17| ¡Maldita serpiente!
Han pasado dos años, Luna y Theo son magizoologos, Theodore abandonó su trabajo de Inefable en cuanto se casó con Luna. Tuvieron unos gemelos preciosos, Lorcan y Lysander, por lo pronto dejaron de viajar para cuidar de ellos.
Pansy y Ronald sacaron a flote su relación cuando esta salió embarazada de mellizos. Yo no tengo problema con él y es más lo felicité y casi le agradecí por haberse dejado embrujar por Lavender. Casi, pero no lo hice.
Draco y yo estuvimos celebrando San Valentín y la celebración trajo consigo algo... olvidé completamente cuidarme, aunque creo esto fue algo que él planeó. Planeado o no, yo estaba feliz por el pequeño que crecía en mi interior. Él estaba feliz y me pidió matrimonio en el acto, pero le hice recordar nuestro trato.
Los tres primeros meses fueron demasiados para mí, vivía prácticamente en el baño debido a las náuseas constantes y los desmayos eran frecuentes, podía estar bebiendo té helado, un segundo después estaba desmayada. Odiaba el olor de las manzanas, Draco tuvo que dejar de usar su perfume de menta ya que le vomité encima incontables veces.
Durante el segundo trimestre él sufría antojos. Incluso ganó un par de kilos, Yo no tenía antojos... A veces un litro de helado, nada más. En cambio, Draco se levantaba en las madrugadas por leche fría, helados, manzanas y chocolates.
En la madrugada del 13 de noviembre de 2005, el dolor estaba a punto de hacerme llorar, cada centímetro de mi cuerpo dolía, hace una hora que estos dolores no desaparecián. A las dos de la mañana llegué a la conclusión de que dolía más que cien crucios juntos.
— ¡Draco! — traté de moverlo, pero no podía— ¡DESPIERTA! — grité.
— No, es de noche — Draco estaba dormido.
— ¡VOY A TENER A NUESTRO HIJO EN NUESTRA CAMA Y SERÁ CULPA TUYA! — grité en medio del dolor.
— Siento sueño, dile que se espere hasta las seis de la mañana — me respondió de lo más tranquilo.
— Qué más quisiera yo — las contracciones estaban siendo un castigo — Draco despierta, estoy a punto de dar a luz.
— Eres una Gryffindor muy valiente puedes esperar hasta que amanezca. — me respondió.
— ¡DRACO LUCIUS MALFOY O ME LLEVAS A SAN MUNGO O TE LEVANTO A CRUCIOS! —grité, busqué la varita en mi buró.
— Nos casaremos en un mes — cuando me di cuenta él estaba usando una bata, tenía el maletín con la ropa del bebé y me llevaba a mí en sus brazos. — todo salió como lo planeé. Dijiste mi apellido.
— ¡MALDITA SERPIENTE!
Aquella madrugada fue la más dolorosa, el pequeño Scorpius llegó a este mundo a las 5 de la mañana. Y durante los años consecutivos le seguirían sus hermanos, Eltanin, Eridanus, Lyra, Antares y por último los gemelos: Arneb y Rigel.
Draco aseguró que sólo estaba buscando tener gemelos, ya que desde que nacieron hemos a cuidado con más empeño, siete Malfoy eran un remolino en casa, nuestras pequeñas Lyra y Antares eran las consentidas de Draco, ellas serían Slytherin; sabían cómo manipular a su padre.
Scorpius se dedicaba a velar por sus hermanos, protegía a cada uno e incluso celaba a sus hermanas de los hijos de Harry, de los hijos de Luna, de los hijos de Pansy. De todo el que se acercara e inclusive Teddy lo ayudaba con alejar a cada muchacho.
Draco es un hombre importante en el mundo muggle, un médico recibido, mis hijos son el terror de Hogwarts. Cada uno de ellos se llevan apenas 10 meses, debido a que Draco no paró hasta tener su equipo de quidditch.
Debo de reconocer que los perfectos genes Malfoy hicieron que nuestros hijos fueran todos rubios, solo los gemelos tienen el cabello como un nido de pájaros.
Soy feliz con mi "pequeña" familia, cada mañana agradezco poder escuchar la mejor música: el latido del corazón de Draco, su respiración acompasada.
Gracias por salvarme, Malfoy.
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