NUMERO CIENTO TREINTA Y OCHO
--Stiles--su olor llenaba mis fosas nasales, la respiración me faltaba--vete.
--no--dijo seguro de si mismo--jamas me harías daño.
--jamas lo haría--dije tratando de controlarme--pero es imposible no querer morderte cuando hueles tan delicioso.
--¿De que mierda hablas?--dijo nervioso, su olor estaba logrando cambios en mi cuerpo, una parte de mi estaba despertando y se sentía encarcelado entre los jeans.
--lo siento--me disculpe empezando a quitarme el pantalon--pero creo que te voy a violar.
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