02

El sueño abrumador me despertó, una pesadilla que me Perlo la mayor parte de la cara,de un sudor frío que me obligó a abrir los ojos casi tan precipitadamente como me paré.

El horrible accidente que mis padres habían tenido se había proyectado esa noche en mis sueños. Miré el reloj, aun con los nervios de punta. Eran las siete con cuarenta y dos minutos. Suspiré y me levanté de la cama, había dormido con la misma ropa con la que había llegado, así que me di una rápida ducha y luego me cambié.

Salí a la cocina, Sohyun aún no se despertaba, así que me dio tiempo de prepararle el desayuno. Cociné un par de huevos fritos y unas salchichas con un pedazo de tocino, luego preparé un jugo de naranja.Sohyun vivirá en Venecia pero parece americana.

-¡Mmm! ¿Qué es eso que huele tan delicioso?-salió de su habitación directo hacía la cocina y luego me sonrió.

-Quise prepararte el desayuno-le puse el plato en el pretil.

-Aaww-exclamó-. Es maravilloso tenerte aquí. Ambos reímos y luego nos pusimos a ingerir todo lo que había salido del sartén.

-¿Qué planes tienes para hoy?-me preguntó.

-Creí que tú ibas a hacer mi agenda de este día-dije, confundido.

La grande sonrisa de la que ella era dueña se expandió por su rostro.

-Sólo quise asegurarme de que no la hayas olvidado-rió de nuevo-. Te llevaré por las mejores tiendas de ropa que jamás hayas visto-la emoción saltó a sus ojos.

-Genial-musité.

Ropa. No era una adicto de la moda o algo por el estilo, por lo tanto nunca me emocionaba tanto ir de tienda en tienda hasta encontrar el atuendo perfecto; pero a Sohyun siempre le había gustado y tenía un excelente gusto en ropa. Cada vez que íbamos a alguna tienda, era ella la que terminaba con más de cinco bolsas en la mano.

Hacía frío, un gélido aire vagabundeaba por la atmósfera de Venecia mientras que mi mejor amiga y yo caminábamos por sus calles.

-¿Cómo pasó lo de MinJae? Eso jamás lo supe-me dijo y le miré extrañado-. Quiero decir, que nunca supe cómo lo olvidaste.

-Oh, bueno, simplemente decidí superarlo y ya-me encogí de hombros y me quedé mirando a través de una vitrina un hermoso abrigo café.

El reflejo de Sohyun se dibujó a mi lado en el vidrio y una repentina curiosidad vino a mí como una ola del mar.

-Dime, Sohyun, ¿cómo conociste a Hoseok?-musité sin mirar el rostro de ella y fingiendo que observaba detenidamente el bello abrigo del aparador, nervioso.

Algo definitivamente raro.

-En un café, un día lluvioso-suspiró como si de pronto volviera a ver el recuerdo nítido en su mente y se perdiera en él, entonces la miré-. Se acercó y hablamos un poco, ¡él es tan gracioso!-suspiró- Me contó que era de Gwangju, que allí había nacido y que había venido a Venecia por lo mismo que yo: olvidar amores del pasado, sin embargo hasta la fecha no me ha dicho qué fue lo que le pasó...-se perdió pero luego volvió a retomar el curso animoso- Luego de reírnos un rato, me pidió mi número de teléfono y en la noche del mismo día me llamó-sonrió-. Sólo quería desearme buenas noches-suspiró, teatralmente.

-Suena... como a un cuento-sonreí.

-Me siento como en uno-sonrió también- ¡Dios! ¡Estoy tan feliz!-me abrazó, completamente llena de emoción; cosa que siempre hacía cuando estaba así.

-¿Cuántos años tiene?-pregunté, retirándome de su abrazo.

-Veintitrés.

-No hay mucha diferencia, tú tienes veintiuno-dije, aliviado

.
-¿Sabes qué nos dicen?-inquirió, animada.

-¿Qué?

-Que somos la pareja perfecta. Que los dos estamos hechos a la medida. Que nacimos para estar juntos-suspiró.

Estaba feliz, pero algo dentro, muy dentro de mí, se removía incómodo y desesperado. Como una pequeña fierecilla enjaulada en lo más oscuro de una habitación, muy lejos de la salida; pero sin embargo, deseosa de salir.

-Me alegro mucho por ti.

-¡Ya sé! Podríamos salir todos alguna vez, así te presento-comentó.

-¿Todos?...

-Sí, Hoseok, tú, Jungkook y yo.

-¿Quién es Jungkook?-inquirí, medio confundido.

-Su hermano.

De pronto recordé la conversación que ella había tenido con Hoseok anoche y que había mencionado a un Jungkook como su hermano.

-Oh-musité-. Me encantaría-sonreí, amable.

-¡Le diré a Hoseok para que organicemos todo!-me abrazó de nuevo, dando brinquitos como una niña pequeña.

Así era Sohyun; dulce, tierna, cariñosa, frágil y entusiasta, era una niña pequeña encerrada en el cuerpo de una persona adulta de veintiún años.

-Oye-musité, cambiando repentinamente de tema-, quiero ir al tan famoso puente de los suspiros, quizá pueda tomar algunas fotografías.

-Il ponte dei suspiri. ¿Y para qué quieres ir allí? No es la gran cosa-dijo-. Más bien deberías ir a la plaza de San Marcos, muchos toman sus fotografías allí.

-Lo sé, pero no quiero algo común. Ya me conoces-me encogí de hombros.

-Bueno, también podrías ir al Palazzo Ducale, le podrías tomar bellas fotos.

-¿Al qué? ¿Sohyun, te molestaría hablarme en coreano?

Ella rió.

-Al Palacio del Duque.

-Gracias. ¿Me llevarás al Puente de los suspiros?-.Puso los ojos en blanco ante mi insistencia.

-Está bien. Te llevaré mañana.

-Gracias, Sohyun. Eres la mejor-y fui yo quien empezó el abrazo ahora.

Seguimos caminando por las calles de Venecia, mirando casi todas las tiendas de ropa que allí había. Comimos en un pequeño restaurante y luego llegamos cansadísimos al departamento.
Eran las siete de la tarde con treinta minutos cuando llamaron a la puerta.

-¡Es Hoseok!-anunció jovialmente Sohyun y se levantó como rayo dando grandes zancadas hacía la puerta.

Dirigí mi vista hasta allá, desviándola del televisor, anhelante de ver el rostro perfecto.

-¡Amor!-Sohyun se lanzó a sus brazos en cuanto la figura de su novio fue palpable, y él la recibió cálidamente.

La fierecilla se removió incómoda.

-Ven, pasa.

Desvié mi mirada de nuevo al televisor queriendo aparentar que no la había despegado de allí.

-Taehyung, hola-mi nombre en su voz era tan melodioso y diferente al resto de voces que habían puesto en su sonido mi nombre; lo hacía parecer bello, único.

Me giré para mirarle.

-Hola, Hoseok-le sonreí.

-¿Cómo va tu primer día en  Venecia?-preguntó.

-Cansado-reí al recordar que había usado el mismo adjetivo cuando él me había preguntado acerca del vuelo. Creo que él también se acordó, porque rió de la misma manera que yo.

-Ojala los demás no sean siempre así-comentó y sonrió, luego miró a Sohyun para entablar conversación con ella.

Entonces yo me giré de nuevo, pero a decir verdad, estaba más pendiente de su conversación que del programa italiano que se proyectaba en la televisión.

-¿Estás nerviosa, cielo?-le preguntó a Sohyun.

-¿Sobre qué?-inquirió ella, confundida.

-Sobre tu entrevista de trabajo, mañana.

-¿Mañana es siete?-la voz de Sohyun sonó alarmada- ¡Dios, lo olvidé!

Entonces me giré de nuevo para mirar.

-¿Tienes una entrevista de trabajo?-pregunté, realmente emocionado.

-Sí y... ¡oh!-se quedó en silencio durante unos segundos- ¡Lo siento! ¡Lo siento, lo siento, lo siento!-se acercó a mí- Es que no recordaba lo de la entrevista, perdóname.

Tardé un segundo en comprender por qué me pedía disculpas.

-Oh, Sohyun, no. No te preocupes, nena-le sonreí-. Iremos otro día a visitar el puente.

-¿No estás enojado?

-¿Yo? Para nada, al contrario. ¿De qué es el trabajo que solicitas?

-Enfermería en el hospital de la Isla de Torcello. ¡Tengo una idea!-dijo de pronto, como si la primer parte no importara demasiado, se giró a mirar a su novio- Amor, ¿podrías tú llevar a Taehyung aIl ponte dei suspiri?

Los ojos se me abrieron de par en par ante la sorpresa y luego miré el rostro de Hoseok, tan bello como el de un ángel. Él también me miraba con sus ojos cafes.

-Chiaro. Per me non c'è nessun problema-respondió él y luego sonrió.

-Gracias, Hoseok-dijo Sohyun y luego me miró.

-Coreano, por favor-dije y los dos rieron.

-Que sí, que no hay problema-dijo mi amiga.

Miré a Hoseok.

-¿Seguro que no tienes cosas que hacer y te estoy quitando el tiempo sólo por mi capricho? Porque puedo esperar a que Sohyun tenga tiempo, no hay prisa, de verdad.

-No-me respondió-. Por mí está bien, a menos de que no quieras ir conmigo-rió.

-No, digo, sí-sacudí la cabeza-. Quiero decir, gracias por llevarme.

-A Hoseok le gusta ese lugar, seguro que está más que encantado. Él te puede dar el Tour-bromeó Sohyun.

-Y para mí sería todo un placer-se rió el interpelado, y mostró todas las perlas blancas que formaban su sonrisa, en la que por un lacónico segundo, me perdí.

-Gracias-musité y me giré de nuevo a mirar la televisión.
Me había asustado un poco un inusual hecho, desvié completamente mi atención de mi mejor amiga y su novio a propósito, debido al pensamiento que la reacción había producido y me puse a pensar en eso. ¿Por qué encontraba a Hoseok muy atractivo? Sí lo era, pero lo que realmente me preguntaba era ¿por qué todo en él causaba una sensación extraña en mí? Miré de reojo a la feliz pareja a mis espaldas, y pude ver la sonrisa de Hoseok volar hacía Sohyun. Entonces llegué a una conclusión fácil. Estaba deslumbrado por él. Por supuesto, era el joven más apuesto con el que me había topado en toda mi vida. Me reí discretamente, qué suerte la de Sohyun.

-¿Te quedas a cenar?-preguntó ella, luego de un rato- ¿Sabes? Con Taehyung se me ocurrió una idea hoy, ¿por qué no salimos un día los cuatro? Nosotros tres y Jungkook-explicó ella sin esperar la respuesta de su novio a la primer pregunta.

-No, cielo, no puedo quedarme. Hoy hay cena familiar-torció el gesto-. Y lo de la salida los cuatro suena estupendo, le comentaré a Jungkook hoy.

¿Debería preocuparme? Sabía que Sohyun ocultaba muy dentro de ella la idea de emparejarme con alguien, pero al pensar en el hecho... ¿qué tan malo podría llegar a ser si se trataba del hermano de Hoseok? Seguro también era apuesto.

-Hasta mañana, vendré a desearte buena suerte antes de que te vayas-dijo Hoseok a su novia y luego besó su frente.

-Gracias, amor.

-Taehyung-me giré a mirar a Hoseok de nuevo al escuchar mi nombre-. Mañana tenemos muchas cosas por hacer, espero no te canses-sonrió.

De pronto sentí una emoción que no pude explicar, un ligero entusiasmo allí, cerca de donde se encontraba la fierecilla enjaulada.

-Hasta mañana-musité y le devolví la sonrisa.

Sohyun y Hoseok salieron hasta la puerta en donde tardaron más de cinco minutos en despedirse; traté de no pensar en ello, porque a fin de cuentas, su manera de decirse adiós era algo que a mí no me incumbía. Luego de que oí la puerta cerrarse, Sohyun se sentó a mi lado en el sofá y luego suspiró.

-¿No es perfecto?-preguntó.

-¿Qué cosa?-inquirí, confundido.

-Mi novio-musitó, con aire de orgullo.

Yo reí, pero no dije nada. Aun cuando Sohyun me lo había preguntado no podía decirle lo que pensaba. Sí, sí era perfecto, pero por alguna extraña razón, mi boca no podía soltar esas palabras enfrente de mi amiga.

-¿A qué hora te irás mañana?-pregunté.

-A las seis.

-¿De la tarde?

-De la mañana.

Abrí los ojos como platos y la miré.

-¿Seis de la mañana? Y ¿a qué hora vendrás?

-No lo sé-musitó y luego torció el gesto-. La Isla de Torcello está un poco lejos, quizá venga como a las cinco de la tarde.

-Pero si sólo te harán una entrevista, ¿por qué tardarás tanto?

-Por que si me aceptan, me quedaré para que me capaciten o algo así-se encogió de hombros.

-Voy a extrañarte-hice un puchero.

Ella rió.

-Me extrañarás más si consigo el trabajo, porque saldré hasta las ocho de la noche-volvió a reír y esta vez yo me uní a su risa.

-Sohyunie, estoy cansado, me acostaré ya-dije.

-¿Tan pronto? Pero si son las ocho de la noche.

-Ocho cuarenta-corregí-, y sí, estoy muy cansado y quiero dormir. Bueno, de lo que había dicho, sólo la primer parte era cierta por que tenía miedo de volver a soñar la misma pesadilla de la noche anterior.

-Está bien. Buenas noches.

-Buenas noches-me levanté del sofá y caminé hasta mi habitación.

-¡Ah! Mañana te tienes que levantar temprano-me avisó-. Hoseok vendrá antes de que yo me vaya y luego te llevará al Puente de los suspiros.

Me detuve antes de entrar a la habitación.

-Genial-mascullé, y sonreí.
Me introduje a mi habitación y me arropé para dormir, luego me acosté en la suave cama y me cubrí con las sábanas. Me quedé mirando el techo en total oscuridad, y alcanzaba a percibir el sonido del televisor proveniente de la sala.

Sentía el entusiasmo crecer con cada minuto que pasaba, mañana iría al famoso Puente de los suspiros, un lugar que he querido visitar desde que Sohyun se vino a vivir aquí; pero había otra razón para alimentar ese entusiasmo, y era que pasaría un buen rato con Hoseok. Pero aún no sabía por qué esa idea me entusiasmaba tanto.

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