Pasaron dos horas hablando sobre la info que tenía Mattus. Llamé a Sück mientras que íbamos saliendo pero lo que miré en la entrada primero me sorprendió, luego me enfureció y fue cuando vi a la mitad del escuadrón IWA a punto de matar a Bruno junior.

—¡Pero que cojones os pasa!, ¡¿Suéltenlo?!–exclamo frunciendo el ceño

Mis manos se convierten en puños.  Definitivamente estoy enojada.

—Mandora, te encuentras bien...

Observo a Doménic relajarse al verme.

—Intacta, dije: Suéltenlo –ordeno seria.

Ya que Maklu estaba apunto de tirar una bala a la cabeza de Bruno, hijo de Mattus.

—Bruno ve junto a tu padre y dile que ya hablaré con él de este percance –agrego, dándole un apretón en su hombro, y dedicando una mirada mas suave.

—Si Señorita, gracias le debo una–contesta Bruno.

Al irse, miré neutral a todo el escuadrón. Tony al conectar mirada con la mía, me sonrió en forma de disculpa. Mas luego veo acercarse Doménic.

—Tú calladito que estoy muy enojada hablaré con Matt.

Le corté el rollo que veía venir, e ingresé al local nuevamente.
Matt me observa neutral.

—Que sea la última vez que lo hacen,  Mandora –dice serio.

Después de todo es padre, con 38 años.

—Matt, mataré a los tarados de afuera por casi matar a
Bruno pero tu tranquilo.

Esa es mi máxima expresión de manera de disculpa. Más luego veo que cambia su neutralidad a una más relajada.

—Ay... dulce, ¿acaso no sabes decir más corta tu disculpa? –bromea y me sonríe.

—Sabes que nunca se me dio.. eso de pedir perdón, espero que no estés molesto –espeté.

Deseando por que no lo estuviera.

—Ésta vez no haré nada pero si vuelven a hacerlo no me hago responsable. –afirma serio.

—Gracias Matt, nos vemos pronto.

Nos damos un abrazo, y sin más me retiro.

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*Fuera*

Camino en dirección al escuadrón, y suspiro,  me coloco con los brazos cruzados.

—Bueno, preparen sus cosas nos marchamos.

Observo como todos asienten, mas luego escuchar un sonoro, y unísono.

—¡Si, Borchia!

Me dirigía a unos de los Jeep, me sujetan del brazo.

—Mandora, de aquí no te mueves –exige una voz masculina.

Al girarme, me encuentro con Sergei.

—Punto 1: Mando yo,  punto 2: suéltame o no respondo.
Punto 3: Estorbas –digo fuerte y claro.

El niega, y aprieta más su agarre.

—No, me debes una explicación... ¿porque tienes chupones en el cuello? –pregunta Sergei incrédulo.

No comprendo, ¿Éste es imbecile o que? Posesivo y protector conmigo,  siendo más que solo un simple guardaespaldas.

—Las bromas para después, esfumate, no te debo ninguna explicación –aclaro.

—No, estás equivocada pequeña fiera –contraataca en su murmullo.

—... –silbo,  mas luego observo que Sück salta, cayendo justo sobre él y su parte noble,  golpeándolo.

Veo su rostro contraerse de dolor. Y una inmensa alegría y relax, me recorre.

—¡Diablos!.. Joder –exclama adolorido Sergei.

Quién, se suba sus partes intimas,  mientras acaricia a mi hermoso guardián y lobo.

—Hmp... Y luego piensas que esto me protegerá –agrego.
—Vamos Sück, nos vamos –pronunció.

Cuando nos alejamos un poco,  logro escuchar:

—Maldita, ésta me las pagarás ya verás... –exclama rencoroso Sergei.

Me giro a verlo, pero su mirada es de ¿Lujuria?

Que extraño pero bueno no podrá hacer nada, sólo es un inservible guardaespaldas.

Me dirigía para hablar con mis adorables Zios –nótese el sarcasmo–, ésta charla sería realmente buena ya la veo todo jaja.

Me acerco a ellos,  y....