'Bueno, voy a hablar de este tema [otra de las tantas veces en mi vida] y va a ser la primera y ultima por esta red social.'- Así empezó esta respuesta a uno de los comentarios de la relación de la triada. Ya ni me acuerdo a que iba la queja pero me tomé el tiempo de responderle de esta forma. Aprovecho para dejarlo escrito acá y agregarle un par de conceptos, después de todo es algo que también me forma.

"Si le dices la verdad a la gente se enoja porque lo haces y sino, se enoja cuando no". Quizá todas las frases de mis libros puedan prestarse a una doble interpretación para relacionarse con estos temas donde mi mente hierve a velocidades extremas. Por eso trato de no responder estas cosas, creo que a veces, las palabras escritas no alcanzan para explicar ciertas cosas...por eso dedico novelas enteras a esto.

El tema del límite entre "lo cool", "lo aceptado por la gente como lo normal/lo que está bien/lo socialmente aceptado como correcto", me parece lo más estúpido si estamos hablando de arte. La música, tanto como el cine, es una variable que le escapa a todo en todo sentido, tanto en definición como en el acto de sentirlo. ¿Como vamos a pretender categorizar también eso? ¿Definirlo en límites básicos cargados de falta de libertad? Porque por más de que vivimos en un mundo donde la libertad no es como se la define [es imposible ser 100% libres porque vivimos en una sociedad que justamente trata de alienarnos a todos] creo que podemos permitirnos dejar al arte como lo único que nos puede liberar de esa misma sociedad/mundo/definiciones académicas y esteticistas. Para mí, una persona libre es quien puede escaparle a esos límites académicos haciéndose de las variables del arte que quiera y como quiera. Porque ser libre no quiere decir "salirse de todos los límites", "romper con la sociedad y sus reglas" por qué lo irónico es que justamente no podemos salirnos de ellas completamente; dejaríamos de existir como seres humanos. Mi solución a este problema está planteado en TOS, desde "Carta de la autora" más específicamente, hasta la conclusión a la que llega Tyler al final de la novela.

¿Cambiaría en algo que vieras mi biblioteca de música del celular para que veas que es imposible categorizar/etiquetar todo? Uno no elige sus gustos musicales, los siente, pero no quiero parecer que estoy excusándome porque me gusta One Direction, todo lo contrario. Me encanta estar rodeada de gente básica esteticista/académica y decir "A mí me gusta One Direction" porque les agarra una fiebre muy graciosa, como si escuchar música mainstream fuese algo malo. A veces encima le llaman 'música comercial' y es un término mal utilizado ya que todo es comercial. El sistema absorbe el arte y lo vende y así es como se puede vivir haciendo arte. Si alguien quiere revelarse contra esto, que valla  lo haga pero ¿saben que? cuando se haya muerto va a entrar en el circuito para que otra gente lo consuma. ¿Es estresante? Si, que lo es. ¿Debería preocuparnos? Siempre y cuando no nos limite a nuestra libertad artística. Sentir todo este revuelo y la necesidad de definir nuestra individualidad es quizá lo que más nos separa de la realidad y de otras épocas. La postmodernidad lo tiene todo y le falta todo a la vez. 

A mucha gente le gusta entender que hay quienes somos libres con respecto a qué tipo de arte consumimos y se pierden de conocer cosas increíbles por encasillarse de antemano. Mis tres novelas tocan este tema porque es algo que me frustra y me encanta pensar. Creo que el mundo se cambia de esta manera, desmoldando los moldes/ dudando las certezas/ cuestionado lo respondido, generando la discontinuidad en la continuidad.

¿Como podemos pretender ser libres como seres humanos si ni siquiera nos permitimos ser libres en el arte?