Fantástica.

Sin duda alguna lo ocurrido la noche anterior se resumía en esa simple palabra.

Y no, no hacía falta mencionarlo, ni mucho menos contar a detalle lo que pasó. Las prendas esparcidas por el suelo de la habitación hablaban por si solas.

Una sonrisa traviesa se dibujó en mis labios al recordar con claridad la noche anterior.

Esa mujer era simplemente increíble.

Giré mi cabeza hacia mi derecha, deseando encontrarme con Suni, descansando plácidamente a mi costado.

Ella no estaba.

Fruncí el ceño y me senté en la cama confundido. Caminé hacia el baño y di leves toquidos a la puerta.

Nadie contestó.

¿Estaría abajo?

El reloj daba las 7:15

¿Qué hacía Suni despierta tan temprano?

Un llamado me hizo comprobar lo sucedido.

- ¡Namjoon! ¡El desayuno está listo!

¿Qué?

¿Suni? ¿Desayuno?

¿Había escuchado bien acaso?

Suni acababa de preparar un desayuno.

Esas dos palabras en una oración, sin duda, no iban bien.

Para nada.

Comenzando precisamente porque Suni odiaba la cocina. Sabía que no era su fuerte y no pensaba intentarlo tampoco. Desde un principio me había aclarado que no cocinaría para ambos. A menos que fuera algo que no tuviera que ver con la estufa o tales cosas. Y yo no tenía problema en ello, podíamos pedir comida a domicilio o simplemente ir a algún restaurante.

- ¡Namjoon! ¡El desayuno se enfría!- gritó Suni, sacándome de mis pensamientos.

- ¡Ahora bajo!

Sabía que tenía que apurarme.

...

- Bien, cariño. Aquí estoy. ¿Qué preparaste par-

Me detuve en el marco de la puerta al observar lo que había en la mesa.

¿Qué era eso?

Al lado, se encontraba una feliz Suni sosteniendo una espátula en una de sus manos, con un mandil de Hello Kitty y un gorrito de chef en su cabeza.

Sin olvidar que tenía la cara llena de harina.

Se acercó a mí, depositando un beso en mis labios.

Seguro ahora yo también tenía la cara de harina. Excelente.

- Buenos días, querido. ¿Qué tal dormiste?

- Buenos... días- observé nuevamente lo que había sobre la mesa.- Dormí bien.

- Después de lo que pasó anoche supongo que dormiste increíble, la verdad yo sí.

- Ah, sí. Dormí como nunca- mi vista solo se concentraba en aquello servido sobre la mesa.

Suni me miró algo extrañada para después seguir hablando.

- Bueno, hoy me levanté temprano para sorprenderte con este desayuno. Lo preparé yo solita- dijo emocionada mostrándome lo que había hecho.

Primero que nada, ¿eso era comestible?

Dejó la espátula a un lado y me llevó hacia una de las sillas. Se quitó el gorro y el mandil (que por cierto, era muy lindo) y tomó asiento a mi lado.

- ¿Qué esperas, Namjoon? Prueba.- esperaba con atención a qué diera el primer bocado.

- Emmm

- Es la primera vez que hago panqueques. No me juzgues.

¿Esos eran panqueques? ¿Segura que no me harían daño?

Eran una masa totalmente negra y dura. Juraba que el cuchillo se rompería si seguía intentando cortar un trozo.

- Eso de panqueques no tienen nada.

Maldita sea.

Había vuelto.

- ¿Enserio piensas comerte eso? Mejor dile que no te apetece y salgamos a comer algo.

Cállate.

- También te preparé un poco de jugo de naranja, cariño. Espero te guste- sirvió un poco en un vaso y lo acercó a mí.

Esto si se veía bien. Al menos.

Lo probé con cuidado por si llegaba a tener algún sabor extraño.

Sorprendentemente el jugo estaba bien.

Punto para Suni.

- ¿Qué tal?- preguntó.

- Está delicioso. Gracias por el jugo, cariño.

- Me alegro- sonrió.- Pero aún no has probado mis panqueques.

Oh no.

Suni, ¿te estás dando cuenta qué esto es incomestible?

- ¿Y si te enfermas por comer eso? Mejor que se lo coma ella. Además, no veo que ella esté desayunando lo mismo.

En eso el Pepe Grillo tenía razón.

- ¿Y tu desayuno, amor?

- No te preocupes por mí, yo ya comí.

- ¡MENTIRAS! Esa loca quiere envenenarte. No le creas.

¿Puedes dejar de decir estupideces? Ella no piensa envenenarme. Solo que... la cocina no es lo suyo que digamos.

- Sí, claro.

- ¿Namjoon? Vamos. Come. Los hice con amor para ti.

- Se nota que te tiene mucho amor.

¿Te puedes callar? Trato de comer.

Un bocado.

Mastiqué lentamente. Tal vez podría romperme algún diente. Necesitaría del jugo de naranja para tragar esto.

Y al fin. Pude con el primer bocado.

- ¿Qué tal estuvo?

- No está nada mal- dije intentando mostrar mi mejor cara.

- Está peor que mal.

Maldita sea. Cállate. Ni que tú estuvieras comiendo esto.

- Con ver tengo suficiente. Gracias.

Que molesto. Dios.

- Owww. Me alegra que te guste, cariño- dijo Suni abrazándome.- No sabes cuánto me esforcé en hacerte esto.

- No hay de qué, amor. Lo hiciste muy bien.

Los panqueques habían sido un desastre, sin duda. Lo único rescatable aquí era el jugo de naranja. Sin embargo, creía en el esfuerzo que había puesto Suni en esto. Sabía que odiaba cocinar y aún así había hecho todo esto por mí. Eso decía mucho de ella.

- Si me disculpas, iré a arreglar la habitación arriba. Ya sabes, después de lo de anoche- dijo mordiendo su labio inferior.

Asentí con una sonrisa ladina y se acercó a mí para dejar un corto beso en mi labios.

La seguí con la mirada hasta que salió de la cocina.

Bien. Ahora debía deshacerme de esos panqueques antes de que regresara.

Me acerqué al tacho de basura y los boté.

Soy un genio.

- Eres un idiota.

- Ella ya no está aquí así que te lo diré claro. Déjame en paz.

- ¿Es en serio? Escucha. Te enojaste con Jin solo porque le faltaba un poco de azúcar a tu miserable café, pero a ella le aceptas un desayuno quemado. Kim, ¿todo bien?

- Solo cállate, ¿sí?

- No. No voy a callarme. ¿Acaso no te das cuenta? Solo estás perdiendo tu tiempo con esa mujer.

- Claro que no. Suni es una mujer maravillosa.

- ¿Enserio no te das cuenta de lo que está pasando?

- ¿Por qué no te evaporas y te desapareces de una buena vez?

- Ya te lo dije. Solo me iré cuando hayas hecho los correcto.

- Juro que aún sigo sin comprender eso- dije mientras lavaba el platito de los panqueques.

A mi lado noté el sartén que al parecer había utilizado Suni.

Sí. Un sartén echado a perder.

- ¿Por qué dejaste que Suni usará las cosas de Jin?

- ¿De qué hablas?

- Dejaste que esa loca usara el mandil de Hello Kitty que tanto le gustaba a Jin y que se pusiera el gorrito de chef que le dieron cuando estuvo en unas clases de cocina. Sin hablar de cómo estropeó un sartén del juego de sartenes que él tanto cuidaba.

- Solo uso lo que encontró, ¿tiene algo de malo?

- No. Pero son las cosas de Jin.

- Sí él no se llevó todas sus cosas es su problema.

- Si tu vida corriera peligro por una bestia (como tú lo comprenderás), ¿crees que pensarías en llevarte tus sartenes y esas cosas?

- No, pero ¿Acaso me importa?

- ¿Sabes? Deberías entregarle a Jin las cosas que no pudo llevarse.

- ¿Qué? ¿Por qué tendría que entregarle sus cosas? Además, ni sé dónde está.

- Bien, per-

- ¿Podemos dejar de hablar de Jin de una vez?

- Está bien, pero hay que admitirlo. Jin lucía mucho mejor el mandil de Hello Kitty

- Vete a la mierda.

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🔥 H O L A 🔥

🌊

Sí. Después de UN AÑO sin aparecer por aquí al fin he vuelto.

Realmente puedo decir que en un año pasaron DEMASIADAS cosas de las cuales muchas jamás imaginé.

También debo comentarles que finalmente acabé el colegio. 🎓✨

Y tengo muchos planes para este nuevo año.

Sé que siempre he hecho esa vaga promesa de actualizar al día siguiente y desaparecerme durante toda una temporada.

Eso no volverá a suceder.

Esta historia debió finalizarse hace mucho y mi falta de inspiración fue lo que llevó a qué esto se retrase.

Así que este año, sí o sí, está historia historia será completada en su totalidad.

He vuelto con muchas ideas, motivación y ganas de escribir.

✨New Year! New Me!✨

Y les tengo una sugerencia:

Me gustaría saber si quisieran que hiciera una maratón de esta historia. Esta constaría de 5 capítulos.
Esto como compensación a haberme ausentado durante mucho tiempo.

Si veo que esta idea tiene mucho apoyo hasta el día de mañana, el miércoles daré inicio a la maratón.

Verdad‼️Y estamos estrenando portada nuevaaaawuuuuuuksdksjg

Eso era todo, chikis. Espero que este capítulo les haya gustado.

¡Nos vemos!
💅🔥💋✨