• Capítulo 5 •
"Promesa"
•~•~•
—¡Aléjate de él!
Aquella voz, sabía que llegaría a tiempo, pero ahora se encontraba demasiado cansado, su pecho estaba acelerado por la adrenalina y por la pérdida de sangre, sudaba en frío y temblaba, no estaba soportando la impotencia.
—Shōto, que novedad, nunca pensé verte protegiendo a un simple humano.
—Será mejor que tomes lo que le dejaste y lo dejes en paz.
—¿Bromeas?... Es una delicia como para dejarlo así porque sí, ¿ya lo probaste? ¿Acaso me lo negarás?
Bakugō que seguía de rodillas sosteniendo su herida en el cuello, solo observa la discusión de ambos vampiros y no sabe que hacer, ya era de noche, no tenía nada con qué defenderse, ni siquiera podía correr, porque estaba seguro de que se caería apenas dar unos cuantos pasos, la herida de su cuello siguió escurriendo sangre y el aroma volvía cada vez más salvaje a Shōto.
—¿Hah? ¿Y eso? Tus ojos se iluminaron, tienes ganas de su sangre, ¿no es así? ¿Por qué no lo muerdes?
—No soy como tú.
—Claro que eres como yo, te gusta la sangre, estás cansado de las frías bolsas que nos traen los hospitales, quieres morder a alguien y beber directamente la sangre de su cuello, yo lo sé, no tienes que mentirme.
—¡Cállate y lárgate de aquí!
—Está bien, me largo, pero procura no matarlo, no es fácil encontrar un humano de su tipo.
El albino con toda tranquilidad camina a la ventana rota, sin importarle pisar pedazos de vidrio que crujían debajo de sus pies con cada paso. Observa por última vez al rubio ceniza que estaba arrodillado en el suelo.
—Nos vemos pronto, procura alimentarte bien... Regresaré cuando te recuperes de esto.
—Hijo de-...
Pero antes de que Katsuki pudiera completar sus palabras, el albino desaparece de su vista, yéndose por la ventana hacia el cielo oscuro de la noche.
Finalmente podían respirar con alivio, Bakugō tenía la mirada nublada, iba a caer inconsciente, pero antes de que eso pasara, el bicolor lo toma en brazos, lo limpia de algunos trozos de vidrio que le habían caído y lo deja en su cama con delicadeza.
Quien fue su héroe en los inicios, ahora parecía ser su acechador, pues el bicolor tenía una mirada brillante y muy aterradora, algo que Katsuki no notó, pues estaba tan débil que poco a poco caía en la inconsciencia.
—Bakugō...
El llamado queda al aire sin respuesta, la mano del rubio ceniza seguía cubriendo la herida en su cuello, si no hacía algo estaba seguro de que se desangraría, por lo que buscó algo que sirviera, tomó una camiseta que estaba doblada en su escritorio y regresa con el ajeno.
—Quita tu mano.
Ordena con tono severo, pero Katsuki parece estar apenas consciente, su mirada perdida era preocupante para el bicolor, pues creía que estaba muriendo lentamente, pero la realidad es que el rubio ceniza estaba disociando entre la decisión que debería tomar en ese momento, no confiaba en los vampiros, y le costaba confiar en Shōto, creía que era diferente, pero ¿lo sería aún con la tentación de tener su sangre fresca en bandeja de plata?
—Bakugō —vuelve a llamarlo, pero está vez tomando la muñeca de la mano que cubría la herida.
—No me toques.
—Vas a morir si no hago algo.
—Voy a estar bien.
—No es cierto, no seas terco y quita la mano.
—¿Vas a morderme?
—No lo haré.
Ambos jóvenes se ven a los ojos en un silencio que parece eterno, ninguno hablaba, pero no era necesario, parecían llegar a un acuerdo de forma telepática, pues lentamente Katsuki quitó su mano de la herida y Shōto observa su palma empapada de aquel líquido carmesí, el aroma de su sangre le hacía agua la boca, quería probarlo y el rubio ceniza sabía eso.
—Puedes lamerlo.
—¿Mm?
—Mientras no me quites más sangre de la que ya perdí, ¿qué importa? Igual no es como si pudiera hacer algo con esa sangre, hazlo antes de que cambie de opinión.
La expresión en el rostro del heterocromático era de neutralidad, pero por dentro estaba completamente sorprendido por esa respuesta, no creía que alguien que inicialmente lo veía con desprecio ahora le estuviera ofreciendo su sangre de esa forma tan despreocupada, obviamente no iba a dejar pasar aquella oferta.
Cubre la herida del cuello con la camiseta que había agarrado antes y ejerce presión para evitar que siga sangrando mientras que él sostiene su muñeca con cuidado, observa el color perfecto de la sangre y se acerca con lentitud, lamiendo tímidamente su palma, apenas la prueba se deleita.
En toda su vida, era la segunda vez que disfrutaba tanto un sabor como ese, siendo la primera vez aquel encuentro con el rubio ceniza en su mansión.
A pesar de que odiaba admitirlo, su hermano tenía razón, estaba cansado de alimentarse a base de bolsas de sangre fría donadas por hospitales que su padre financiaba, pero se había acostumbrado tanto a eso, que ahora algo tan sencillo como beber sangre fresca le parecía un verdadero privilegio.
—Oye.
Aquella voz suave y ronca lo saca de su trance, la mano del rubio ceniza ya no tenía rastro de sangre, pero el seguía lamiendo, como si quisiera que pareciera más.
—Hah... Lo siento, sabe... demasiado bien.
—Esto me recuerda a la vez que nos conocimos, tú parecías un maldito loco y apenas me hice daño en la mano no dudaste en lamer de mi sangre.
—Estaba muy molesto y tenía hambre... mientras más hambre tengamos, menos podemos controlarnos.
—¿Debería preocuparme?...
—No, estoy bien.
—¿Por qué debería confiar en ti?... —su voz cada vez se vuelve más débil.
Todoroki se queda en silencio y piensa un poco, ¿qué debería responder ante eso?, ¿era posible confiar en un vampiro?, ¿que tenía él que otros vampiros no?, a pesar de que quería ser diferente a los de su raza, sus instintos siempre se manifestaban de alguna manera.
—Porque no quiero ser un monstruo.
Sin darse cuenta, Katsuki se había quedado inconsciente, haciendo que el bicolor se le quede viendo, esa expresión tranquila en su rostro le parecía extraño, se veía tan delicado, tan vulnerable...
Quita la camiseta que anteriormente le había puesto en el cuello y ve la herida abierta, estaba manchado de rastros rojos de sangre y la herida apenas sangraba.
Con cuidado se acomoda sobre el rubio ceniza, procurando no presionar ninguna zona de su cuerpo y así acercar su rostro a su cuello, lame con cuidado los alrededores de la herida y cuando lo limpia, besa la heridas en su piel, los rastros de sangre fresca quedan en sus comisuras que no tardó en relamerse.
—Te protegeré... lo prometo.
A los pocos segundos se escucha como la puerta principal de la casa se habré, era la madre de Katsuki, quien no tardó en llamar a su hijo, pues sabía que se encontraba en casa por sus zapatos perfectamente acomodadas en la entrada. Shōto se sorprende y se esconde el armario, todo estaba hecho un desastre, no pensó que alguien llegaría tan pronto.
—¿Por qué carajos no respondes, pequeño mocoso?
Abre la puerta de la habitación y la escena que ve la hace soltar sus recientes compras, evidentemente entró en pánico, no sabía que pensar de aquel escenario tan brutal. Pega un grito y rápidamente corre a revisar a su hijo, notando la herida en su cuello.
Después de revisar si tenía pulso, no tarda en llamar una ambulancia y a la policía, para que se encarguen de aquel escenario.
La noticia rápidamente se esparce por toda la prefectura, angustiando aún más a la población, sobre todo a los conocidos del rubio ceniza, nadie podía creerlo, tenían tantas dudas, sobre todo, el cómo es que logró sobrevivir a tal ataque.
—¡¡Dejen de verme de esa manera, mierda!! —reclama a sus compañeros, quienes no dejaban de verlo compasivos.
—¡Pero- Bakugō, fuiste atacado por un vampiro y casi mueres!
—¡¡Me importa un carajo!! No me miren con lástima, idiotas.
La transfusión de sangre fue un éxito, su padre fue el donante, pues eran del mismo tipo. Su recuperación estaba siendo demasiado progresiva, y a pesar de que eran buenas noticias, Katsuki sabía que mientras más rápido se recupere, más rápido será la llegada del albino chupasangre.
—¿Bakugō? —la voz de Kirishima interrumpe sus pensamientos.
—¿Mm?
—¿En qué piensas?, pareces preocupado.
—No es nada.
Suspira con pesadez y observa a la ventana, la luz solar era lo único que lo hacía sentirse seguro, en el día los vampiros no podían hacer la gran cosa como cuando caía la noche, quizás debería buscar una manera de protegerse o hacer de su sangre algo desagradable para los vampiros.
Los jóvenes estudiantes se quedaron un rato más para seguir platicando el tema y hacer compañía al rubio ceniza, pero luego tuvieron que cederle el lugar a los padres de Katsuki, el horario de visita era estricto y tendrían que respetarlas al menos por un día más, pues querían tener al rubio ceniza bajo vigilancia.
Continuará...
NarikoHN
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top