24.
El camino a casa fue lento, no podían usar atajos como las alas del demonio, ya que eso, como se sabe, lastimaría a Malysa. Simplemente tuvieron que tomar el tren de regreso.
—Odio los trenes.
—¿Te dan miedo demonio?
—Ama, Lia me esta molestando.
Malysa algo cansada le palmeo la cabeza.
—No lo molestes, no ves que le da náuseas.
El viaje duró cinco horas, en las cuales Astaroth se dedicó a dormir en el regazo de su enamorada.
Las hermanas no podían pegar un ojo, ambas estaban ansiosas por volver a ver a su madre y a sus hermanos.
Al bajar tomaron un largo camino que los llevaría directo a su amado hogar, pero ninguno de ellos se imaginó lo que realmente les esperaba.
Al llegar, la mansión estaba oscura, el lado norte de la misma estaba incendiándose, su madre lloraba en la entrada desconsolada.
—¡Mamá! ¿Qué ha pasado?—su hija mayor habló desesperada.
—Malysa, ¡Cariño! Se la llevaron
—¡A quien mamá! ¿A quién se llevaron?
—A Nia —Zio y Rio, se acercaron desde dentro.
Estaban sangrando y muy lastimados.
—¿Quienes? —
—Astaroth, no es tu culpa —la reina aclaró.
—Es culpa de Malysa —sus hermanos la culparon —La querían a ella, pero ella no estaba.
—Ya callate —Lia la defendió.
—No es momento de pelear —la primogénita aclaró —Diganme quienes y a donde y la traeré de vuelta. La traeré sana y salva mamá te lo juro.
—¡Estás loca! —Rio gritó —Moriras antes de que puedas regresar. —Que te quiera muerta no significa que dejaré que otros te maten.
Luego de haber ganado limpiamente aquella cacería sus hermanos le habían tomado algo de respeto por ganar limpiamente.
—Malysa no va a morir si yo estoy con ella.
—No, tú causarás su muerte —la castaña lo acusó.
—Malysa, por favor hija, tráeme a mi pequeña.
—No te preocupes mamá.
Todos ingresaron y arreglaron su hogar mientras buscaba alguna pista que les dijera por donde podrían empezar su búsqueda.
La loba había hallado un pedazo de ropa de uno de los agresores y eso era suficiente para poder olfatearlos y seguirles el rastro.
Por la noche Malysa, Zio, Rio y Astaroth salieron al rescate de su hermana. Lia se quedó a cuidar de su madre, por mas que le pesara sabía que ella solo sería un estorbo en la misión.
—No estoy de acuerdo con que ellos nos acompañen, tu y yo sabemos que tu sola puedes acabar con todos.
—Necesitamos el olfato de su familiar o ¿acaso tu puedes rastrearlo?
—¡Ellos quieren matarte Malysa!
—¡No grites! ahora tenemos un objetivo en común, rescatar a nuestra hermana. No me harán daño, nos preocuparemos por eso cuando tengamos a Nia sana y salva con nosotros.
—No deberías tentar a la suerte
—Astaroth ¿puedes dejar de ser tan negativo?
—¡Disculpame por preocuparme por tu seguridad!
—Enamorados, dejen de parlotear tan fuerte o nos delataran
—¡Enamorados ni mierda!
—Hermanita, no sabia que podías decir esas cosas.
—¡Solo es que ustedes me quitan la paciencia!
—Bueno, yo si te amo Malysa
—Shh... No digas bobadas.
—No lo son.
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