𓏲 Capítulo 6
Mientras que los días pasaban, Mina y Chaeyoung empezaban a conocerse mejor. Salían cuando la coreana tenía sus tiempos libres y Somi y Jihyo le cuidaban a las dos pequeñas.
Incluso Mina ya, por fin, hizo lo que había soñado, o imaginado, lo que haría cuando tuviera una pareja. Y le gustaba, porque Chaeyoung también era una romántica que le complacía todo y eso era lo que ella estaba buscando.
Aunque a pesar de que Chaeyoung tuviera pequeñas peleas con la mayor de sus hijas, porque a Son Sana no le gustaba que su madre saliera casi a las nueve de la noche y que Shuhua tuviera que cuidarlas, no le molestaba. Más bien le daba miedo que Mina se enterara que era madre soltera y la dejara.
Aún así, no escondería más a sus hijas por dos razones.
Jeon Somi
Y Park Jihyo.
— ¿De verdad no pueden hacerme ese favor? — Habló Chaeyoung mientras tenía su celular en el espacio de su oreja y acomodaba la ropa de sus hijas que acababa de salir de la secadora.
— Chaeyoung — Contestó Jihyo — Es nuestro aniversario, aunque quisiera no puedo porque Som ya hizo la reservacion, además ¿por qué tanta urgencia? Ya es tarde.
— Mina...
— Ya, olvídalo, no necesitas decir más. Son, sabes que apoyo cualquier desicion que tú tomes, somos amigas, pero ahora de verdad no puedo y si le cancelo a Somi se enojará.
— Bien, lo entiendo, de todos modos gracias.
Chaeyoung colgó la llamada después de despedirse de su amiga y siguió con su trabajo aún pensando quién podría cuidar de las niñas.
Sus padres ya son grandes y no puede simplemente ir a esas horas y dejar a sus hijas cómo si no fueran nada.
— Shuhua — Sonrió y de inmediato marcó el número de la adolescente, aún no estudiaba en la universidad pero era una chica que tenía cien por ciento su confianza. La conocía desde que tenía diez años y simplemente no dudaba que cuidaría de sus hijas sin ningún problema. Pero no siempre pasa lo que queremos.
— No puedo — Habló la chica.
— ¿Cómo qué no puedes?, ¿tienes algo qué hacer a estas horas?.
— Sip, mi novia viene a visitarme.
— Pero si me dijiste que fue a tu casa ayer, ¿qué tipo de novias son?.
— Unas que se quieren y no esconden tener hijas.
— Hija de... Bien, bien — Chaeyoung suspiró y colocó su mano libre en su cintura — Te pagaré el doble.
— Nop.
— El triple, y puedes decirle a tu novia que venga a mi casa.
— Okeey, llegaremos en diez minutos.
La llamada terminó y Chaeyoung sonrió casi saltando en un pie.
────────── ♡ ──────────
— Ya sabes lo que tienes que hacer, nada de fiestas, el número de Lisa está pegado en la nevera, hay comida de sobra para que las niñas cenen, también dejé dinero en la barra por si quieren pedir pizza — Hablaba Chaeyoung tomando sus cosas para finalmente colocarse el reloj de oro en su muñeca izquierda.
— Si si — Contestó la chica a un lado de su pareja — Ya vete que tienes un largo camino.
— Si, tienes razón. — la mayor se dirigió a la entrada y antes de salir volvió a voltear hacia las adolescentes — Ah, por cierto — Se dirigió a la pareja de Shuhua — Si les pasa algo a mis hijas recuerda que soy abogada y mi mejor amiga es jefa en una estación de policías.
Shuhua rodó los ojos, siempre decía eso cuando invitaba incluso a sus amigas.
— Deja de amenazar a las personas que me visitan en tu casa y ya vete, idiota.
Chaeyoung asintió y se retiró azotando un poco la puerta.
Finalmente la pareja quedó sola, aunque no tanto porque después de eso la pequeña Sana llegó con Yeri en brazos mientras la menor se quejaba.
— Unnie, mi hermanita se siente mal.
Shuhua se preocupó al ver a la niña pálida y cargó en brazos a Yeri para llevarla a su habitación y empezar a preguntarle qué le ocurría.
Por otro lado Chaeyoung manejaba casi sonriente, la música que reproducía le ponía de muy buen humor, aunque la verdad era el saber que Mina tenía algo importante que decirle.
Otros tal vez se pondrían nerviosos, pero Mina aclaró que no era algo malo, que incluso tal vez era algo que podría mejorar su relación.
Cuando por fin llegó a la enorme casa de su, no era pareja pero parecían una, novia, aparcó su auto en el lugar indicado. Pues un mes antes Mina le dijo que incluso podía tenía un lugar especial para estacionar. No era un lugar muy rondado, pues estaba muy lejos de la ciudad, pero aún así había gente, más escritores, su familia que hacía fiestas en su casa, y amigas que iban a visitarla seguido. Así que por eso ya tenía su lugar para estacionar.
Golpeó la puerta de la casa y casi de inmediato Mina salió a recibirla con besos.
— Vamos, hice la cena.
Las dos se dirigieron al comedor después de que Chaeyoung, con ayuda de Mina, dejara su abrigo en el perchero.
— ¿Algo especial que tengamos que festejar? — Preguntó la coreana probando de la cena. Espagueti con salsa francesa y algo de carne en salsa roja, algo tal vez simple pero que si lo cocinaba la coreana, podría ser una de las mejores comidas en el mundo.
— Sabes que hoy cumplimos siete meses de conocernos — Comenzó — Tal vez podríamos no sé hacerlo algo más serio, ¡si no quieres realmente no hay problema!.
Chaeyoung rió, y estuvo a punto de aceptar, sino fuera porque sus dos hijas aparecieron en su mente, ahí fue cuando se lo pensó. Porque casi, casi, se cumplía un año de esconder a sus hijas, a las niñas que tanto amaba, y sabía que su difunta esposa estaría tan decepcionada de ella.
— Es algo rápido, Chaeng — Siguió Mina — Pero siento que te conozco a la perfección como si tuviéramos años de conocernos, yo de verdad siento que te amo y sé que no me equivoco porque nunca me había dado el tiempo o la oportunidad de conocer a alguien, contigo es diferente.
Ahora sí, Chaeyoung estaba entre la espada y la pared, porque se sentía igual, su corazón le daba permiso de volver a querer a alguien que no sea Rosé. Quería a Mina, se acostumbró a sus besos, a sus pláticas en la madrugada, sus salidas a varios lugares, incluso Chaeyoung conoció al padre de Mina, por mera coincidencia pues cuando iba a visitarla justamente el señor llegaba.
Pero no sabía si a Mina le gustaría la idea de ser madre de dos niñas que no eran suyas. Y para cuando iba a arriesgarse en decirle toda la verdad, su celular en tono de llamada los interrumpió.
Era Shuhua.
— Lo siento, es una llamada importante — Mina asintió y Chaeyoung contestó — ¿Qué ocurre?.
— Ocurre que Yeri está internada en el hospital.
— ¿Qué? ¿En dónde están?
— Hospital Universitario de Seúl, Soojin y yo la llevamos, y estamos aquí desde hace cinco minutos. Pero tienes que llenar sus datos.
Chaeyoung iba a preguntar quién era ésa tal Soojin pero no era momento así que se levantó de inmediato y colgó la llamada.
— Me tengo que ir.
— ¿Qué? ¿Por qué, ocurrió algo malo?.
— Si, mi hija está en el hospital — Ni siquiera le importó si había dicho que tenía una hija, tomó su abrigo y abrió la puerta.
— Oh, yo... te acompaño. — Mina se subió al lado del copiloto para al instante sentir como Chaeyoung manejaba como si fuera un rayo.
Y en veinte minutos ya se encontraban estacionando el auto para finalmente entrar al hospital y pedir datos de la pequeña. La recepciónista la detuvo para llenar los datos de la menor pero Chaeyoung no se inmutó y siguió de largo a la mujer, siendo seguida por Mina.
Cuando llegó se encontró con Shuhua y su novia, de hecho a la última adolescente con Sana en brazos mientras trataba de calmar su llanto.
— Tranquila Sana, mira, ya llegó mamá, todo estará bien.
En cuánto la menor escuchó que su madre había llegado volteó a con Chaeyoung y se levantó de inmediato para ir con ella, pero no para abrazarla como la coreana pensaba.
— ¡Mamá tonta, eres una tonta! — Sollozaba — ¡Por tu culpa mi hermana está enferma, porque nos dejaste! ¡Eres una tonta ya no te quiero!.
Chaeyoung tragó duro sintiendo cómo su pecho dolía, y hubiera preferido que fuera por los pequeños golpecitos que su hija le daba. Pero no, era porque realmente se sentía mal y la culpa cayó en sus hombros.
— Ella también es tu hija — Mina habló cuando la niña corrió de nuevo a los brazos de Shuhua. Finalmente Chaeyoung volteó a verla.
— Si... — Susurró — Tengo dos hijas,y sé que no es el momento y que estás decepcionada, pero-.
— No me importa, no me importa que tengas dos hijas Chaeyoung, pero me mentiste, por siete meses. Y la verdad es que, yo no te tengo que perdonar nada, sino tus hijas las cuales negaste.
El lugar quedó en silencio solo unos pocos segundos, y Mina suspiró acercándose a la coreana aún dolida, se arrodilló a un lado suyo y la abrazó.
— Si yo hubiera tenido hijas también tendría miedo de que me rechazaras por eso, pero nunca las negaría. Así cómo hay personas que huirán, hay personas que no — Se separó de la coreana y acarició su rostro — Ve con tu hija y cuídala, cuando se recupere puedes presentármelas.
Chaeyoung asintió, sintiendo su corazón un poquito más ligero, sólo un poquito.
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