8| Purista

Hermione

Tenía en frente al protagonista de mis sueños y por supuesto, no lo quería cerca, ¿a quién engañaba? Yo quería, deseaba que se acortara la distancia que él hiciera realidad cada cosa que soñé, pero no es fácil. Este arrogante era todo menos fiel y amable. Muy prejuicioso y purista o eso fue conmigo durante todo el colegio.

— ¿Qué quieres? ¿A qué has venido? —pregunté, mientras buscaba mi varita. Claro que le lanzaría un hechizo, mas primero debía dejarlo hablar.

— Deseaba verte. — se acercó hasta mí y tomó mis dibujos, que chismoso. — A este vestido deberías agregarle una correa se vería mejor — ajá, había venido a revisar mis cosas.

— ¡Oh vaya! ¡Sabes de diseño! Ilústrame entonces — dije con falso asombro y llena de sarcasmo.

¿Quién en su sano juicio viene a corregir dibujos?, Lo olvidaba, los Black tenían fama de estar locos y este era su descendiente. ¿Él quería verme? Yo diría que quería volverme loca o viene a verme enojada. Este hombre era sumamente impredecible.

Draco tomó asiento frente a mi mesa de trabajo, tomó alguna hoja y un lápiz.

—¿Sabes dibujar? — pregunté mientras le veía hacer el boceto de una persona, sus cabellos, su rostro.

— algo así, Granger. — trazaba rápido. Y me gustaba verlo así de concentrado era perfecto— he dibujado a esta mujer durante años. Ella siempre ha sido y será hermosa.

—¿Soy yo? — pregunté al ver aquel boceto. El firmaba sobre aquel dibujo. ¿este arrogante pasaba el tiempo dibujándome? ¿Durante años? No lo creo, él quería verme la cara de estúpida. — No sabía que dibujaras

— hay mucho que no sabes sobre mí.

Su miraba era penetrante, sus ojos grises podrían hipnotizarme, hacer que dijera sí a todo, por ello no me gustaba tener cerca al protagonista de mis sueños eróticos.

— Lo siento, Malfoy, tengo que irme — le di la espalda. No quería verle, no quería sentir nada por él ni por nadie, no quiero terminar así de herida y en cama otra vez.

Tomé mi varita, un bolso que contenía un cuaderno y lápices de colores. iría a pasear, caminar, distraerme y así inspirarme.

— Iré contigo — dijo tan firme.

— Entonces me quedaré — respondí. Quería estar sola,  Malfoy, no me lo facilitaba en nada.

— Te haré compañía. — me daba una sonrisa atrevida. ¿Qué creen? Este estaba jugando con mi paciencia.

— Eres irritante — le dije enojada.

— y tú eres una sabelotodo insufrible — me respondió con tanta calma que me estaba exasperando.

— ¡Tú eres un egocéntrico! — grité, dejé caer mi bolso de la rabia.

— Tú eres una necia — susurró y cortó la distancia entre nosotros.

— Eres un purista arrogante

— Rata de biblioteca — no podía apartar la vista de él que me miraba divertido mientras nos acercábamos más.

— Estúpido, hurón — Malfoy eliminó la distancia entre ambos, estábamos a milímetros, su rostro estaba tan cerca, sus labios se veían tan deseables y mi corazón latía estrepitosamente.

—¿Tan difícil es entender que quiero algo contigo? —me sentía más que intimidada, muda y atónita, incapaz de hacer algo. Olía a menta, maldición ya no podía pensar en nada que no fuera: "bésame, Malfoy, bésame, bésame" — Te necesito, Granger.

Alcé el rostro y lo invité a besarme, él no dudó en hacerlo, ¡por Merlín!, Malfoy besaba delicioso, sus manos recorrían mi cuerpo sobre mi ropa, no pude evitarlo porque yo quería todo de él ahora. Comencé a desabrochar su camisa, él me alzó, me colocó sobre la mesa, deseaba que mi sueño se hiciera realidad. Vale, más tarde ya habría tiempo para arrepentirme, pero quería disfrutar estos besos cargados de pasión y deseo. Él se derretía ante cada caricia que le daba en el pecho.

—¡HERMIONE! ¡¿CÓMO PUDISTE CAMBIARME POR ESTE?! —oía a Ronald gritar enojado —¡¿CÓMO PUEDES REVOLCARTE CON ESE IMBÉCIL?! — ¿Quién se creía para venir a buscarme y reclamar luego de largarse con Lavender? Yo no lograba moverme estaba en medio de un mar de emociones, ira, miedo, ganas de golpearlo, dolor.

—¡LÁRGATE WEASLEY TÚ NO TIENES NADA QUE HACER AQUÍ! —gritó Malfoy, se separó de mí, su camisa estaba abierta no se molestó en cerrarla. Tenía la varita en alto apuntándolo— ¿NO TE BASTÓ CON HERIRLA?

—¡ELLA ES MI MUJER!, ¡ELLA ES MÍA NO PUEDE METERSE CON UN PURISTA IMBÉCIL! — ¿Qué yo era su mujer? Jamás en mi vida me trataron como un objeto, menos ahora iba a tolerarlo. Una ira incontrolable se apoderaba de mí.

Quería lastimarlo, que sintiera todo lo que me había hecho sufrir hace meses, que supiera lo mucho que duele que la persona que amas te trate como una escoria humana —¡Crucio! ¡Crucio! — jamás había torturado a nadie antes. Me sentí mal al escucharlo gritar, aun así, estaba furiosa aun apuntándole con mi varita — eres la última persona que quiero ver en mi vida, jamás vuelvas aquí. RONALD LÁRGATE.

Malfoy se acercó a mí, me aferré a él que me abrazó, quería evitar oír los gritos de Ronald, me sentía mal por haber usado aquella maldición. Lo escuché levantarse para irse, ni siquiera quería alejarme de Malfoy, si lo hiciera terminaría peleando con Ronald.

—Lavender me mantuvo bajo la maldición imperius — salió de casa, y yo estaba impresionada, no sabía cómo reaccionar.

¿Lavender había provocado todo esto? ¿Hasta ahora Ronald venía a decirlo? ¿Cuándo yo estaba confundida? Ronald Weasley es un reverendo asno.

— Granger, iré a mi departamento necesito una ducha y ocuparme de un asunto — sin decir más desapareció.

Bien, supongo que ese "asunto" era un momento para desfogarse, maldito Ronald tenía que venir a interrumpir.

Ordené mis dibujos, algunos estaban esparcidos por lo ocurrido con el rubio arrogante. Bueno le había dicho a Harry que lanzaría un crucio a Malfoy, pero terminó siendo para Ronald.

Tomé el dibujo de Malfoy, me gustaba su estilo, me gustaba su letra, incluso acerqué la hoja a mi nariz tenía un ligero olor a menta casi imperceptible. Estaba tan de concentrada con aquel dibujo que cuando en mi cocina oí como se rompía un plato di un respingo.

— ¡Torpe! —esa voz era de Pansy, llegaron — a este paso Hermione terminará hechizado los platos para que no los rompas, Blaise.

— bah, con un reparo volverá a ser el mismo — respondió despreocupado.

— Shh— Theo los silenció — Hermione va a oírnos y hemos llegado de sorpresa.

— ¿Todos los días le damos sorpresas? — preguntó Daphne, no pude reprimir una sonrisa, estas serpientes eran divertidas, eran buenos amigos, asimismo eran muy curiosos con la tecnología muggle.

— Ya saben, hoy es noche de pizza y refresco. — respondió Blaise.

— Theo ¿trajiste la video-grabadora? —preguntó Daphne.

— Claro que sí — afirmó. Ya no pude con la curiosidad así que ingresé a mi cocina.

— ¿Se puede saber que están planeando? —pregunté divertida.

Todos me veían como si los hubiera atrapado en medio de alguna travesura. Era como sorprender a un montón de cachorros rompiendo su juguete favorito. 

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