Pagando Deudas


Hermione Granger podía ser la bruja mas inteligente de su generación, ser valiente y defender a capa y espada sus ideales, era una mujer de grandes principios y de un espíritu imbatible, pero insegura emocionalmente hablando.

Draco lo supo cuando sintió el suave temblor de la chica a su lado cuando la puerta se abrió para darles paso al interior de la madriguera, lo noto al ver sus ojos asustados tratando de ocultarse en un rostro cabizbajo. Pensó por un momento que le avergonzaba sobremanera haberlo llevado y eso lo lleno de enojo y frustración. Mas no tardo en darse cuente por la manera en que apretó su brazo que de alguna manera buscaba un poco de apoyo o protección con su presencia, quizás de manera inconsciente, pero así era.

Así que se irguió todo cuanto pudo con orgullo, sin soltarla a pesar de la mirada sorprendida de la mama de la comadreja que simplemente se hecho a un lado para que pasaran y les indico con voz entrecortada y a penas entendible que todos estaban en el jardín trasero de la casa.

A su lado sintió como Granger se hacía cada vez más pequeña y una sombra de tristeza pareció empañar su siempre brillante mirada. Mas siendo como era, respiro profundo cuando salieron al jardín y embozo una sonrisa que trato de ocultar esa tristeza ajena que se había adueñado de ella.

Parecía que sumida en sus pensamientos no se daba cuenta que aun caminaba del brazo de Draco, como tampoco noto como la miraba tratando de desentrañar sus pensamientos como si estos fueran los más interesantes, sin embargo, esa burbuja donde se había adentrado por escasos minutos se rompió de manera abrupta.

-¡Qué demonios haces aquí! -Escupió furioso el menos de los Weasley sacando su varita y apuntando al rubio.

Pero sin duda algo que distinguía a Hermione era su instinto protector y después de todo Malfoy era su invitado, así que no dudo en ponerse delante para cubrirlo con su propio cuerpo, sin siquiera dudarlo.

-Calma. -Pidió con voz tranquila.

-¿Qué me calme? ¿Acaso te hechizo este desgraciado?

-No digas tonterías. - Acoto sin quitarse de en medio para impedir que avanzara.

-Pero Hermione... -Intento intervenir Harry

-¿Pero que Harry? -Corto comenzando a molestarse. -Malfoy es mi invitado. -Afirmo buscando con la mirada a la matriarca de los Weasley. -No es verdad señora Weasley que siempre me ha sugerido traer acompañante a las reuniones.

Todos estaban en silencio, tratando de procesar la información.

-Malfoy es mi nuevo vecino, ha ido a darme la bienvenida cuando no tenia ninguna obligación y me a parecido correcto corresponder a su amabilidad e invitarle. ¿Hay algún problema? -Pregunto a los anfitriones.

-Ninguno, querida. -Respondió la mujer aun aturdida.

-Esto es ridículo. -Siseo colérico Ron, mientras Harry y los demás solo estaban sorprendidos. No es que la presencia de Malfoy fuera grata para ellos, pero había pasado ya tanto tiempo de sus altercados que ahora sería ridículo seguir con las viejas rencillas.

-Te agradecería que dejaras de amenazar a mi invitado. -Pidió amablemente la castaña.

-Simplemente no te entiendo Hermione, ¿Cómo puedes traerlo aquí? ¿Cómo puedes siquiera hablarle? Sé que no tienes pareja y que te sientes sola, pero nunca pensé que estuvieras tan desesperada como para hacerte amiga de este desgraciado.

Malfoy noto el ligero temblor en el labio inferior de Granger, no era difícil comprender que las palabras de la comadreja la habían herido y hacia lo imposible para contener las lagrimas. Vio rápidamente como esa absoluta tristeza se transformo en rabia cuando escucho la manera en que apretaba los dientes.

Rojo, todo lo vio repentinamente rojo, decir que estaba enojada era poco, estaba furiosa, llena de rabia. Una alarma se encendió en el cerebro del pelirrojo haciendo que diera un paso atrás asustando por la mirada de su amiga.

Había que reconocerle al estúpido pelirrojo que había logrado algo que él en todos sus años de escuela no había podido lograr con todo su repertorio de insultos, herir profundamente a Granger.

Harry se había enfrentado a muchas cosas en su vida, dementores, basiliscos, a Severus Snape e incluso al innombrable, pero justo en ese momento no podía sentir mayor temor que al ver el rostro de Hermione. Sabía que su amiga era pacifica pero habían ciertas cosas que no toleraba y cuando esto pasaba era dura para defender sus creencias. En más de una ocacion paso por el terror de hacerla enfadar y solo recordarlo le causo un fuerte escalofrió.

Supo que era el acabose cuando la vio apretar el puño, ya sabía lo que seguía a continuación y que Ron desearía por el resto de su vida no haber abierto su enorme bocota.

-Yo no... -Intento decir el pelirrojo, pero las palabras ya no lograron salir de su boca, pues un puño se estampo sobre su rostro, sacando un chasquido de su nariz y un grito de dolor que helo la sangre de los presente.

-Lamento si mi patética vida sentimental les molesta, pero no necesito de su condescendencia, ni de su lastima.

No podía decir que no se sintiera complacido al ver como Weasley se cubría el rostro, para contener la sangré que brotaba de su fracturada nariz, pero simplemente todo parecía tan sacado de una comedia estúpida que no podía asimilarlo. Sabía que de no ser un experto en mostrar indiferencia ahora tendría la boca abierta de la impresión.

La castaña aun tenia los puños apretados, erguida amenazante frente al apabullado pelirrojo, que aun con el dolor, tenia en los ojos pintada una disculpa, pues incluso el sabia que se había equivocado.

Algo se había roto incluso alguien tan frio como Malfoy se podía dar cuenta de que algo en el interior de Granger se había quebrado, lo sabia por que comenzaba a temblar de nuevo, ahora que la furia estaba pasando. El mismo no sabe que lo llevo a dar el paso para acercarse a ella y pasar su brazo sobre sus hombros para sostenerla, tenía la sospecha que estaba por derrumbarse y aun cuando corriera el riesgo de que lo rechazara su instinto le urgio protegerla.

Más para su sorpresa respiro de nuevo de manera profunda y levanto la cara para verlo con una mirada que pudiera ser tomada como agradecimiento.

-Lo siento. -Se disculpo con los anfitriones para después sacar su varita y apuntar con ella el rostro de un asustado Ron. Conjuro un hechizo para arreglar la fractura y otro más para limpiar toda la sangre. -Espero me disculpen pero creo que lo mejor es que nos vayamos.

-No es necesario, no es tu culpa que tenga un idiota por hermano. -Dijo una indignada Ginny.

Sonrió con tristeza la castaña. -Sí, que lo es.

-Hermione, por favor quédate. -Suplico Harry.

-Creo que ya tuve una dosis suficiente de lastima.

-Nosotros no pretendíamos hacerte sentir mal.

-No solo pretenden que no me de cuenta de sus miradas compasivas, por que no tenga pareja y que no la tenga no significa que tienen que tratarme con condescendencia y murmurar sobre mi triste situación.

-Por favor Hermione, de verdad nosotros no pensamos que...

-Que soy tan patética como para utilizar a Malfoy a la desesperada. Gracias eso me hace sentir mejor. -Dijo con sarcasmo. -Vámonos. -Le pido a Malfoy y se encaminaron a la salida.

Apenas se alejaron lo suficiente se desaparecieron.

-Lamento que presenciaras tan desagradable escena. -La chica estaba tan en shock por lo ocurrido que ni siquiera había reparado en que Malfoy la seguía sosteniendo con firmeza o que lo trataba con tanta familiaridad como si fueran amigos.

Cuando se dio cuenta de ello, ya estaba en su departamento, bebiendo una copa del vino que había llevado el rubio. El color no tardo en subirle a las mejillas.

-Puedes reírte, si así lo deseas. -Trato de hablar con indiferencia. -Después de todo arme un gran espectáculo y te di las razones suficientes para que te burles de mi.

-Pues lo cierto es que fue gracioso. -Hizo una pausa que hizo que la chica se avergonzara aun mas- que fue increíble ver cómo le rompías la nariz a la comadreja.

Increíblemente ya fuera por efecto del vino, por lo irrisible del evento o por el tono que empleo Malfoy para hablar, Hermione sonrió y sin poder contenerse comenzó a reír a todo pulmón hasta que el estomago le dolió de tanto reír. Y verla así sin duda era contagioso, ya que Draco se había unido a sus risas hasta que una última carcajada de Granger evoluciono en llanto.

-Creo que es mejor que te vayas. -Dijo entre sollozos.

Draco se levanto con elegancia y dejo la copa que bebía sobre la mesa. -No deberías tomarte tan enserio los comentarios del estúpido que tienes por amigo. -Dijo dirigiéndose a la puerta.

-Solo una cosa mas Malfoy. -Le detuvo antes de que saliera.

-No utilizo a las personas y eso te incluye, si te invite fue porque me pareció que el que te aparecieras en mi puerta de repente era más una broma que cualquier cosa y pensé que al seguirte el juego podría reírme un poco, pero aun así me alegro de que me acompañaras a pesar de todo. -Sonrió de nuevo con tristeza.

-Bienvenida. -fue la despedida del rubio antes de cerrar la puerta.

Aun afuera del departamento Draco escucho el llanto amortiguado de Granger, no sabía porque pero se le antojaba ir en ese momento a apretarle el cuello a cierta comadreja, después de todo aun cuando no lo reconociera le debía mucho a la leona y al no le gustaba deberle nada a nadie. Así que ya se encargaría de pagarle y si en el proceso podía desquitarse un poco con cierta persona pelirroja sería algo extra.

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