3♡
Luego de la crisis post ruptura amorosa imaginaria que tuvo Taehyung, entendió bien todo lo que sucedió. Hoseok le comentó cómo fue a cada lugar y había quedado maravillado por la dedicación en cada sorpresa.
Con varios besos en sus mejillas le agradecía por el enorme gesto de cariño hacia él, la organización hecha a detalle para que resultara más íntima y preciada. Hasta ahí todo bien, ambos se disculpaban por todo y nada a la vez, pero cuando llegó a la parte de la sorpresa del departamento, las sonrisas tímidas por parte de Hoseok cesaron.
—Cariño, yo no pensé —jugaba con sus manos evitando mirarlo al castaño. —Lo escuché ladrar y no me pude resistir.
La voz frágil de Hoseok se notaba afectada, como si le doliera cada palabra que decía.
—Me prometí no tocar nada por temor a dañar o estropear la sorpresa —con la cabeza agachada continuaba hablando cada vez más ronco y bajo. —Jungkook me llamó para que no entrará y yo-o —el llanto le impidió continuar.
Taehyung cubrió con sus brazos a su novio, para darle protección y calma. No le gustaba ver a Hoseok llorar, si era de felicidad no tenía problema.
—No tienes la culpa —susurró en su cabello. —Ninguno de los dos tiene la culpa —acarició la espalda, dando un beso suave cerca de su oreja.
—Es que si, yo tengo la culpa —moqueó un poco limpiando con la manga del blaizer sin importar ensuciarlo. Olvidando mencionar las cartas que había tomado y que Taehyung tenía por perdidas.
—Si quieres echarle la culpa a alguien —mencionó despacio. —Que sea quién debía cuidar la decoración en el río Han, la persona que recibió más dinero para vender nuestra reservación en la cafetería y mi descuido por no dejar al cuidado a Yeontan, conociendo lo travieso que es.
Taehyung no lo culpaba, él también no se resistía a los lamentos de su mascota y hubiera hecho lo mismo.
—Pero yo lo arruiné —continuaba lamentándose Hoseok.
—No lo hiciste —con ambas manos sostuvo los hombros temblorosos para que pudiera mirarlo. —Mírame —pidió. —Por favor.
Sus ojos se encontraron, ambos brillosos y acuosos, reteniendo las lágrimas para cubrir sus mejillas sonrojadas.
—No tienes la culpa de nada, porque si continúas diciendo que si —esperó un par de segundos para tragar saliva y soltar el nudo en su garganta. —Seguiremos llorando y no habrá quién nos pare, nos deshidrataremos, moriremos por inanición. Yeontan se quedará solo y sin nadie que lo cuide.
A veces Taehyung solía hablar demasiado y sin filtros cuando se ponía nervioso, no media el ritmo de sus palabras y hasta podría ir a un concurso de rap y ganar el primer lugar.
—Dramático —susurró Hoseok sonriendo ante lo dicho por su novio.
Limpió varias lágrimas regadas en su rostro, carraspeó para aclarar su garganta y continuó hablando.
—Nada de eso pasará. Y sabes ¿por qué?
Taehyung negó.
—Porque nos vamos a tu habitación —las cejas del castaño se alzaron en una expresión de que le gustaba lo que había oído. —Nos acostaremos, nos daremos mimos y luego saldremos.
—¿A dónde?
—A ver las sorpresas que preparaste.
—Pero ya no hay nada Hobi —recalcó.
—No me importa, vamos a salir y el último destino será nuevamente tu apartamento.
Sin darle opción a protesta, le agarró la mano para ir juntos a la habitación, seguidos por el canino que ladraba contento.
Acurrucados en la cama, Hoseok no dejó de masajear el cuero cabelludo de su novio, generando un adormecimiento en este y haciéndolo dormir minutos más tarde. Colocó una alarma para una hora después por si acaso no se levantaba pronto y no saldrían a ningún lado.
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—Llamé a Jungkook y le dije que nos debía un favor —habló Hoseok. —Y dijo que si a todo, así que iremos por su casa y dejaremos al pequeño Yeontan.
El canino al escuchar su nombre levantó la cabeza de su plato donde se hallaba comiendo.
—¿Cierto que el hermoso Yeontan quiere ir donde tío Kook? —preguntó con voz aniñada.
Taehyung solo negó ante los motes cariñosos impartidos a su mascota y sonrió coqueto al saber las intenciones de su novio.
No demoraron en alistarse y dejar limpiando —menos la sala, eso quedaría para después— para salir en el auto de Taehyung y desviarse a la casa del rubio y dejar a su perro—hijo.
La tarde empezaba a refrescar, por lo que tuvieron que colocarse bien sus abrigos sin dejar de tomarse las manos. Encontraron a otro joven cuidando, que los miró entre sorprendido y asustado.
Los saludó con una reverencia y habló. —En nombre de Jin Hyung queremos pedir disculpas por los problemas que causamos al no cuidar el lugar —continuaba agachado sin mirarlos.
—Todo está arreglado como al principio y no tendrá que pagar nada, es más, se le hará una decoración gratis para cualquier ocasión o fecha, no tendrá que agendar cita ni…
—Ya entendimos —Hoseok cortó todo el ímpetu del joven en disculparse.
Jin había llegado cuando Taehyung se fue triste al ver todo el desastre, alterándose de inmediato al observar que nada estaba como él lo había decorado. Por eso se puso manos a la obra, esperando la llegada de la pareja. La presencia del otro joven le informó cuando Taehyung y Hoseok llegaron.
Entraron a la carpa con los pies descalzos, sentándose en la alfombra y mirando cada detalle del sitio. Hoseok se sentía tímido, por el hecho que el regalo era para él.
—Espero que te guste mucho —Taehyung lo devolvió de sus pensamientos.
—Me encanta —La repuesta la dio con un beso en los labios. —Quiero acostarme en tus piernas y que me des mimos.
Hoseok se acomodó recostado su cuerpo en la alfombra y posando su cabeza en las piernas de su novio.
—Me parece muy bien —dijo tomando un mechón claro de Hoseok y jugueteando con este.
Hoseok tocaba con sus dedos la tela del pantalón de Taehyung a la altura de su rodilla, bajando hasta su pantorrilla y volviendo a subir.
—Falta la carta que escribí y coloqué en ese jarrón —El castaño indicó levantado la mano. —Lástima que no la pudiste leer —pronunció despacio.
El hilo donde levitaba Hoseok era entre la conciencia y el sueño, pero al escuchar la palabra carta, espabiló y abrió los ojos.
—Yo la tengo —confesó.
—¿En serio? —Taehyung se removió un poco desconcertado.
—Me había olvidado decirte —dijo girándose aún en el regazo de su novio.
Le entregó el sobre al sacarlo del bolsillo interno del blaizer.
—La leí, no pude contenerme —Se incorporó para quedar sentado igual que su novio. —Mira que casi lloro.
Taehyung lo miró arqueando una ceja y queriendo saber por qué no lloró, si lo escribió desde el fondo de su corazón.
—Bueno, si, una lágrima, pero Jungkook rompió el momento —habló despacio por si Taehyung se había enojado.
—No se, si enojarme o aliviarme —murmuró con la mirada fija en el sobre que contenía la carta.
—Y si mejor me das un beso —propuso Hoseok con los brazos en el cuello del castaño. —Y después otro —besó la mejilla. —Y luego otro.
Cada beso iba en camino a llegar a los labios carnosos de Taehyung. Primero un roce, luego sus labios se encontraron felices, besándose cada más intenso.
Entre suspiro y beso, sus cuerpos fueron descendiendo a la alfombra, donde Hoseok fue el primero en tocarlo con su espalda y el cuerpo de Taehyung pegado al suyo.
Las manos de ambos se hallaban entretenidas en distintas zonas, las de Hoseok en el cuello y cabello, mientras que las del castaño en su cintura. Empezaron a jadear y eso no era bueno, por el lugar, no por ellos, así que menguaron el entusiasmo hasta llegar a besos muy suaves.
Se acomodaron en la alfombra para quedar ambos acostados y sin reparo, Hoseok leyó la carta en voz alta, con la diferencia que entre cada palabra, le faltaba el aliento y quería ponerse a llorar.
Con los ojos pesando por querer cerrarse, Taehyung se levantó y llamó a su novio para continuar. Quería mucho a su Hoseok, pero tenía un pequeño problema en sus pantalones y sabía que crecería si no avanzaban a llegar al departamento.
Se llevaron las flores y la canasta, uno con cada cosa por que salieron nuevamente tomados de la mano hasta llegar al auto, dejando en el asiento trasero los regalos, siendo esta vez Hoseok quien condujo, ya que Taehyung estaba más mimoso y no paraba de mirarlo, lanzarle besos y decir cuanto lo amaba.
Podía hacer eso mientras conducía, pero no se arriesgaban luego de que una vez casi tuvieron un accidente. El ceño fruncido no encajaba con los te amo que seguía repitiendo a Hoseok, debido al lugar donde llegaron.
La cafetería.
El primero en bajarse fue Hoseok, seguido por el castaño, que no cambiaba su expresión sería.
—Yo no pienso entrar ahí —aseguró.
—Cariño —intentó.
—No, esa cafetería nos cambió y bueno —se cruzó de brazos mirando al frente. —Ellas nos perdió a nosotros como clientes. Además —añadió antes de que lo interrumpiera Hoseok. —Yo compré unas hermosas flores y le entregué otra carta.
¿Cómo le decía por segunda vez si las recibió?
—Yo tengo las flores y la carta —habló mirando sus dedos.
Y si, así de directo.
Esta vez esperó a que le dijera todo el contexto de la situación. Y lo hizo, Hoseok le contó cómo entró a la cafetería y fue abordado por una camarera que le dio las cosas y no le dio opción a negarse, ya que se había marchado.
—Esta carta no la he leído, porque ya arruiné la primera y no quise hacer lo mismo con esta —musitó.
Taehyung se alegró, porque la carta no se halla extraviado, porque quería ver a Hoseok y los gestos que hacía mientras leía la carta.
—Vamos, ¡ábrela! —animó.
Sonrió un poco para buscar en el otro bolsillo de su blaizer la otra carta. Antes de abrirla, le dio una mirada inquieta, porque le ponía nervioso y los colores se le subirían al rostro, y estaba más que seguro que Taehyung sacaría provecho.
Tu sonrisa es el alivio que necesito en mis días difíciles.
Tus ojos son mi fuente de inspiración e iluminan mis noches oscuras.
Tus labios, mi lugar seguro donde puedo decirte sin palabra, cuanto te quiero.
Tus manos, mi refugio y soporte cuando me siento caer.
Y tu cuerpo, la perfección hecha carne, de la cual quiero volverme loco.
Te Amo
Lo leyó con claridad y en cada palabra, se acumulaban lágrimas en sus ojos, hasta que llegó a la última línea. Ahí en cambio sonrió por las ocurrencias que era capaz de escribir.
Ya tenía conocimiento que su cuerpo le encantaba a Taehyung, porque jamás perdía oportunidad para tocarlo y acariciarlo, ya sea de manera sutil o no.
—Loco —murmuró con la carta en sus manos.
—De amor por ti —respondió abrazándolo.
Toda esta escena romántica de la pareja era vista por los transeúntes o personas que entraban y salían de la cafetería. Se mantuvieron así un par de minutos, hasta que un carraspeo los interrumpió.
Era la gerente de la cafetería, quien los miraba con una expresión de disculpa. Parecía que quería hablarles, pero al mismo tiempo, se contenía.
La pareja la conocía, habían entablado una que otra charla cuando sus nombres estaban más seguidos en las reservaciones.
—Quisiera hablar con ustedes de…
—No —La interrumpió. —Tenemos prisa —agarrando la mano de Hoseok intento llevarlo al auto.
—Espera —jaló para que no avanzara. —Escuchemos lo que tienen que decir.
Taehyung rodó los ojos, soltando la mano de Hoseok para meterla en el bolsillo trasero de este.
—Quiero ofrecerle mis disculpas por lo sucedido. Ustedes son nuestros clientes de años y tienen ciertas preferencias. La chica que le atendió en la mañana es nueva, no lleva más de una semana. No entendía quienes son ustedes.
—Y si hubieran sido otros.
—Igual, el caso que ella no sólo lo hizo con su reservación —la voz le cambió a una enojada. —Me he pasado toda la tarde disculpándome con los clientes que han hecho su reservación con tiempo.
La expresión de sorpresa en el rostro de la pareja fue inevitable.
—Pero ella sigue…
—No, lastimosamente tuvimos que despedirla. Además de eso, nos estaba robando de la caja —negó frustrada. —Pero no solo de eso quería comentarles —cambió su gesto a uno más relajado.
La joven los miró expectantes a sus reacciones y continuó emocionada. —Les hemos preparado una mesa en la zona de la terraza.
El castaño pensó que no había nada de nuevo, ya que el pagó por el servicio. Como buena compensación si fuera gratis.
—Y le devolveremos el dinero de la reservación anterior, como compensación.
La cafetería sabía que si dejaba ir a unos buenos clientes como la pareja, sus ventas reducirían, ya que casi todos los días uno de ellos pasaba a comprar café o té helado para él y su pareja. Además de las fechas especiales, los amigos que llevaban y también se hacían clientes.
—Pueden acompañarnos —pidió abriendo la puerta.
Hoseok avanzó y a Taehyung no le tocó más que seguir, porque su mano seguía en el bolsillo trasero de su novio. Subieron unas escaleras que no sabían que estaban ahí.
Explico, ellos ocupaban la misma mesa cada vez que iban, hallándose del otro lado de la escalera, por eso no la habían visto.
Arriba todo era luces, flores artificiales, globos y corazones colgantes. Las mesas ubicadas lejos de cada una y con un jarrón con flores en el centro .
—Venga, tomen asiento —invitó guiando a la mesa reservado para ellos.
Más lejos, se encontraba otra pareja ensimismada en su mundo.
Taehyung con una leve incomodidad se sentó, todo lo contrario a Hoseok que llevaba una sonrisa y miraba todo con asombro.
—Ya les traeremos todo lo que pidieron y una sorpresa más.
La vieron marcharse con rapidez, mirando en dirección a ellos, temiendo a que se marchen del lugar.
—Vamos, cambia de cara.
—Es la única que tengo y de esta te enamoraste —respondió serio, pero tomando la mano de Hoseok para que sepa que no estaba enojado con él.
—Mira tú, yo me enamoré de un joven romántico.
—Y lo soy.
Sabía que debía olvidarse de su enfado y concentrarse en su bonito novio.
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Se que ya pasó San Valentín y más de 4 meses para ser exactos. Disculpas, el tiempo no estaba a mi favor y he escrito esto en los poquitos libres que tengo. El próximo capítulo tiene Smut, aviso porque no está en descripción o Sinopsis.
Vayan preparando sus corazones empalagosos. Gracias por leer.
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