Capítulo 26 Graduación
No podía con ese peso en mis hombros, debía decirle a alguien sobre esta especie de don que tengo, la carga es muy pesada. Tal vez, no me creerían, pero necesitaba desahogarme.
Le envié un texto a Mery para pasar por su casa en un rato y me dijo que me esperaba con ansías. Mi cara debía ser un poema, porque automáticamente me llevó de arrastras a su habitación y cerró la puerta con llave. Nos sentamos en la cama y ambas dijimos al mismo tiempo.
─¡Tengo algo que contarte!─ a lo que nos miramos con confusión.
─Ok, tu primero─ le indiqué
─Primeramente, necesito pedirte que tengas la mente abierta. ok ─ hizo una pausa y continuó. ─Hace poco que me dí cuenta de esto y necesito decírselo a alguien─ me miró de forma intensa, sabía que era algo serio.
─Mery sabes que puedes contarme cualquier cosa─ le aseguré y la tomé de la mano para demostrarle mi apoyo.
─Ok─. Asintió y me regaló una sonrisa, luego prosiguió. ─Mi abuela me confesó hace unos meses que nuestros antepasados eran seres especiales─. Hizo una pausa avanzando con cautela. ─Tenemos ciertos dones que podrían asustar a los demás.
─¿Qué quieres decir con eso?─ pregunté algo confundida ─No estoy comprendiendo─. La verdad tenía una vaga idea de lo que me estaba diciendo, pero necesitaba que me lo confirmara.
─Soy una bruja─ soltó de sopetón y cerró los ojos en espera de mi reacción. Luego abrió un ojo para ver como lo tomé. No pude evitar sonreír y me abalancé sobre ella para darle un abrazo.
─¡Es genial Mery!─ sentí un alivio gigantesco, mi amiga estaba pasando por lo mismo que yo. Claro no tenía idea de cuál era su poder, pero no estaba sola. No era yo sola.
─No te asustó─ me miró sorprendida.
─Para nada amiga. Yo también tengo un don─ confesé con algo de temor y alegría.
─¿En serio? ¡Esto es genial!─ su sonrisa se hizo más grande y pude notar el gesto de relajación que expresó ─¿Qué poderes tienes?─ preguntó con curiosidad
─Bueno, no sé cómo llamarlo, pero tengo sueños que se hacen realidad, pero no son muy bonitos que se digan y también puedo sentir lo que sienten los demás─ mi amiga me miró sorprendida y complacida
─¡Natie eres una vidente empática! ¡Puedes ver el futuro! Es un super don. ¿Qué has visto? Cuéntame─ exclamó emocionada. Podía ver lo encantada que estaba con el tema.
─Bueno, he visto varias cosas. Es que todo pasa tan rápido, que a veces no entiendo hasta que sucede. Es una sensación muy extraña, como si estuviera en otro plano, pero no sé cómo explicarte─. Me sentí algo frustrada por no saberme explicar
─Por lo que me cuentas has entrado en trance. Es ese momento en el que te sumerges en una especie de lugar paralelo a la actualidad─ comentó como si fuera una experta en el tema, su mirada se iluminaba al hablar sobre ello.
─Si, exactamente. ¿Cómo es que sabes tanto?─ pregunté sorprendida
─Mi abuela me ha estado enseñando todas las tardes a conocer más sobre el tema y a controlar mis poderes─contó llena de emoción
─Wow. Yo, lo poco que sé es porque lo he buscado en internet. Ni siquiera sé si es algo de familia o que─ comenté
─Claro que si amiga. Esta clase de dones no son por casualidad, son heredados─ declaró con total seguridad ─¿Qué más has visto o sentido?─ insistió
─He sentido el dolor, la angustia de otras personas, en especial aquellas con las que tengo contacto o un vínculo afectivo─ hice una pausa para llenarme de coraje y contarle a mi amiga lo del aborto de Nohemi. ─Mi última visión fue horrible. Me ví abortando, al principio no sabía que me pasaba, pero tenía todos los síntomas según lo que leí, dolor en el vientre, en la parte baja de la espalda, cólicos a los costados y la sangre, veía mucha sangre Mery, pensé que me daría un ataque de pánico. A los días me enteré que una conocida había tenido un aborto o había abortado, la verdad no lo sé─ concluí
─Wow. Que fuerte. Eso es raro, o sea, no tu poder sino, que sientas tan en carne viva las premoniciones─ comentó totalmente extrañada
─Era la primera vez que me pasa algo así. O sea, estoy super asustada ─hice una ligera pausa y exploté─. He visto morir gente, he sentido cosas. ¿Cómo le haces para estar tranquila con cosas que a veces no ves? hasta hace nada, no tenía ni idea de esto y ahora siento muertos o fantasmas, y esos sueños, son tan variados Mery, he tenido sexo con un tipo que no conozco. Un tipo que me hechiza, mi cuerpo deja de ser mío cuando estoy con él, no lo puedo controlar─. Sin pensar le conté a mi amiga más de lo que debía, pero estaba tan contrariada con el giro que había dado mi vida en tan poco tiempo.
─Natie! ─exclamó sujetándome por ambos brazos. ─Mírame─ exige. ─Lo primero que debes hacer es drenar, todos estos cambios y emociones te tienen sobrecargada. Tus dones están conectados a tus emociones, si tú estás mal ellos colapsan. Debes encontrar serenidad en ti. El cuerpo es sabio, él sabe qué hacer.
«Sus palabras me calmaron y en cierta forma tenía razón, algo me empujaba a hacer yoga y meditar, eso era lo que debía hacer».
─Tienes razón Mery, hace poco comencé a hacer yoga, a meditar y me ayuda muchísimo. No había pensado en eso de esa manera.
─Allí lo tienes. Cuando meditas, tú yo interior está en calma porque tus emociones son del exterior, solo atormentan tu cuerpo, no tu centro ─indicó con tal serenidad que todas mis angustias fueron calmadas. ─Además, no por nada estás aquí─ comentó mientras me regalaba una sonrisa de suficiencia y complicidad.
─Tienes razón, pero no hablemos solo de mí, cuéntame. ¿Cuáles son tus poderes?─ pregunté intrigada
─Puedo hacer conjuros, hechizos y otras cosas, espero que no te asustes.
─Eres mi hermana! Jamás me asustaría!
Estábamos sonriendo ambas ante tan mágico momento como si fuéramos niñas de nuevo. Realmente, hablar con mi amiga fue lo mejor que pude haber hecho.
Pasaron los meses y con ellos los últimos días de clases, era tan triste la sola idea de imaginar que mi vida cambiaría tanto y que todos mis compañeros de clases estarían esparcidos por toda Venezuela. Sentía esa nostalgia en mi pecho. Los últimos días estábamos colocando recuerdos en las camisetas de los compañeros, recuerdos en los cuadernos, tomándonos muchas fotos y haciendo fiestas cada que podíamos.
Recé todo lo que pude y una de las fiestas se hizo en mi casa. ¡Sí! Tuve que hacer de todo para lograrlo, desde limpiar el jardín, el patio, los baños, limpieza profunda en la cocina, todas las habitaciones de la casa, en fin, se desquitaron de todas las veces que me negué a hacerlo ¡pero lo logré!
Además, escogí un día en el que estaría de cumpleaños un tío, que era hermano de mi abuelo y cumplía sus 70 años, así que, todos querían estar con él. La casa estaría completamente para nosotros.
Al llegar las 8 de la noche, de mi casa salieron casi todos, menos mi mamá, ella debía echarnos el ojo. Eso sí, todos mis compañeros asistieron, la curiosidad por conocer mi casa se los comía por dentro. Mi familia era algo así como los Dueños de la cárcel de Alcatraz por lo que sus padres sabían que era un lugar de cero relajos y, por ende, no pasaría nada fuera de las estrictas normas de conducta.
A eso de las 8:30 comenzaron a llegar mis compañeros, traían botellas de ron Cacique, otros de Sangría, otros Anís y los demás tomarían cervezas. En casa se acostumbraba a tomar una cervecita para refrescarse, como estaba ubicando las bebidas en el refrigerador ya estaba algo sofocada me tomé unas 2 con Mery y Angie.
Esa noche le avisé a mi none que tal vez no podríamos hablar porque estaba a cargo de la fiesta y si hablábamos me olvidaría de todos y le dedicaría la noche solo a él.
Luego de arreglarlo todo y servir los bocadillos, nos servimos Ron con Coca Cola, era mi favorito. Seguido de eso, nos fuimos al centro del recibo que era bien espacioso para bailar, no sin antes apagar las luces.
Bailé hasta decir basta. Jugamos cultura Chupistica con la sangría y cabe decir que, aunque era bastante buena, llegué a tomar como 4 shots de Sangría. Largo rato más tarde, se acercaron parte de los chicos más populares del colegio, se corrió la voz que en mi casa estaba la rumba montada y se acercaron. No podía estar más feliz.
Angie de inmediato congenió con el más grandote de todos y Mery estaba anonadada, su crush la estaba invitando a bailar. Conmigo se quedó un moreno, bien lindo, sus ojos eran color miel, tenía una boca de impacto y sus brazos estaban muy bien trabajados, al dar la vuelta pude notar que tenía un trasero esculpido por los Dioses e incitaba a pecar, tenía unas ganas de darle una nalgada.
¡Santo Dios! ¿Y estos instintos sexuales qué?... suspiré tratando de controlarme. Me dirigí al baño, para refrescarme el rostro un poco. Estaba sintiendo mucho calor. Me miré al espejo y me reprendí.
«Mira mí misma, ni se te ocurra complicar las cosas besando otro chico que no sea tu novio o tu amante. ¡Está claro! Bastante tengo ya con ellos dos para agregarle más fuego a la candela».
Salí del baño y me dirigía a la fiesta cuando ví unos chicos en el pasillo tragándose literalmente frente a la foto de mi querido y difunto abuelo.
«What the fuck?».
Me les acerqué hecha una fiera y les dije ─Me hacen el favor y salen, la fiesta es afuera. Por Dios, frente a mi abuelo muerto, ¿Es en serio?─. Me paré frente a mi abuelo y le pedí disculpas.
─Perdóname abuelo, esto se está descontrolando─. Luego me dirigí a la fiesta y bajé la música de golpe. Estaba tan tomada que me importó un pepino. ─A ver chicos, mi casa no es burdel, ni hotel, el que no tolere el alcohol allí está la puerta, esto es una fiesta. El que no vino a beber, bailar o comer se puede ir─ sentencié.
Luego volví a subir el volúmen y los chicos le bajaron a su intensidad. Al parecer solo les hacía falta poner carácter. Ya después de eso, las ganas locas que me estaba provocando el moreno se disiparon.
Eran aproximadamente las 12 de la madrugada cuando mi primo Juan pasó frente a mi casa, se bajó del auto y me saludó con esa cara de playboy insoportable.
Me abrazó fuerte y me hizo sentir incómoda a morir. Era tan sádico cuando se lo proponía. Además mi intuición me decía que solo me abrazaba para rozar mi pecho, pero al notar mi gesto de inconformidad cambió totalmente y ya no fué tan insoportable a mi vista.
Comentó que esperaba verme en casa de su tío, que era el que estaba de cumple, estaban casi todos los primos reunidos solo faltaba yo, cosa que me hizo sentir un poco mal porque en efecto solo faltaba yo y ya el tío estaba mayor, querían que estuvieran todos en las fotos, así que hablé con mi mamá y le dije que iría para fotos y regresaría.
Ella estuvo de acuerdo y me dejó ir. Juan me invitó a tomar de su trago y era una bebida extremadamente dulce, a lo que se sorprendió, pensó que yo era como el resto de las chicas que le gustaban los cocteles, pero yo no tomaba licor dulce, solo bebidas fuertes y secas.
Al montarme en el vehículo, les grité a mis amigos ─ya vuelvo, no se vayan ─ pero el destino tenía otra cosa preparada. Bajé la ventanilla del auto, sentí que necesitaba aire. El aire acarició mis mejillas y me hizo sentir genial, era lo que necesitaba.
La casa de mi tío no estaba muy lejos, pero al llegar no me sentí nada bien. Automáticamente me ofrecieron una cerveza al bajar del auto y ví que otro de mis primos contemporáneos también estaba allí, Elías. Él era como mi hermano.
Al verme supo que algo no estaba bien y me llevó a una habitación. Me hizo mil preguntas, que no alcancé a responder. Me recostó en una cama y fue a buscarme algo de tomar apagando la luz al salir, pude ver en su rostro preocupación.
Yo me sentía muy mareada, todo me daba vueltas, no me podía ni sostener, tampoco podía mantener los ojos abiertos por mucho tiempo. Noté que abrieron de nuevo la puerta y era Juan, traía una cerveza en cada en mano. Me ayudó a levantarme e intentó darme a tomar la cerveza, pero no podía.
Las señales de alerta se activaron en mi cabeza. Estaba sola y de pronto todo encajó. ¡Maldita sea! para eso me quería aquí. Lo único que salía de mi boca era ─No, no, no─ y me soltó, logrando que cayera de nuevo en la cama. No alcanzaba a ver su cara, la luz estaba apagada, aún así, sabía, sentía que no pasaría nada bueno.
En un momento en el que logré abrir los ojos de nuevo estaba sobre mí, besándome el cuello y yo no podía hacer nada, estaba como muerta, mi cuerpo no reaccionaba por todo el alcohol que tomé. Por todas las ligas que hice.
Estaba rezando con todas mis fuerzas que no pasara nada más, que llegara alguien, que me diera las fuerzas para levantarme y poder salir de allí, pero no pasaba nada hasta que, de repente la puerta se abrió, era Elías.
─¿Qué diablos haces?─ preguntó molesto.
No necesitó respuesta, la imagen era muy obvia.
─¡Eres un maldito enfermo! ¡Tú tienes hermanas!─ exclamó asqueado.
Juan no decía nada, solo estaba molesto por no haber hecho lo que tenía pensado.
─¡Sal de aquí de una maldita vez porque no sé de lo que soy capaz!─ gritó y por alguna razón me sentí más tranquila, mi cuerpo se relajó y me desmayé.
Cuando volví en sí, Elías estaba conmigo en el cuarto. Estaba montando guardia en la puerta para que nadie entrara, con él estaban mis primas más pequeñas, eran como 14 niñas viendo caricaturas. Me senté en la cama y me habló seriamente.
─No sé qué hiciste, ni que tomaste, pero por favor, no lo vuelvas a hacer─. Hizo una pausa larga y yo no me atrevía a responder, me sentí pequeña y vulnerable. ─Si yo no hubiera llegado y...
─No lo digas por favor─ interrumpí ─gracias a Dios estabas aquí.
─Natie, fui a buscarte algo para que comieras y cuando ví la puerta estaban una fila de muchachos afuera─.
Su declaración me hizo estremecer. Juan quería violarme y dejar que sus amigos hicieran lo mismo.
─Es algo que no puedo dejar pasar, Natie. Ambos son mis primos, pero él no está bien─ comentó preocupado
─No le digas a nadie Eli, por favor─ le rogué. ─Por lo menos no me menciones a mí, tú sabes cómo son en mi casa y será peor para él sí me nombras.
«Honestamente él no merecía que lo ayudara, pero yo no me podía ver envuelta en algo así. En parte fue mi culpa por aceptar tomar de todo».
─Está bien. Te mantendré a raya de todo esto. Ahora ve al baño y arréglate un poco. Mis tías han estado preguntando por ti desde hace rato─ agregó.
No pude evitar abrazar a Elías en agradecimiento. Estaba bien gracias a él.
─Gracias Eli. De verdad no tengo como agradecerte esto que has hecho por mí. Gracias de corazón─ intenté no llorar, pero se me escaparon unas lágrimas al abrazarlo.
─No me agradezcas nada. Somos como hermanos y lo sabes─ me sonrió y me devolvió el abrazo.
Fui al baño como me indicó y mi reflejo era horrible. Estaba pálida y mi rostro tenía varios tonos, se me veían ojeras, los labios morados, la nariz y mis ojos enrojecidos, quise llorar, pero antes de empezar a maquillarme recordé que mis tías querían saber de mí, así que, frené el llanto para no preocupar a nadie y vomité todo el licor que había ingerido. Debí hacerlo, sino ellas notarían al instante que si no tomaba algo no estaba bien. Expulsé todo aquello, me cepillé, lavé y maquillé mi rostro desde cero, parecía otra. No quedó rastro de ese semblante enfermo que vi al entrar.
Al salir me dirigí al cuarto donde estaba Elías y juntos nos sentamos junto a mis tías. Allí pasamos un buen rato hasta que acabó la fiesta como a las 6 de la mañana.
Al llegar a casa, recordé a mis amigos, los dejé tirados. El día debía acabar con un sin fin de emociones encontradas.
Le envié textos a mis amigas, pero ya estaban durmiendo. Así que, no pude hacer nada. Me fui a mi habitación y me desmaquillé. Necesitaba darme un baño. Me sentía asqueada, habían pasado tantas cosas en una sola noche y los recuerdos de Juan tocándome invadían mi mente. Ni siquiera me atreví a escribirle a Marcos. Estaba totalmente apenada con él.
Esa madrugada me costó conciliar el sueño, pero algo era seguro, debía sepultar ese mal recuerdo en algún rincón de mi cabeza y dejarlo allí hasta que se desvaneciese.
Días más tarde me encontraba en casa, estaba doblemente triste. No podía estudiar lo que quería, no había terminado con Rafa y mis opciones para entrar a la universidad eran nulas. Me había enfocado tanto en colocar de primera opción mi vocación que no pensé jamás en el escenario en el que no pudiera hacerlo. Jamás lo contemplé.
Trabajé todo lo que pude, pero no fue suficiente para irme de casa e independizarme. Honestamente no sabía qué hacer.
Al terminar las clases formalmente, nos visitamos entre amigos y nos preparamos para la graduación. Yo estaba en tantas cosas que no pude salir de vacaciones con mi madrina.
Casualmente ese verano ella iría a Caracas, era mi oportunidad de ver a Marcos, pero no pude. Todo se complicó solo le conté que mi madrina iría y fue triste, pero no pude hacer nada.
Para mi sorpresa mi madrina me compró mi vestido de graduación, era un vestido hermoso, negro de escote no muy pronunciado en el pecho, pero la abertura de la pierna dejaba ver toda la pierna entera desde arriba, de la cadera hacia arriba había una orquídea bordada en color coral en forma de enredadera y se ajustaba al cuerpo resaltando mis curvas. Me veía como toda una modelo. No podía estar más ansiosa, ya quería que se celebrará el acto de graduación.
Asistimos a los ensayos en el colegio, nos indicaron cómo sería el protocolo para la misa y solo faltaban los arreglos finales.
El día de la graduación mis hermanas y yo fuimos a la peluquería, nos arreglaron el cabello, nos maquillaron y todo estaba casi listo para el acto.
Me coloqué el uniforme y nos dirigimos al colegio. La decoración era hermosa y la iluminación daba un toque romántico, la luz era tenue solo en los asientos y los padrinos estaban todos vestidos formales con una gran sonrisa en su rostro. Los chicos estábamos entre nostálgicos y alegres.
Cuando dieron inicio al acto vi a casi todos mis amigos, faltaban unos pocos y a lo lejos estaban mis papás y hermanos, había invitado a Rafa, pero no me hice muchas ilusiones de verlo.
Comenzaron a llamar a la sección "A" y aplaudimos a nuestros compañeros, nuestra alegría era infinita, luego llamaron a la sección "B" nos acomodamos bien el cabello, verificamos el maquillaje y al girar para ver a mis amigas me hicieron señas para que girara hacia otra dirección y allí estaba él, entre la multitud observándome con tanta intensidad que no pude evitar sonreír.
Recordé ese momento incómodo cuando hice de todo para verlo en su graduación. Rafa sonreía como nunca, se notaba que estaba feliz por mí. Debí haberme sonrojado porque mis amigas hicieron ese gesto de "Oww, que lindo".
Minutos más tarde, escuché mi nombre y debía subir a recibir mi diploma. Me sentí tan emocionada y orgullosa de mí misma. Al bajar las escaleras, posé para las fotos y me senté en mi lugar, Rafa estaba super emocionado.
Al final del acto, escuchamos aplausos y nuestros familiares comenzaron a acercarse para abrazarnos. Luego de ese momento, vi a Rafa, me abrazó con mucha fuerza, me dió un beso y me llevó un obsequio, fue un hermoso gesto. Cuando abrí el regalo, era una hermosa cadena de plata con mi nombre en él, era simplemente hermosa.
Por un instante olvidé su infidelidad y sus faltas de atención. Rafa cuando se lo proponía era detallista y auténtico, pero, así como me alegró, cambió mi estado de ánimo al decirme que no podría acompañarme a mi fiesta de graduación. Ese día era el cumpleaños de su mamá y obviamente no podía dejarla de lado por mí.
Una vez más yo debía entender, aceptar y ceder en uno de los días más importantes de mi vida. Tenía un novio de mentira. No podía contar con él en los momentos importantes, ni tampoco estaba cuando lo necesitaba, y ese bonito regalo se convirtió en el símbolo de una relación fantasma que me abrió los ojos y me hizo pensar si en realidad quería ese tipo de relación para mí a largo plazo, y la respuesta ya la sabía.
Por otro lado, no iba a dejar que sus palabras dañarán mi noche y nos dirigimos a casa a cambiarnos de ropa e ir al salón donde se realizaría la fiesta. Me puse mi fabuloso vestido negro, con ese super escote en la pierna y unos matices en negro que resaltaban mi figura y le pedí a Álex que me tomara muchas fotos para enviárselas a Marcos.
Al llegar al Club nos ubicamos en nuestras mesas y recibimos a nuestros invitados especiales, hicimos un brindis, bailamos y compartimos nuestra gran noche. Celebramos a lo grande, brindamos con whisky y bailamos todas nuestras canciones, incluidas esas subidas de tono que a nuestros padres no les gustaban. La pasamos fenomenal, amanecimos bailando y celebrando. Llegamos a casa a las 6 de la mañana, directo a la cama.
A media tarde le envié muchísimas fotos a Marcos de la graduación, estaba súper contento, tanto que me llamó al recibir las fotos. Las fotos eran provocadoras, pero no subidas de tono.
─¡Muñequita te veías hermosa! ¿Cómo la pasaste?─inquirió a modo de saludo
─La pasé super bien Nonestito, tomamos hasta el amanecer, bailé con mis amigos y llegamos a las 6 a casa. Awww... Tenía muchísimo tiempo que no los veía ─comenté feliz
─¿Ajá?... ¿Y con el permiso de quién bailaste con tus amigos y en ese vestido?─ inquirió divertido
─Con el de mi Nonestito─ respondí confiada. ─Me dijiste que me divirtiera y la pasará bien y yo te hice caso─ declaré divertida
─Sí, pero ese vestido era muy provocador para solo bailar, yo no te hubiera soltado en toda la noche─ confesó y se me escapó una risa nerviosa
─Lo sé, por eso me lo puse ayer. Cuando nos veamos no dejarás que lo vuelva a usar.
─Claro que sí, aunque solo para mí─ declaró con posesión
─Si eres posesivo. Aunque bueno, yo tampoco te compartiré con nadie. Te querré para mí solita─ admití
─¡Dios! no lo digas así que me da de todo de solo pensarlo
Solté una carcajada ante sus ocurrencias. ─¿En qué pasaste?─ inquirí curiosa
─En nosotros, juntos de nuevo
─Nonestito, aww... no lo digas así, que me da cosita─ sentía como se me estrujaba el corazón de solo imaginarlo.
Hablamos un poco más y luego nos enfocamos en nuestros quehaceres, él en su trabajo y yo en mis largas vacaciones haciendo nada. De verdad me aburría de manera letal. Marcos por lo menos hacía algo productivo, estaba ahorrando para vernos y yo no hacía nada.
También se acercaba su cumpleaños y no podía obsequiarle nada de nuevo, eso me llenaba de tristeza, aun así, eso no me frenó para nada. Aproveché que Alex estaría en la casa durante las vacaciones e hice una sesión de fotos para Marcos, le pregunté en ocasiones disimuladamente como quería verme y él solo se limitaba a decir que quería saber qué hacía cuando no estábamos hablando por el cel. ¿Quién sabe cómo me quería ver? Él no lo decía, pero podía hacerme una idea.
Como no tuve una respuesta clara de su parte me tomé muchas fotos en los pocos lugares donde nos vimos cuando fue a Falcón, también me tomé unas fotos en traje de baño, en la plaza en la que tanto quería que estuviera con él y frente a la casa de la Señora Martha, hasta me tomé una foto en pijamas con un cruce de piernas super flexible y una camisa que compré en Brasil que decía "¿Será que estoy loca por ti?" Luego hice un vídeo de mis bailes imitando a Shakira, estaba inspirada y bueno, también quería que no tuviera ojitos para otras chicas.
El día de su cumpleaños corrí al ciber y le envié las fotos por correo para que las viera en grande, pero lastimosamente el vídeo no alcance a enviarlo. Luego de eso, le envié un texto cargado de mucha emoción y alegría y lo llamé del centro de conexiones.
─Hola mi muñequita, ¿cómo estás?─ respondió a modo de saludo
─Hola mi Nonestito bien ¿y tú? ¡Feliz cumpleaños!─ expresé con alegría
─Gracias mi muñequita. Ya estaba preocupado, pensé que te habías olvidado de mí cumpleaños─ podía imaginarme su carita haciendo pucheros
─¡Claro que no! jamás me olvidaría de tu cumpleaños. Es solo que me demore porque te estaba haciendo una sorpresa de cumple─ le aseguré
─¿Sí? Cuéntame... ¿Qué es?─ inquirió todo emocionado
─¡Te envié una sorpresita por correo!─ comenté dejando el halo de intriga
─¿En serio?... Que bella, no tenías que hacerlo.
─Primero mírala y luego me dices, ¿ok? A propósito, ¿Cómo sabías que era yo quien llamaba?─ inquirí con curiosidad
─Porque nadie más con el código de Falcón me llamaría─ respondió con suficiencia
─Cierto─ sonreí como tonta ante lo boba de mi pregunta.
─¡Ey! Gracias─ comenta en un tono irónico ─Ahora no podré trabajar, tendré en la mente eso que me enviaste
Me carcajee sin descaro ─Sí, sorry, pero me esforcé mucho, espero te guste
─Me gustará. Es algo tuyo y me encanta todo de ti. Además, eres la única que tiene detalles conmigo─ confesó
─¿Por qué tú familia es así? ¿Cómo no recuerdan tu cumpleaños?─ pregunté sin entender
─La vida en la ciudad es difícil, todos están ocupados trabajando. No importa, con que no me olvides tu estoy bien─ admite
─No te olvidaré y lo sabes─ le aseguré
─Te quiero muchísimo mi muñequita.
─Y yo a ti mi muñequito.
─Hablamos más tarde ¿vale? Ya estoy llegando al metro.
─Ok, que te vaya super Nonestito.
«Él es y será mi parte favorita del día. Aunque me hacía sentir mal que su familia no estuviera pendiente de él. ¿Por qué serán así? Somos tan diferentes, su familia lo deja ser y la mía me asfixia. Al final del día, Marcos me llamó directamente al celular. Estaba súper emocionado por las fotos. ¡le encantaron! ⭐⭐⭐⭐⭐ 5 estrellas para mí. Que buen servicio»
Me contó que hasta las descargó para verlas en su celular cuando quisiera. Estaba muy, pero muy contento. Eso me hacía sentir bien porque aun cuando estábamos lejos podía hacerle llegar mi amor, aunque fuera por correo. Era lo menos que podía hacer. Dado que no tenía dinero ni trabajo. Intenté buscar trabajo durante las vacaciones, pero era menor de edad y debía tener la aprobación de mis padres, cosa que jamás sucedería. Así que le escribí a Mery y nos fuimos en Punto fijo en busca de aventuras.
Mery quería hacer un curso mientras comenzaban las fechas para inscribirse en la universidad, se estaba volviendo loca en casa y yo la seguí porque de verdad me aburría. Le recomendaron una academia y llegamos directo a inscribirnos en lo que fuera, daba lo mismo con tal de escapar de casa. Nos inscribimos las dos en el mismo curso, el que iniciará lo más pronto posible y era el de Secretariado Ejecutivo Computarizado. De esa forma podía entretenerme y salir de casa diario, además mientras estuviera con Mery mis papás no se preocuparían y los de ella tampoco, era perfecto.
El tiempo pasó volando y llegó mi cumpleaños. Marcos estaba tan emocionado, me llamó muy temprano, me dejó muchos textos y me dijo que corriera al ciber porque me tenía una sorpresa. Hice lo que pude por salir corriendo, ¡pero ese día paso de todo! Literal. Cuando finalmente llegué, me conecté y vi un correo que decía "feliz, muy feliz cumpleaños" al abrirlo, pude notar que eran fotos. Me envió una sesión entera de fotos. ¡Solo para mí! Fui tan feliz. Moría por verlas. Las descargué y empecé a verlas una por una.
Cuando abro la primera foto casi me muero de la pena. Marcos me envió muchísimas fotos super mega recontra sugerentes de él en ropa interior. Me puse de todos los colores posibles, comencé a mirar a todos lados y el bendito botón de "Esc" no funcionaba, se podía ver él y su paquete ocupando toda la pantalla. ¡Me quería morir de la pena! Al llamarlo casi que me muero, esos centros de conexiones tenían espejo en frente y pude ver cómo me sonrojaba como un tomate. Él moría de risa del otro lado del teléfono, había olvidado decirme que debía ver las fotos en casa. Solo él podía hacer semejante cosa, hablamos un poco más y luego de un rato nos despedimos. Fue el mejor Cumpleaños de mi vida, el más loco y divertido dentro de todo, lleno de emociones.
Luego de unos días estaba tan ansiosa por ocupar mi tiempo que estudiaba seguido y salía muy bien, ya me estaba haciendo a la idea de terminar el curso cuando me llamaron de la universidad para iniciar en noviembre el curso introductorio. Realmente no me lo esperaba, mi madrina me había conseguido cupo para entrar ese mismo año a la universidad, era en la ciudad. Debía ir para inscribirme y ultimar detalles, estaba nerviosa. Marcos me dijo que lo intentara que eso haría que estuviera lejos de casa y sería bueno para nosotros. Así que con todo el temor del mundo me arriesgué.
Continuará
jajaja Ese Marcos enviando su paquete por email. Es un Diablillo.
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