Capitulo 03

Antes que nada, buen día, tarde o noche a quien lea esto.

En este cap me permito dar aviso de que, aunque muy somero, habrá Lemon y por lo tanto advierto que la lectura será bajo la discreción del lector.

También debo advertir que, aún cuando menciono que habrá Lemon, no tengas tus expectativas muy altas, pues este cap tuvo un pequeño percance que, para dar un poco mas a entender, explicare de la siguiente manera:

La parte B del capitulo no será publicada, o al menos no de momento, pero deben saber que no aporta nada a la trama realmente. Es algo así como un proyecto aparte que surgió al escribir este cap, y pues como el tiempo no me da para desarrollarlo, se queda sin publicar, pero no aleja nada de la narración importante.

La parte C, para mi completo disgusto, se perdió por completo, pese a los muchos esfuerzos que hice por recuperarla, por lo que tuve que reescribirla. No considero que el resultado fuera igual de bueno que la primera versión, pero pues es lo que hay, sea quien lea esto, esta en todo su derecho de considerar o incluso expresar si es un mal trabajo.

Se hace notar que la parte D no es el final del cap, pero ya me daré el tiempo para escribir la parte E y el Add, suponiendo que no los fusiono, por lo que por ahora creo que bastara. Son bastantes palabras, aunque no aseguro la calidad del texto. XD

Por ultimo, permíteme advertir que yo no tengo experiencia en esto del Lemon, siendo que esta historia fue pensada justamente para ayudarme a explorar un poco el tema. Agradecería un poco de Feedback ante la narración de los actos, para saber si están bien o si les falta algo. Así mismo aclaro que la historia esta aun en desarrollo, y si bien el Lemon es algo así como el eje central, no aparecerá nada demasiado explicito pronto.

Cyberz Fuera.

Ja Ne.

***


Sintiéndose increíblemente entumido del cuerpo, Lincoln lentamente despertaba en su cama, recuperando la conciencia incluso antes de siquiera sentirse listo para abrir sus ojos, pues sus parpados parecían pesar una tonelada en esos momentos. Notó que aquel entumecimiento era producto del frio que sentía, el cual era moderado, pero aun así perceptible. Al abrir sus ojos, pudo notar que el frio era producto de su movida forma de dormir, pues esta vez se había descobijado en un punto de la noche. Aquello no sucedía comúnmente, pero Lincoln podía recordar que paso con anterioridad, por lo que estaba tentado a tomar su cobija y cubrirse con ella para continuar durmiendo. Pero no lo hizo, la razón por la que despertó en medio de la madrugada no fue el frio que sentía en esos momentos, era su curioso y poco justificado habito de levantarse a orinar, por lo que deshizo aquel agradable abrazo y salió de su cuarto en dirección al baño.

Tal parece que a pesar de ser alguien que se movía mucho al dormir, Lincoln resintió el frio, pues al abrir completamente sus ojos, pudo notar como tenía a su hermana pequeña Lucy envuelta en un doble abrazo, la parte superior usando sus brazos y sujetándola con fuerza, mientras que la parte inferior teniendo recargada su pierna sobre las de ella. Aquello lo incomodo muchísimo pues, como era normal, al menos para él, al despertar para ir al baño en las madrugadas, tanto como al despertar para comenzar sus días, Lincoln tenía una erección presente, la cual, al estar en aquella posición, quedaba fuertemente presionada en la pierna de su hermanita.

Normalmente solo era incomodo despertar en las madrugadas porque aquel tipo de erección volvía difícil orinar sin agregar dificultad a la tarea de apuntar al excusado sin ensuciarlo, pero esta vez era también incomodo por recordar como su pene de hecho se sintió bien al estar presionado contra su hermanita.

No tenía idea de porque cada vez que despertaba tenia siempre una erección presente, pero ya había perdido cualquier interés en saber la respuesta, después de todo ya había aprendido a lidiar con ese tema.

Al regresar a su cuarto, Lincoln vio en dirección a su cama y se reprendió mentalmente al notar que esta vez, quizá desde antes de despertar, había descobijado parcialmente también a Lucy, dejándola únicamente cubierta de una pierna, al menos parcialmente. Pero aquello le genero interés a Lincoln.

Se acercó al lado de la cama en la que su hermanita dormía y fijo su mirada en sus piernas mientras ella parecía dormir de forma algo incomoda por el frio que seguramente sentía. Su piel era muy blanca, muy pálida, tanto que Lincoln podía entender porque a veces escuchaba decir a su madre que Lucy tenia la piel transparente.

Tanto Lincoln como Lucy tenían una afección hereditaria que les daba sus característicos colores de cabello y sus pálidos tonos de piel, pero en el caso de la menor, el problema era un poco más notorio. Tanto como para hacer que su piel de hecho fuera muy sensible, razón por la cual ella siempre usaba ropa que cubría la mayoría de su cuerpo, en el caso de las piernas, eran las mallas.

Pero esta vez Lucy no tenía sus mallas puestas, pues a pesar de que había comenzado el frio de otoño, por alguna razón no las tenía puestas. Con cuidado y manteniendo un poco su respiración para evitar despertar a Lucy, Lincoln acerco su rostro a las piernas de su hermanita y las vio con mucho detenimiento. Eran tan, curiosas. Su piel era muy pálida y realmente parecía ser transparente si tomaba en cuenta cómo es que a lo largo de sus piernas podían verse algunas líneas recorrerles en un tono verdoso pero muy discreto.

Lincoln no era un genio, pero no necesitaba serlo para poder deducir que aquellas curiosas y verdosas líneas que transitaban bajo la delgada piel de la niña eran sus venas. O sus arterias. Lincoln no sabía la diferencia realmente, pero eso no era lo importante, su atención estaba fijada en como la piel de su hermanita era tan delgada y pálida como para permitir ver tenuemente aquellos conductos a través de la misma.

Con suavidad y dándose el lujo después de constatar que sus manos no estaban frías, Lincoln coloco su dedo índice derecho sobre la pierna de su hermana dormida, justo por encima de la rodilla, donde una de aquellas venas; o arterias, parecía desaparecer difuminándose bajo la piel más gruesa de la rodilla.

Lucy no reaccionó en absoluto ante aquello, por lo que con mucho cuidado, Lincoln decidió recorrer el camino que podía verse muy suavemente iba hacia arriba, moviendo su dedo de manera lenta y suave. A mitad de camino Lincoln pudo notar cómo es que, además de suave, la pierna de su hermanita era de hecho agradable al tacto.

Continúo el recorrido de su dedo siguiendo aquella tenue línea y se topo con el borde de la camisa que su hermanita usaba como pijama, pero no le dio demasiada importancia, simplemente dejo que esta se recorriera al paso de su dedo.

Lincoln estaba extrañamente fascinado ante lo que veía y sentía al hacer eso, además de sentir su corazón acelerado ante el miedo de pensar que quizá Lucy podría despertar durante el proceso. Lo que termino por hacer que Lincoln se detuviera fue notar como su dedo había llegado tan arriba en la pierna de su hermanita, que ahora un nuevo pedazo de tela estaba en su camino. Ya no era la camisa-pijama de Lucy, pues esa era holgada y por ello pudo desplazarla solo usando su dedo, era otro tipo de prenda, una mas intima.

Al ver como su dedo estaba tan cerca de la entrepierna de su hermana menor, y dejando con ello a la vista sus infantiles panties de color blanco, Lincoln dio un paso hacia atrás algo confundido. La emoción que sentía era muy extraña y eso le pareció poco natural, por lo que de manera apresurada cobijo a su hermana y camino hasta su lado de la cama, donde se apresuro a acostarse y tratar de dormir lo antes posible, tratando de evitar pensar en aquel culposo cosquilleo que el mismo había comenzado a sentir cerca de su entrepierna.

***

Los domingos eran para la familia, el único día en que los hijos podían dormir hasta tarde, siendo que incluso los padres dormían más de lo normal al no tener pendientes. Claro, el señor Lynn podía llegar a ser flexible, pero no por ello descuidado, por lo que los domingos significaba que sus hijos despertarían más tarde, pero no tan tarde. A las ocho treinta de la mañana estaban ya todos de pie mientras esperaban a que el patriarca terminara de preparar el desayuno, mientras la matriarca, feliz de tener aquel día libre, ocupaba su tiempo para atender a sus hijas más pequeñas, desde las gemelas hasta Lily.

La única actividad "responsable" que Lincoln y sus hermanas tenían ese día de la semana era hacer el aseo de la casa, lo cual no era tan malo tomando en cuenta que eso significaba recibir su mesada al terminar. Él, en particular, tenía lo que a su consideración eran las tareas más sencillas de todas, la primera era recoger las bolsas de basura de las habitaciones de la casa y la segunda limpiar las ventanas de la casa. Nada del otro mundo, menos aun siendo que Lisa solía facilitar las cosas con algunos de sus pequeños inventos, sin duda ella tenía un gran futuro como ingeniera o algo parecido.

Con cierto aburrimiento, Lincoln se dispuso a jugar un rato en su teléfono, mismo que compró ayudado un poco por sus padres y gastando gran parte de sus ahorros, pues era uno de gama alta. Era un día aburrido después de terminar sus actividades de aseo y ni siquiera leer comics parecía saciar su necesidad de entretenerse. Estaba tentado a ver el contenido de su teléfono, pero estando todas sus hermanas en casa, prefería no aventurarse y causar con ello un momento bochornoso.

Para cuando fue medio día, el estaba ya muy cansado de estar en su habitación, pero al no tener nada que hacer ni tampoco un lugar a donde ir, siguió sobre su cama dando vueltas y tratando de darle uso a su nuevo teléfono. Al menos así fue hasta que alguien llamó a su puerta y dijo su nombre desde el otro lado. Él supo de inmediato quien era esa persona, su voz era inconfundible, por lo que se puso de pie y atendió a su llamado.

Ahí estaba esa chica, con una playera blanca y sobre ella un chaleco negro que, siendo permisivos, llegaba a parecer algo formal. Esa bonita falda estilo escocés de color morado que poco dejaba ver la piel de sus piernas gracias a las enormes calcetas blancas que vestía por debajo de aquellas botas algo toscas de color púrpura fulminante. Una sonrisa nerviosa debajo de sus ojos adornados con sombra rosa y aquello que es lo que más distinguía a esa chica, su hermoso y algo desarreglado cabello rubio que caía un poco por debajo de sus hombros, el cual tenía ese interesante mechón de color turquesa.

—Hola, Lincoln— saludó la chica, con sus manos juntas frente a su pecho, mientras jugaba con sus dedos de manera algo nerviosa.

Lincoln también se puso algo nervioso, aunque sabía que Sam estaría por la casa debido a que tocaría junto a Luna más tarde, no esperó verla sino hasta mucho más tarde, mientras interpretaban alguna de sus canciones. Prefería no encontrársela y menos aun a solas, como en ese momento.

—Hola, Sam— Lincoln devolvió el saludo, también mostrando algo de nerviosismo.

Sam voltio rápidamente su vista hacia su derecha, antes de devolverla hacia Lincoln y continuar hablando.

—Oye, ¿estás ocupado?

—No, para nada. De hecho estoy algo aburrido.

—Bien, digo, que mal. No, no es tan malo, sabes a lo que me refiero, ¿verdad?

—¿Necesitas algo, Sam?

—Si, lo siento. Luna me mandó a pedirte un favor.

—Ok, te escucho. Igual no tengo nada que hacer hoy.

—Bueno, parece ser que Xnayer no podrá venir hoy, así que ella pensó que podías ayudarnos con eso.

—¿Lo dices en serio?

—Si... ¿no quieres?— preguntó la rubia, con cierta consternación en su voz.

—Bueno, no es que no quiera, es solo que... ya sabes. Hoy estaría toda la banda, ¿no?

—Así es, hemos estado planeando este concierto desde hace más de un mes. La idea era que estuviéramos todos, pero Xnayer no podrá venir. Y tú eres el único que conocemos que puede tocar la batería y que además se sabe la mayoría de las canciones.

—No creo que sea una buena idea, Sam. Por lo que vi, hoy vendrá bastante gente, no quisiera arruinar el concierto por no ser parte de la banda.

—No te preocupes Lincoln, eres bastante bueno con la batería, Xnayer lo ha dicho muchas veces. Al menos eres mejor que Luna, y ni que decir del resto de nosotros.

—Puede ser, y no me molestaría ayudarlos si solo se tratara de un ensayo, pero no me siento cómodo tocando frente a otras personas. No es lo mío.

—Vamos, Lincoln. Por favor. No hay nadie que pueda cubrir a Xnayer además de ti.

—Debe haber alguien más...

—Claro que hay más gente, Lincoln. Pero no se saben todas las canciones de la banda, tú eres el único. Y ya tenemos el Setlist preparado, Chio ya tiene programados los cambios de filtro, los samples y las bases en orden. Si le decimos a alguien más que nos ayude deberemos cambiar el Setlist y Chio no tendrá tiempo de organizarse. Ambos sabemos que pasa cuando intenta tocar su instrumento y apoyarnos con las demás cosas cuando no las tiene preparadas.

—Lo entiendo, pero aun así no creo que sea una buena idea. ¿Qué pasará si lo arruino?

—Nada. Esto no es un concierto como los que damos en el Kilkee o en los partidos y eventos de la escuela. Es solo un concierto de garaje, a nadie le va a importar si te equivocas un par de veces.

—No lo sé, Sam. Su banda ya tiene cierta reputación, no me gustaría arruinarlo.

—Eso no va a pasar, Lincoln. Al contrario, seguro que la gente se va a emocionar si te equivocas. Luna, Chio y yo podemos cubrirte improvisando un poco si eso te pasa. Seguro que sería divertido para todos, ya sabes, a Luna le gusta lucirse de vez en cuando.

—Pero, estar frente a toda esa gente, no me gusta mucho la idea. De solo pensarlo me pone nervioso.

—No es tan malo, no creo que hoy vengan ni siquiera cincuenta personas, estaremos bien Lincoln. Solo tómatelo con calma. En verdad nos ayudaría mucho que toques con nosotros hoy. Xnayer no podrá llegar a la ciudad hoy, tuvo una emergencia familiar importante, o algo así.

Lincoln no se vio muy convencido, incluso podría decirse que se mostró cada vez más dudoso ante cada palabra de la rubia, pero a pesar de todo él no fue capaz de darle un rotundo no a la chica, era incapaz de hacerlo. Sabía, muy a su pesar, que Sam encontraría la forma de convencerlo.

—No me hagas esto, Sam— dijo Lincoln, suplicante de una manera algo exagerada—. No me siento cómodo estando frente a muchas personas, menos aun si es tocando con su banda.

Lincoln no lo notó, pero Sam volteo una vez más a su derecha de forma rápida. Pero incluso si él lo hubiera notado, no habría sido capaz de saber qué es lo que ella veía, después de todo el seguía dentro de su habitación y la zona a la que ella veía era un punto ciego para él.

—Bien, y— la chica dudó un momento, pareció atragantarse con sus palabras—... y si te doy algo a cambio, ¿nos ayudarías?

—Preferiría no hacerlo, Sam. No hay nada que quiera justo ahora de todas formas.

—Am... y... bueno... ¿y si te doy un beso?

Ante la sorpresa, los ojos de Lincoln se abrieron bastante y su boca dejó escapar un suspiro.

—¿¡Que!? ¡No!

—Oh, claro, que tonta fui. Disculpa— Sam volteo una vez más a su derecha de forma rápida y después de hacerlo soltó un largo suspiro, como resignándose a algo, después continuó—... es verdad, ya no eres un niño... si... uff... si quieres, tu...

—¿Estas bien, Sam?— preguntó Lincoln, ahora algo extrañado por el cambio en la actitud de la rubia.

—Si, es solo... disculpa por tratarte como un niño.

—No hay problema, es solo...

—Entonces— interrumpió ella—... entonces nos ayudarías.... Am. ¿Si te dejo tocar mi pecho o mi trasero nos ayudarías?

Lincoln dio un par de pasos hacia atrás ante la sorpresa, y por supuesto, ante la propuesta sus mejillas se enrojecieron un poco debido a que su pulso se aceleró. Pero quiso permanecer como un caballero a pesar de todo.

—Yo, pues, mjm. Sam, creo que una chica no debería decir esas cosas, es algo... indecoroso. Además eres la novia de mi hermana, no podría hacerte algo así, Luna jamás me lo perdonaría.

—Ella no tiene porque enterarse...

Ambos guardaron silencio. Él cavilando aquellas palabras, contemplando con mucha seriedad aquella propuesta. Si en verdad no le diría a Luna, quizá podría aceptar esa propuesta. Ella, por su parte, se mantuvo callada esperando por la respuesta del peliblanco.

—Eres una chica linda y todo Sam, pero no podría hacerte eso. Me sentiría mal por Luna...

—¡Maldición, Lincoln!— exclamó Luna con su sonora voz, apareciendo al lado derecho de Sam, pues estaba escondida ahí, aprovechando el punto ciego que había desde donde Lincoln permanecía de pie, asustándolo— Solo acepta de una buena vez. Toca los pechos de Sam y vamos a hacer un ensayo antes de que no tengamos más tiempo para eso.

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