3| Masoquista
¿Acaso era mucho pedir que me dejara en sola? Al menos, Harry y Ginny no venían a hacerme enojar o meterme de golpe en mi bañera. Me niego a creer que el ególatra Malfoy está en mi casa sin buscar nada a cambio. Algo debe de querer porque éste no ofrece ayuda gratuita, así como así.
—¿Qué quieres? — Lo cuestioné sin emoción alguna, maldito hurón aprovechado.
— Teníamos trabajo que hacer ¿recuerdas? — Volvió a ser inexpresivo, su mirada se tornó fría con una clara intención de tomar el control de la situación.
— Ya no trabajo en el ministerio — caminé de regreso a mi habitación para brincar a mi cama y cubrirme con alguna sábana.
— Ellos dicen lo contrario — se acercó a mi cama para luego recostarse junto a mi — este colchón es muy suave. ¿Lo usabas con la comadreja?
— Lárgate, déjame sola — no pude evitar sentirme mal por su comentario, esta cama si la había usado, no pude evitar llorar, mi garganta dolía y las lágrimas eran tan calientes se sentí como si quemaran mis mejillas.
— Él no te merece, yo sí sé apreciar tu inteligencia— maldito ahora se burlaba de mí, maldita sea, mi vida es una burla.
— deja... de burlarte... de mí — dije entre sollozos, maldito idiota, maldita sea mi vida, malditos los del ministerio que lo enviaban. ¿Tenían que enviarlo a mi casa sabiendo que prefiero cuidar dragones antes que estar con este arrogante?
— Estoy diciendo la verdad — no pude evitar sentir curiosidad por su expresión así que lentamente bajé la sábana de mi rostro dejando al descubierto solo mis ojos. — me siento atraído por ti, Granger. — ni siquiera me veía, estaba con la vista clavada en el techo.
— ¿el puñetazo que te di te afectó el cerebro? — pregunté observándolo — ¿Te gustan las chicas mayores?
Se giró en mi dirección para verme con un pequeño brillo en de sus ojos grises, debía ser culpa de la ventana abierta que dejaba entrar la luz — Me hiciste masoquista, Granger.
—¿Puedo usarte de sumiso? — pregunté aburrida, Malfoy estaba atónito y yo tan expresiva como un molusco. Lo había dicho sin pensar, por eso decía sandeces.
— ¿Estás coqueteando conmigo? — respondió con otra pregunta, su rostro mostraba la sorpresa ante mi propuesta. Buscaba sacarme de mi depresión con el diálogo como si fuera un amigo cercano, aunque a Harry no le haría ese tipo de propuestas, es más seguro que se asustaría.
— ¿Eso hacía? — yo no consideré eso. Es más, ni siquiera he coqueteado antes de manera consciente. Ya escuché suficiente, volví a cubrirme con la sábana y le di la espalda.
— esa manera de ignorarme que tienes hace que me sienta más interesado. ¡Joder! Siempre lo hacías en el colegio por ello nunca pude dejar de molestarte. Granger, hoy tenemos una presentación en el mundo muggle sobre mi proyecto de.... — dejé de escucharle ¿a mí que rayos me importaba sus proyectos, sus planes? yo quería estar sola.
—¿estás escuchando? — sentí que me movía así que volví a ignorarlo, se cansaría, se iría y yo podría dormir — ¿desde cuándo tienes la autoestima tan bajo? ¿Por qué no te olvidas de todo y vuelves a sonreír? ¿Por qué te crees todo lo que te han dicho? Granger, se algo egoísta por un día y piensa en ti.
Esto era el colmo, el hurón haciendo preguntas como si fuese algo mío, como si en realidad le importara lo que me sucediera. — te lo diré así de fácil. — susurré — nadie ama a una mujer que es fría en la cama, que es más inteligente que su pareja, que tiene metas difíciles de alcanzar, que es una mandona, una aburrida amante de libros... ¿Y quién debilitó mi autoestima? debes verte en un espejo y lo sabrás.
— Granger, Granger, no creí que te tomaras en serio lo que decía — se levantó de la cama — tienes media hora para arreglarte, tú serás mi acompañante en la presentación de mi proyecto.
Me importaba un rábano lo que él dijera, nadie me iba a separar de mi amada cama y mi depresión. Y menos el ministerio, yo ya no trabajaba ahí o al menos ya no creía estar al servicio de aquel lugar. ¡Maldito Kingsley!
Podrían pasar los minutos y yo solo quería dejar de pensar en Malfoy y su estúpida mirada puesta en mí, me encontraba metida hasta el cuello en mi tristeza por lo que no sentía ánimos para algo, mucho menos para ir a una reunión donde Malfoy tendría que parecer un médico muggle cuando en realidad era un medimago. Es más, ¿él qué interés tendría en abrir un centro de rehabilitación donde no podría usar magia? No le busqué respuesta, ya que hacerlo lo ablandaría ante mis ojos.
Escuché unas cuantas risas femeninas, quizás Luna y Ginny habían venido a ver si continuaba con vida.
— Draco, tenía razón, ella no haría el intento de ponerse presentable — me sentí observada, ni así salí de mi cama y menos traté de moverme. — Granger, hemos venido a arreglarte, aunque no tengo ni idea de cómo hacerlo a lo muggle
— Daphne, yo buscaré en el clóset. — esa voz si la reconocía, Pansy Parkinson. Ahora mi casa es un nido de serpientes. ¡Genial, mi deseo hecho realidad!
Lo siguiente que supe fue que estaba flotando por los aires, ¿acaso las serpientes tenían la manía de hacerme flotar?
— ¿podrían decirle a Malfoy que prefiero besar un troll antes que salir con él? —inquirí en medio del llanto — Quiero estar sola, lejos de todos y él solo me perturba, me molesta, me confunde. ¿Qué otra burla está ideando contra mí?
— se resiste a creer que Draco está embelesado de ella. — responde Pansy sacando un vestido rojo de mi clóset.
Daphne me bajó a la cama que ahora estaba hecha, Niobe la había ordenado. Se acercó a mí con un cepillo para el cabello, luego empezó a peinarme como si fuera su hija de tres años — Creo que Hermione está así por Weasley, sé que no quieres salir y lo último que quieres hacer es acompañar a Draco — podía sentir que usaba un par de pociones para alisarlo, dejé de llorar no podía hacerlo delante de ellas— Draco es un idiota, sé que lo sabes... Pero ¿te has parado a pensar por qué piensa en ayudar muggles si ellos son lo que le enseñaron a despreciar? — ella esperaba que respondiera, claramente no lo hice, es más ni siquiera he pensado en ello cuando me anunciaron que debía asesorarlo.
— Draco está herido, vio a tantas personas morir en manos de quien-tu-sabes, vio a su padre temerle a un mestizo, fue obligado a odiarte para protegerte...— Pansy me maquillaba o creo que hacía el intento mientras me hablaba— Draco no es expresivo y sé que te ha herido con sus palabras, con su actitud de idiota y también sé que pasaste horas pensando en él arrogante príncipe de Slytherin.
— Le gusta mi rostro o el desastre de cuerpo que tengo — respondí. Pansy hizo una mueca de desaprobación a mis palabras.
— Mira, lo primero que a Draco le gustó de ti fue el oírte parlotear sobre hechizos y cosas así, no hay que ser tan inteligente como para saber que a Draco le gusta refutar cualquier tema que sea de su interés, ni siquiera yo doy la talla cuando se pone a hablar, a él le gusta tu inteligencia — Daphne me hacía unos rizos más definidos. — Olvida a Weasley, él no supo apreciar tu inteligencia y se fue. Te dio la oportunidad de buscar tu felicidad ayudando al resto, tú eres de Gryffindor, saldrás de esto con valentía y sé por una buena fuente que golpeaste a Malfoy haciendo uso de tu valor.
— Recuerdo que Draco llegó con su orgullo herido haciendo drama, su bello rostro tenía un moretón y no sanaría en años debido a que no tenía una poción para desinflamar, tuvimos que ayudarlo a prepararla —río Pansy. — Granger, hoy vas a salir y demostrarás lo fuerte que eres. Cuando llegues aquí, Daphne, Luna, Ginevra y yo te estaremos esperando para una pijamada.
—¿Cuánto les está pagando Malfoy para que hagan esto? — tanteé. Pansy hizo que me pusiera en pie para colocarme el vestido. — no creo que estén interesadas en lo que dicen que quieren hacer.
— De hecho, obligamos a Draco a nos traiga aquí, Blaise y Theo no se creen que tenemos cuñada. — respondió Daphne, su voz denotaba la emoción que estaba sintiendo.
—¿cuñada? ¿están insinuado que yo y ese idiota arrogante ególatra, somos o seremos...? — ellas asintieron con una sonrisa y yo solo quería que me tragara la tierra por lo ridículo que sonaba ello. ¡un sueño eso debía ser! No, era una pesadilla.
Malfoy ingresó a mi habitación, yo quería huir, mas no tenía a donde. Él no dejaba de observarme con fervor, como si fuera lo más hermoso del mundo.
— La patita fea se convirtió en un hermoso cisne — dijo arrastrando sus palabras.
Pansy se acercó a él, le pellizcó el brazo, debió haberle clavado las uñas porque él hizo un gesto de dolor y pude llegar a ver lo blanco de sus ojos. — debes de decirle, "Granger te ves hermosa, has vuelto a robar mi corazón". Y no te hagas el desentendido que podría darte la poción de la verdad.
— Malfoy, ponte un traje muggle porque si usas esa túnica te verán como sacerdote — interrumpí tratando de parecer tranquila, pero en realidad estaba nerviosa. Se fue y en menos de 7 minutos volvió en un traje negro que lo hacía ver bien. ¿A quién engaño? Estaba muy guapo, su espalda resaltaba en ese traje.
— Draco, traes a la señorita antes de la una de la mañana, ahora son las siete de la noche — Daphne veía su reloj. — si tardas enviaré a Blaise a buscarte y con lo dramático que es desearás no haber nacido.
— Granger, dame la mano — Draco me extendió la suya. Yo quería irme lejos, quería seguir sola, no había puesto un pie fuera desde hace mucho. No le tomé la mano, así que hizo que lo sostuviera del antebrazo.
— Entre más pronto vayamos más rápido volveremos — respondí.
— Solo si permito que escapes, Granger.
— Recuerda que soy una bruja, así que me iré en cuanto acabe tu reunión.
— Nunca escaparas de mí, soy demasiado atractivo para que me abandones a merced de alguna muggle violadora. — me dio una sonrisa atrevida.
— el ego del huroncito arrogante ha hablado — sentí un tirón y todo giró a mi alrededor. Idiota, a las reuniones muggles se va en coche no por aparición.
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Never Let You Down - Michael Schulte
"Cuando estés herida, ahí estaré.
No te preocupes"
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