Correcto.
El suave rayo del sol iluminó su rostro, se sentía bastante cómodo en donde sea que estuviera, ni siquiera se sentía así en su cama así que no podías culparlo de enredarse aún más entre las sábanas que tenía encima.
Hasta que recordó todo lo que había sucedido las últimas horas.
Se levantó rápidamente de la cama, mirando a su alrededor en pánico mientras trataba de ignorar el dolor en su pecho.
--- Mamá va a matarme.--- murmuró bajando del lugar, cayendo en sus rodillas al no poder soportar su peso.
--- No, no, no...--- se quejó volviendo a levantarse, llegando hasta la puerta tambaleándose y recargando su cuerpo en las cosas que tenía cerca.
Tomo la perilla y la abrió con cuidado, observando a los pasillos con cautela antes de verificar que no había nadie a los alrededores.
No era su casa, era obvio, estaba algo desordenada y las paredes no eran cafés, eran de color crema y tenía algunas fotos sostenidas en sus muros, cosa que su madre detestaba, ¿Dónde mierda estaba? Lo último que recuerda era que esa estúpida rata le dijo que sus padres habían hecho algo y después salió corriendo donde los doctores lo durmieron con algo.
Por eso odia tanto ir a lugares así.
--- Me alegro que ya estés despierto, pedí algo de Takoyaki para desayunar, ¿Te gusta?--- se sobresalto ante la voz detrás de él, retrocediendo cuando vio a la misma loca de cabello blanco de ayer frente a él.
--- ¿Cómo estás? ¿Te duele mucho?--- Mirko sonrió dulcemente mientras se hincaba frente al ceniza, acariciando su mejilla con suavidad.
Katsuki se asustó y golpeó su mano, retrocediendo aún más ante la mirada ilegible de la peliblanca.
--- Q-Quiero a mis papás...--- gruño el menor como si segundos antes no estuviera aterrorizado.
--- ¡¿Dónde están mis papás!? ¡Quiero irme de aquí!--- exclamó apretando sus puños, su cuerpo estaba demasiado herido como para explotarle la cara sin que él mismo saliera herido, sin mencionar que es una heroína con las palabras que dijo hace unos días cuando la conoció.
No podía contra ella.
Tampoco tenía su antigua ropa, sus cuchillos estaban perdidos, no había nada que pudiera-
--- Katsuki.--- la voz de la mujer lo saco de sus pensamientos, de la nada estaba justo a centímetros de él y cuando menos lo noto, la rata ya lo tenía en sus brazos.
--- Lamento mucho lo que te hice en el hospital, fue mi error, ¿Podemos iniciar de nuevo?--- Mirko estaba haciendo todo lo posible para conectar con el niño, era cierto, en ese lugar había sido una idiota pero estaba dispuesta a intentarlo de nuevo.
--- Prometo que hablaremos de tus padres, pero por ahora, ¿Por qué no me cuentas de ti?---
--- Deja tu disfraz de mujer buena, me das asco.---
Aunque claro, el niño no se lo dejaría tan fácil.
--- Bueno, bueno, vamos a desayunar y luego vemos algo en la tele.--- lo cargo hasta que llegaron a la cocina y, sorpresivamente, no se quejó de aquello, solo se aferró a su camisa y se dejó guiar por ella.
Podría acostumbrarse.
Sabía que esto sería todo menos tranquilo, trabajar con un niño así requiere paciencia, algo que ella no tiene, pero está dispuesta a aprenderlo para no dejarlo en la Comisión De Héroes. Tenía que protegerlo hasta que apareciera alguien con la suficiente capacidad para cuidarlo.
Mientras, ella se haría cargo... De alguna forma.
--- ¡Ay!--- exclamó cuando el menor estiró sus orejas algo fuerte, pero antes de que le dijera algo, él mismo hablo.
--- Oh, son de verdad, pensé que era una diadema.--- masajeó el lugar donde las agarro, sonriendo levemente antes de susurrar un "lo siento" bajito.
--- Oye mocoso, no respondiste mi pregunta, ¿Te gusta el Takoyaki?--- tenerlo en sus brazos no presentaba ningún tipo de problema, sin mencionar que sus brazos eran bastante fuertes, por algo había entrenado toda su vida.
--- No me me gusta la comida comprada.--- fue su respuesta, este jugaba con otra de sus orejas sin mirarla, sus toques eran delicados, tal vez piensa que volverá a lastimarla después de lo que sucedió momentos antes.
--- Ups... Yo... Uh.--- se quedó sin palabras ante su respuesta.
--- Yo no sé cocinar...--- murmuró apenada, paseando por su sala aún con el rubio encima, no quería soltarlo sinceramente.
--- Yo puedo, ¿Quieres que te enseñe?---
Supongamos que esto no fue un golpe bajo al orgullo de la mujer...
Supongamos.
--- U-uh, no, no, está bien así, la mayoría del tiempo estoy trabajando así que terminó por comprar cosas para comer-
--- Mis papás también pasan mucho tiempo fuera de casa y tenía prohibido comprar comida así, además, tengo una dieta que seguir y-
--- ¿Dieta?---
--- Si, mi mamá quiere que sea modelo así que tengo que comer lo menos posible cada día.---
Ante esto, lo único que Mirko pudo hacer fue desear la muerte de aquellos bastardos que el llama padres.
El desayuno había llegado unos 10 minutos después de aquella revelación, así que ahora ambos estaban sentados en la sala con la comida estando frente a ellos.
--- ¿Por qué no la pruebas? En la comida puedes enseñarme a cocinar si quieres.--- pronunció tomando un poco de su plato, acariciando la suave cabellera del chico para animarlo.
--- Podemos ver tu show favorito si gustas mientras desayunamos, ¿Que dices?--- el niño levantó su mirada para encontrarse con la suya, sonriendo ligeramente antes de tomar un poco de la comida.
--- Mi mamá no me dejaba ver la televisión, dice que es "inútil y quema tu cerebro"... Pero quiero ver a All Might...--- Rumi suspiro por lo bajo, asintiendo eufórica mente antes de encender la televisión y colocar la serie que él decía.
Katsuki abrió sus ojos mientras sonreía de oreja a oreja, observando los efectos visuales mientras comía lentamente cada pedazo de Takoyaki.
Usagiyama no dijo nada, pero vagamente disfruto el momento.
Era como si...
Cómo si esto estuviera correcto.
«- holaaaa
¿Que les pareció el capítulo?
El desarrollo es algo lento pero pronto llegan las problemas no se preocupen jajaja
¿Que les gustaría ver en la historia?
Quiero decir, yo tengo unas ideas pero me gustaría leer las suyas uwu
¿Cuáles otros traumas quieren ver aquí?
¡Lxs amo!
❤️
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