Capítulo 13: ¡La Amnesia De Scourge!

—El gran salvador, resulta ser un niñajo, un crío ¡¿Esto es lo mejor que pudieron ver esas brujas inútiles?!

Manic se encontraba en un punto muerto, tirado en la nada, donde solo una pequeña luz brillaba sobre si. Todo estaba negro y se escuchaba un eco. Miraba a todos lados, esa voz nunca la había escuchado, al menos no dentro del juego.

—De por si detesto el color verde y me toca otra alimaña... —refunfuñaba esa voz.

—¿Qué demonios pasa? —susurró incorporándose—. ¡¿Quién está allí?!

Una risa malévola le acompañó en ese lugar.

—Caballero gomita... es un placer luchar contra ti pero, ahora no te lo dejaré fácil... —un extraño ser de color dorado sin una forma definida apareció de golpe frente a Manic.

El verdoso de la sorpresa retrocedió de golpe.

—¡¿Quién diablos eres?! —gritó Manic asustado.

El macabro ser solo se rió del rostro del niño frente suyo; la túnica no le permitía a Manic ver su rostro.

—Espero te guste el regalo que te envíe... considéralo como un detalle para que no sufras más —tocó la frente del erizo, de repente ese lugar negro se distorciono y parecía que Manic caía en un agujero profundo.

Hasta que...

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—¡¿Acaso estás diciendo que no recuerdas absolutamente nada?!

—¡Destruiste medio reino por tus actos inmaduros y egoístas! —gritaba el azabache—. ¡¿Y dices que no recuerdas nada?!

Manic abrió los ojos de golpe, estaba mareado y confundido su cuerpo no respondía del todo. Aun veía a ese extraño ser, que no entendió a que se refería.

Pero una discusión le hizo volver en si y olvidar por un rato esa sensación. Los gritos parecían ser de los chicos pero ¿a quién le gritaban? A duras penas se incorporo de un gran sofá en donde estaba recostado. Vio que en el salón principal del castillo de Amy estaban todos reunidos.

Chappie ladró al ver que Manic se acercaba y corrió a encontrarlo.

—¡Manic! —dijo feliz agitando su colita— que bueno que despiertas, algo muy extraño esta pasando —le explicaba—. El rey agrio no parece ser el mismo ¿acaso sabes qué le pasa?

Manic cogió al cachorro y lo puso sobre su regazo mientras trataba de entender, no recordaba del todo lo que había pasado. Sonic abrazaba a Amy mientras tenían cara de confusión, Shadow empuñaba su arma contra el rey agrio —quien estaba atado a una silla—, Mephiles solo observaba, y se notaba lo frustrado que estaba. Manic apareció con el cachorro mientras preguntaba:

—¿Qué son esos gritos? —cuestionó preocupado.

El veteado soltó un fuerte respiro y le contesto con molestia.

—No sé por qué demonios decidiste traer a este parásito con nosotros, se nota que esta fingiendo que olvidó todo y trama algo —amenazaba al erizo atado con su espada— ¡sea lo que sea, no te permitiré dañar a nadie más escoria!

Los ojos de Manic se encontraron con los del erizo atado, y como un balde de agua helada que cae sobre sus hombros, recordó lo que había pasado en aquella habitación antes que fueran acorralados.

—Tú eres el chico del salón... —dijo anonadado el verdoso atado.

Manic hizo una mueca de confusión, tampoco él había entendido lo que sucedía.

—¿Qué es lo último que recuerdas? —le preguntó acercándose aún más.

—Que estaba tirado en ese salón donde nos encontramos —le contesto desviando la mirada.

—Tal y como lo supuse —susurró Manic decepcionado, retrocedió, aun cargando a Chappie entre sus brazos—. "Estoy loco a este Scourge no parece ser... ¿tan malo?" —se preguntó entre sus pensamientos.

Shadow seguía con su pose amenazante. Hasta que Mephiles irrumpió, ya que había notado lo que Manic también sintió.

—No encuentro la misma energía de antes —dijo de repente.

—¿Qué quieres decir? —respondió Shadow.

—El rey agrio desprendía una aura o energía demasiado negativa que opacaba mis poderes a tal punto de hacerlos inservibles —señaló a Scourge—, ese erizo no es el rey agrio pero tampoco podemos confiarnos.

El verdoso estaba molesto y más que eso confundido, cómo demonios había acabado así.

—Claro... seguramente es otro plan del rey para deshacerse de mí. Ya perdí todo lo que tenía en este mundo —bufó triste Scourge—. ¿Por qué no acabas con esto de una vez Shadow? tienes a Sonic y seguramente el rey te aceptó...

—El rey ya no esta con nosotros, se ha ido —respondió Sonic con voz seria—, ¡tú acabaste con él, cómo puedes olvidar eso! —le reprochó recordando como había acabado con el rey.

La sala quedó en completo silencio. Scourge bajó la mirada, sintió como su cuerpo se helaba ante la noticia, su corazón se contrajo ¿Acaso él había sido capaz de acabar con la vida de quien era su tío?

—Mientes.... —susurró incrédulo—, Cómo podría hacer eso... ¡¿Es traición a mi rey?! —gritó ofendido.

Manic solo observaba todo, Sonic le miraba con enfado lleno de rencor. Shadow dejó de apuntar a Scourge quién había bajado la mirada y se quedo completamente estático.

Mephiles negaba, mientras veía al verdoso, cómo pudo acabar esa historia con algo tan trágico. Amy por su parte pidió a sus guardias que se llevasen a Scourge a una de las habitaciones donde estaría encerrado hasta que pudieran averiguar todo lo que había pasado.

[…]

Había sido un día agotador, peleas y revelaciones para el erizo que deseaba acabar con todo aquello. Manic seguía pensando, trataba de entender, había decido salir a caminar un momento para aclarar sus ideas. Sin embargo, seguía con la misma interrogante: ¿Qué demonios era Scourge y el rey agrio?

Estaba claro, que lo que Mephiles decía era cierto, no había rastros de la energía negativa que percibía, más bien sentía que había dolor y mucho resentimiento. Por más que trataba de encontrar una respuesta lógica le era imposible. Hasta que de la nada un libro golpeó su cara hasta hacerlo caer.

—No resolverás nada dando vueltas niño —le dijo una voz mientras escuchó como unas ramas de los arboles cercanos se remecían.

Manic se quitó el libro de la cara mientras se miraba irritado seguido se incorporó tomando el libro entre sus manos.

—¡Silver! —gritó enojado—. ¡No esta bien lanzarle libros en la cara a la gente! —señaló el libro—. Podrías matar a alguien con esto.

El otro sólo sonrió irónico. Estaba parado sobre la rama de un árbol de goma.

—Son tan lentos que no entienden, quizás un poco de historia les ayude.

El otro torció una nueva de confusión.

—¿Qué dices? —exclamó dejando de lado su rabieta.

—Les traje una pista más —le informó mientras se recostaba sobre el tronco del árbol.

Manic le vio incrédulo.

—Pero ¿dijiste que no nos ayudarías? —preguntó dudoso—. Por qué ahora...

Silver suspiró desganado.

—Considéralo una tregua temporal por el hecho de que no serviré más a ese rufián —respondió rápidamente rascándose una de sus pequeñas orejitas— además... debes apresurarte, Candy World esta siendo consumida por esa magia oscura —le lanzó una flor de caramelo negra y estaba más dura que el chocolate de las montañas.

Manic atrapó la flor, su tacto era duro y filoso; se impactó al volver la vista hasta esa flor ¿acaso Candy World estaba siendo devorado?

—La magia oscura aumenta. No podrán destruirla si logra consumir la magia blanca de Candy World —Silver parecía preocupado—, los otros reinos están preocupados por esto —señaló la flor—. Por más que trataron de revertir eso, les fue imposible.

—Tú sabes algo, ¿verdad? —dijo—, de esa magia negra...

—Me recuerda a la historia detrás de este mundo que todos dicen que es más un mito para los viejos —confesó—, como sea deberías decirle a los demás especialmente al mago que conoce mayormente de esos temas —se volteó para ver a otro lado aun le molestaba ese mago y recordaba vivamente sus palabras.

Manic se preocupó, parecía que el tiempo se agotaba. Y esto empezaba a salirse de control.

—¿Vendrás conmigo y los demás? —le preguntó guardando la flor entre su bolsillo.

Silver negó.

—No puedo, debo regresar al reino de malvadiscos, su alteza espera por mí y más noticias sobre los otros reinos —comentó.

—Pero pensé que eras un villano vil y traidor...

—Scourge no era el único que actuaba, si me alíe con él fue para buscar un modo en el que lo pudiera destruir — volteó sonriendo el erizo—, al menos no en todo —ya que sus sentimientos hacia cierto veteado si eran genuinos— en fin, apresúrate caballero gomita, pronto nos volveremos a ver —Silver saltó a la rama del árbol siguiente hasta alejarse rápidamente.

Manic lo vio irse. Su rostro lucía realmente preocupado, cómo iba a detener al enemigo de ese juego cuando ni siquiera le conocía. Todo se había complicado en esos últimos momentos; sin más abrió el libro para buscar alguna pista o algo que le ayudase a encontrar la debilidad del rey agrio; comenzó a leer, párrafo por párrafo hasta que una extraña leyenda le dejo sorprendido.

[…]

—¡¿Cómo que Scourge logró escapar?! —espetó Amy a sus guardias.

Los guardias estaban todos golpeados y hasta atados. Amy había decidido visitar a Scourge para atenderlo como alguien de la realeza pero se topó con la noticia que el erizo se escapó.

—Majestad, el erizo sabe pelear. No pudimos contra él fue demasiado...

Shadow y Sonic llegaron hasta donde estaba Amy, luego llegó Mephiles y Chappie. Y la pelirosa tuvo que contarles lo que había pasado.

—No puede ser... ¡Esa rata siempre dando problemas!

—Shadow, qué haremos ahora, aun no sabemos qué pasa con Scourge.

El veteado negó.

—A cómo de lugar debemos encontrarlo, lo necesitamos para solucionar el problema —una voz conocida se dejo escuchar mientras se acercaba—, ¡esto es parte de la leyenda de Candy World, sobre la magia blanca y la magia oscura!

Mephiles vio a Manic.

— Así que después de todo, esa leyenda es cierta ¿no? —le preguntó sonriendo levemente.

—Me temo que si pero, tú la conoces mejor que nadie ¿verdad? —le cuestionó mientras los demás solo le veían sin comprender.

Mephiles desplegó con sus manos una especie de libro enorme que mostraba imágenes sobre dos criaturas, una blanca y una negra que batallaban.

—El huevo dorado, creado para encerrar la magia negra que condenaba a este mundo mucho antes de nuestra existencia, antes de los magos y reyes... dos energías condenadas a pelear que trascendieron de generación en generación, de caballero a caballero, hasta que uno de ellos logró encerrarla al tamaño de un huevo.

—Estoy seguro que ese huevo dorado fue encontrado por Scourge... —dijo Manic suspirando—, la pregunta es ¿por qué recurrió a esa energía negativa?

—Se decía que quien poseyera ese poder sería capaz de poner a sus pies el mundo entero y de hacer lo que plazca su voluntad, como por ejemplo destruir Candy World que era el plan de Scourge —terminó de completar Mephiles.

—Manic por favor debemos de encontrar a mi primo, no sé de que más sea capaz —dijo Sonic preocupado—, puede ser peligroso.

Manic asintió.

—¿Mephiles podrías rastrearlo? —le pidió Shadow.

—De hecho no esta tan lejos como creemos, podemos ir por él —les dijo con los ojos brillantes.

—No —respondió Manic—, necesito averiguar si podemos confiar en él y no pienso ponerlos en peligro.

—¡Pero Manic tú también lo estarás! —dijo preocupado Sonic.

—Soy el caballero gomita, la suerte esta de mi lado Sonic no debes preocuparte, déjame hacer esto por el bien de todos —le sonrió.

El erizo azul quería oponerse pero de nada le serviría.

—Te daré un poco de mi magia, si Scourge te ataca apareceré de inmediato para atacarlo —dijo Mephiles quien le puso un conjuro al traje de Manic.

—Silver me entregó esto, dijo que tú lo entenderías —le acercó el libro que el albino le había tirado.

Mephiles observó aquel objeto, sintió una ligera molestia al saber de quien provenía.

—Así que también lo sabe —dijo tomándolo.

—Se ha aliado con el reino de los malvadiscos dorados y la reina le pidió traer esto... —también sacó la flor de su bolsillo.

Mephiles observó con decepción ese objeto.

—Iré por Scourge y resolveremos esto —le afirmó alejándose— no me sigan, debo hacer esto solo —pidió mientras se marchaba.

Los presentes solo le vieron irse, más Mephiles cerró los ojos mientras renegaba.

[…]

...Unos momentos antes...

Los guardias de Amy escoltaban a Scourge hasta la habitación que se le había designado se sentía devastado y con ganas de salir corriendo a donde sea lejos de allí.

—“No puedo quedarme aquí, de seguro esos bastardos están esperando el momento oportuno para deshacerse de mi —pensó—, especialmente Shadow. Después de todo, si de verdad soy el que acabó con el rey, mi castigo no esta en discusión... ¡No, no dejaré que de salgan con la suya!”.

El erizo verde fingió desmayarse y se desplomó en el suelo. Los guardias se alarmaron y se acercaron, Scourge dejó que bajaran la guardia para atacarlos, atado de manos y con gran agilidad se incorporo rápidamente y acabó con los guardias unos por uno y todos los que lo atacaron.

—Tan fáciles... —dijo viendo a todos los guardias derribados. Rápidamente buscó una ventaja para salir y frente a él estaba una. Aun atado no le importó lanzarse al vacío que se dejaba ver—. Todo sea por recuperar la libertad.

Scourge rebotó sobre unas de las nubes de azúcar, tomó impulso para elevarse más y caer sobre las copas de los árboles de goma. No era ningún secreto que Scourge supiera moverse al nivel de un caballero, después de todo mientras estaba en el palacio del padre de Sonic se preparó en la mayoría de aspectos y eso incluía el combate y supervivencia.

Siguió caminando aunque no sabía a dónde ir, no tenía un lugar donde refugiarse. Jamás pensó en eso, antes de escapar. Maldijo su tan mala suerte y solamente se dedicó a caminar.

Mientras cada paso que daba le hacía doler su cabeza, una serie de recuerdos empezaron a aparecer.

—¿Qué demonios...? —dijo tomando su cabeza y deteniéndose.

Los recuerdos pasaban rápidos, incluso los sentimientos, empezó a sentirse mal. Primero recordó todo lo que había vivido con el rey y luego el secreto amoroso de Sonic con Shadow. Se sostuvo de un árbol mientras las imágenes iban y venían en su mente.

—No, ya basta... —susurraba cerrando los ojos. Dio un grito cuando en su mente pasó la muerte del rey como él había lanzado ese ataque contra su majestad, cuando Sonic se desmayaba incluso cuando envió a Shadow a las montañas. No podía más se arrodilló aun sosteniéndose del arbol, su mente le mostró todo el desastre que había ocasionado, cómo había acabado con muchos aldeanos, con la aldea de la familia de Chappie y lo arrojó al acantilado, como había obligado a Mephiles a invocar al Hellish y cómo lo había hechizado para estar encadenado al bosque.

—Yo no pude... ¡no quise traicionarlos!  —, sus ojos se humedecieron con lágrimas al recordar como todo eso le hizo sentirse, parecía que estaba dormido pero veía lo que pasaba, sin embargo no podía controlar su cuerpo.

Luego cuando conoció al erizo verde de cabellos alborotados... Pero era raro, su pecho se sentía tibio cuando lo veía entre sus recuerdos, ¿Acaso era la magia blanca que poseía el caballero gomita?

No podía más empezó a llorar con tanto sentimiento, el dolor no se comparaba con nada. No entendía como había hecho todo eso y más aun porque no recordaba. Ahora entendía porque Shadow y Sonic lo miraban de esa forma, porque todos lo repudiaban.

—Nunca fue mi intención hacerles daño —dijo llorando a mas no poder. No podía asimilarlo todo tan rápido.

Mientras Manic corría tan rápido como podía, debía encontrar a Scourge. Con ayuda de Mephiles logró seguirle el rastro aunque sentía una extraña sensación con cada paso que daba, era como dolor y mucha tristeza. Necesitaba hablar con Scourge para saber qué había pasado y porqué había decidido sacar ese huevo. Frente a él divisó al erizo que estaba sentado abrazando sus piernas mientras se escuchaba como sollozaba.

—“Scourge... —pensó deteniéndose—, qué te pasa...” —se acercó con cautela hasta quedar a solo unos pasos del erizo.

El otro se había percatado que alguien estaba con él, aunque su mente seguía jugando con él, volvió a sentir esa sensación cálida en su pecho. De golpe se giró hasta quedar de frente con Manic. Éste se sorprendió al ver a ese erizo que conocía de la otra dimensión destrozado y llorando, pero claramente era un juego donde se había alterado ese aspecto, sin embargo, se sintió mal al verlo.

—Si vienes a acabar conmigo, no pondré resistencia —dijo Scourge incorporándose. Era mas alto que Manic por lo que el otro solo lo miraba impactado—, no pondré resistencia, he visto todo los desastres que causé y aunque nadie pueda creerme, yo no tenía idea de lo que estaba pasando.... —su voz se quebraba—. ¡Juro que nunca hubiera querido hacerles daño, ni al rey, ni a Sonic, a nadie de Candy World! —gritó de nuevo. Empuñó sus manos y se dejo caer de nuevo al suelo mientras golpeaba el suelo con ira.

Manic se sintió muy mal, acaso él creía en ese erizo, podía jurar que al verlo y escuchar lo que decía le creía. ¿Por qué le creía? No entendía cómo. Quizás después de todo su magia le podía ayudar en esos casos.

—Scourge, no vengo a atacarte —dijo con paciencia—, es verdad que cometiste muchos errores y algunos no se pueden corregir pero, de algo puedo estar seguro —sonrió leve—. Tú no eres el rey agrio... —se puso a la altura del erizo—. No sé qué pasó antes que apareciera en este mundo, pero necesito que me expliques cómo encontraste el huevo dorado y cómo liberaste sus poderes.

—El huevo no funcionó, nunca lo abrí, no entiendo cómo obtuve esos poderes. ¡Además ese no era yo, jamás podría dañar a alguien de esa manera!

Manic seguía confundido, si no era él quién atacaba a ese mundo. ¿Quién más podría estar metido en ese embrollo?

—Debemos regresar...

—¿Crees que puedo ver a la cara a todos después de lo que pasó? —preguntó irónico—, ahora entiendo el odio de todos, esas miradas, si tan solo creyeran en mí.

Manic se incorporo y suspiró.

—Te creerán, porque si quieres limpiar tus errores debemos acabar con lo que empezaste, debemos destruir esa magia negra que fue invocada.

El otro levanto la mirada y le vio incrédulo. ¿Acabar con la magia? Pero si solo era un niño, un crió, cómo podía hablar así.

—Pero solo eres un niño... —dijo no muy convencido.

Manic bufo e hizo un puchero.

—¡No soy un niño para tu información he tenido que pelear contra monstruos más grandes, resolver acertijos, comer chocolate en exceso, rescatar princesas... digo al príncipe Sonic, luego tuve que pelear contra ti... y hasta tuve que forcejear para que no me violaras en el campo de batalla y me besaste sin mi consentimiento...! —gritaba sin pensar muy bien en lo que decía hasta que se dio cuenta de lo último que dijo.

Scourge se quedó mudo, y su rostro se puso rojo hasta las orejitas.

—¡¿Qué yo hice qué?! —tartamudeó—, ¡¿Yo hice qué cosas?! —su voz era tan penosa—, yo... No quise hacerlo, yo no pude... ¡lo siento caballero gomita!

Manic se arrepintió, se dio un zape mental. Debía cuidar su boca mientras hablaba. Su carita estaba roja de vergüenza también.

—¡Como sea! —rompió esa situación incómoda—, regresemos al palacio con los chicos y les explicarás todo lo que pasó.

Scourge se sentía tan mal de regresar y saber que vería a todos, que quizás lo odiaban.

—Pero, ellos no van a creerme...

Chasqueo los dedos y su rostro se iluminó.

—¡Estas con el caballero gomita, no debes preocuparte! —le dio una cálida sonrisa—. ¡Andando! —le dijo empezando a caminar.

El pecho de Scourge se sentía extraño, un nuevo sentimiento le invadió. Podría ser ese su perdón si ayudaba a erradicar al mal o sería su final en ese triste mundo. Aunque no estaba seguro, no tenía muchas alternativas, prefirió seguir a Manic.

—“Esta vez quiero hacer las cosas bien, solo dejame demostrarte que no soy malo”.



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