MANDORA

Ya lejos de Italia, con Sück a mi lado, me encontraba tranquila porque no me seguiría nadie uno: porque desactivé el rastreador de Sück antes de salir y otro por dejar mi celular.

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Mientras me encontraba a unos metros lejos de un local del cual estaba esperando que salga algún cliente.

Veo que sale un joven máximo de 21 años me acerco a él, sensualmente.

—Hola.. guapo~ –saludo coqueta.

—Hola preciosa, ¿Deseas algo?–contesta coqueto.

—Si, deseo algo...–me arrimo a él, rozando la punta de mi nariz por su cuello a la par de sentir su estremecer– quiero hablar con Mattus pero no quiero entrar sola.

—Preciosa no quisieras primero ir a gozar un momento conmigo, luego te acerco junto a Mattus

—Sólo un juego pequeño, pero luego me llevas con él –otorgo una mirada lujuriosa.

Agarro su mano lo llevo a un callejón, del cual primero trato de calmarlo bajando mi mano acariciando su miembro masculino, rozando lo sensualmente, masturbar y dar placer, de cierta manera me dejaré gozar un rato, pero si es brusco lo mataré.

—Preciosa~ eres deliciosa –dice mientras me retiene contra la pared– te daré placer ante todo

~busquen en mi perfil hay una sección de las partes que están censurados aquí~

Algo me pone alerta siento algo afilado cerca de mi cuello, me percato que es un cuchillo. Pero el chico ni se da cuenta del cual me muerde un pezón y gimo.

—Que rico.. mm~.. quiero sentir como es dentro preciosa.

Pero ni dos minutos pasan cuando veo que el cuchillo lo tiene clavado en su hombro con un hombre encima atacándolo, yo semi-desnuda con mi camisa abierta tratando de tapar algo pero cuando me percato, este tipo me mira.

—Mandora.. tanto tiempo sin vernos. No era necesario que llegaras a esto –mostrando al hombre semi-muerto.

—Deberías saberlo, que si sólo matabas a uno de mis chicos estaría aquí, frente a ti –dice Mattus acercándose agarrando mi cara mirándome fijamente.

—Pues te veía ocupado así que, ¿que mejor hincar tu día tan tranquilo?, tomando conciencia que soy linda y que puedo llamar la atención con cualquiera para que me prestes atención...–comento,  mientras con un sólo movimiento me deshago de su agarre.

—Ay.. Mandora, ¿que haré contigo? pero me imagino que no has venido sola –dice Mattus.

—Listillo,  Mattii –me río y silbo lo cual viene Sück acercándose–...quería hablar contigo

—Ahh que grande esta el grandullón y bueno por que nos vamos dentro –mirándome con lujuria.

—No te haré nada, por ahora –dice Mattus llevándome dentro del local.

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Pasaron varios minutos

MATTUS/NARCO.

—Bueno.. Mandora, ¿de que querías hablar?.

—¿Dónde esta ubicado, Sarfatti?–pregunta Mandora seria.

Ésta mujer, siempre es directa.

—Tan seria, ¿porque no me tratas con educación, o acaso ya lo has perdido? –comento burlón.

Enojada,  es sabrosa y fiera en la cama.

—Contigo no hay educación, a sabienda que quieres follar mientras que hablamos –contraataca Mandora.

Dejándome como siempre entre la espalda y la pared no sé como siempre sabe que lo pienso.

—De acuerdo. Te informo que Sarfatti está detrás de ti, dulce... sabes que si te mata todo el Escuadrón IAW tendrá que obedecerlo y darle las mercancías que tienes

Analizo su reacción, por lo que veo es neutral.

—No era secreto, ni misterio tarde o temprano lo haría, si al cabo de poco tiempo lo mataré –comenta cínica Mandora.

Me excitó... Mmm... creo que no podre aguantar más...

—Quizás estés en lo correcto, pero cómo lo lograrás ya que como lo veo, solo veo a ti matando a sus hombres sin información alguna de donde se encuentra

Voy a aprovechar de esta situación y será rica.

—Ajá... si, pero me divierto matando eso es lo que cuenta, ¿no? ¿Y crees que tu si tienes info de su cuartel?—pregunta fijamente Mandora.

Desapareciendo cualquier rasgo de orgullo por la matanza que hacia.

—Considerablemente si lo tengo, pero deberás darme algo a cambio para que te lo de y esta vez no sera fácil –comento serio pero con cierto destello de diversión.

—¡Me estas tomando del pelo! Matt si tienes info sabes perfectamente que te puedo dar el dinero que deseas... –me mira hecho una fiera.

—Pero sabes que eso no es lo que quiero....

Veo estremecerse.

—No. No lo haré. Ni siquiera lo pienses no jugarás conmigo como antes lo hacías –se niega Mandora agarrando su pistola, peor fui mas rápido y la acorralo en la pared.

—Dulce.. sabes que no saldrás de aquí hasta satisfacerme.. Sück está ahora encerrado, y si reaccionas el lo pagará, ¿quieres que lo dañe?–pregunto amenazándola.

Su punto débil,  es el lobo, siento que se tensa ante la idea, se que ama a Sück y por nada del mundo permitiría que lo lastimara.

—De acuerdo, haré lo que digas pero solamente durante dos días ni mas ni menos –propone Mandora con posición fiera.

—De acuerdo, pero ten en cuenta que no te dejaré por todo ese momento sola, quiero volver a sentirme contra mi piel extraño esos días contigo –besando su cuello haciéndola estremecer.

Me saco la corbata que tenía puesto y le ato las manos.
Al percatarse ella, trata de lidiar pero le estampó un beso del cual se le escapa un gemido.

—Nos divertiremos Mandora de eso estoy seguro.

Comenzando así, una tarde llena de diversión me acerco mas a ella...