23.
Utilizando un hechizo de localización lograron hallarlo, se encontraba en el salón principal de la institución siendo atacado por tres demonios.
—¿Acaso eres idiota? —Lia preocupada por su hermana lo insultó.
Astarot se distrajo al escucharla y recibió un buen gancho en su mejilla izquierda.
—Vayanse.
—Aquí está la sucia bruja que lo liberó. —uno de aquellos demonios señaló a Malysa.
—¡Vete!
—¿Crees que con la cantidad de sangre que perdí puedo dejarte? Si me llego a ir terminarás matándome sin siquiera notarlo.
En ese momento su familiar se arrepentía más que nunca de ese estupido conjuro que habían realizado.
—Yo me haré cargo —la pelirroja se arremangó el suéter hasta los codos.
Tomó algo de sangre de su espalda y dibujó un símbolo en su antebrazo.
—¿Qué es lo que significa eso? —Lia, curiosa por la increíble sabiduría de su hermana, preguntó.
—Esto protege a quien tenga mi misma sangre corriendo por mis venas.
—¿Es para protegerme a mi?
—¡Claro que sí! odiaría si algo te pasara por un mal conjuro o una mala disposición de las palabras de mi parte.
Una vez terminado se acercó a su demonio favorito.
—¿Qué es lo que está pasando?
—No te incumbe sucia bruja.
—Quieren encerrarme de nuevo, por que practicamente uhi del encierro eterno gracias a ti —sonrio.
—No nos iremos sin ti Astaroth, y si tenemos que matarla la mataremos, a ella, y a cualquiera que intente meterse en el camino.
—No van a matarme, yo lo haré —Malysa había analizado la fuerza de cada uno de esos tres demonios, juntos realmente eran fuertes, pero para su suerte no sabían lo que era trabajar en equipo.
Ella tomó el brazo de su familiar y dibujó un símbolo en él —
protegas me daemonium —susurró y la sangre en el brazo de Astaroth desapareció.
El demonio no preguntó, por que sabía que su ama jamás haría algo por lastimarlo.
—Sientate a tras mio —pidió mientras terminaba de hacer un circulo de sangre en el suelo.
—¿No crees que ya es suficiente de tus estupideces?
Los atacantes, quienes miraban asombrados el espectáculo, recordaron el por qué estaban allí. Y no era para ver los trucos de una bruja, sino para atrapar o matar a uno de los suyos.
—Vilia daemones, ut salvum me dissiliunt—. susurró —Vilia daemones, ut salvum me dissiliunt.
—¿Qué haces? —uno de ellos comenzó a tomarse del estómago.
—Vilia daemones, ut salvum me dissiliunt
La primogénita, sentada dentro de ese círculo protector repetía una y otra vez aquella extraña frase.
Lia miraba asombrada a su hermana mayor en acción.
Aquella frase fue la última frase que los demonios escucharon antes de que sus extremidades y órganos internos quedarán distribuidos pos la habitación luego de estallar.
—¡Eso fue sádico! —Astaroth contempló asombrado.
—Es realmente un asco, pero fue genial —la castaña se acercó.
—Solo vayamos a casa por favor, tan solo quiero ver a mi madre.
Malysa estaba exhausta, había perdido bastante sangre y utilizado un hechizo de primer rango. Matar a tres demonios al mismo tiempo requería mucha energía y mucho poder.
—Entendido —El demonio la cargó en su espalda y tomó la valija para por fin despedirse de aquel lugar que tanta muerte, envidia y celos trajo a la vida de su ama.
protegas me daemonium: protege a mi demonio.
Vilia daemones, ut salvum me dissiliunt: estos demonios son viles, para salvarme tienen que estallar.
¡Muchas gracias por leer!
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