Día 4
Hoy lo dibujé.
No era mi intención. Traigo mi cuaderno de bosquejos a la cafetería la mayoría del tiempo, pero he estado distraído los últimos días.
Quería preguntarle si estaba bien que capturara su retrato en las páginas de mi cuaderno, pero sabía que mi voz me fallaría. Lo dibujé de todas formas.
No de manera espeluznante, no soy un acosador, lo prometo. Pero con su mandíbula marcada y su cabello perfectamente desarreglado, el lápiz parecía moverse antes que mi mente pudiera decir algo al respecto.
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