Día 6

Hoy le pregunté si podía dibujarlo.

Le mostré el retrato que hice de él anteriormente y me disculpé por hacerlo sin su permiso.

Dijo que estaba bien y que yo era muy talentoso.

Le dije que podía quedarse con el dibujo si eso quería.

Observó las líneas de mi lápiz convertirse lentamente en un bosquejo tosco de él, su sonrisa agrandándose con cada nuevo detalle.

Me dijo que podía dibujarlo cuando quisiera.

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