Estaba nerviosa. ¿Como no iba a estarlo? En la clase de aquel día mi profesora nos había comentado sobre un partido, el cual jugaríamos contra otro club.

Iba a ser importante, era algo que determinaría la calidad del club, y yo no quería ir. No me gustaba ese deporte y, para completar, ni siquiera soy buena.

Decidí no contarle a mis padres apenas la profesora terminó su explicación sobre el partido. Creía que podía evitar esa tortura.

Para mi HERMOSA SUERTE (*notese el sarcasmo:v*) mis padres estaban leyendo una hoja impresa, la cual tenia todos los detalles y muy bien explicados sobre el encuentro que tendríamos con el otro club.

Mi papá levantó la vista y me vio, yo estaba a dos metros enfrente de ellos. El me llamó y me dijo que iría, así me preparaba para cuando tuviera un partido muy importante.

Ellos ya planeaban mi futuro, mientras yo lo cumplía, como una marioneta.

Ese era el futuro de mis padres, no el mio.