Capítulo 11: Inicio a una nueva vida
Recorrimos cada tienda por la que pasábamos. Me mantenía tranquila, Valerie estaba cumpliendo con lo que había dicho, al emocionarse me decía para ir con ella hasta un lugar, nada extraño paso, fue una salida normal de madre e hija.
-Bueno pequeña- la mire- de todo lo que hemos comprado ¿Qué te gusta más?
-Un vestido- lo saco de una bolsa- este- me lo paso
-Es el que tú escogiste- me sonrió con ternura
-Sipi... Te hace ver bonita y sensual- sonrió- llévate ese, de seguro le gustara créeme
-¿Por qué tan segura?
-Solo lo se
-Bien, iré a probármelo.... ¿Segura que de entre los siete vestidos este le gustara?
-Que si mami... ¡Ve!- me empujo a mi cuarto y cerró la puerta.
-Chiquilla loca- deje el vestido en la cama y lo observé unos segundos- espero no me vea mal con el- quite mis prendas despacio hasta que llegue a estar en ropa interior- ahora que lo pienso solo tengo ropa interior de algodón- suspire y mire el armario- ¿Que es eso?- saque una caja del fondo de este, era roja con un listón dorado formando un moño.
-¿MAMI YA?
-Ya voy un momento- abrí la caja y mis ojos se quedaron prendidos a la lencería de ahí dentro "era lo que necesitaba"- mmm okey es extraño pero necesito esto- me desnudé luego con recelo me coloqué la lencería y el vestido- espero no verme mal- suspire y salí de la habitación- ¿Qué tal?- di un giro.
-TE VEZ HERMOSA- dio algunos saltos de emoción- no podrá resistirse a ti.
-Solo es una cita, aún no se sabe si se llegue más lejos.
-Igual si vas así jamás te olvidaría- sonrió con ternura.
Le devolví la sonrisa y volví al cuarto para cambiarme. Ahora que tenía la ropa adecuada solo debía esperar a que llegara el día, me causaba nervios pues la última vez que salí con un chico fue en la preparatoria, estaba bastante oxidada desde ese entonces.
"17-05-15
Querido diario,
Al fin llegó el día. Que nervios. Llevo toda una semana esperando. No tengo idea de cómo saldrá todo, si le gustare y se quedará conmigo, si será una linda cita pero decidiremos seguir ambos por nuestros caminos o si salga todo mal y me odie el resto de su vida. Tantas cosas en mi cabeza aparecían, unas más reales que otras, sus similitudes son que en todas estaba nerviosa y Valerie buscaba darme ánimos, a decir verdad, mi pequeñita estaba dándome mucha energía, incluso en la realidad, que aliviaba un poco."
-Listo mami- dijo Valerie terminado de colocarme labial- estás muy linda.
-Gracias- me miré al espejo Wow vaya que me me veía distinta, normalmente no me maquillaba de esta manera.
-No dejara de mirarte- guardó el labial.
-Gracias mi niña- ella sonrió y me dio un beso en la mejilla.
-Te quiero mucho mami y quiero que seas feliz.
-Ven aquí- abrí mis brazos y ella me abrazo con fuerza- yo también te quiero mucho- le di un beso tierno en la frente, sus ojos brillaron al verme, era una ternura completa, como alguna vez mi hermanita lo fue.
Debo admitir que en un principio me disgustaba el hecho de que se pareciera tanto a ella, ahora todo es distinto, creo que es el mejor regalo, ahora más que nunca me sentía completamente cerca a mi hermana de lo que alguna vez estuve mientras vivía. Gracias a Valerie volví a la vida de algún modo, me impulsó a hacer cosas que nunca haría y a disfrutar de cada día, seguía respondiendo en la universidad, la diferencia ahora, es que me divierto luego de salir, mi situación económica no había cambiado mucho aunque ahora las cuentas no me atormentaban como antes, dormía más tranquila, la comida sabia mejor y mi salud mejoró.
-¿Ya no estás enojada porque hice esa cita?
-No, nunca lo estuve mi niña, simplemente... No podía creerlo, hace mucho no tenía una cita.
-¿No? Pero si eres muy bonita.
-Estuve muy ocupada- le di un beso en la mejilla y la baje.
-Ya veo... AY VERDAD- salió corriendo del cuarto.
Suspiré y me vi al espejo de arriba a abajo, no era para nada la misma chica. Salí del cuarto y Valerie salió del suyo con una pequeña caja.
-Toma mami- me la entregó.
Abrí la caja encontrándome con unos hermosos pendientes de diamante en forma de mariposa.
-Son muy hermosos ¿De donde los sacaste?
-Eran de mi mamá, me los regaló unos días antes de irse y dijo que se los diera a quien yo creyera que los mereciera y esa eres tu mami.
-Ay cariño, no deberías dármelos.
-Pero yo quiero, te traerán suerte, eso siempre dijo mi mamá.
Mire los pendientes afligida, me gustaba el detalle pero no creía que merecía usar algo tan preciado para ella, era de su madre y aunque yo me había convertido en su nueva mamá usar los pendientes me parecía mal desde mi punto de vista.
-Póntelos mami.
-Bueno bueno- los saque y deje la caja a un lado luego me los coloque- ¿Como me veo?
-MUY BONITA- me abrazo- es hora de irte mami- tomó y bolso- toma- me lo pasó- y ten suerte en tu cita mami.
-Gracias mi niña... Vamos te quedaras con Lily hoy.
-Oki- me tomó la mano. Salimos del apartamento y fuimos al de Lily.
-Hola- dijo Lily- ¿Ya saldrás?
-Si, aquí te encargo a mi pequeña- mire a Valerie- pórtate bien.
-Si mami- le di un beso en la mejilla y me despedí.
Salí del edificio y camine hacia el restaurante donde nos encontraríamos. Que nervios tenía, respiraba hondo y repetía que todo saldría bien. Debía cambiar, mi vida no podía seguir siendo de esta manera, pasando cada día como si fuera el mismo cada vez que el sol sale y luego se pone, la misma rutina, mismas palabras, ropa, amigos y enemigos.
Hoy sería el día que al fin cambiaría.
-Hoy empezare una nueva vida- me dije en voz alta.
.
.
Al fin llegue al restaurante y me cambie los zapatos antes de entrar. "Ojalá no me caiga con estos tacones" fue mi último deseo antes de entrar al agua llena de tiburones, o al menos esa era mi perspectiva y esperaba salir con vida.
Vi a Oliver en una mesa pero una mujer se interpuso en mi camino. Al parecer era de esos restaurantes elegantes donde debían tener una reserva.
-¿Cuál es su reservación?
-Mi mi reservación, es... Bueno vengo con... Es que
-Viene conmigo- dijo Oliver acercándose "MUCHAS GRACIAS, casi muero"
-Está bien, disfruten su cena- dijo la mujer y fui con Oliver a la mesa.
-Muchas gracias por eso, es una tontería pero- me reí nerviosa- nunca he estado aquí y es difícil saber qué hacer.
-Descuida linda- me corrió la silla- siéntate primor.
"¿Linda? ¿Primor? ¿Por qué me dice así?"
-Gracias- dije con recelo y me senté luego él se sentó en frente
-Y bien pichoncita ¿Qué tal las has pasado? ¿Has pensado mucho en mi? ¿Verdad?
-Bueno un poco ¿Por qué pichoncita?
-Es que eres preciosa, una linda, pequeña y hermosa pichoncita
-Ahh claro, te agradecería que no me dijeras así, pues acabamos de conocernos y es algo incómodo
-Está bien hermosa
Un mesero nos pasó el menú, muchas cosas deliciosas y extrañas habían en la carta, me provocaba pedir de todo, pero debía ser un poco simple.
Mire al mesero para pedir lo que decidí luego de echar un vistazo al menú pero Oliver ordenó por ambos sin siquiera escucharme.
-Oye podía pedir sola
-Solo quiero ser caballeroso- me sonrió de manera extraña haciéndome sentir incomoda.
No converse u opine luego de ello, espere los platos en silencio. Al parecer Oliver cambio y el chico dulce que vi aquella vez ahora no estaba. Me veía de arriba a abajo con picardía. Estaba en ese momento incomodo donde no sabes a dónde ver, miras aquí, miras allá, arriba y abajo esperando que eso quite ese momento, sabes que no funcionará, y aún así lo intentas.
Por suerte llego la comida y cada uno podía comer, si preguntaba o decía algo inapropiado simplemente debía embutirme un buen bocado de mi plato, para evitar que saliera algo inadecuado y concebir más momentos embarazosos, aunque eso me costará no poder saborear del todo mi comida.
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*Eh aquí el capítulo prometido, y estoy trabajando en el siguiente, espero que sean pacientes y esperen los próximos... BYE*
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