Hoy Hoseok me llamó hermoso de nuevo.

Mientras retrataba la forma de su ojo en mi libro, le pregunté por qué siempre usaba esa palabra para referirse a mí.

Me dijo que lo hacía porque era cierto.

Dibujé sus pestañas y le pregunté si era normal que un chico llamara hermoso a otro chico. Dijo que no estaba seguro.

Le pregunté por qué lo hacía entonces.

Me respondió que lo hacía porque yo merecía saberlo.