo que quería-agregó.
No sabía por qué me sentí culpable cuando ella dijo "al mejor amigo del mundo" y celoso cuando dijo "el novio más apuesto del planeta".
Sonreí y la abracé. Si había un amigo excelente, esa era Sohyun. No yo.
-Tengo que dormir, Sohyunie-dije.
-¡Ay, no!-exclamó, como niña pequeña- ¿No vas a cenar?
-Estoy cansado.
-¡Vamos! Cena conmigo, ya van varias veces que me dejas cenando sola-hizo un puchero y me reí.
-Está bien. ¿Qué cenamos?
La sonrisa de Sohyun se expandió alegre por su rostro.
Miré a través de la ventana el cielo completamente oscurecido y conté las escasas estrellas que había esa noche. Miré luego el reloj, iba a ser la una treinta de la mañana y yo aun no podía dormir. Me acurruqué entre la cobija y suspiré.
No podía seguir ignorando a la fierecilla dentro de mí, porque sus pensamientos ya no iban en total desacuerdo con los míos. Pero aun conservaba un poco de cordura en alguna parte de mi cabeza que me decía que no podía enamorarme de Hoseok. Era tan intocable como el fuego bajo la sartén, tan prohibido como romper alguna ley de la constitución; era el novio de mi mejor amiga, y yo debía de brincar hacía atrás los pasos que no debí de caminar.
Apabullado y con la cabeza llena de pensamientos ilógicos logré dormir esa noche.
~~~~~~~~~~~~~😮~~~~~~~~~~~~~
Su sonrisa llegaba hasta mí a través de la poca distancia entre ambos. Una sonrisa demasiado bonita como para desgastarla, pero él quería dármela a mí y sólo a mí; haciendo que miles de mariposas revolotearan en mi estómago. Luego tomó mi mano, y sentí que pude tocar el mismísimo cielo. El corazón se me aceleró cuando él puso mi nombre en sus labios y la sonrisa se expandía ahora por mi rostro.
-¿Quién más puede hacerte sentir esto?-me preguntó, con su voz de terciopelo.
Era la primera noche que soñaba con él, con Hoseok. Suspiré con la cabeza enterrada en la almohada y mi suspiró se convirtió en un vapor cálido que me pegó en todo el rostro. Alcé la cabeza y pude sentir algunos que otros cabellos despeinados a cada costado de mi cara. Hoy era sábado. Recordé angustiado el sueño y llegué a la conclusión de que tenía que contarle esto a alguien porque si no, explotaría tarde o temprano.
Me levanté y arreglé en media hora y tecleé sobre las teclas de mi celular el número de Jungkook, ¿quién mejor que él para entender toda esta locura?
-¿Hola?-me contestó, del otro lado de la bocina.
-Jungkook, ¿podemos vernos hoy?-pregunté.
-Claro, dime en dónde y a qué hora-accedió.
-En la plaza, en una hora y media, ¿está bien?
-Perfecto, ¿puedo preguntar para qué?-curioseó.
-Te digo cuando te vea.
-Está bien.
Trunqué la llamada y me apresuré a salir del departamento, seguro tardaría más de una hora y media si no me daba prisa. Aunque llegar por mis propios medios me costaría trabajo.
Tomé un taxi que tardó casi los sesenta minutos en llegar y pagué con los euros que habían salido de mi bolso o que, mejor dicho, Sohyun había colocado allí para mi uso, debido a que mis billetes y monedas aun eran coreanos.
Bajé y me adentré en el motín de gente que circulaba bajo el cielo grisáceo como el día de ayer, y me senté en una banquita gris que estaba vacía por puro milagro, como si aguardara por mí.
Le regalé un suspiro al aire y luego miré hacia arriba, a lo mejor llovería hoy. Los nubarrones grises que surcaban el cielo se veían considerablemente amenazadores.
Empecé a divagar entre mis pensamientos, mientras esperaba por Jungkook; quien hasta el día de hoy se había vuelto casi mi mejor amigo, nos contábamos todo y esta vez, no sería la excepción. Estaba dispuesto a decirle con punto y coma todo, y eso incluía aceptar que Hoseok me atraía y bastante.
A la media hora Jungkook apareció entre el tumulto de gente, su suéter color vino y su cabello liso despeinado fue lo que alcancé a distinguir primero.
-¡Jungkook, acá!-manoteé para que me viera y no sólo logré llamar la atención de él sino de algunos otros que me miraron extrañados por hablar en otro idioma.
Cómo si no hubieran oído jamás el coreano. Me encogí un poco cohibido y aun así Jungkook me alcanzó a mirar y se acercó.
-¡Hola!-me sonrió, haciendo notar sus pómulos rojizos.
-Qué bueno que llegaste-dije y lo jalé de la mano para sentarlo conmigo.
-Dime, ¿qué pasa?
-Bueno, tengo un muy, muy, grave problema-farfullé.
Sus cejas se elevaron al mismo tiempo en un gesto de sorpresa pero luego pasó a ser un ceño fruncido bañado de un matiz de preocupación.
-¿Qué tipo de problema? ¿Qué es?-inquirió, visiblemente atento.
-Bueno, ¿prefieres que te lo diga sin tantos rodeos?-pregunté, a lo mejor así era más fácil para mí.
Asintió.
-Creo que me gusta tu hermano-dije, casi hablando entre dientes, consumido por la vergüenza.
-¡¿Qué te gusta quién?!-sus achocolatados ojos se abrieron al igual que su boca.
-No me hagas repetirlo-lo fulminé con la mirada.
-¿Estás enamorado de Hoseok?-preguntó y su voz se mezcló con alguna chispa de arrebato repentino.
-No, no, no-gesticulé-. Enamorado, no-negué rotundamente, meneando la cabeza-. Sólo, me gusta... mucho-admití, ruborizándome.
-Vaya-se recargó con aplomo sobre el respaldo metálico de la banca-. Ahora somos compañeros del mismo dolor-bromeó.
-Kookie, no estoy enamorado de tu hermano-volví a especificar.
-No por ahora.
Le fruncí el ceño y el rió.
-Vamos, cuéntame cómo ocurrió-me palmeó la pierna cariñosamente.
-Bueno-suspiré-, creo que fue desde que lo vi. Mira, yo no creo en el amor a primera vista, pero cuando vi a Hoseok, me atrajo al instante. Tu hermano es muy apuesto.
-Ya he oído eso-musitó Jungkook.
-Bueno, tú no te quedas atrás-admití.
-Gracias. Continua.
-Él no me dijo que era novio de Sohyun, y Sohyun tampoco me mencionó que tenía uno; así que mis pensamientos volaron libremente y entonces chocaron contra una dura pared cuando me enteré de que ellos eran pareja.
-¿Cómo te enteraste?
-Oí a Sohyun decirle 'amor' y luego besarlo.
-Oh-musitó y quiso fingir indeferencia, pero fue notable que le dolió. Capté entonces que debía guardarme comentarios como ese.
Continué.
-Luego Sohyun me explicó que lo eran y... yo comencé a convivir con Hoseok, ya sabes, mientras espera a que Sohyun llegue del trabajo y eso; luego...
-Espera, espera-me interrumpió-. ¿Cómo que convives con Hoseok mientras espera a que Sohyun llegue?
-Sí, bueno, Sohyun llega a las ocho de la noche y Hoseok va a las siete al departamento.
-¿Por qué hace eso?-preguntó, confundido.
-Dice que es agradable estar allí-me encogí de hombros.
La cabeza de Jungkook se meneó y luego soltó una risita junto con un resuello.
-Continúa, continúa-me instó.
-Bueno, empecé a convivir con él, llevarnos bien es fácil, es agradable y divertido, pero mientras más convivíamos, empecé a sentir cosas por él.
-¿Cosas?
-Sí, ya sabes, ese tipo de cosas-me encogí de hombros.
-¿El cosquilleo en el estómago, la sonrisa idio'ta en el rostro, el latir inoportuno del corazón, el enrojecimiento de mejillas y las ridículas ganas de verle el rostro a cada instante de cada día?
-Eso... mismo.
-¿Ó esas ganas abrasadoras de ser tú quien en vez de ella, esos molestos pinchazos en el interior que te fruncen el ceño cuando los ves tomados de la mano, riendo y platicando, y esas oleadas repentinas de tristeza cuando por accidente los descubres besándose?
-Sí-musité.
-Querido mío-se acomodó para mirarme de frente y me miró con un gesto divertido y a la vez compasivo-. Lamento confirmarte que estás enamorado-me hizo un cariño en la barbilla.
-¡¿Qué?!-chillé, atónito.
-¿Por qué no?-preguntó, sumamente tranquilo.
-¡Porque es novio de mi mejor amiga!-vociferé como si fuese obvio-. No debo, no puedo-negué con la cabeza, frenéticamente.
-Uno no decide de quien enamorarse-suspiró-. Y si no, mírame a mí: no debo ni puedo estar enamorado de Sohyun, y lo estoy-se encogió de hombros.
-¿Por qué lo tomas con tanta tranquilidad?-vociferé, casi queriéndole sacudir de los hombros.
-Porque no voy a ponerme a llorar ni a atormentarme. ¿Qué más puedo hacer si no es aceptar y vivir con eso? Aunque me duela.
-Y bastante-admití, ahora caía en la cuenta del porqué es que lo entendía desde un principio.
-Ahora sé por qué nunca me juzgaste-dijo, adivinando mi pensamiento.
-¿Y qué vamos a hacer ahora?-pregunté, derrotado ante el sentimiento.
-Tratar de separarlos y hacer que Hoseok te ame a ti y que Sohyun me ame a mí-dijo.
-¿Qué?-le miré, con desdén, crédulo.
-Sabes que eso fue sarcasmo, ¿verdad? No vamos a hacer nada, no podemos hacer nada-musitó, lleno de aplomo.
-Por un segundo lo creí-susurré, recargando mi espalda en el respaldo de la silla y cruzándome de brazos. "Y me gustó" completó una vocecilla en mi cabeza.
-¿Te digo algo?-dije, ignorándola.
-Dime-me miró.
-Creo que Hoseok se...-me daba vergüenza decir eso, porque seguro Jungkook pensaría que estaba loco o demasiado enamorado y ya comenzaba a alucinar.
-Se... ¿qué?-me instó.
-Se pone un poco celoso cuando me ve con Yoongi-terminé diciendo como quien no quiere la cosa.
-¿Yoongi? ¿El vecino de Sohyun?
-Ajá.
-¿Por qué se pondría celoso?-preguntó, con los ojos inquisidores.
-No sé-dije, aunque sí sabía, o al menos, quería creerme lo que pensaba. Que yo de alguna forma le atraía-. Pero he notado que cada vez que tomo a Yoongi de la mano y que le doy un beso en la mejilla o que Yoongi me corteja, Hoseok no parece muy contento-admití.
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