Capítulo 17
La presencia de un nuevo Pokémon llamo la atención de Electivire, el color amarillo del cuerpo de la Jolteon logro confundirlo, creyendo que dentro de la carroza había un Elekid. Dio unos pasos hacia la carroza y abrió la puerta para ver de cerca al Pokémon, se llevó una desilusión muy grande al ver que se trataba de una Jolteon.
Jolteon: ¡No me golpeé por favor! - grito al ver tan cerca al robusto Pokémon.
Sonrió al ver el pavor de la Pokémon ante el. Tenía muchas maldades planeadas pero no podía efectuarlas delante de la Diosa.
Electivire: - extendió su mano hasta la Pokémon - No tengo intenciones de herirte. Sal, toma mí mano. - su sonrisa era tenebrosa.
La Jolteon observo con desconfianza la mano del Pokémon, tenía malas experiencias en el bosque donde vivía con su madre, los Pokémon salvajes no eran amigables en lo absoluto. Aún así, mirando al guardia a los ojos, tomó su mano y cerro sus párpados esperando lo peor.
Electivire: ¿Ves? Nada malo paso. - cabe destacar que la mano del Pokémon envolvía por completo la pequeña pata de la Jolteon.
Electivire consiguió sacar a la Jolteon sin ningún problema de la carroza, al bajarla acaricio la cabeza de la Pokémon como si fuera un cachorro.
Diosa: Nunca te he visto tan cariñoso con un Pokémon nuevo en la mansión. - sonreía al verlo - En fin, entremos de una vez.
Coloco a Riolu sobre sus hombros y a Umbreon en sus brazos, y sin más que acotar, entraron. La Jolteon, que iba por detrás de Electivire, inspeccionaba todo con cautela, nada de lo que veía dentro de la mansión le era familiar. La fuente de la entrada, los cuadros, faroles y jarrones que decoraban el interior del inmueble, todo era desconocido. En la casa de su madre, la única decoración que tenían era un peluche en el medio de un pasillo.
Marchaban rumbo a la habitación donde viviría la Jolteon, junto al resto de sus hermanas. Mientras caminaban hacia su destino, detrás de ellos, venía Garchomp a toda prisa, entusiasmado por el regreso de la Diosa. De sobra está decir que el dragón mega evolucionado mato del susto a la Jolteon, hizo que está corriera hasta su hermano, pero su hermano estaba más asustado que ella. Ambos gritaban del miedo.
Diosa: ¿Cómo pueden temerle a Garchomp si es lo más inofensivo que conozco? - acaricio la barbilla del dragón, haciendo que esté moviera uno de sus brazos en respuesta a ello.
Luego de que ambos hermanos se calmasen, la Diosa los dejo en el suelo junto a sus pies, ya estaba agotada de cargar con ambos en sus brazos.
Volvieron al recorrido principal, la habitación estaba a unas pocas puertas de la ubicación actual del grupo que seguía a la Diosa. Conforme se acercaban al destino, el corazón del zorrito negro aceleraba más y más, no de emoción por volver a ver a sus hermanas más bien de terror al reaccionar de una de ellas al verle de nuevo y con otra inquilina para la habitación. Caminaba con la cabeza agacha, imaginando una paliza en cuanto la Diosa lo dejase en su cuarto.
Diosa: Llegamos - despabilo al zorrito.
La tipo eléctrico observó la puerta con pavor, en su mente ya vio infinitos desenlaces que ocurrirían al entrar por esa puerta, en ninguno salía viva de ella. Cuestionaba su decisión de venir a la mansión seriamente.
Diosa: ¿Disculpen? - interrumpió los pensamientos de ambos Pokémon - ¿No están ansiosos por entrar con su familia?
La pregunta de la Diosa fue ignorada gracias a los golpes que venían del otro lado de la puerta, lo que alarmó a Umbreon y a la deidad. Esta, de inmediato, abrió la puerta y de allí salió disparada la tipo hielo para abrazar a Umbreon.
Glaceon: ¡Por fin! ¡Se tardaron en abrir! - lamía la mejilla de su hermano.
Umbreon: Glaceon, por favor. - intentaba despegarse de su hermana.
Su hermana, antes la más pequeña, reía del sonrojo que le generó a su mayor, risa que se detuvo al notar la presencia de otra Pokémon. La Jolteon, oculta tras la Diosa por el susto que recibió, observaba temblando la situación.
Glaceon: ¿Y ella es? - pregunto con los pelos en punta.
Umbreon: Es tu hermana menor Glaceon. - la Diosa tomo en sus brazos a la Jolteon y la acerco.
Para la amarilla, era una escena de terror, estaban acercándola a una sierra que destruiría su cuerpo en pedacitos, o eso imaginaba en su mente. Mientras la Glaceon, no se veía nada contenta con la llegada de una nueva hermana. Al tenerla tan cerca solo olisqueo su pata y se alejó de ella.
Glaceon: Bienvenida. - agachó sus orejas y se apego a Umbreon.
El contacto con el cuerpo helado de su hermana hizo que el zorrito comenzará a temblar del frío, la temperatura de Glaceon era más baja de lo normal.
Diosa: - dejo en el suelo a la petrificada Jolteon - Bien pequeña, es hora de que te deje con tu familia.
Jolteon: ¿,No hay vuelta atrás? ¿No puedo volver con mí madre? - pregunto con la voz temblorosa.
Diosa: Niña, odio a tu madre, entenderás que volver a su casa no es de mí agradó. Así que hazte cargo de tu decisión. - sus pies se despegaron del suelo y se fue levitando por los pasillos.
La tipo eléctrico, arrepentida por su decisión, observo a los únicos hermanos que estaban con ella en ese entonces.
Umbreon: Tranquila, no es tan malo como parece. Ahora conocerás al resto. - sonrió intento animar a la Pokémon.
Jolteon: ¿¡Aún hay más!? - exclamó sorprendida.
Glaceon: Técnicamente hablando, nos faltan 3 más para formar un equipo de fútbol profesional, 4 para completar una docena, en síntesis, somos el producto de multiplicar 2 x 4.
Jolteon: ¿Somos 6? - intentaba comprender la explicación de la tipo hielo.
Glaceon: Olvidé que no había escuelas en el bosque de mamá. . . - miro a un costado.
La explicación de Glaceon dejo pensando de igual forma a su hermano mayor, en definitiva, ninguno sabía lo que era una multiplicación.
El mayor tomo las riendas del asunto y entro a la habitación de una vez por todas para encontrarse con una Eevee avalancha. La pequeña Pokémon se abalanzó a su hermano ni bien lo vio entrar.
Eevee: ¡No vuelvas a irte sin mí! ¡Vaporeon es mala! - lamía el rostro de su hermano, muy feliz de verle de nuevo.
El zorrito termino patas arriba con su hermana encima, siendo imposible quitarse a la Pokémon por sus propios medios. Con ayuda de Glaceon, Umbreon logro ponerse de pie nuevamente.
La Eevee aún no se había percatado de la nueva inquilina que su hermano trajo tras su viaje.
Jolteon, con mucha cautela y el pulso a 200 por hora, paso desapercibida al entrar a la habitación, salvo por una Pokémon: Espeon.
La tipo psíquico no vio con buenos ojos la llegada de otra Pokémon a la habitación de su familia, ver a la nueva integrante de la familia, y que Umbreon aprobase su estadía, le recordó al día que su madre la abandonó. Esto provoco un ataque de ira en la Espeon, que sin perder un segundo, encaró a su hermano mayor.
Espeon: ¿En serio Umbreon? - estaban frente a frente - ¿No ves que cada día nos queda más pequeño el espacio?
Umbreon: - abrió los ojos como platos al tener tan cerca a su ex novia - No tengo la culpa de que ella quiera venir con nosotros.
Jolteon: ¡Me arrepiento! - acotó desde abajo de la mesa.
Glaceon: - se acerco a la tipo eléctrico - Nada mal tu escondite. Conozco uno mejor y más fresquito. - señalo a la heladera.
Volviendo con la discusión de la ex pareja. La situación se ponía cada vez más tensa, la Espeon alzaba bien alto su voz, aplastando las contestaciones de su cansado hermano.
Umbreon: Ya no eres bonita cuando te enojas. - respondió a sus reclamos sin pensar.
Dejo en silencio y con un leve rubor en las mejillas de la Pokémon con su respuesta.
Umbreon: Estar tanto tiempo con Vaporeon te está transformando en ella.
Vaporeon: ¿Y eso que tiene de malo exactamente? - paralizó el corazón de su hermano con su repentina aparición, entro a la casa en completo silencio.
Umbreon: He-hermanita. . . ¿Cómo estás? Tiempo sin vernos. - sonrió de puro nervio.
La hembra mayor de la familia solo rodó los ojos y paso de largo. No estaba muy contenta con el regreso de su hermano. Tras ella, riendo en su interior, entraba Flareon, mirando al atormentado Umbreon.
Espeon: Ja. Espera a que se entere de tu sorpresa. - susurró para Umbreon, tenía una sonrisa muy malvada para ser Espeon.
La única solución que encontraba el zorro era irse a otra habitación con la Jolteon, empezar una nueva vida y olvidarse de su escandalosa familia. Por más que las quiera con todo su ser, el sentimiento no era recíproco y no podía forzarlas a quererlo. Aún así, solo era una fantasía para el Pokémon, la Diosa nunca aprobaría esa decisión. Mientras tanto, gracias al pavor que tenía la Jolteon, podía ganar algo de tiempo para pensar en como presentarle a Vaporeon su nueva hermana.
Fue tal el tiempo que la Jolteon estuvo bajo la mesa que ya era hora de cenar y Vaporeon no sabía de su existencia, para fortuna del Umbreon, aunque, por desgracia para el mismo, Espeon no tenía buenas intenciones con el secreto de su hermano.
Astuta y maquiavélica, puso en marcha su plan. En medio de la cena, sin ser notada, uso su fuerza psíquica para lanzar al suelo las bayas que tenía Vaporeon, las bayas estaban bajo la mesa ahora. El factor sorpresa fue el susto que le dieron las bayas a la Jolteon. Dio un brinco que se hizo sentir en la parte superior.
Vaporeon: ¿Qué está pasando aquí? - pregunto enfadada.
Eevee: ¡Es el monstruo de la mesa! - corrió al dormitorio gritando.
Jolteon: ¿¡Monstruo!? - salió de abajo de la mesa, no sabía a donde correr.
Ver al extraño Pokémon aparecer de repente, provoco un grito de miedo para la pez y su hermana Flareon.
Antes que su homóloga pudiera reaccionar, Umbreon se acerco a su nueva hermana para tranquilizarla. Sus palabras lograron relajar los nervios de la Pokémon.
Flareon: ¿Es la nueva novia de Umbreon? - indago al verlos tan juntos.
Umbreon: ¡Claro que no! ¡Es nuestra hermana! - respondió con miedo, no sabía cómo iba a reaccionar Vaporeon.
Escuchar ello, a la pez, no le gusto en absoluto.
Vaporeon: ¿Hermana? ¿Ella es nuestra hermana? - hablaba en tono sereno - ¿Por qué estaba escondida bajo la mesa? ¿Acaso querías ocultarla de mí?
Umbreon: No, es muy asustadiza, se escondió allí abajo al verlas a todas.
Vaporeon: Entiendo. Que bueno que hayas decidido traerla. Es más, que bueno hayas vuelto Umbreon, creo que es mí turno de tomarme vacaciones de mí familia, me lo merezco ¿No te parece? - bajo de su asiento y se acercó a su hermano.
Umbreon: Has estado muy estresada últimamente, no te vendrían mal. - sonrió de puros nervios, la Jolteon imitó su sonrisa.
Vaporeon: - miro a un costado mordiendo sus labios, iba a estallar - Eres un cobarde. - volteo su mirada, directo a los ojos de su hermano - No eres capaz de enfrentar tus problemas, mucho menos buscar una solución, en su lugar, escapaste ante la oferta de la Diosa a la casa de mamá, y no conforme con ello, agregaste un nuevo problema a nuestra casa. ¿Aún quieres a mamá? ¿Por ello huiste?
Umbreon: Yo. . . - miraba al suelo.
Vaporeon: Tú nada, estoy harta de esto. ¿Has pensado dónde va a dormir nuestra nueva hermana? No veo que hayas traído una cama contigo, genial, el suelo parece una solución. - volvió a su asiento, las demás observaban todo con las orejas bajas.
Umbreon apretaba con fuerza sus ojos, quería llorar, la hermana que tenía a su lado apoyo su cabeza sobre él intentando consolarlo. Agradeció el gesto.
Luego de unos minutos, el zorro decidió irse a la habitación a dormir. Ya tuvo suficiente por hoy. Al llegar a su cama, recordó el problema que su hermana le había planteado, la falta de espacio en el cuarto. Todas las camas estaban ocupadas, solo la de Leafeon tenía espacio, ya que la tipo planta no se encontraba en casa.
Hundió su rostro en la almohada, quemándose la cabeza pensando en una solución mientras era observado por la pequeña Eevee.
La Jolteon entro a la habitación con las orejas bajas, inspeccionando cada rincón. Recordaba con exactitud las palabras de la Vaporeon. Camino hasta la cama de Umbreon y se echó al lado de ella, en el suelo por supuesto. Flareon se reía al verla en el suelo, algo que molesto por completo a su mayor, la cual se levantó de su cama y camino hacia su hermana más pequeña.
Vaporeon: Levántate, ven aquí. - le señalo su cama. - Puedes dormir allí si quieres.
Jolteon: ¿¡En serio!? - pregunto emocionada.
Flareon: ¡No! Vaporeon duerme conmigo y nadie más. - rechazo la oferta siendo ignorada por completo.
Corrió hasta la cama y tomo el lugar de Vaporeon, tuvo que empujar un poco con el cuerpo a la tipo fuego para ganarse el lugar.
Umbreon observaba todo bajo las sábanas. Estaba sorprendido por la decisión de la pez, aunque se preguntaba dónde iba a dormir su hermana.
Ella salió del cuarto y camino hacia la mesa, junto 2 sillas y allí mismo se acostó. No era para nada cómodo, se notaba al verle en constante movimiento. Su hermano se asomó por la entrada de la puerta del dormitorio, no le gustaba ver a Vaporeon durmiendo allí.
Umbreon: - se acerco a ella, trepandose a una silla adyacente a su hermana. - ¿Vaporeon?
Vaporeon: ¿Qué quieres? - miro enfadada al zorrito.
Umbreon: Ve a dormir a mí cama, iré a hablar con la Diosa para que nos traiga una nueva. - sonrió.
Vaporeon: Es muy tarde, de seguro ha de estar durmiendo. Mejor ve mañana. No te preocupes.
Umbreon: Vamos, no tienes por qué dormir ahí. - intentaba convencer a su hermana sin éxito.
Vaporeon: Dije que no te preocupes. Ve a dormir.
Umbreon: Bien, si insiste. - junto 2 sillas al igual que su hermana y se acostó en ellas.
Vaporeon: ¿Qué haces? Ve a tu cama a dormir. - siguió mirando enfadada a su hermano.
Umbreon: Estoy en mí cama ahora. - intentaba encontrar una pose cómoda.
El enfado de la tipo agua cambiaba a confusión ¿Qué quiere demostrar Umbreon? Ella estaba decidida, no dormiría en la cama de Umbreon, y su hermano no dormiría en su cama.
Mientras pasaba la noche, Vaporeon buscaba la posición ideal para dormir, ninguna le era adecuada para su cuerpo, todas le molestaban.
Umbreon: ¿Has probado patas arriba? - propuso al ver la incomodidad de su hermana.
Probó la recomendación de su hermano y por fin encontró la posición ideal para dormir. Ahora ambos estaban patas arriba en el comedor.
Vaporeon: Esto es mucho mejor. - suspiro relajada.
Su hermano sonrió, parecían haberse entendido en algo después de tanto tiempo.
La pez observo a su hermano por unos segundos, sintió seguridad al tenerlo junto a ella.
Vaporeon: En serio Umbreon, no hace falta que te quedes aquí. Ve a dormir cómodo en tu cama, solo será una noche.
Umbreon: ¿Mientras tú duermes en dos sillas? No gracias.
En ese momento, la puerta de la habitación se abrió con mucho cuidado, alarmando a los 2 hermanos mayores, levantaron de inmediato sus cuerpos y observaron la entrada.
Intentando ingresar con el mayor sigilo posible estaba Leafeon. Umbreon encendió la luz del comedor sorprendiendo a su hermana, allí los vio a ambos acostados en las sillas.
Leafeon: - bajo las orejas y camino rápido hasta la habitación, quería evitar la reprimenda. - ¡Buenas noches!
Ambos mayores se miraron y rieron por la prisa de Leafeon para escapar de ellos.
Continuará. . . .
Feliz cumpleaños a Mythos-Pkm, considere esto un regalo. Nos vemos pronto.
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Diosa: No debí traer a esa Jolteon. - pensaba en voz alta acariciando el pecho de su Pidove.
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