Italia, al sureste, muy lejos y oculto en unas mazmorras antiguas.

Un hombre de unos 65 años de cabellera blanca y recogida, más una tupida barba recién crecida alrededor de su mejillas, abraza por detrás a una mujer.

-Eres mi diamante mas valiosa.

Una voz masculina besa a una mujer pelirroja, de piel pálida y complexión de bailarina.

-Me amore, ti amo -corresponde la figura femenina.

-¿Recuerdas a la Borchia de IWA? -pregunta mientras besa el cuello de la misma.

-Esa mocosa, basura... Si, algo he de recordar. ¿Que con ello? -dice con repugnancia.

Ocasionando que el hombre se carcajee un poco.

-Pronto la veremos, y la mataré como regalo para ti.

La pelirroja sonríe complacida y se gira ante el, dejando un ligero beso en los labios de aquel hombre.

-Me alegrarás la existencia mio amore -alaga al hombre.

Se escucha el resonar de la puerta.

-Adelante...

-Jefe, permiso, se han reportado bajas en el sector D. -dice un sujeto.

-Mandora, ella no ha atacado, ¿no es así? -afirma con la mandíbula endurecida en hombre.

-Esa escoria ya me tiene harta.

-No se equivoca, fue ella quién mató por sus propias manos, más dejó en claro que lo está buscando.

-Que manera más sociable de llamar mi atención, será gratificante terminar con lo que comencé.

-¿Quiere que aliste a los hombres para dar aviso que atacaremos?

El hombre niega levemente.

-Aun no, es muy rápido para atacar sólo esperemos a ver lo que hace esa maldita, y luego seguiremos.

La mujer acaricia y atrae la atención hacia ella. Siempre deseando ser la observada.

-Déjame matarla, cariño, de mi no se lo esperará. -suplica la pelirroja.

Pero el hombre se zafa de su agarre, y con un sólo gesto afirma para el hombre. Siendo ignorada, la diamante.

-De acuerdo Jefe, si me permite me marcho.

El hombre de nivel inferior al hombre de cabellera blanca, se marcha.

-Me amore.. déjame hacerlo.. sabes que lo haré.

-Lo sé, pero aún no es tiempo. Ella ni te ha de conocer, esperemos el momento indicado mi preciosa Ángela -añade, mas luego besa a la mujer.

Después de tanto tiempo al fin veré una verdadera batalla, aunque espero que esa Maldita no sea un desperdicio de tiempo, aunque sus riquezas son bastantes llamativas.

Aunque me aseguraría de hacer sufrir a esa Mandora le daría un buen golpe saber que yo tengo a su madre.

Este hombre era nada mas, y nada menos que el famoso asesino y mafioso Sarfatti.