Adrien estaba confundido, su cuerpo estaba entumecido y podía sentir sus latidos fuertes sobre sus oídos, y lo peor de todo es que ya había tenido esa sensación antes.

El día que su Madre desapareció, donde se llevó un pedazo de su corazón consigo.

Humor depresivo

Adrien presentaba un estado de ánimo deprimido o irritable lo cual le hacía incapaz de describir su sentir a los demás por mucho que le preguntaran.

A veces creía que eran molestias físicas.

— Papa, me duele aquí— el pequeño de ojos verdes apuntó su pecho, donde se situaba su corazón. El señor Agreste tuvo el impulso de llorar pero tomo a su hijo en brazos y lo sentó junto con el.

Sus expresiones faciales eran tristes, transmitía dolor y apenas hacia una comunicación visual con sus familiares, los que le quedaban.

El ánimo irritable se puede manifestar con una conducta agresiva o acciones que demuestran hostilidad y cólera.

Él era un niño muy amable por qué su madre siempre le enseñó a como ser una persona bondadosa y con buen corazón hacia los demás, su familia lo era gracias a la mujer de cabellos rubios.

— ¡Adrien, deja de lanzar los platos!— Felix grito con cierta preocupación al ver cómo su hermano menor no paraba de gritar  y llorar.

Corrió hacia él y lo tomo fuertemente contra si, deteniéndolo. Pudo sentir su cuerpo temblar sobre su pecho. Acarició su cabello rubio espesando que eso calmara al menor pero al contrario empezó a patalear y soltar golpes contra el.

No era la primera vez que ocurría eso, todas esas veces las había aguantado hasta esperar que su hermano cayese dormido sobre su regazo para por fin levantarlo y acostarlo sobre su cama.

Perdida de interés

Adrien fácilmente se aburría, nada parecía llamar su atención. Ninguna actividad escolar le parecía buena para empezarla, tenía incapacidad para disfrutar algún juego que sus compañeros hiciesen.

Perdía el interés en todo su entorno.  

Falta de energía

No juega...

Adrien estaba sentado en las bancas con mirada baja sobre su almuerzo el cual apenas si daba una mordida. Era receso, podía correr y jugar con sus compañeros pero todo lo contrario.

El solo esperaba que sonara la campana para entrar nuevamente a su salón.

Rechaza ir al colegio...

Se oponía ir a la escuela con gritos y reproches. No gustaba estar ahí, pensaba que era una pérdida de tiempo irse y dejar su casa, cuando su madre podía regresar e irse de nuevo cuando él estaba en la escuela.

— Tranquilo, si madre regresa ella ira por ti.

Pero Adrien sabía que solo eran mentiras para tratar de alejarlo de la realidad la cual él ya estaba comenzando a aceptar o mejor dicho lo consumía.

Se le ve desanimado...

— ¿Adrien, quisieras ir al parque?— el no se negó, pero asintió en silencio para tomar sus zapatos y ponerlos en sus pies descalzos.

Tal vez podría encontrar a su madre si saliera.

Al llegar al parque con su hermano mayor camino en silencio, con la mano tomada de Felix.

Al llegar se sentó en una banca las cuales se veían nuevas por la pintura y su estilo. El rubio de ojos azules se sentó a su lado, al parecer esperaba por alguien ya que movía su pierna de un lado al otro.

El se levanto rápidamente al ver una chica de cabellos negros que con el reflejo del sol lucían azules de un tono fuerte.

— ¡Marinette, no vayas lejos!— esa misma chica le dijo a una niña con el mismo cabello que ella pero mucho más corto, quien asintió y camino a las bancas.

Lo vio a él y decidió sentarse a su lado.

— Te ves desanimado...

Adrien volteo a verle, sus ojos eran azules, casi parecidos a lo de su hermano mayor y su tono de piel era blanco, casi pálido,

— Lo estoy— el era muy sincero con todos.

El rostro de la niña no tenía ninguna expresión facial, pero Adrien no lo notaba, era un niño apenas.

Cuando la niña se fue junto con la otra chica, Adrien pudo notar pequeñas gotas en las esquinas de los ojos de Felix pero no pregunto nada.

Regresaron en silencio.

Síntomas de la depresión en los niños

"Perdida de confianza"

Su autoestima bajaba, no hablaba con nadie. Dejó de confiar en su hermano mayor y su padre por qué sabía que había secretos que no podían decirles pero él tenía la necesidad de saberlos.

"Reproches"

El sentía que era su culpa la desaparición de su madre, tenía el sentimiento de culpa sobre si lo cual le comía vivo y atormentaba cada día. ¿Esto era un castigo que el merecía?

"Ideas o intentos autoliticos"

No tenía pensando morir, por qué no lo merecía. Pero a veces corría el riesgo en donde solo pensamientos negativos rondaban por su mente, como si se tratase de un juego, pero en sus brazos siempre había arañazos.

"Incapacidad para concentrarse"

No sabía cómo tomar decisiones, nunca pensaba bien al tener que decidirse en alguna ocasión, lo cual al no poder concentrarse le hacía tener un bajo rendimiento académico.

Actividad psicomotriz agitada o inhibida

    * Alteraciones del sueño.
    * Variaciones de peso.
    * Quejas somáticas.

Adrien solía dormir más de ocho horas las cuales no eran apropiadas para un niño de su edad.

La depresión, en los niños, hace que el peso aumente pero en el rubio era todo lo contrario, el bajaba de peso o se quedaba neutro algunos años.

El padecía de dolores de cabeza, punzadas sobre su estómago y otras partes de su cuerpo. Este criterio era muy frecuente en el.

Ahora a sus dieciocho años se encontraba en un mejor estado gracias a su padre y hermano quienes lo habían ayudado. Le metieron en una psicología infantil a los doce años de edad y desde entonces estuvo mejorando.

Tener depresión fue de las cosas más difíciles ya que había sido a causa de la desaparición de su madre.

Y al encontrar a Marinette su vida tenía más colores fuertes por esa misma razón temía tanto por perderla.

No quería sufrir de depresión una vez más y menos por perder al amor de su vida.