≫Malfoy Manor;

El espejo frente a mi reflejó todo lo que sentía en ese momento.

Tristeza y coraje, sobre todo lo último.

Mis padres habían muerto y ahora estaba obligada a convivir con la única familia que me quedaba; los Malfoy.

Estaba obligada a quedarme con mi tíos. Sonreí con ironía y enojo. Estaría en la misma mansión con personas quienes estuvieron del lado de aquel que mató a mis progenitores; Voldemort.

Con rabia limpie mi rostro, secando cada lágrima que había resbalado por mi mejilla. Mi mirada se volvió fría y sin expresión; estaban vacíos como lo estaba mi alma.

Solo tenía 17 años y jamás volvería a experimentar un dolor tan profundo como este.

-Señorita _____ ya está preparado su carruaje.-Mi elfa doméstica se adentra en mi habitación con timidez.

Pese a que la había liberado mi elfa había decidido que darse conmigo y lo agradecía, era como una amiga.

-Lo sé, Debby.-Suspire.

Debía dejarlo todo. A mis amigas, mi escuela, mi casa, mi libertad, mi paz mental. Todo.

Me observo por última vez en el espejo, mi ropa negra representaba mi luto y al final me coloque unos anteojos para ocultar mis ojos hinchados; Nadie me vería vulnerable.

Tomé mi varita y bajé las escaleras echandole un ojo por última vez a mi casa.

Los cuadros de mis padres aún adornaban los pisos, donde una vez hubo color ahora era gris. Al llegar a la planta inferior miré a la derecha y mi corazón se contrajo; El piano.

Aquel piano que nos reunía cada fin de semana, aquel en el que mi padre nos deleitaba a mi madre y a mi con su melodía, la imagen te inmediato vino a mi cabeza y sonreí con un nudo en la garganta.
Mi madre cantaba una dulce melodía al compás del piano mientras yo observaba el amor puro de mis padres.

Ahora miré a la izquierda, la Biblioteca. Donde de solíamos pasar el mayor tiempo por el trabajo y mis estudios.

El dolor de mi pecho era intenso y cuando llegué a la puerta de salida miré por última vez el interior.

-Juro que esto no se quedará así.-Murmuré en promesa.

Y al cerrar la puerta enderecé mi cuerpo elevando el mentón para así caminar hasta el carruaje y de una vez por todas viajar a mi nuevo destino.

Malfoy Manor.

El trayecto fue largo, más de lo que me hubiera gustado pero lo agradecía; Tampoco estaba emocionado por llegar.

Me dediqué a mirar la imagen de mis padres que había traído conmigo.
Lo apreté contra mi pecho y cerré los ojos deseando que todo fuera una pesadilla del que pronto despertaría. Pero no. Mis padres ya no estaban.

Horas más tarde el carruaje poco a poco desciende y al tocar tierra la ira vuelve a mi cuerpo.

Tres figuras se destacaron en la niebla Provocados por la oscuridad de la noche y cuando las puertas se abren pongo un pie firmemente fuera para así bajar por completo.

-____, querida.-Exclama Dulcemente la mujer que alguna vez fue la mejor amiga de mi madre.-Bienvenida.

No le devolvi el saludo y miro discretamente a mi al rededor. Noté lo grande que era el jardín y la mansión sin embargo poco me importó.

-Por favor, adelante-Fríamente exclama mi tío rompiendo el silencio del ambiente.

Mi mirada va al menor de la familia. Draco Malfoy.

Me miraba con curiosidad con sus manos metidas en sus bolsillos y por su cara supe de inmediato que este tipo era un idiota y sería un dolor en el culo.

Al ingresar me di cuenta que esto para nada era un hogar y mi primo no tuvo la suerte de tener padres como los míos para alejarlo de este mundo.

-Querida Draco te mostrará tu habitación y cuando esté la cena te llamaremos. Puede que estés un poco cansada y...

-No hace falta que me molesten para la cena.-Exclame seca.

Se miraron entre sí y luego a Draco quien con una seña me indicó que lo siguiera.

-Ahí-Exclama cuando llegamos al segundo piso y me señalo un puerta. Luego de eso se fué por el lado opuesto.

Me encogi de hombros y camine hasta el final del pasillo para así encontrarme con mi habitación.

Al abrir la puerta me encontré con todas mis cosas ya desempacadas y a Debby esperandome allí.

-No se que haces aquí. Eres libre Debby.-Suspiro cansads al ver a la Elfa tan predispuesta a tenerme como ama.

-Debby le juró a los amos que protegería a la ama ____. Debby es feliz siendo libre y servir a la ama.-Su dulzura me saca una pequeña sonrisa.

-¿Me preparas la ropa? Me duchare. Realmente necesito un baño.-Exclamé en un suspiro y me adentro al cuarto de baño donde una gran tina me esperaba.

Abrí la llave del agua caliente y fria mientras le eche el líquido que formaría las burbujas y una vez lista me desvisto para así lentamente entrar.

La espuma acarició mi cuerpo suspirando por la temperatura del agua, estaba perfecta.
Aprovecho el momento para relajarme pero de mi me te no se iba la imagen de mis padres y lloré.

Lloré porque ya no estaban conmigo, porque no pude hacer nada para evitarlo y porque no pude irme con ellos. El dolor en mi pecho jamás lo volvería a experimentar.

Yo morí con mis padres. Me lo arrebataron todo y ahora debía estar con las personas que estaban del lado de aquel asesino.

Perdí la noción del tiempo pero el agua fría me indicó que era hora de salir. Enjuague mi cuerpo y luego libere el agua de la tina. Me en vuelvo con la toalla y al terminar salgo del baño.

Mi ropa ya estaba preparada y solo me limité a colocarla en mi cuerpo. Para finalizar me acosté en la cama y cerré mis ojos. Solo quería desaparecer.

El sonido de mi puerta me despierta sin embargo quien abre es mi elfa la cual había aparecido repentinamente.

El elfo de la mansión me informa que la comida ya estaba servida sin embargo le hago un ademán en el cual demostraba mi rechazo. No bajaría a comer.
Mi elfa cierra la puerta y desaparece de la habitación.

Vuelvo acomodarme en la cama y luego de un profundo suspiro me quedo dormida.

. . . . . . . . .

Dos días desde que llegué a la Malfoy Manor. Narcissa se había acercado varias veces a mi puerta pero no respondí. Si no fuera por mi elfa hubiera muerto de hambre.

-Querida, por favor. Acompañanos a cenar esta noche.-Escucho su voz del otro lado y me levanto.

Bostezo y arrastrando los pies me en camino hasta la puerta. Al abrir solo asiento con la cabeza y puedo ver una pequeña sonrisa triste en el rostro de Narcissa.

Ambas nos dirigimos al living y allí todo estaba servido. Al ingresar ambas cabelleras rubias voltean en mi dirección pero no preste la suficiente atención a sus rostros y solo me siento sin emitir sonido en una de las sillas.

Un Elfo nos sirve y al escuchar el trato de mi tío con éste me hace apretar fuerte mi tenedor. ¿Como era capaz de tratarlo de esa forma? Pero no pude decir nada, este no era mi hogar.

-En Dos días iniciaran el sexto año en Hogwarts. Slytherin tendrá otra Malfoy.-Intenta romper el hielo la pelinegra.-Una muy hermosa.-Me halagó.

Mi vista está en el plato de comida y con lentitud comí la misma. No contesté, realmente tener una charla con ellos me daba completamente igual.

-Necesitaras uniforme y útiles. Mañana Draco puede acompañarte al callejón Diagon.

Pude oir una queja de mi primo que fue ahogada por la mirada de mi tío.

-Sobrina lamentamos lo que sucedió.-La voz de Lucius me hace levantar la mirada. Sus palabras me hirvieron la sangre.-No tengo palabras para expresar lo que sentimos y...

-No me digas sobrina y si no tienes nada bueno que decir no hables. Y un carajo, no me mientas en la cara, no lamentas nada.-Gruñí apretando fuertemente mi tenedor. Tanto que logré doblarlo.-Malditos Hipócritas, les juro que esto no quedará así.

Golpeé la mesa con mi puño provocando un sonido estruendoso con los platos y vasos. No aguanté más la presencia de estas personas y me levanté de la mesa.

-Gracias por la cena-.Exclame tan fríamente que pude notar sus cuerpos más tensados de los que ya estaban. Mis padres me habían enseñado modales y no los perdería por estas personas.

Me retiré nuevamente a mi habitacion porque si no lo hacía en ese momento les gritaria todo lo que llevaba dentro.

Lave mis dientes y terminé por acostarme nuevamente quedándome dormida entre lágrimas y sollozos.

. . . . . . . . .

Como había dicho Narcissa, Draco me llevaría al callejón Diagon esta tarde. Mis ojos estaban hinchados, mis mejillas Rosas y mis extremidades dolor por la mala posición en la que me había quedado dormida.

Decidí arreglarme y mientras lo hacía imágenes aparecieron en mi cabeza de cuando me arreglaba en Beauxbatons y todas halagaban mi belleza. Extrañe mi escuela, a mis amigas.

Siendo la líder de la casa Ombrelune yo era muy popular y, por las características de mi casa, sabia que mi casa en Hogwarts sería Slytherin.

Me puse bonita. Quería verme bonita y por ello me maquille un poco solo para ocultar mis ojeras. Para el momento en el que estuve lista la puerta de mi cuarto fue golpeada.

Me observé un momento más al espejo, tomé mis lentes oscuros y salgo de la habitación.

-Iremos via Red flu-Exclama Fríamente Draco mientras me miraba discretamente o eso intentó.

Pude verlo a él y me di cuenta que estaba, al igual que yo, muy bien vestido hasta combinabamos. Lo cual era hasta casi gracioso.

Bajamos a la sala y, por medio de una chimenea, en cuestión de segundos llegamos al lugar.

Siento un mareo repentino. Nunca antes había viajado de este modo y mi malestar parece divertir a mi primo el cual lanza miradas burlonas en mi dirección.

-Hasta mi prima cae de rodillas ante mi.-Exclama con aire de superioridad y no me contengo en vomitar en sus zapatos.

-Eso opinamos las chicas de ti.-Exclamé limpiando mis labios de forma burlona y no temo en limpiar mi mano con algo de vómito con su traje.-Al menos sirves como trapo.

Mis zapatos resuenan mientras me alejo con una sonrisa triunfante acomodando mis anteojos de sol.

No fue fácil encontrar un baño decente y, como jamás había Estado en el callejón diagon, por supuesto que estaba pérdida. Sin embargo traía mi dinero y la lista de materiales para la cursada.

-Una mascota.-Me emocioné al leerlo en el pergamino. Jamás había tenido una y ahora por fin tenía la oportunidad. Me guíe por los carteles y llegué a un lugar donde conseguiría lo que buscaba.

Al ingresar miré con asco algunas de las mascotas exhibidas. Los sapos no me gustaban para nada y las ratas aunque eran bonitas no estaban a la altura de lo que buscaba en una mascota. Los gatos eran preciosos y cuando estuve a punto de decidirme algo llamó mi atención apartado en un lugar de la tienda.

Era un Búho blanco con ojos ambar, un ser demasiado hermoso y totalmente excluido en un rincón.

-Oh pequeña eres preciosa.-Murmuré acercándome lentamente. Podía notar lo tensa e incómoda que estaba el animal.-No te haré daño. Disculpa si he invadido tu espacio.

Detuve mi andar. El búho me miró y me sentí ridícula al hablar con el ave.

-La descubriste.-Exclama alguien a mis espaldas espantandome y también al Búho quien comenzó a sacudir ferozmente sus alas chillando.

-Mm, si.-Lo miré con desconfianza.-Quiero llevarmela.

-20 galeones y te lo llevas. De igual modo la iban a sacrificar.

Fruncí el ceño por su comentario y sin más le di los galeones de una forma brusca. Tomé la jaula de mi nueva mascota y me retiré del lugar.

Ya no tenía ánimos para seguir recorriendo y la jaula realmente pesaba. Mandaría a Debby por el resto de mis materiales luego, moría en este momento por un buen chocolate caliente.

-¿Necesitas ayuda?-Exclama una voz sensual detrás de mi.

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